Gloria Fuertes: «Miradme Aquí»
Contextualización
El poema «Miradme Aquí» pertenece a Gloria Fuertes, figura destacada de la Generación del 50 y, más concretamente, de la poesía social. Esta corriente literaria se caracteriza por utilizar la literatura como un medio de toma de conciencia social. En la obra de Fuertes, se aprecia un lenguaje sencillo y coloquial, así como un marcado carácter narrativo. La autora destaca por escribir sobre la metapoesía, la existencia (en soledad y el dolor) y la solidaridad humana, sugiriendo que la falta de amor conduce a la soledad. Cabe destacar que Gloria afirmó que su poesía era autobiográfica, por lo que se caracteriza por ser humana y social, pero no política. «Miradme Aquí» está extraído de la obra Todo asusta (1958), en la cual predominan el temor, la melancolía y las dudas. La incertidumbre se ve reflejada en este poema en el verso 23: «Si no sé nada». También aparecen otros temas como la soledad («contando estoy y me acompaño sola», v. 6), que contrasta con las apelaciones por medio de la segunda persona del plural: «miradme aquí» (vv. 1 y 4), donde se busca la complicidad de los lectores.
Temas y Argumento
En cuanto a los temas, en el poema predomina la angustia que le genera al yo lírico la ignorancia de todo lo que le rodea. También vemos la soledad («me acompaño sola»), la incertidumbre («¡si no sé nada!») y el miedo («y me coso las carnes con mi hilo de voz»).
En lo atinente al argumento, el yo lírico se siente atrapado y solo. Tiene acceso a la sabiduría («clarividencias me rodean»), pero la incertidumbre que siente («si no sé nada»), fruto de la inseguridad y del miedo («y sapos hurgan en los rincones»), predomina ante los interrogantes del mundo («Me preguntan los hombres con sus ojos»), los cuales terminan callando su voz («y me coso las carnes con mi hilo de voz»).
Estructura
El poema presenta una división tripartita:
- Primera parte (versos 1-6): el poema se construye buscando la complicidad de los lectores por medio de la segunda persona del plural: «Miradme», con lo que quiere hacernos partícipes de su situación y revelarnos lo que siente, que es la soledad («cantando estoy y me acompaño sola») y la falta de libertad («clavada en una silla»).
- Segunda parte (versos 7-13): a esa falta de libertad se une el aislamiento y el silencio («los amigos huyen porque yo no hago ruido»). Esto contrasta con las «clarividencias» (v. 7) que la rodean, las cuales podrían hacer referencia a la literatura, y el miedo (v. 11).
- Tercera parte (versos 14-23): el yo lírico quiere responder a las interrogantes que le plantean («Me preguntan los hombres con sus ojos») y rebelarse a través de «un grito… torrencial» (v. 20). Finalmente, ese grito se convierte en «hilo de voz» (v. 21), por lo que no puede expresar lo que siente: angustia, soledad y miedo. El poema concluye con una idea expresada a lo largo del mismo: la sensación de incomprensión y la sensación de estar perdido solo.
Estilo y Rasgos Genéricos
Nos encontramos ante un poema testimonial/autobiográfico. Por ello, aparece la primera persona del singular: «estoy» (v. 6), «como» (v. 11). Además, destacamos el trasfondo social junto con el sentido del humor basado en los juegos de palabras, donde encontramos palabras parónimas: «ojos» (v. 17), «hijos» (v. 18), «hojas» (v. 14). También destacamos un estilo sencillo y coloquial, donde se le da más importancia al contenido. Se observa un estilo metafórico donde se sugiere que la falta de amor lleva a la soledad, y se busca la complicidad del lector mediante la segunda persona del plural (vv. 1 y 4). En cuanto al léxico, destacamos la abundancia de sustantivos contrastada con la escasez de adjetivos, pues solo hay cuatro: «venideras», «peligroso», «sobrenatural» y «torrencial». Finalmente, ese presente atemporal resalta el carácter de angustia del poema, transmitiendo que sus inseguridades y sus miedos parecen prolongarse en el tiempo.
Métrica
«Miradme aquí» se compone de 23 versos, donde destacamos la polimetría, con versos pentasílabos (vv. 1, 4 y 23), octosílabos (v. 21) y heptasílabos (vv. 5, 2 y 20). Esto favorece el ritmo y la musicalidad del poema. Es un poema de verso libre, donde observamos algunas asonancias como en los versos 1 y 4 («aquí»), y en los versos 11 y 17 («como», «ojos»).
Olvido García Valdés: «Es raro que seamos tantos en el mundo»
Contextualización
El poema pertenece a Olvido García Valdés, quien se inscribe en la poesía del silencio. Esta corriente es heredera de la poesía pura y del existencialismo, además de la mística cristiana y las filosofías orientales. Entre las características de esta poesía, destacamos el carácter filosófico (mentira, dolor, muerte), la reflexión metalingüística (comparando la escritura de hombres y mujeres), la sobriedad en el estilo y la tendencia al fragmentarismo. «Es raro que seamos tantos en el mundo» está extraído de la obra Caza nocturna (1997), en la cual predominan el protagonismo de lo femenino, la reflexión sobre la poesía, la enfermedad y la locura. El título de este poemario busca la analogía con la caza para referirse a la escritura de poesía, como ya lo hizo San Juan de la Cruz, de gran influencia en este libro. La caza simboliza la búsqueda del vocablo preciso, y la poeta quiere tentar la realidad a través de las palabras.
Se considera que Caza Nocturna constituye la segunda etapa de la autora. Atendiendo a los temas fundamentales de la obra de García Valdés, destacamos el diálogo del yo, lo femenino y, por otro lado, la relación entre el arte y la poesía, apreciada en el título (Caza nocturna) y en el cuadro de Uccello.
Temas
Por un lado, vemos la reflexión filosófica sobre la mentira («casi nadie a quien no mentir») y sobre la importancia de no mentir. Por otro lado, encontramos la reflexión metalingüística sobre género y escritura («Qué distinto hablaría, pensé / una mujer, ciertas mujeres cuyos nombres»).
Argumento
El poema recoge una reflexión sobre la mentira y su aparente aceptación (vv. 1-4). Más tarde, se lleva a cabo una reflexión sobre el género y la escritura (vv. 14-24). Finalmente, concluye con la idea inicial: la falta de sinceridad y la importancia de «no mentir» (v. 21).
Estructura
El poema presenta una estructura circular y una división tripartita:
- Primera parte (vv. 1-4): reflexión sobre la mentira. El poema se inicia con una primera persona del plural para incluir al lector («es raro que seamos tantos en el mundo», v. 1). También se introduce el tema principal del poema: la reflexión sobre la mentira («y que no haya nadie»).
- Segunda parte (vv. 5-13): reflexión a partir de una lectura. A continuación, la experiencia personal del yo lírico que relata la lectura de unos «fragmentos / de literatura autobiográfica» (vv. 5-6) donde se opone, por un lado, lo «masoquista en un desierto / africano» (vv. 7-9) y, por otro lado, «Europa» (v. 11). Se aprecian connotaciones eurocentristas.
- Tercera parte (vv. 14-24): reflexión sobre género y escritura. A partir de la lectura, el yo lírico concluye que «ciertas mujeres» escritoras se hubieran expresado de manera más auténtica, así como «algunos hombres» que manejan «ese otro / modo de no contar las cosas y contarlas» (vv. 17-18) sin que se conviertan en «mercaderes». Por último, los últimos cuatro versos señalan actitudes como que mentir implica falta de conciencia lingüística y de autocrítica, o que limitarse a seguir un «decálogo» impide la reflexión.
Estilo y Rasgos Genéricos
En este poema predomina el carácter filosófico. Además, los tiempos verbales son muy importantes: vemos el pretérito imperfecto («leía») con el que el yo lírico describe aquello que ha leído. Por otro lado, encontramos un presente atemporal («tienen») para transmitir como verdadera la reflexión de la autora. Cabe destacar también el cambio de personas verbales. Se inicia con una primera persona del plural para conectar con el lector. Después, aparece la primera persona del singular para relatar lo sentido. Y, finalmente, la tercera persona del singular con el fin de presentar como una verdad las diferencias en la escritura y la necesidad de una autocrítica. En cuanto a las repeticiones léxicas, tenemos «tantos» (vv. 1, 2) y «nadie» (vv. 3, 4). En la puntuación, cabe destacar que solo aparecen tres puntos (vv. 4, 13, 24).
Métrica
Este poema está formado por 24 versos, destacando la polimetría, como versos hexasílabos (vv. 3, 5, 17), heptasílabos (vv. 11, 12 y 19) y octosílabos (v. 2). La variedad de metros favorece el ritmo y la musicalidad. Se trata también de un poema de verso libre, el cual carece de una rima uniforme. Encontramos asonancias como «ciudad» y «llegar» (vv. 2 y 23), «pensé» y «ser» (vv. 14 y 22), además de una consonante en la epífora «mentir» (vv. 4 y 21). Existe una tirada de versos sin división estrófica; no hay esquemas.