Golpe de Estado. 1923El 13 de Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, encabeza una sublevación militar contra la legalidad constitucional, declara el estado de guerra y exige que el poder pase al mando de los militares, estableciendo el Directorio Militar. Aunque aparentemente se mantuvo el régimen legal establecido en la constitución de 1876 en la práctica constituía el inicio de un periodo dictatorial que supuso el fin del periodo de la Restauración.El Golpe de Estado contaba con el beneplácito del ejército y con amplios apoyos sociales, siendo reconocido por el rey Alfonso XIII quién le encargó formar gobierno sin contar con el Parlamento. Todo ello se debe a que fue percibido como una medida necesaria para salvar a la patria de un mal mayor y acabar con la vieja política nacional y por tanto como medida regeneracionista ante la crisis en la que el sistema de la restauración se encontraba sumida desde 1917.Hay una serie de factores que propiciaron el advenimiento de un pronunciamiento: El descontento del ejército ante la negligencia en la gestión del conflicto con Marruecos plasmada en el informe Picasso. El descontento de la burguesía catalana ante el aumento de la conflictividad laboral. La situación de inestabilidad social debido a factores como el aumento del paro, el auge del pistolerismo, la inestabilidad gubernamental ocasionaron numerosas crisis de gobierno, así como el constante miedo a la propagación del proceso de revolución ruso en especial tras la escisión en el PSOE y el surgimiento del PCE. El Directorio Militar. 1923 – 1925Desde 1923 se asiste a un periodo de reorganización política: Suspendió la constitución y los partidos políticos y sindicatos, por lo que todo el poder quedó en sus manos como dictador junto al Directorio Militar. El gobierno se ejercía mediante decretos y los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares. La Ley de Mancomunidades fue suspendida aspirando a reprimir los movimientos nacionalistas que surgieron en el último tercio del XIX, se estableció un programa centralista estricto así como un partido político adicto al régimen integrado por las élites conservadoras; la Unión Patriótica.
En la política interior cabe destacar la represión de los movimientos contrarios al sistema, acabando con los atentados terroristas para lograr una paz social fundamentada. Cabe destacar el final de la guerra de Marruecos. Tras el desastre de Annual se propusieron dos líneas de acción: abandonar el protectorado o incrementar la intervención militar. La colaboración Francesa en el desempeño de acciones militares conjuntas contra la República del Rif de Abd-el-Krim llevaron al desembarco en la bahía de Alhucemas en Septiembre de 1925, marcando el momento de máxima popularidad del dictador. Directorio Civil. 1925 – 1930A raíz de los éxitos militares, económicos y políticos obtenidos Primo de Rivera intentó consolidar el régimen a imitación del fascismo italiano. Para ello en 1924 fundó la Unión Patriótica como partido único para aglutinar las adhesiones al régimen y en 1925, el gabinete militar fue sustituido por un Directorio Civil. Se crearon las organizaciones corporativas del trabajo. Dentro de las medidas políticas, en 1927 creó una Asamblea Nacional Consultiva, un parlamento corporativo y autoritario compuesto por miembros de la unión patriótica y que tuvo como principal cometido preparar una constitución en 1929 que permitiera la institucionalización del régimen, sin embargo, el texto constitucional no prosperó debido a la impopularidad del dictador. La política económica se fundamenta en el modelo de economía dirigida. En los primeros años se produce un mayor intervencionismo estatal, desarrollando una política de saneamiento económico caracterizada por el proteccionismo y la regulación de la economía, creando algunos monopolios estatales o privados en servicios públicos permitiendo la nacionalización de importantes sectores anteriormente en manos de empresas extranjeras, así como buscando la atracción de inversiones y obras públicas, como la construcción de embalses, infraestructuras. Ello, sumado a la favorable coyuntura internacional, propiciaron que se produjera un tímido despegue del sector industrial.Oposición y Caída de la Dictadura La burguesía catalana retira su apoyo al régimen ante la falta de autonomía, los sectores contrarios al régimen en el PSOE se convirtieron en la postura mayoritaria, las universidades y élites liberales exigían el retorno a las libertades constitucionales, se extendieron conspiraciones en el ejército ante el favoritismo hacia los militares africanistas tal y como muestran las intentonas golpistas de 1926. La reorganización del movimiento anarquista con la creación en 1927 de la FAI constituyó otro importante factor de oposición al régimen junto al sector de la elite intelectual que había sido perseguido por mostrar abiertamente puntos de vista críticos, como fue el caso de Miguel de Unamuno. A ello cabe añadir la caída del comercio exterior, el proceso de inflación y paro consecuencia de la crisis internacional de 1929. Ante la fuerte oposición, tras consultar a los capitanes generales, Primo de Rivera a presentó su renuncia al rey Alfonso XIII en Enero de 1930 y marchó a París, donde falleció poco después. El monarca trató de desvincularse del régimen de Primo de Rivera, para ello designó presidente del Consejo al general Dámaso Berenguer, a quien encargó la configuración de un nuevo gobierno que restableciese la normalidad constitucional, en un periodo conocido como la dictablanda. Suprimiendo la censura, permitiendo el regreso de los opositores exiliados y tolerando las actividades de los partidos. De forma paralela la crisis económica y las agitaciones sociales se multiplicaron.La proliferación de movimientos contrarios a la monarquía se hizo evidente con la firma del Pacto de San Sebastián en 1930, donde algunos políticos monárquicos, los partidos de izquierda republicana y nacionalistas catalanes y gallegos se comprometieron a trabajar para derrocar la monarquía.En Diciembre de 1930 se producen sublevaciones militares fallidas de corte republicano. En Enero de 1931 Berenguer anunció la convocatoria de elecciones legislativas, ante la negativa de los partidos políticos a participar, Berenguer dimitió de su cargo de presidente del Consejo en Febrero de 1931. Alfonso XIII formó un Gobierno de Concentración presidido por el almirante Juan Bautista Aznar. Las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931 resultaron en una victoria de los partidos republicanos en las grandes ciudades, ante el clamor popular dichas elecciones sirvieron como plebiscito sobre la cuestión monárquica, resultando en manifestaciones de corte republicano por toda España. A últimas horas del 14 de Abril de 1931 Alfonso XIII marchó rumbo al exilio.