Plaza de San Pedro del Vaticano: Arquitectura Barroca de Bernini al Servicio del Papado


Contexto Histórico y Artístico

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), figura cumbre del Barroco italiano, diseñó y construyó la Plaza de San Pedro entre 1656 y 1667. Esta obra maestra se enmarca en un período de profunda crisis en Europa (siglo XVII y primera mitad del XVIII), caracterizado por:

  • Crisis económica y demográfica: malas cosechas, hambrunas y epidemias.
  • Conflictos políticos: Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
  • División religiosa: enfrentamiento entre católicos y protestantes.

En este contexto, el arte barroco, a menudo percibido como recargado, fue en realidad una manifestación artística original con grandes logros estéticos. Se caracterizó por su:

  • Función propagandística:
    • El Papado, defensor de la Contrarreforma, utilizó el arte como propaganda católica.
    • Las monarquías absolutas (Francia con Luis XIV y España con Felipe IV o Felipe V) lo emplearon para exaltar su autoridad.
    • En Holanda, sirvió para la propaganda y exaltación de la clase burguesa.
  • Recursos artísticos dirigidos a los sentidos: Buscaba provocar un impacto emocional. Frente al equilibrio renacentista, se optó por el movimiento y lo efectista en arquitectura, lo dramático en escultura, y los juegos lumínicos y el color en pintura.
  • Finalidad conservadora: Conmover y emocionar al pueblo para mantenerlo obediente al orden establecido.
  • Interés por la sorpresa visual: La apariencia de riqueza y lo deslumbrante expresaban el poder de la Iglesia o del monarca.

Bernini y la Plaza de San Pedro

En Roma, el Papado, cuestionado por los protestantes, buscó convertir la ciudad en el centro de la Iglesia Católica. La idea era atraer a los fieles a través de la conmoción y la sorpresa. Esto se tradujo en reformas urbanísticas y la creación de edificios y espacios escenográficos, como la Plaza de San Pedro.

Bernini, artista polifacético (arquitecto, escenógrafo, escultor y pintor), trabajó al servicio del Papado. Su objetivo era engrandecer Roma como capital espiritual de la cristiandad. Aunque conservó elementos renacentistas (como la medida del hombre), introdujo innovaciones basadas en el movimiento y el efectismo (plantas elípticas, curvas y contracurvas) y una rica decoración (mármoles veteados, bronces y estucos pintados).

Descripción y Análisis de la Plaza

Cronología: 1656-1657
Dimensiones: 340 x 240 metros (plaza elíptica) y 15 metros de altura (columnas).

Tras la finalización de la Basílica de San Pedro, con planta longitudinal y fachada realizadas por Carlo Maderno, el Papa Alejandro VII encargó a Bernini la construcción de la plaza. El objetivo era crear un espacio capaz de acoger a grandes concentraciones de fieles.

Bernini concibió dos plazas unidas:

  1. Plaza Recta (Piazza Retta): De planta trapezoidal, se estrecha hacia la basílica, obligando al espectador a centrarse en la cúpula.
  2. Plaza Elíptica: Su eje mayor es paralelo a la fachada y está remarcado por el obelisco central y las dos fuentes situadas en los focos de la elipse. El obelisco impide la visión frontal de la cúpula, obligando al espectador a girar y apreciar el espacio curvo.

La columnata que rodea la plaza elíptica está formada por 284 columnas de orden toscano y 88 pilastras, dispuestas en cuatro filas. Estas columnas forman tres pasillos, el central lo suficientemente ancho para permitir el paso de carruajes. Sostienen un entablamento jónico y una balaustrada adornada con estatuas de santos, realizadas por discípulos de Bernini, que simbolizan el triunfo de la Iglesia.

Función y Significado

La Plaza de San Pedro cumple una función propagandística al servicio del Papado y de Roma como centro de la cristiandad. Existen varias interpretaciones simbólicas:

  • La forma elíptica de la plaza representa a la Iglesia (con planta de cruz latina) abrazando y acogiendo a los fieles.
  • Otra teoría sugiere que la plaza y la cúpula simbolizan la tiara pontificia, representando a la Iglesia dirigida por el Papa acogiendo a los fieles.
  • Su diseño permite la visión del balcón desde el cual el Papa imparte la bendición «Urbi et Orbi».

La Plaza de San Pedro es un espacio abierto y teatral que ofrece múltiples puntos de vista, un claro ejemplo de la arquitectura barroca al servicio del poder religioso.

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