El Régimen de Franco (1939-75) fue una dictadura militar y personal no transitoria. Impuso un sistema totalitario sin libertad ni constitución, y era él quien controlaba todos los poderes. La política económica autárquica estuvo caracterizada por la depresión, la escasez de todo tipo de bienes y la interrupción drástica del proceso de modernización y crecimiento iniciado por el Gobierno de la República. Posteriormente, se produce una liberación del mercado y la apertura al exterior, que genera un gran despegue económico, aunque en menor medida que en el resto de Europa. Por último, la economía española también se ve favorecida por el desarrollo económico internacional, gracias al bajo precio de la energía, a la mano de obra barata, y a las divisas que proporcionan emigrantes y turistas. Por otro lado, hubo importantes transformaciones sociales, y España pasó de ser una sociedad rural a una urbana. La mejora del nivel de vida de la población conllevó que la oposición al franquismo aumentase, continuando así las manifestaciones, las protestas y las huelgas.
La política económica franquista tenía como objetivo establecer una economía autárquica para reducir las importaciones y lograr el autoabastecimiento. Contaba con la intervención del Estado y, en 1939, se estableció la Ley de Protección y Fomento de la Industria Nacional, que intentaba limitar la entrada de capital y la producción extranjera. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI)
, con el fin de articular, fomentar y nacionalizar la industria, prestando especial atención a la militar. Surgieron empresas públicas como IBERIA, ENSIDESA, ENASA o SEAT. Al mismo tiempo se nacionalizan la telefónica y los ferrocarriles (RENFE). El plan, poco consistente, fue adaptándose a las necesidades político-económicas y a los intereses particulares vinculados al régimen.La agricultura salió muy perjudicada con este sistema. El atraso técnico, la falta de abonos, el paro encubierto y las medidas autárquicas, a lo que se sumó una grave sequía, provocaron una disminución de la producción. Así, se pusieron en marcha planes integrales para mejorar la terrible situación con el desarrollo de regadíos, construcción de viviendas, extensión de la red eléctrica… La política económica tuvo muchos fallos y no funcionó de forma adecuada. Ante la ausencia de un mercado competitivo, los precios se fijaron de forma arbitraria y los productos protegidos se encarecieron mucho, elevando la inflación y frenando el crecimiento.
El régimen utilizó Auxilio Social ante la escasez de alimentos, la extrema pobreza y el hambre. Asimismo, se distribuyeron cartillas de racionamiento para asegurar el abastecimiento mínimo para la población, y se obligó a entregar a través del Servicio Nacional del Trigo el excedente agrario.
La escasez de alimentos fue en aumento y las medidas tomadas resultaron insuficientes. Como consecuencia apareció el mercado negro, conocido como estraperlo, basado en la especulación, en el que era posible encontrar abundantes productos a precios altos. Esta práctica favoreció la usura y el amiguismo.La situación internacional y las dificultades económicas internas obligaron a Franco a remodelar su gobierno en 1951. Pero en 1957, aconsejado por Carrero Blanco, formó un nuevo gobierno, incluyendo algunos miembros del Opus Dei, a los que se llamó tecnócratas,que eran aperturistas en materia económica yconservadores en temas político-sociales. Entre las primeras medidas, el gobierno devaluó la peseta y puso en marcha una reforma fiscal. Además, España entraba en la OECE y en el FMI (1958), aunque no fue admitida en la OTAN ni recibió los beneficios del Plan Marshall.
Se llevaron a cabo una serie de leyes, la última de las cuales fue la Ley Orgánica del Estado, que cerraba el largo proceso constituyente e institucional y dotaba al régimen de una especie de constitución, en un intento por satisfacer a los países democráticos. Además, aseguraba la monarquía dentro de los principios del Movimiento, aunque fue legitimada por él como vencedor de la guerra civil para continuar su obra. El Decreto-Ley de Nueva Ordenación Económica, conocido como plan de estabilización (1959), ponía fin a la autarquía.
Su objetivo principal era equilibrar la balanza de pagos, aplicando reformas de carácter monetario-fiscales que limitaron el crédito al sector privado, suprimieron los subsidios fiscales a las empresas públicas, controlaron y redujeron el gasto público y concedieron una amplia amnistía para los capitales repatriados. También se establecieron medidas comerciales como la devaluación de la peseta, su convertibilidad y la liberalización de las inversiones extranjeras y del comercio exterior.
Las condiciones de vida empeoraron inicialmente y los efectos negativos se dejaron sentir en la congelación de los salarios, aumento de algunos impuestos, crecimiento del paro y reducción de las horas trabajadas, menor demanda interna, cierre de empresas y mayor emigración exterior. Por el contrario, los efectos positivos se vieron en la concentración de la inflación, el aumento de las exportaciones industriales y un mayor equilibrio de la balanza de pagos.
En 1962 se creaba la Comisaría del Plan de Desarrollo, dirigida por López Rodó.
Los planes se centraron en la industria, que experimentó un crecimiento rápido en los sectores automovilístico, siderúrgico y químico. Se crearon polos de desarrollo (Barcelona, Bilbao, Madrid) para favorecer a las zonas menos industrializadas, pero fueron abandonados junto con los proyectos menos rentables, perjudicando así a las regiones más atrasadas. Las mejoras en transporte ferroviario y por carretera, los canales de distribución y comercialización de productos y la creación de empleo fallaron debido a la escasez de su desarrollo. Esto sucedió cuando España comenzó a acercarse a Europa y se insertó en la economía internacional, liberalizando su mercado y firmando un acuerdo preferencial con la CEE.Por su parte, el turismo tuvo un gran impacto en la estructura urbana, el desarrollo económico del litoral mediterráneo y las islas, y en la modernización de las costumbres. Las remesas de dinero que los emigrantes españoles enviaban a sus familias, unidas a los ingresos por turismo, fueron fundamentales para equilibrar la deficiente balanza de pagos, así como la inversión extranjera en las industrias más rentables.Entre 1960 y 1975 se triplicó la renta nacional;
El PIB aumentó y la renta per cápita se duplicó. Así, España se convirtió en un país industrializado, pasando de una economía eminentemente agraria a una industrial, por lo que la población activa pasó a dedicarse mayormente al sector servicios.
El crecimiento demográfico y el desigual reparto de la riqueza intensificaron el proceso migratorio. Los turistas mostraron al país otra forma de vida mejor, así como también lo hacían los emigrantes que volvían a España, lo que disminuía el riesgo de guerras por la mejora del nivel de vida. La migración también favoreció el desarrollo urbano, ya que las ciudades se poblaron debido a la pérdida de habitantes de zonas rurales. Las clases medias aumentaron y la sociedad se volvió más diversificada y dinámica.Por otro lado, cabe destacar que el papel de la mujer varió, por su formación y por su incorporación al mundo laboral. Asimismo, el consumismo irrumpió con fuerza en España, con la aparición de nuevos electrodomésticos y del popular automóvil SEAT 600. Se produjo también una mejora en la educación, y con la Ley General de Educación de Villar Palastí se estableció como obligatoria la escolarización hasta los 14 años. También, el nuevo movimiento obrero creció y se hizo fuerte en los principales centros industriales en torno a las Comisiones Obreras (CCOO)
.En cuanto a la oposición del franquismo, encontramos al grupo estudiantil, que convirtieron la Universidad en un foco antifranquista. Además, la Iglesia se iba haciendo cada vez más independiente, lo que Franco tomó como una traición. Los partidos políticos, PSOE y PCE, que eran opositores, tomaron importancia. Por último, surgieron movimientos nacionalistas como ETA o el GRAPO.
En conclusión, España experimentó un crecimiento de la población desequilibrado, pues aumentaba más en las ciudades industrializadas. Pero con los diversos avances económicos llegó a ser la 10ª potencia industrial del mundo, pasando de ser rural a ser industrial. Este cambio se produjo gracias a los planes de desarrollo, que favorecieron la economía, la emigración que aportaba divisas al igual que el turismo y la inversión extranjera.