¿Por que el hombre es un ser histórico?


Marx I. EL MATERIALISMO DIALÉCTICO


En él confluyen la herencia de Hegel y la de Feuerbach. De Hegel adopta la dialéctica y rechaza el idealismo. De Feuerbach toma el materialismo, pero se distancia de él por su carácter pasivo y no dialéctico. 

La primacía del ser material sobre el ser espiritual

Frente a Hegel, Marx afirma que la realidad primaria es el ser material o la naturaleza, de forma que el pensar es siempre el pensamiento de un ser material o natural, el hombre.
Ésta es la famosa inversión por parte de Marx del idealismo helegiano, el cual parte de la razón. A este idealismo dialéctico le reprocha el que invierta la correcta relación hombre-espíritu: nos presenta al espíritu como el verdadero sujeto de la realidad, en vez de presentar a éste como es, un producto del hombre como ser material.
El materialismo de Marx camina boca arriba, en tanto la naturaleza y el hombre ya no son productos del espíritu, sino un producto de la materia. Parte del ser material natural como objeto que se nos ofrece en la experiencia inmediata y de la negación de la existencia de cualquier entidad espiritual.

El materialismo de Marx en el eje hombre-naturaleza

El hombre está orientado hacia la naturaleza, tiene necesidades que únicamente pueden satisfacer objetos ajenos a sí mismo y que solo la naturaleza le puede proporcionar. El hombre ha de transformar con su trabajo los objetos naturales adecuándolos a las exigencias de sus necesidades.

El materialismo como materialismo activo

Contra el materialismo pasivo de Feuerbach, propone un materialismo activo.
La naturaleza no es un mero objeto de conocimiento, sino algo con lo que el hombre mantiene una relación activa. Esta relación hombre-naturaleza se realiza por medio del trabajo, que es una actividad esencial del hombre. Es necesaria no solo para poder subsistir, sino incluso para ser hombres, pues sin esta actividad productiva o trabajo del hombre no se realizaría. El trabajo, lejos de ser un simple medio de subsistencia, es la actividad productiva por medio de la cual el hombre crea sus propias condiciones de vida.

El trabajo, rasgo diferenciador del hombre respecto a los animales

Marx insiste en que es el trabajo lo que le deferencia de ellos, gracias al trabajo, el hombre crea sus propias condiciones de vida, convierte la naturaleza en un mundo humano que lleva su impronta y, en definitiva, se autocrea, superando su mero ser natural para convertirse en un ser natural humano.
A diferencia del animal, el hombre transforma su entorno natural mediante una producción consciente, planeadora, basada en el manejo de herramientas o instrumentos. 

La negación de la naturaleza humana

Tal es la insistencia de Marx en el poder autocreador, que se agota o resuelve íntegramente en las diferentes formas o figuras que el hombre ha adoptado a lo largo de su historia. No existe el hombre en sí o esencia humana fija, sino tan solo el noble o el siervo, el burgués o el proletario. La naturaleza humana es una realidad histórica producto del modo de organizar el trabajo o modo de producción y de las relaciones sociales consiguientes. De esta idea se sigue que, si alteramos el conjunto de las relaciones sociales, podemos cambiar la naturaleza humana misma. 

El materialismo en el eje hombre-hombre

En el curso de la actividad productiva se producen múltiples formas de relaciones sociales: cooperación, intercambio de bienes, división del trabajo, etc. En el trabajo el hombre no solo se relaciona con la naturaleza, sino con otros hombres y, por tanto, las relaciones hombre-naturaleza y relaciones hombre-hombre constituyen los principios fundamentales del materialismo de Marx, de los que hay que partir para explicar las sociedades humanas, su evolución histórica y las formas culturales de todo tipo.

El materialismo como materialismo dialéctico

La dialéctica es un método de pensamiento y una concepción de la realidad. La realidad y la historia son concebidas como una unidad procesual en constante transformación y desarrollo, tiene tres etapas: el momento positivo (o tesis)
; el momento negativo (de la antítesis o de la lucha de contrarios)
; y el momento de la superación (o síntesis o negación de la negación)
, resultado del conflicto entre las dos fases precedentes. Marx no se ocupó de desarrollar una concepción dialéctica de la naturaleza como tal, pero sí lo hizo Engels, que sosténía que las mismas leyes dialécticas del movimiento que rigen los sucesos de la historia, rigen también en los cambios naturales y resume estas leyes en tres: ley del salto cualitativo, de la contradicción y de la negación.

II. EL MATERIALISMO HISTÓRICO

Es el resultado de la aplicación del materialismo dialéctico a la comprensión de la historia. Surge y se desarrolla como alternativa al idealismo histórico hegeliano. El idealismo histórico es la tesis según la cual el factor causal primordial que rige el curso de la historia es de tipo espiritual o de tipo ideal. Marx critica y rechaza el idealismo histórico de Hegel como materialismo histórico, de acuerdo con la cual el factor causal determinante del curso de la historia de las sociedades humanas no es un factor de tipo espiritual o ideal, sino un factor material.

Principio fundamental del materialismo histórico

Marx propone como principio fundamental que la base de la explicación de cualquier fenómeno social o histórico reside en un factor material de orden económico.
Al conjunto de elementos lo denomina infraestructura o base económica, y a la organización política, superestructura.
Y a la totalidad social modo de producción.

 El materialismo histórico es una teoría caracterizada por postular un determinismo infraestructural de orden económico ejercido sobre la superestructura.
Comprende tres componentes fundamentales: una teoría acerca de la estructura de las sociedades humanas, una teoría acerca de la dinámica de las sociedades humanas, y una teoría acerca de la secuencia histórica de los tipos de sociedades humanas o modos de producción.

1.  La estructura de los modos de producción

La infraestructura se descompone en dos componentes principales: las fuerzas productivas, son aquello que contribuye al incremento del dominio del hombre sobre la naturaleza para satisfacer las necesidades humanas, y las relaciones de producción, que son “relaciones de propiedad” entre propietarios de las fuerzas productivas y no propietarios. Las fuerzas productivas comprenden: la materia prima;
Los medios de trabajo (instrumentos); la fuerza de trabajo (energía humana empleada); y el producto (resultado final). Al conjunto formado por la materia prima, los medios de trabajo y el producto final Marx lo llama medios de producción, lo que permite reducir las fuerzas de producción a la fuerza de trabajo y los medios de producción. Primacía de la tecnología  dentro de las fuerzas productivas
Los tipos de tecnología utilizados en la producción constituían la carácterística esencial de las fuerzas materiales de producción y la más potente fuerza productiva. El estadio de desarrollo tecnológico determina las relaciones sociales de producción y así se genera un tipo de sociedad diferente, y los cambios de tecnología conducen a la transformación de una sociedad dada, en otra diferente. La interpretación marxiana de la historia es una interpretación tecnoeconómica.
Las relaciones sociales de producción son derechos de propiedad.
Marx distingue dos clases de derechos de propiedad según que recaigan sobre los medios de producción o sobre la fuerza de trabajo.
Los primeros divergen según que los productores sean propietarios de los medios de producción o que no lo sean en absoluto. En este segundo caso, pueden darse dos situaciones: que la propiedad de los medios de producción sea privada o individual, o colectiva, o estatal.
Los derechos de propiedad de la fuerza del trabajo pueden ser: 1, que los  productores no seas dueños de su fuerza de trabajo;
2, que los productores sean dueños parcialmente de ésta; y 3, que los productores sean dueños totalmente.
Las fuerzas productivas determinan las relaciones de producción y que conjuntamente unas y otras, determinan la superestructura de una sociedad. La superestructura se puede definir como el conjunto de fenómenos que pueden explicarse a partir de la estructura económica de la sociedad y consta de dos niveles: el inferior, constituido por lo jurídico y político, por el derecho y el Estado; y el superior, constituido por la moral, la religión, el arte y la filosofía, reflejan el estado de la base económica y la visión del mundo de la clase dominante. 

2. La dinámica de los modos de producción

El materialismo histórico es una teoría acerca del cambio histórico que pretende explicar el surgimiento, ascenso y caída de los sucesivos modos de producción por su tendencia a promover o a obstaculizar el cambio técnico y finalmente económico. En cada modo de producción se da inicialmente una fase progresiva de correspondencia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas surge una fase regresiva de contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, lo cual provoca una época de revolución social, que desencadena el surgimiento de un nuevo modo de producción. El conflicto entre las fuerzas y las relaciones es el verdadero motor de la historia. Dado que las relaciones sociales de producción son unas relaciones de propiedad que dividen a los hombres en el sistema productivo. Cabe afirmar que el motor de la historia es la lucha de clases.
Todo conflicto que aparece en la sociedad es una forma de lucha de clases.

3. La secuencia histórica de los modos de producción

Marx propone una clasificación de los diferentes tipos de sociedades, basada en el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y el género de las relaciones de producción. Distingue cinco estadios: 1º, la comunidad tribal o primitiva, régimen de propiedad colectiva de la tierra, forma del comunismo primitivo;
2º modo de producción asíático, no registra propiedad privada de los medios de producción, sino que las tierras son propiedad de la autoridad política suprema, forma del despotismo oriental;
3º modo de producción antiguo o esclavismo, basado en el antagonismo entre hombres libres y esclavos; 4º modo de producción feudal, es la oposición entre señores o nobles y siervos; 5º modo de producción burgués o capitalismo, desarrollo de las fuerzas productivas más avanzado, gracias a su capacidad para fomentar la introducción de innovaciones tecnológicas en la industria, por la propiedad privada de los medios de producción y por que los productores son propietarios de su fuerza de trabajo. La lógica interna del capitalismo llevará a éste a su destrucción, por la inevitable oposición entre la clase burguesa y el proletariado, que desemboca en el colapso y destrucción final. De ella emergerá el socialismo o comunismo, una sociedad sin clases fundada en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la reimplantación de la propiedad colectiva de los mismos.


III. EL CAPITALISMO: SU FUNCIONAMIENTO Y EVOLUCIÓN Análisis del capitalismo en un contexto estático o sincrónico


Marx se basó en los conceptos fundamentales de la escuela clásica de la economía y deduce de ellos consecuencias revolucionarias. Adopta la teoría del valor-trabajo, según la cual el valor de las cosas viene determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlas. La fuerza de trabajo del obrero no es una excepción entre las demás mercancías, tiene un valor determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirla. 

Teoría de la plusvalía y la explotación

La fuerza de trabajo se compra por su valor y produce un valor superior, el del trabajo. A la diferencia entre el valor del trabajo y el valor de la fuerza del trabajo la llama plusvalía, también llamada teoría de la explotación.
El capitalismo es un sistema económico constitutivamente basado en la explotación, no puede suprimirse más que destruyéndolo y sustituyéndolo por otro, el socialismo.

Análisis del capitalismo en un contexto dinámico o diacrónico: las leyes del movimiento del sistema capitalista

Marx estaba interesado en estudiar las “leyes del movimiento”, de la inevitable  Marcha del capitalismo hacia su colapso y la victoria del comunismo revolucionario. La primera es la tendencia del sistema a la acumulación incesante del capital, a la inversión continua de la ganancia de los capitalistas. Esta acumulación tiene tres efectos nocivos: la concentración del capital, hace que las empresas de mayor tamaño eliminen a las menores; la centralización del capital, las empresas más pequeñas de la industria se van al garete y son absorbidas por empresas gigantes; y la tasa decreciente de ganancia o beneficio, que al provenir todo el beneficio de la explotación de la fuerza de trabajo del obrero, la acumulación de más capital baja su tasa de beneficio. La segunda ley es el empobrecimiento progresivo del proletariado:
Los capitalistas de fábricas pequeñas que van siendo eliminadas se convierten en proletarios de fábricas mayores que las sustituyen; de otro lado, los proletarios son cada vez más numerosos y más pobres, pues los salarios de los que trabajan equivalen a lo estrictamente para la vida de los obreros, ya que siempre hay parados dispuestos a ganar solo lo necesario para vivir. La tercera ley es que el sistema capitalista está expuesto además a crisis y depresiones económicas cíclicas.

Teoría del subconsumo y sobreproducción

Estas crisis son resultado del subconsumo de los obreros y la sobreproducción. A medida que progresa la acumulación y la producción capitalista, ésta supera la capacidad de consumo de los explotados y depauperados obreros. La crisis proviene de un exceso de productividad.

Teoría de la crisis basada en la tasa decreciente del beneficio

Marx formula una segunda teoría alternativa de las crisis, la tasa decreciente del beneficio.
El impulso incesante que hace que los capitalistas acumulen, produce en la tasa de beneficio una tendencia a largo plazo de caída. Pero cuando el beneficio decrece por debajo “de determinada tasa”, se interrumpe el crecimiento de capital y causa una crisis. Propone una tercera teoría, la de la desproporcionalidad o descoordinación, según la cual la causas de las crisis del capitalismo reside en la incapacidad de éste de ofrecer un mecanismo de coordinación de la producción y el intercambio, esto le lleva a concluir que el sistema es un régimen económico en el que impera la “anarquía de la producción”. 


Conclusión sobre la dinámica del capitalismo: el capitalismo conduce inevitablemente al comunismo


La propia dinámica del capitalismo conduce a su derrumbamiento final. Tiene como resultados el que los interesados en el mantenimiento del actual régimen económico sean cada vez menos y que los que desean su desaparición, los proletarios, cada vez más. La teoría marxiana del valor-trabajo ha sido arrinconada por la economía moderna y con la ruina de esta teoría se ha venido abajo la teoría de la plusvalía como producto de la explotación de los obreros. Las “leyes tendenciales” del desarrollo del capitalismo no se han verificado, de forma que no se ha producido la concentración de la propiedad del capital; no ha caído en picado la tasa de ganancia; el proletariado ha visto mejorar su nivel de vida; tampoco se ha realizado la división de la sociedad en dos únicas clases. Sí ha habido crisis periódicas pero el capitalismo las ha superado.

IV. FILOSOFÍA POLÍTICA: EL COMUNISMO


El comunismo es un producto inexorable del desarrollo del capitalismo y de la intervención de la clase proletaria, cuya misión histórica consiste en enterrar el capitalismo y sustituirlo por el comunismo.  Solo hay un camino, la revolución, durante la cual el proletariado toma el poder de forma violenta y lo utiliza para transformar la sociedad. Marx mostró aversión a los procedimientos parlamentarios y democráticos. Le entusiasmaba la Revolución de París de Junio de 1848, la Comuna de París de la primavera de 1871. Admitíó la posibilidad de una transición pacífica al comunismo, pero la restringía solo al caso de países como Inglaterra y Holanda. Distingue dos etapas en la transición del capitalismo al comunismo. En una primera etapa, se instaurará una dictadura del proletariado que procederá a destruir las condiciones del  régimen capitalista: expropiación de la propiedad privada, combate contra la anarquía económica. La segunda etapa, se libera al hombre de la división del trabajo y de la especialización, lo que permitirá a cada individuo el desarrollo pleno y libre de sus facultades y se extinguirá el Estado. Marx dio por sentado que una sociedad así funcionaría económicamente pero no se molestó en probar este aserto.

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