Por que no le dijeron a santiago nasar que lo Iván a matar


Ni la virtud de Luisa Santiaga » que «parecía tener hilos de comunicación secreta 
con la otra gente del pueblo 
Tampoco Divina Flor que sintió la mano que le agarraba » helada y pétrea, 
como lina mano de muerto  
El mismo Santiago Nasar anuncia la noche antes de su muelte 
«no quiero flores en mi entierro «

Sólo después de la tragedia parece que todos habían percibido estas señales, 
incluso a través de la naturaleza en esa identificación propia del Romanticismo:
«La mayoría estaba de acuerdo en que era tin tiempo fúnebre, con un cielo árbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que había visto Sanfiago Nasar en el bosque del sueño. 
«Dios Santo- exclamó asustada- de modo que todo aque fue una revelación (Victoria Guzmán).
Estos y otros ejemplos demuestran que esta fatalidad
muerte viene precedida por  numerosos símbolos y coincidencias que enhebran la trama de esa muerte anunciada y consiguen acallar los buenos deseos de los habitantes que intentan evitar esa muerte
«No le praàne porque pensé que eran habladas de borracho «De todos lados empezaron a gritarle, y Santiago Nasar dio varias vueltas al revés y al derecho, deslumbrado por tantas voces a la vez 
«Lo único qqe ella pudo hacer por el hombre que nunca había de ser suyo, fue dejar la puerta sin tranca…Alàuien que nuncafue Identificado había metido por debajo de lapuerta un papel»‘. 
El clima trágico de la obra va en aumento, hasta el punto de que es la propia madre quien entrega a su hijo a sus asesinos
‘Corríó hacia la puertay la cerró de un golpe «
Pero este crimen no se hubiera realizado sin el pasq arrollador de esta fatalidad o destino, la F10ira de los giegos, que teje su telaraña sobre la voluntad de todo el pueblo.
El propio narrador refleja la impresión del juez sobre este cúmulo de coincidencias, ya qug
«Nunca le parecíó legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada ‘J.


El titulo contiene todos los elementos básicos de la fatalidad: hay una muerte (un final ineludible). Esa muerte ha sido anunciada desde un tiempo atrás; y hay un relato testimonial que se limita a contar  lo que ha pasado, pero sin capacidad de intervenir  en los sucesos En cierto sentido, casi todas las ficciones de García Márquez vienen a set crónicas de sucesos detenninados de antemano. Así, aunque haya suspense, no hay sorvesa alguna. Así ocurre en la gran obra maestra «Cien años de soledad» que arranca con un sentenciado a muerte ante el pelotón de fusilatniento.
«El dia en que lo iban a matar, Santiago Nasar sc levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el ñ buque venia el señor obispo «
La novela se presenta pues, como una incursión del autor en el mundo del fatalismo. Santiago Nasar, como otros personajes de García Márquez, está condenado de antemano, fatalmente. No tiene arreglo posible, porque es un elemento estructural sin el cual la obra no seria lo que es.
El destino, el domina la historia hasta hacer de ella una tragedia de sentido fatal. Pero a diferencia de la tragedia clásica, aquí no son los dioses quienes desde arriba deciden por los hombres su destino, sino que éste es labrado por las persistentes torpezas humanas que confluyen todas en un mismo resultado trágico.
«Esto no tiene remedio- le dijo — es como si ya nos hubiese sucedido
Las formas concretas con que se reviste en la obra la torpeza humana son, con todo, bastante variadas.
_Nada habría sido lo mismo si hubiera parado e1 obispo, si al  carnicero  del matadero las amenazas de los Vicario no le hubiesen parecido «fantasías’; si Cristo Bedoya no hubiese «esperado dos horas donde sus abuelos hasta que llegara el obispo si el alcalde no se hubiera entretenido en el club social; si «Nasar hubiese entrado en su casa, como siempre, por la puerta de atrás y no por la principal, «la puerta fatal». Estas y otras muchas casualidades terminan por atrapar a la víctima. Todo parece una conspiración del destino. «La fuerza del sino» de Don Álvaro que se impone por encima de las voluntades de los hombres. Es similar a la tragedia gtiega donde el exceso (hybris) dota a esta venganza de una patética dimensión de crueldad, en un fondo de barbarie que se une a la inocencia de Santiago Nasar,
‘Mi impresión personal es que murió sin entender su muerte «
Tanto las señales como la serie de casualidades que llevan a la muerte de Santiago Nasar, aunque los personajes, el narrador y el juez parecen relacionarlas con el destino trágico,
» Nos sorprendían los gallos del amanecer tratando de ordenar las numerosas encadenadas que hablan hecho posible el absurdo, y era evidente que no lo hacíamos por un anhelo de esclarecer misterios, sino porque ninguno de nosotros podía seguir viviendo sin saber   con exactitud cuál era su sitio y la misión que le había asignado la fatalidad «
se pueden interpretar como el resultado de la torpeza humana:
• NI siquiera el premonitorio sueño de Santiago fue un indicio para su madre, reconocida como «intérprete certera de los sueños ajenos (Recordemos la lectura de la mano a Don Álvaro en el primer acto y los malos presagios).

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