Pensamiento de Kant y Descartes: Paz, Libertad, Moral y Sátira


La Paz Perpetua en la Filosofía de Kant

La obra «La Paz Perpetua» de Immanuel Kant es un referente del pensamiento ilustrado, donde se busca una sociedad fundamentada en la racionalidad práctica. Kant explora las condiciones necesarias para alcanzar una paz duradera. El filósofo de Königsberg propone una serie de artículos preliminares como pasos iniciales:

  1. Los tratados de paz no deben contener cláusulas que puedan desencadenar futuras guerras.
  2. Ningún estado debe ser adquirido por otro mediante herencia, compra, donación o intercambio.
  3. Los ejércitos permanentes deben desaparecer gradualmente.
  4. La deuda nacional no debe generar tensiones entre estados.
  5. Ningún estado debe interferir por la fuerza en la constitución o gobierno de otro.
  6. Se deben evitar actos hostiles que minen la confianza en una futura paz.

Posteriormente, Kant establece tres artículos definitivos:

  1. La constitución de cada estado debe ser republicana.
  2. El derecho internacional debe basarse en una federación de estados libres.
  3. La ciudadanía mundial debe limitarse a condiciones de hospitalidad universal.

Kant añade dos suplementos:

  1. La naturaleza ha utilizado la guerra para la dispersión y población del planeta.
  2. Los gobernantes deben considerar las opiniones de los filósofos sobre guerra y paz.

Finalmente, aborda el desacuerdo entre moral y política respecto a la paz perpetua, defendiendo la primacía de la moral.

Gobernante y Voluntad del Pueblo según Kant

Influenciado por Rousseau, Kant reflexiona sobre el estado y la forma de gobierno. Como contractualista, cree en el contrato social. Sin embargo, considera que antes de la sociedad, el ser humano vive en un estado de anarquía que amenaza su seguridad.

Kant introduce la figura del legislador, encargado de crear leyes que reflejen la voluntad del pueblo, aunque sin un derecho a voto directo. El legislador debe atender a la voluntad popular y puede ser destituido si no lo hace. Así, la voluntad del pueblo se mantiene intacta, pero sin voto directo, y se busca legislar siguiendo el imperativo categórico.

El Dualismo Antropológico Cartesiano

La antropología de René Descartes parte del dualismo sustancial entre res cogitans (sustancia pensante) y res extensa (sustancia extensa). El ser humano es un compuesto de ambas, siendo el alma la más importante por ser la sede del pensamiento y el razonamiento.

La teoría cartesiana, conocida como interaccionismo sustancial, intenta explicar la influencia mutua entre alma y cuerpo. Descartes postuló que la conexión entre ambas se encontraba en la glándula pineal, una región del cerebro. Sin embargo, esta hipótesis carece de respaldo científico y presenta dificultades para explicar la interacción entre sustancias tan diferentes.

La Libertad y las Pasiones en Descartes

Para Descartes, la libertad es una acción voluntaria y racional. Distingue entre voluntad y entendimiento, y sostiene que actuamos libremente cuando nuestra voluntad se somete a los dictados del entendimiento. La libertad, por tanto, es obrar de acuerdo con la razón. Cuantas más razones proporcione el entendimiento, más fuerte será el impulso de la voluntad hacia la acción correcta. El error surge cuando actuamos sin suficiente evidencia.

Las pasiones, fuerzas mecánicas del cuerpo que se transmiten a la res cogitans a través de la glándula pineal, pueden perturbar el sometimiento de la voluntad a la razón. Estas pasiones son involuntarias y a menudo contrarias a la razón, por lo que es necesario ordenarlas y someterlas a ella.

La Moral Provisional de Descartes

En la moral cartesiana, existe una asimetría entre el método y la moral propuesta. No se puede alcanzar la «certeza absoluta», sino solo una «seguridad moral» basada en costumbres y hábitos. Esto lleva a una «moral provisional» con cuatro máximas:

  1. Obediencia a las leyes, costumbres y religión del propio país, buscando la moderación ante la diversidad de opiniones.
  2. Resolución y firmeza en las decisiones: la duda es perjudicial para la vida cotidiana. Una vez tomada una decisión, se debe actuar con determinación.
  3. Autodominio de deseos y pasiones: debemos adaptar nuestros deseos a la realidad, ya que no podemos cambiar el mundo a nuestro antojo.
  4. Elección de la mejor forma de vida, que para Descartes es el «cultivo de mi razón» y el «conocimiento de la verdad», es decir, la vida dedicada a la investigación científica y filosófica.

Estas reglas muestran influencias estoicas y aristotélicas.

Características y Tipos de Sátira

«Satira quidem tota nostra est» (La sátira es, sin duda, enteramente nuestra), afirmaba Quintiliano. Este género no proviene directamente de la literatura griega, pero tampoco es una creación latina desde cero. La sátira es un género único, resultado de la combinación de elementos diversos, como el epigrama y manifestaciones populares dramáticas (sátira dramática) de Italia, con otros elementos de la Grecia helenística.

A pesar de su diversidad, se distinguen dos tipos principales de sátira:

  • La sátira menipea: Toma su nombre de Menipo de Gádara (siglo III a.C.), un filósofo cínico que empleaba una mezcla de prosa y verso para exponer su pensamiento ético a través de la crítica social.
  • La sátira hexamétrica (o romana): Se caracteriza por estar escrita en hexámetros o en una combinación de hexámetros con otros versos. En Roma, Lucilio, Horacio, Persio y Juvenal cultivaron este tipo de sátira.

Aulo Persio Flaco (34-62 d.C.) fue un escritor notablemente joven en la literatura latina, falleciendo a los 28 años. Educado en ambientes cultos, abrazó las ideas estoicas. Sus sátiras, que constan de poco más de 600 versos en seis composiciones, alcanzaron gran popularidad a pesar de su lenguaje complejo y elaborada estructura.

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