La política persigue obtener resultados, puesto que la intervención política pretende justamente producir resoluciones que sean vinculantes para todos los miembros de la comunidad. O, en otros casos, paralizarlas: es decir, busca la adopción de no-decisiones. Esta combinación de decisiones y no-decisiones constituye la política pública.
Así pues los outputs son en buena medida las políticas públicas que el sistema genera. Se trata de decisiones adoptadas formalmente en el marco de las instituciones públicas, pero que han sido precedidas de un proceso de elaboración en el cual han participado una pluralidad de actores públicos y privados. En los últimos años se ha asistido a una clara expansión de la intervención pública con el fin de asegurar la cohesión de sociedades complejas. De esta manera, aparecen nuevas demandas sociales exigiendo decisiones políticas en ámbitos que hasta ahora quedaban reservados a la decisión privada. Lo que distingue a este conjunto de políticas públicas es que incorporan una cierta dosis de coerción u obligatoriedad, ya que se trata de determinaciones que se imponen sobre la comunidad, porque derivan de la autoridad y cuentan con alguna legitimidad política. Sin embargo el componente coactivo de una política se manifiesta de modos diferentes. En unos casos, la coerción es ejercida directamente señalando conductas obligadas. En otros casos, se manifiesta indirectamente (no se obliga a adoptar una conducta concreta pero se establece que debe ajustarse a determinadas condiciones o baremos). Asimismo, este ejercicio de la coacción afecta o a grupos amplios de ciudadanos o a toda la comunidad, mientras que en otros casos alcanza sólo a determinados supuestos individuales. Todos estos criterios permiten distinguir cuatro tipos de políticas públicas: Las políticas regulativas predominan las medidas que imponen condiciones obligatorias para todos los individuos afectados/En las políticas distributivas, el elemento esencial lo constituye la concesión de subsidios o subvenciones, etc/Las políticas redistributivas conceden alguna ventaja particular a algún individuo, pero esta ventaja limita o altera la posición inicial de otros/Las políticas institucionales son las que señalan los procedimientos y las reglas generales a que deben someterse las actividades públicas (reformas administrativas, fijación de procedimientos de tramitación, etc. Afectan indistintamente a todos los actores que intervienen en el proceso.
El proceso de elaboración y aplicación de una política pública incorpora una gran variedad de actividades individuales y colectivas. El proceso consta de cuatro etapas:
1.Iniciación: El problema ha surgido debido a un conjunto de cleavages. Lo que convierte una situación en problema merecedor de la atención política y su inclusión en la agenda política es la distancia entre lo percibido y lo esperado. Dicha situación de distancia moviliza a los afectados para que presionen en vista con el objetivo de una actuación política (una decisión o decisiones que obliguen a toda la comunidad). Los factores que hacen incluir una situación en la agenda son diversos: una emergencia imprevista, la magnitud de la población implicada, etc. 2.Elaboración: formulización de alternativas y selección de respuestas. Una vez se ha incorporado la cuestión a la agenda política, interesa saber el proceso de elaboración de aquellas propuestas de reacción. Se han elaborado cuatro modelos: El primer modelo llamado racional, presenta la selección de una política como resultado de la aplicación organizada de medios adecuados a la consecución de fines definidos. En este modelo los que intervienen en el proceso recopilan un conjunto de información variada y a partir de esta información buscan la alternativa que aporta un resultado más óptimo. Sin embargo existen inconvenientes: los objetivos no son siempre claros, la información es limitada y sesgada, etc/Se elabora un segundo llamado modelo de racionalidad limitada. Se negocia entre las partes afectadas para observar los efectos aceptables. De esta manera el proceso se conforma con llegar a resultados aceptables para buena parte de los implicados en lugar de resultados racionados para todos/Existe otra aproximación que entiende el proceso como resultado de negociaciones permanentes entre todos los sectores afectados. Los actores van maniobrando en función de sus visiones parciales, formando coaliciones parciales, arbitrando compromisos limitados e introduciendo en ellos continuas correcciones. Sin embargo, aunque este sistema es valido para tratar distintos problemas sociales no resulta suficiente para entender el contraste entre grandes alternativas políticas/El último modelo señala la posibilidad de procesos de decisión en los que apenas existe relación entre fines y medios ya que los fines son ambiguos confusos para todos los actores, los instrumentos son muy discutibles y los participantes intervienen de manera intermitente. A este modelo se le ha calificado también como modelo del cubo de la basura ya que revolviendo entre los derechos puede encontrarse casualmente un elemento que se adapte a una necesidad pendiente.
3.Implantación: puesta en práctica. Las administraciones aplicaran, de manera rutinaria, las decisiones adoptadas por las instituciones políticas. Sin embargo, la realidad no es así dado que, políticas aparentemente bien diseñadas y adoptadas con apoyos mayoritarios no obtienen los resultados previstos por culpa de algunos factores: Influyen factores relacionados con la fase de aplicación. Es frecuente que algunas políticas se aprueben si la previsión de recursos necesarios para poder implantarlas es adecuado/En segundo lugar una política puede haber sido realizadas sin prestar especial atención a los diferentes operadores que intervendrán en su implantación y al tipo de relaciones que mantienen entre sí (por ejemplo: una reforma educativa puede haber olvidado que su puesta en práctica corresponde a la acción coordinada de autoridades educativas centrales, regionales y municipales)/Finalmente existen variables del entorno que refuerzan o debilitan la realización de la política en cuestión, especialmente el ciclo político, el económico, el clima de opinión, etc.//El proceso de elaboración y aplicación no puede ser observado desde el punto de vista en que unos deciden y otros aplican, sino que debe examinarse en sentido contrario. La elaboración y la implantación no son dos etapas tajantemente diferenciadas y encomendadas a dos agentes totalmente aislados unos de otros. La aplicación más efectiva de una política suele darse en la medida en la que sus objetivos y sus medios van adaptándose a las condiciones específicas de sus destinatarios: nivel cultural, situación social, ubicación territorial, etc. Y esta adaptación continua de la política corre a cargo del ejecutor de la misma: el funcionario o agente que se encuentra en contacto directo con la situación conflictiva y con los ciudadanos involucrados en ella.
4.Evaluación y sucesión de la política. El debate político es evaluación de los resultados de las diferentes políticas públicas. No es práctica habitual someter a una evaluación sistemática y bien documenta a las políticas públicas. Una de las razones por las que no se lleva un examen de las políticas públicas es la resistencia de los gobiernos responsables a dejarse examinar. No es solo la única razón, se dan también razones de carácter técnico o instrumental. Para una buena evaluación se ha de realizar una previa determinación de indicadores y de valores, esta determinación no es sencilla y se halla sujeta a la selección de criterios de valoración los cuales pueden variar los resultados de la evaluación (así una política de empleo puede ser valorada satisfactoriamente si aumenta la tasa de ocupación, pero será criticada si los empleos que genera son de carácter temporal o precario). Sin embargo es posible establecer algunas medidas básicas que calibran el impacto de la política emprendida. Estas medidas combinan la valoración del output (acciones desarrolladas)y la valoración del outcome (impacto de estas acciones sobre determinadas dimensiones de la vida). Lo primero (cuantificación del output) es más frecuente y constituye la finalidad de las estadísticas que confeccionan las administraciones, lo segundo, es más difícil y más raro, aunque en realidad es mucho más necesario para apreciar las consecuencias efectivas de una política pública/Un problema adicional es determinar a quien corresponde esta tarea de evaluar. Si se encarga a las administraciones su juicio es benévolo y encuentran argumentos para excusar las insuficiencias. Por esta razón se tiende a confiar la evaluación a instancias más independientes (órganos públicos de supervisión, etc.). En estas instancias se emplean técnicas cualitativas y cuantitativas que persiguen detectar si los objetivos fijados han sido alcanzados, si se ha hecho con una utilización razonable de recursos y en que medida han conseguid la aceptación de los afectados/Sin embargo, sea quien sea el evaluador es muy probable que su veredicto sea discutido: por el Gobierno si es muy crítico o por la oposición si es muy benévola. De esta manera las políticas públicas actúan como materias de controversia entre todos los actores que buscan ver colmada la diferencia entre sus expectativas y la situación percibida. Por esta razón las políticas públicas son temas de debate/La decisión sobre la continuidad de la políticas públicas, su reforma o su liquidación esta ligada a una cierta evaluación de sus resultados. En realidad pocas políticas son drásticamente eliminadas. En algunos casos porque los objetivos son tan amplios y ambiciosos que siempre puede argumentarse a favor de la continuidad. En otros casos porque las resistencias de los beneficiarios directos pueden llegar a ser muy intensas y crear nuevos problemas políticos que un gobierno no quiere afrontar/Por todo ello y pese a la reclamación que se formula para poner fin a una determinada política suele darse la transformación de algunos de sus elementos, en lugar de una terminación radical de la misma. Se pueden sustituirse los agentes encargados de desarrollarla o trasladar la responsabilidad de ejecución directa de algunas políticas a agentes externos a la propia administración o incluso, cambiar unas estrategias por otras.
Dos conclusiones. 1) es fácil reconocer la importancia de la aportación que hacen en cada una de sus etapas los factores económicos, técnicos o de gestión. 2) es todavía más evidente que en cada una de las etapas de este ciclo reaparece siempre en primer plano su sustancia propiamente política, manifestada en el conflicto permanente sobre los fines deseables y los medios convenientes.