Pintores italianos del barroco


Una serie de cuadros religiosos plenamente tenebristas (Crucifixión de San Pedro, Conversión de San Pablo, Entierro de Cristo) muestran escorzos violentos y composiciones barrocas en diagonal, aspa o en línea abierta; están desprovistos de toda idealización religiosa:
Devotos pastores o esbirros enseñan sus sucios pies en primer plano.

En conclusión su pintura es tensa y violenta, tanto en técnica como en formas, es expresión del Barroco más desequilibrado. Su pintura, rebelde y punzante como su vida, llenade altercados y violencias con una muerte joven, supuso una revolución contra los ideales estéticos renacentistas. El deseo de verdad suscitó en su contra protestas de los círculos academicistas y lo convierte en el primer artista capaz de provocar escándalo. A pesar de ello tuvo aceptación y no le faltaron encargos; aunque tuvo pocos seguidores en Italia.

La pintura flamenca: Rubens

La pintura barroca va a ver la formación de escuelas de alta calidad en las tierras de Flandes y Holanda, que quedan divididas por la cuestión religiosa.

En Flandes, católico y bajo dominio español, el peso de la nobleza es enorme. Abundan los temas religiosos en grandes lienzos para las iglesias; la corte y la nobleza se interesan por la mitología para la decoración de sus palacios.

La pintura flamenca va asociada a la figura de Pedro Pablo Rubens que representa el barroco monumental o decorativo, al servicio de la Iglesia católica y de las monarquías absolutas.

Rubens funde en su pintura la tradición italiana y flamenca: formado en Italia, recibe ante todo dos influencias: el predominio del color de Tiziano y los valores plásticos de Miguel Ángel;
Pero la mezcla resultante está modificada por el flamenco que nunca dejó de ser. Vuelto a Amberes, cobra pronto gran fama, es diplomático y se convierte en el pintor de los príncipes católicos: los encargos fueron tan abundantes que en su taller trabajaron más de doscientos ayudantes; Rubens sólo hacía el boceto y los retoques finales en la mayoría de las obras.

Son rasgos distintivos de su estilo:

  • Una pintura caracterizada por la abundancia, sensualidad, dinamismo y desbordamiento de las formas. Representa el Barroco más fastuoso y opulento incluso en el formato de los cuadros, de gran tamaño.
  • EI culto al desnudo femenino con un ideal estético nada esbelto, opulento, y caracterizado por las adiposidades sonrosadas y nacaradas.
  • La desaparición de la línea, sustituida por pinceladas sueltas y contornos difusos, en curvas y contracurvas.
  • Su facilidad para componer, con escenarios amplios y teatrales aprendidos de los venecianos; mediante un movimiento exuberante, conseguido con la línea curva, enlaza con soltura los personajes en composiciones asimétricas:
    Elípticas, en guirnalda, en diagonal o en líneas oblicuas.

En las obras religiosas despliega su concepción aristocrática en escenografías palatinas como la Adoración de los Magos, que ofrece la ostentación y el lujo del séquito regio; el Descendimiento de la catedral de Amberes se organiza en una gran diagonal. En los temas mitológicos da rienda suelta a su fantasía y al gusto por el desnudo de formas llenas y de gran dinamismo: El rapto de las hijas de Leucipo o Las tres Gracias.

La serie de 21 lienzos del Ciclo de María de Medici es un buen ejemplo de Barroco cortesano,  destinado a glorificar a la monarquía con composiciones teatrales y lujosas. Tiene, por último, escenas de costumbres como la Danza de aldeanos con composición elíptica y movimiento en torbellino, rebosante de alegría y vitalidad.

La pintura holandesa: Rembrandt

Tras la larga guerra por la independencia mantenida contra España, Holanda es una nación próspera que adopta un camino diferente.
La evolución de su pintura está marcada por los gustos de la burguesía calvinista, devota y trabajadora, que implanta un ideal de moderado bienestar material y se convierte en compradora de cuadros de pequeño formato.

La pintura holandesa se va a caracterizar así por el realismo burgués, austero y nada estridente. Estos condicionantes la hacen profundamente original en los temas: lapintura religiosa ocupa un plano muy secundario. Cobran auge sin precedente los temas profanos relacionados con la realidad del país: el retrato individual o de corporación, la pintura de costumbres, de escenas de interior, de paisajes, marinas, bodegones, flores, animales.

Rembrandt van Rijn es el más grande pintor holandés. Si Rubens había representado el aspecto exuberante y cortesano del Barroco, Rembrandt encarna la parte dramática e introvertida.

Muestra un tenebrismo aún más contrastado que el de Caravaggio: en sus cuadros la sombra invade casi toda la tela; sólo una pequeña parte del cuadro es iluminada por una luz vívida e intensa. Se ilumina sólo aquello que se quiere destacar: una escena, un rostro, una parte del rostro o un objeto secundario. En esa zona consigue, mediante el juego de la luz, evocar las calidades y los reflejos de los objetos o de la piel, con colores menos brillantes y cierta tendencia a la monocromía.

Por otra parte Rembrandt estimó la sinceridad y la verdad por encima de la belleza y armonía y no huyó de la fealdad. Se esforzó siempre por reflejar la realidad en una pintura sobria y severa.

Rembrandt trató los siguientes temas:

  • Retrato individual


    Nos ha legado numerosos autorretratos en los que nos describe al hombre que con penetrante mirada está acostumbrado a mirar sinceramente su rostro, nada bello, en el espejo. Idéntica sinceridad tienen otros retratos: El hombre del yelmo o Retrato de Jan Six son seres humanos verdaderos, que participan de una nota común de severidad.
  • Retrato de corporación


    La Lección de anatomía es encargo del gremio de cirujanos de Amsterdam en donde el pintor muestra sus dotes compositivas: el doctor Tulp imparte la clase utilizando el cadáver de un ajusticiado, centro del cuadro yfoco que ilumina los atentos rostros de los asistentes, organizados en una pirámide. La ronda de noche es un homenaje a los holandeses que se levantaron para defender sus libertades, organizado en líneas diagonales asimétricas y con un fuerte claroscuro en el que del fondo de sombras y vestidos negros ayudan a resaltar los encajes blancos y rostros fuertemente iluminados.
  • Es uno de los pocos pintores que hacen pintura religiosa, muy distinta de la iconografía católica. Son escenas del Antiguo Testamento y de la Vida de Cristo hechas en interiores;
    Los personajes son veraces y están inspirados en judíos de Amsterdam y en orientales que conoció en los puertos; quiere con ello expresar la universalidad del cristianismo.
  • Por último pintó, como buen holandés, algunas escenas de género (Mujer bañándose), paisajes (La tormenta) y naturalezas muertas (El buey desollado).

La pintura española: Velázquez

El siglo XVII es el Siglo de Oro de la pintura española, tanto por la abundancia de pintores de primera fila como por su originalidad.

La pintura hispana cobró pronto una vertiente naturalista, orientándose muchas veces a la captación de tipos populares o a la expresión de los más variados sentimientos religiosos.Salvo Ribera y Velázquez, los pintores no mostraron una preocupación por la composición o el movimiento, se limitan a la simple yuxtaposición de objetos y personajes. En cambio la preocupación por la luz fue una constante, todos se entregaron a su estudio desde fecha temprana; el tenebrismo penetró pronto y la mayoría lo practicó en alguna ocasión.

Otro rasgo característico (una vez más salvo Velázquez) fue la escasez de temas:
El cultivado con más intensidad fue el religioso, la iconografía es muy rica e insiste en la representación de los temas condenados por los protestantes: Inmaculadas, cuadros de martirios, monjes ascéticos y éxtasis místicos. El retrato responde casi siempre a la demanda de la Corte y el tema mitológico es casi inexistente.

Diego Velázquez es el autor cumbre de la pintura barroca española; su obra superó claramente a la de sus contemporáneos y le sitúa en el ámbito de los grandes pintores universales.

Inicia su formación en Sevilla, donde abraza muy pronto dos rasgos de la época: el tenebrismo, con predominio de los colores mates en tonalidad madera; y el naturalismo que no abandonará nunca; pero es el suyo un naturalismo sereno, poco amigo del exceso, debido a su temperamento equilibrado. El gusto por representar las calidades de las cosas va acompañado todavía por cierta rigidez compositiva y dureza escultórica. De esta época destacan sobre todo temas de costumbres:
Vieja friendo huevos o El aguador.

En 1623 viaja a la Corte, obtiene la protección del conde-duque de Olivares y se convierte en retratista oficial de la familia del rey Felipe IV.
Este hecho amplía su horizonte pictórico: conoce las colecciones reales, a Rubens y viaja a Italia en dos ocasiones. El resultado es una evolución pictórica caracterizada por los siguientes rasgos:

  • Abandona el tenebrismo y su paleta se aclara, pasando a ser desde entonces, básicamente, luz y color.
  • La factura de la pincelada, hasta entonces fina y uniforme, pasa a ser suelta y deshecha, a base de manchas que vistas de cerca parecen inconexas y destruyen la forma, pero de lejos dan la completa apariencia de realidad. Se trata de una técnica impresionista que aparece ya plenamente formulada en los paisajes de Villa Medicis.
  • Velázquez representa la profundidad mediante la perspectiva aérea, captando lo más inmaterial, el aire atmosférico, que se interpone ente los objetos y el espectador y hace que aquéllos pierdan precisión y se difuminen.

Su posición privilegiada le permite abarcar los temas más variados:

Aproxima el tema mitológico a la realidad y lo presenta como escenas de la vida ordinaria: en Los borrachos o El triunfo de Baco rodea al dios clásico de hombres achispados de taberna; La fragua de Vulcano capta, con ironía y buen gusto, el instante en que Vulcano conoce la infidelidad de su esposa Venus ante el asombro de los trabajadores de la fragua, organizados en una inteligente pirámide asimétrica.

Hace numerosos retratos de Felipe IV y su familia, llenos de colorido y con magníficos fondos grises verdosos y plateados de la sierra del Guadarrama. Con técnicaimpresionista las manchas de color se convierten en calidades matéricas de brocados, sedas, joyas o crines de los caballos.

La veta naturalista le lleva a retratar a los bufones de la Corte (Pablillos de Valladolid, El niño de Vallecas) con respeto y comprensión, de acuerdo con su carácter bondadoso.

Hace cuadros de Historia como La rendición de Breda o Las lanzas. Es una alabanza a la monarquía hispana, elige el momento en que el general holandés Justino de Nassau entrega las llaves de esa ciudad a Ambrosio de Spínola, jefe de las tropas hispanas. La composición es equilibrada, a los lados ambos ejércitos con tipos raciales bien distintos, y en el centro una diagonal para los dos generales. La profundidad viene dada por el espacio central vacío que lleva la vista al fondo de brumoso paisaje, las lanzas y los escorzos de los caballos.

Al final de su vida hace sus dos cuadros más logrados:

Las Meninas: COMENTARIO ESPECÍFICO

Las Hilanderas o La fábula de Aracne es una composición artificiosa de interpretación equívoca: cuadro de costumbres o tema mitológico, hasta hace poco se creía que representaba a la fábrica de tejedoras de tapices; hoy se considera una muestra del conocimiento de la mitología por parte de Velázquez. Representa la disputa entre Atenea y Aracne en primer plano y, más al fondo, no sabemos si integrado o no en el tapiz, el momento en que Minerva reprende a Aracne por tejer las bajezas de los dioses y la va a convertir en araña. La escena es de interior y la iluminación que entra desde la izquierda deja entrever el polvillo del taller suspendido en el aire atmosférico.

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