Periodismo cultural
Introducción
El periodismo cultural es un método de interpretación de la realidad social que se centra en las letras, las bellas artes, las artes escénicas y el cine. Su objetivo es descifrar la realidad de los hechos y explicarlos y valorarlos para alcanzar un futuro deseable.
Complejidad temática
El periodismo cultural aborda temas complejos que requieren formación especializada, como la música popular, la literatura actual y el teatro.
Público desorientado
En la era de la información, el público se enfrenta a un gran volumen de contenidos y tiene dificultades para discernir qué es relevante.
Agenda informativa cultural
El periodismo cultural cubre noticias sobre eventos culturales, efemérides y reportajes y entrevistas producidos por el periodista.
Contenidos tradicionales
Los contenidos tradicionales del periodismo cultural incluyen literatura, bellas artes, teatro, danza, música y cine, además de otras áreas como fotografía, dibujo, cómic, moda, viajes, gastronomía y tauromaquia.
Cultura en cifras
La cultura contribuye al Producto Interior Bruto nacional y genera empleo.
Cultura como motor de progreso
La inversión en profesionales especializados en cultura es esencial para transmitir la cultura de su tiempo a la sociedad.
Periodismo cultural: Artes escénicas
El periodista especializado en arte dramático debe analizar la información y advertir sobre posibles innovaciones futuras. El profesional de los medios de comunicación se convierte en el primer espectador y puede influir en las tendencias teatrales.
El espectáculo escénico
El espectáculo escénico es una manifestación creada para ser interpretada y comunicada en vivo ante un público. El teatro y la danza son las manifestaciones más frecuentes en los medios de comunicación.
Géneros periodísticos aplicados a las artes escénicas
El periodista teatral se mueve entre la función de cronista y la de crítico. La elección del género adecuado depende del medio, las necesidades de contenido y el tipo de publicación.
- Entrevista: Preguntas y respuestas para conocer a un personaje o su opinión sobre un tema. En este caso, suelen ser actores, bailarines o directores de escena.
- Reportaje: Relato interpretativo que profundiza en la noticia sin incluir opiniones.
- Crónica: Relato del hecho artístico en su tiempo y espacio escénico. Incluye la interpretación y la personalidad literaria del autor.
- Crítica: Análisis del autor que debe construir con una sólida argumentación que justifique su valoración, más allá de sus gustos personales.
Periodismo digital
También en el periodismo cultural en internet
El periodismo cultural en internet requiere:
- Capacidad de identificar la noticia.
- Formación en periodismo y especialización.
- Cumplimiento de la deontología y ética profesional.
- Capacidad de seleccionar y jerarquizar el contenido.
- Uso adecuado de los géneros periodísticos.
- Credibilidad y fiabilidad de las informaciones.
Redes sociales
Las redes sociales deben utilizarse en beneficio del periodismo, verificando y contrastando toda la información. No pueden reemplazar a la entrevista en persona o por teléfono.
Cómo escribir para web
La redacción en internet se rige por la»usabilida»:
- Estructurar los textos según el comportamiento y objetivos del usuario.
- Atraer la atención de los lectores a través de temas, titulares e imágenes.
- Los primeros 10 segundos son clave para atraer la atención del usuario.
Titulares
Los titulares reciben menos de un segundo de atención y se centran en la parte izquierda, por lo que su inicio debe contener las palabras clave.
Extensión de los textos
- Los usuarios pasan el 80% del tiempo en el contenido que se muestra sin hacer scroll.
- Los lectores de revistas culturales son lectores habituales de libros.
- Para que una noticia o artículo cultural aporte suficiente información y esté bien tratado, se recomienda que no supere las 700 palabras.
- Los párrafos deben ser cortos y no superar las 10 líneas.
Cómo enriquecer los textos
- Hipertextualidad: Enlazar contenidos con hipervínculos.
- Multimedialidad: Integrar contenidos textuales y audiovisuales.
- Inmediatez: Vincular los contenidos a la actualidad.
Crítica literaria
Diferencias entre la reseña informativa y la crítica literaria
- Reseña informativa: Texto breve que informa sobre una novedad editorial.
- Crítica literaria: Valora las novedades editoriales y se publica en secciones de libros o cultura de la prensa diaria y revistas especializadas.
Diferencias entre la crítica literaria académica y la crítica literaria periodística
- Crítica literaria académica: Disciplina vinculada a la Filología que se expresa en ensayos o artículos en profundidad.
- Crítica literaria periodística: Género en sí mismo que se publica en medios periodísticos impresos o digitales.
Estructura de la crítica literaria
- Título: Corto, ingenioso y orientativo.
- Referencia o ficha técnica: Autor, título, editorial, ciudad de edición, año de edición, traductor, editor, número de páginas y precio.
- Crítica: Análisis, interpretación y juicio sobre una obra, además de información de su contenido.
Periodismo cinematográfico
Periodismo y cine
Los medios de comunicación son un canal para hacer llegar el cine a los espectadores y un ágora multimedia donde se sustancia el diálogo entre la sociedad y el cine.
Definición y perfil
- Definición: El periodismo cinematográfico es una rama especializada del periodismo cultural.
- Perfil: El profesional especializado en cine es ante todo periodista y su cometido principal es transmitir información.
Temas
El periodista cinematográfico debe estar informado sobre todo lo relacionado con el cine y el ámbito audiovisual.
La crítica
La crítica de arte es un elemento clave en la clasificación y jerarquización de las obras, así como en la formación del gusto del público.
Escritura del texto
- No realizar una sinopsis.
- No solo informar.
- Situar al director para trazar vínculos.
- Detectar qué transmite el director con el discurso del filme y valorarlo.
- Ubicar la película en la perspectiva del género, la tradición estética, la corriente artística o la cinematografía nacional en la que se inscribe.
- No solo opinar.
- Documentarse antes de escribir con toda la información sobre la película.
- Construir el texto sobre una idea fuerte.
Principio y final
El principio y el final son cuestiones decisivas para captar la atención del lector.
Argumentos en los artículos de opinión para defender una tesis
- Ejemplos.
- Sentir general o sentido común.
- Datos objetivos.
- Experiencia personal.
- Refutación de opiniones contrarias.
- Analogía.
- Argumento de autoridad.
- Argumento afectivo.
Periodismo cultural en Internet
Los nuevos emisores de contenidos de contenido y el periodista digital
Con la llegada de internet, el periodista tuvo que aprender a competir con nuevos agentes emisores de contenido:
- Técnicos desarrolladores y creadores de software.
- Lectores, blogueros, influencers y cualquier persona que pueda subir información o dar su opinión.
La labor del periodista
La labor del periodista en los medios digitales cobra más importancia que nunca y debe prestar atención a aspectos como:
- Vocación y olfato periodístico.
- Formación en periodismo y especialización.
- Cumplimiento de la deontología y la ética periodística.
- Experiencia de trabajar en medios.
- Criterio periodístico.
- Capacidad de seleccionar y jerarquizar el contenido.
- Manejo en la redacción y el estilo de escritura.
- Conocimiento y uso específico de los diferentes géneros periodísticos.
- Rigor informativo.
- Credibilidad y fiabilidad.
SEO en contenidos
Para que una web logre un buen posicionamiento se necesitan:
- Contenido: Calidad y cantidad para que Google considere el medio un referente en su temática.
- Tiempo: Para demostrar ser expertos en el tema y posicionar la web y sus contenidos.
- Dinero: Para invertir en recursos humanos técnicos y de contenido especializados en SEO.
Tipos de SEO
: –SEO on-page o SEO técnico: diseña una web fácil de rastrear, con una arquitectura lógica de URL y una estructura sencilla. –SEO de contenidos: hace referencia a la forma en que debemos escribir para que Google encuentre nuestro contenido con más facilidad y lo considere relevante. Estrategia de keywords o palabras claves, etiquetas, atributo, negritas, párrafos cortos, vínculos internos. –SEO off-page o referencial: consiste en conseguir vínculos externos a nuestra web y hacer que se hable de la página, para mejorar la consideración de Google y que los buscadores hagan que sea un sitio de referencia en la técnica. / Cómo optimizar el contenido para mejorar su posicionamiento: +Escribir sobre temas populares y de actualidad: así recibir más visitas. +Ser rápidos en publicar. +Seleccionar palabras clave precisas y relevantes. +Utilizar la palabra clave en el titulo HTML de la página. +Utilizar palabras clave en títulos y subtítulos del artículo. +Utilizar la palabra clave en el cuerpo de texto del artículo. +Incluir enlaces de calidad. +Hacer un buen uso de las imágenes. +No abusar de las palabras clave. +No escribir para los motores de búsqueda, pero conocer bien su funcionamiento. (Jaramillo)
Periodismo cultural reportaje y entrevista:
+La entrevista: herramienta básica del periodista. Halerín la define como: es la más publica de las conversaciones privadas. Funciona con las reglas del dialogo privado (proximidad, intercambio, exposición discursiva con interrupciones, en un tono espontaneo), pero está construida para el ámbito público. Es una conversación radial no un diálogo, centrada en uno de los interlocutores. Esta conversación privada-pública puede desglosarse en tres grandes etapas: -Preparación. -Encuentro con el entrevistado. -Redacción. / La preparación: +¿Cómo elegir a quién entrevistar? Sea un personaje famoso, curioso o muy representativo de algo. Qué esté ligado a una noticia. Diferentes tipos de entrevista: de personaje, de declaraciones, de divulgación, informativas, testimoniales… +¿Qué se busca? Que el entrevistado haga una revelación inédita, buscar algo que llame la atención de la gente. +Investigar sobre los temas que se van a hablar con el entrevistado. +Buscar buenas preguntas. / El encuentro: dos formas de enfrentarse a una noticia: -Estructura de un embudo: de lo más general a lo particular. -Estructura de un embudo invertido: al revés. Relación. Grabadora. Forma de abordar las preguntas incomodas. / La redacción: +Se escribe para el medio, los editores y, sobre todo, para los lectores. +No se escribe para satisfacer al entrevistado. +No hay un formato mejor que otro. +Usar la primera persona como una herramienta más. Si la 1ª persona aporta algo a la historia y hace que la entrevista sea más fluida, utilizarla. Si no es así, obviarla. +Cortar las respuestas muy largas. +Utilizar palabras de otros idiomas solo para ser precisos.
+La crónica: también denominada gran reportaje. Es el género híbrido por excelencia. La redacción: Salcedo explica que se puede empezar a escribir cuando siente que los testimonios se repiten. +A la hora de seleccionar el material para elaborar una buena crónica: -La estructura: información que el lector necesita. No es necesario que este toda junta sino que puede ir revelándose a través de los personajes. -El foco: la historia suele tener más aceptación si se basa en una persona y en una vida y todo lo demás acompaña. -El contexto: una buena historia tiene perspectiva, muestra que no surgió de la nada. +Solo utilizar la primera persona del singular si hay una buena razón para ello. +El periodismo narrativo típico de la crónica o del gran reportaje implica un compromiso con el lector que supone: -Que no haya escenas que se crearon combinando varias. -Que la cronología sea verídica. -Que no se exageren los acontecimientos. -Que no se inventen citas textuales. -Que no se atribuyan pensamientos a fuentes a no ser que las fuentes mismas hayan confirmado haber tenido dichos pensamientos. -Que no haya intercambio económico ni de ningún otro tipo con los sujetos que participan en la historia y que no se les dé control editorial sobre lo que saldrá publicado. +¿Cómo editar y terminar? -Dejar que pase el tiempo. -Completar. -Cortar. -Confirmar que haya una unidad.
Crítica literaria: Lluvia fina de Luis Landero.
Lama la atención la insistencia al comienzo de Lluvia fina en la desconfianza con que deben recibirse los relatos, que no son fiables ni inocuos. Las historias y las palabras «no son nunca inocentes», los relatos «no son inofensivos», se enfatiza. Y como Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948) no es de los escritores que hablen por hablar, ha de tomarse tal reiteración como el núcleo de pensamiento que espolea la dramática acción de la novela. Que semejante principio constituye su leitmotiv lo corrobora la repetición de ideas ya expresadas con idénticas palabras en el último capítulo: «los relatos no son inocentes».
En Lluvia fina tenemos, en consecuencia, un carrusel de historias entrecruzadas que se desmienten entre sí. A la enrevesada madeja de relatos da pie un hecho convencional. A Gabriel se le ocurre celebrar el 80 cumpleaños de su madre invitando a cenar a las dos hermanas, Sonia y Andrea, con sus respectivas parejas. Persigue con ello recomponer las enquistadas relaciones familiares, amasadas con odios radicales. A Gabriel le advierte su mujer, Aurora, del riesgo de que ese plan revuelva más las aguas emponzoñadas de los viejos rencores, pero lo pone en marcha. Aunque un hilo de suspense galvaniza el argumento de la novela, el narrador adelanta enseguida el desenlace: una historia «que empezó siendo trivial y hasta festiva y que ha acabado en ruina».
Una hábil estrategia narrativa prepara el terreno que desemboca en un tremendo final. Landero va presentando datos a propósito dispersos y un tanto confusos que contienen las piezas de un complicado mosaico familiar. Sin tardar, la trama se hace trasparente. El clan toma por confidente a la discreta Aurora y la hace depositaria de sus miserias. Todos tienen una necesidad compulsiva de contar. Cada cual tiene su versión, o mejor, su verdad de los hechos, y entre unas y otras existe una contradicción absoluta.
A esta abismal diferencia se llega a través de un múltiple perspectivismo del que surge una novela psicologista tradicional. Landero crea un espacioso fresco de etopeyas en las que suma rasgos individuales llamativos y marcas simbólicas: la madre, actualización del arquetipo de una terrible intransigente, una Bernarda Alba de la baja clase media urbana; Aurora, especie de mujer fuerte bíblica; las hijas, recomidas por el odio, evocación del mito cainita; el yerno, Horacio, dostoievskiana mente trastornada y alegoría luciferina; el otro yerno, Gabriel, contrafigura del Julien Sorel stendhaliano, hipócrita ensimismado en la indolencia; y en ausencia el «Gran Pentapolín», el padre, fantasma que recupera un paradigma básico del propio Landero, Faroni, el aventurero ilusorio que persigue la alegría movido por un extraño «afán».
La gavilla de personajes va incorporando el índice abultado de enfermedades del alma de un manual de psicopatología, de las leves a las graves. Y estas dolencias las estruja Landero para dibujar el mapamundi de las frustraciones de nuestra especie. Al hilo de las grandes verdades ocultas bajo maliciosos relatos que empapan a Aurora con la lluvia fina -de ahí el título del libro- del embuste, la novela mete felicidad, frustración, piedad, saña, pesadumbres o la condena de vivir en la turmix.
En realidad, estos ítems no suponen algo novedoso en Landero porque todos ellos están en su particular universo literario, un mundo moral bastante cálido que se interroga sobre la afanosa conquista de las ilusiones. Pero en Lluvia fina se produce un cambio muy notable. En la forma, sorprende la irrupción de un violento naturalismo, con cotas de crudo fisiologismo en las aberraciones de Horacio. En el fondo, nada queda de la mirada compasiva, cervantina, característica del escritor. La novela está polarizada por las ideas de desdicha, desgracia, desaliento, degradación… El final, para mí un punto excesivo, resulta despiadado. Lluvia fina es un libro amargo, durísimo, desolador, implacable. Muy oscuro.
Detras de la 12
Antes de que la trama desvele, en golpe de efecto teatral tan exageradamente naturalista como eficaz, el mundo perverso de Horacio, la novela ha discurrido por unas páginas que considero su cima, que evitan lo dialogal, porque precisaba ofrecer aquello que en la novela reina: el universo de reflexiones, de dudas, de Aurora respecto a su marido Gabriel. Esa purga interior de Aurora, excelentemente narrada, es la que hace zozobrar su perseverante paciencia hasta precipitar un final tan sorprendente como necesario. Otra novela soberbia de un gran Landero.
Sobre los límites de la mentira en la época de la posverdad trata Lluvia fina (Tusquets). ¿Hay que mentir, es necesario hacerlo, todos mentimos alguna vez, mentimos sólo para agradar? Luis Landero despliega un buen muestrario sobre los matices del embuste a lo largo de esta novela. «Es temerario decir todo lo que se piensa», dijo a La Esfera el escritor en una entrevista al editarse el libro.
«Ahora ya sabe con certeza que los relatos no son inocentes, no del todo inocentes. Quizá tampoco lo sean las conversaciones de diario, los descuidos y equívocos verbales o el hablar por hablar. Quizá ni siquiera lo que se habla en sueños sea del todo inocente». Son las primeras palabras de Lluvia fina, donde se desliza ya lo que se pretende tratar. El sugerir más que el contar, las medias palabras, el comentario con puntos suspensivos.
Para enredar más la madeja: la vida no es la que uno vivió sino la que recuerda, decía Valle-Inclán; tanto para ser contada o para escribirla, como sostenía García Márquez. «Mentir es necesario para vivir, para convivir. Incluso en el amor», asegura Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948). Más peligroso y complicado es todavía decirlo a la familia. Todavía más cuando se trata de una reunión. Este es el escenario de Lluvia fina. Con motivo del 80 cumpleaños de la madre, Gabriel, uno de los tres hijos, llama a sus dos hermanas para festejarlo. Lo que hizo o dejó de hacer la madre (una mujer de carácter, de las de moño prieto, ahorro y miedo a la sonrisa porque trae desgracia) es clave. Como la nuera Aurora, una mujer que por su aparente bonhomía es la guardiana involuntaria de las distintas versiones que tiene cada familiar respecto de los demás. A medida que se avanza en la obra, los viejos rencores afloran, sale a relucir (terso y brillante) lo que hace tanto se dijo y no se olvidó. Se va tejiendo una tela de araña con muchos matices que resucitan con mayor o menor saña.
También asoma, como personaje secundario, el padre, un representante agrícola que con su fantasía supone el contrapunto a la Bernarda Alba de su mujer. O un antepasado desdibujado, quizá grandioso, quizá grotesco (Pentapolín). Bodas forzadas, una tienda de las de ovillos, cremalleras y botones, la figura del practicante con su maletín…
El libro de Landero es de los que abrazan. Uno se siente cómodo entre sus páginas. Se deja envolver. Como en El balcón en invierno (2014), aquella narración que basculaba entre el esplendor de su infancia al amparo de una familia de labradores de Extremadura y el barrio madrileño de Prosperidad, donde se abrió a la vida adulta. Si El balcón… mostraba su despertar al mundo, aquí, en Lluvia fina, todo acontece a partir de una muy breve noticia de un periódico que contaba una tragedia tras una reunión familiar. Fue un destello que se le disparó: de repente vio que ahí estaba la novela. Durante apenas tres meses fue madurando la idea y sólo necesitó cuatro o cinco para escribirla.
«En la familia todo se encona porque hay cuentas que sanar, agravios que la imaginación exalta. O se inventan. Traumas… Y, por supuesto, reproches que se suelen hacer tardíamente. El victimismo está en todas partes, siempre buscamos culpables. Ese ‘yo podría haber hecho…’. Las frustraciones las proyectamos en la familia. O en la política», agrega Landero.
Lo difícil es comprender sin juzgar: esta es la grandeza de Cervantes, según el escritor, que no hay que confundir con ser indulgente. El hombre, la naturaleza humana, sostiene Landero, es egoísta y rencorosa, siempre surge la competencia para ver «quién la tiene más larga». Es muy difícil dialogar, dice, en este país. «Antes se desconvencía»
«Lluvia fina», la trampa de las confidencias familiares
Si Luis Landero hubiese querido, habría podido escribir una tragedia, que es el género que mejor se asocia a esta espléndida novela, no solo por la catarsis de un final sacrificial para el único personaje inocente del drama, sino porque técnicamente buena parte de la trama (excepto la historia de Gabriel y Aurora a la que luego iré) es, en el fondo, un diálogo, continuado, casi siempre telefónico, de todos los familiares con Aurora, quien les escucha, primero comprensiva y finalmente asustada de esta lluvia de reproches que va calando como si fuese fina, pero que es pertinaz reproducción de distintas mediocridades y malsanas derivaciones psicológicas. Una mujer, la madre, a la que la viudedad empobrecida convierte en una Bernarda Alba, que provoca tanto la frustración amorosa y laboral de Andrea, como la entrega de su otra hija, Sonia, casi adolescente, a Horacio, un enfermo de degenerada patología sexual, cuando no se da en algún caso el sinsabor de la mediocridad intelectual trasmutada en mentira profesional y afectiva de Gabriel.
Uno podría preguntarse si el final de la novela es justo, pero no si es pertinente, porque el elemento trágico del componente literario que tiñe toda la obra solo podría justificarse desde tal desenlace, moralmente injusto, literariamente necesario. A este crítico no le sorprende que esta novela sea tan buena, casi me atrevería a calificarla como la mejor de Landero tras «Juegos de la edad tardía», puesto que llevaba el escritor extremeño varias entregas en estado de gracia, sin ir más lejos las dos últimas: «El balcón en invierno« (2014) y « La vida negociable» (2017).
Palabras dañinas: Pero lo que sí asombra es que ocurra en un registro y un mundo bastante diferentes al de sus títulos anteriores, incluso aparentemente opuesto. Excepto en ese breve homenaje a su Faroni, en el antepasado Pentapolín, con quien el padre fallecido había entretenido la imaginación de los tres hijos que van a ser protagonistas de la tragedia, porque su vida ha ahuyentado la fantasía y toda magia, sustituidas por la vulgar administración de un mediocre malpasar social y afectivo. He dicho «aparentemente» porque siempre hubo en Landero, pero acentuado en los últimos tramos de su obra, un rescoldo del fracaso agazapado dentro de cada una de las bromas picarescas, como si su mundo, que es de estirpe cervantina, se tiñese, si no del cinismo de Quevedo, si al menos de «Guzmán de Alfarache».
Esta es una novela familiar, que arranca con el motivo de peleas entre todos, que afloran con la iniciativa de juntarse a celebrar con la madre sus ochenta años. Esa especie de sinsabor agrio de los celos entre hermanos, de los reproches larvados, de las ambigüedades soterradas, y lo dicho a medias o lo no dicho. Porque con las palabras se puede hacer mucho daño, es más, no hace falta ser un filósofo americano del lenguaje para saber que la gente hace más cosas (y más daño) con las palabras que con las acciones.
Purga interior: Por tal razón el excelente «incipit» de esta novela, que creo adeuda bastante a las de Javier Marías, ha deparado uno de sus arranques mejores, porque plantea el tema, muy «mariesco», de los peligros del contar y del decir, o de si no habría sido mejor no contar, o decir menos; o bien por quien escucha, no haber oído, no haber sabido, asunto que Landero retoma antes del desenlace, marcando por tanto el «leitmotiv» de que los mayores daños, en las familias imperdonables y muchas veces irreparables, han nacido verbales, por acción (haber dicho) o por omisión (haber callado).
Antes de que la trama desvele, en golpe de efecto teatral tan exageradamente naturalista como eficaz, el mundo perverso de Horacio, la novela ha discurrido por unas páginas que considero su cima, que evitan lo dialogal, porque precisaba ofrecer aquello que en la novela reina: el universo de reflexiones, de dudas, de Aurora respecto a su marido Gabriel. Esa purga interior de Aurora, excelentemente narrada, es la que hace zozobrar su perseverante paciencia hasta precipitar un final tan sorprendente como necesario. Otra novela soberbia de un gran Landero.