Poder en Foucault y Marx: Un Análisis Comparativo
Introducción
Para analizar las diferencias entre el pensamiento de Foucault y Marx, primero debemos examinar sus respectivas concepciones sobre los modelos de poder, para luego poder comparar ambas ideologías.
Marx y el Poder
Para Marx, el poder implica una división clara entre una clase dominante que ejerce el poder y otra clase dominada que lo sufre. La clase dominante controla los medios de producción, mientras que la clase dominada se ve privada de esta influencia.
Marx reconoce cierto poder de la clase obrera para revolucionarse, pero en general, el poder se concentra en un grupo específico de personas.
Foucault y el Poder
La concepción de Foucault sobre el poder difiere significativamente de la de Marx.
Foucault ilustra su concepto de poder con el ejemplo de la tortura, donde el castigo busca infundir miedo en la población. En este modelo, el poder reside en el rey, la monarquía o el estado. Este modelo de poder se denomina poder soberano, donde el poder se centra en la figura del rey. Es un poder público y visible, que se manifiesta en los castigos públicos. Este es el modelo anterior.
El daño era público, apasionado y organizado. Durkheim argumentaría que esta práctica construye solidaridad y refuerza la consciencia colectiva (efervescencia colectiva) y los valores de la comunidad.
Para Foucault, este es un acto de poder que demuestra a la gente el poder del estado, infundiendo miedo para asegurar la obediencia a la ley.
El nuevo modelo actual de poder traslada el castigo de la plaza pública a sitios privados, detrás de las puertas públicas, un poder menos visible.
El objetivo del poder anterior era crear miedo y controlar a la población. El objetivo del nuevo modelo de poder reside en la corrección, la reforma y la idea de cambiar el alma de las personas. Es un poder que Foucault denomina poder disciplinario.
Poder Soberano vs. Poder Disciplinario: Diferencias Clave
El poder soberano reside en el estado y se manifiesta como un evento público (en forma de desfile o tortura), donde el estado se hace visible. El nuevo tipo de poder, el disciplinario, no es poseído, sino que circula por las instituciones de la sociedad y está inmerso en las estructuras materiales de la sociedad. Los panoptismos son una forma de poder y control del orden y la productividad. Aparatos como las cámaras de vigilancia nos hacen sentir observados, una característica principal de este tipo de poder, lo que se llama la observación jerárquica. Si nos sentimos observados o vigilados, somos más propensos a comportarnos y respetar las leyes. Otras características incluyen la sanción normalizadora como método de corrección de las desviaciones de la norma y el examen como técnica de observación, evaluación y clasificación de los individuos. Este es un poder capilar, como el cuerpo, que se encuentra en todas partes, no solo en sitios concretos o de exposición. No se centra en un colectivo, sino que es un poder productivo que produce subjetividades y es una fuente de posibilidades. Esto está relacionado con la sexualidad, donde momentos como ir al psicólogo, confesiones y hablar sobre la sexualidad y los deseos ilícitos contribuyen a la idea de que la sexualidad es el eje de la individualidad partiendo de hipótesis represivas. Este nuevo modo de poder es productivo, produce individualidades y no solo actúa sobre objetividades, sino que produce ideas sobre uno mismo y sobre la propia esencia. Los esfuerzos por controlar y reprimir el sexo conllevan una proliferación de discursos sobre esto, siendo considerada una conducta inapropiada de la época que en ocasiones conllevaba prohibiciones duras.
Conclusión
Iniciamos la argumentación hablando sobre el poder soberano, aquel que residía en la figura del rey basado su expresión de castigo publico como modo de transmisión de miedo y control. Pero con la evolución de las sociedades este poder ha cambiado al poder disciplinario, aquel donde su principal objetivo es la corrección y reformas de conductas de las personas.
Concluimos que el poder produce nuevas formas de subjetividad y nuevas formas de objetividad, y Foucault quiere ilustrar estas nuevas formas de poder.