Teatro Anterior a 1939
Desde el Desastre del 98 hasta el Golpe de Estado fascista, el Siglo XX en España transcurre por grandes conflictos sociopolíticas que dejaron un panorama general caracterizada por el conservadurismo del público y la vigilancia de los censores, en el que el dramático, fue un género especialmente condicionado por los intereses comerciales; dependiendo de su éxito de la financiación público. Por esta razón, fue adaptada a los gustos de ésta, triunfando el teatro conservador por encima del innovador. El teatro original fue de gran éxito puesto que el teatro tradicional que respondíó a las expectativas y gustos del público burgués, surgiendo así, tres principales géneros. La alta comedia benaventina continuó las tendencias del Realismo del Siglo XIX, en el que el tema costumbrista se desarrolla a través de personajes de la alta sociedad y cultos permitiendo al dramaturgo hacer una reflexión sin rebasar la censura. Destaca, sobre todo, la figura de Jacinto Benavente, con una comedia de títeres denominada “Los intereses creados”aunque también destaca en el drama rural con “La Malquerida ”. El teatro poético, por otro lado, fue heredero del teatro ROMántico y modernista, que desarrolló el tema del drama histórico a través de las representaciones en verso convirtiéndose en un teatro de evasión. Resaltan en este género, Francisco Villaespesa con “El alcázar de las perlas”, Eduardo Marquina con “En Flandes se ha puesto el sol”, y los hermanos Machado con “La Lola se va a los puertos”. Finalmente, resalta el teatro cómico, que se instala en el teatro clásico español del Siglo de Oro con los pasos, sainetes y entremeses. Sobresalen, en primer lugar, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero con “Las de Caín” y “El patito”; Y Carlos Aimiches, quien inicia en una comedia de costumbrismo madrileño con obras como “El santo de la Isidra”, para llegar a una tragedia grotesca con obras como “La señorita de Trevélez (1916)” o “Los caciques (1920)”. En segundo lugar, destaca el dramaturgo Pedro Muñoz Seca, creador del astracán un género que trata obras cómicas descabelladas cuyo único fin es provocar la risa fácil, visible, por ejemplo, en su obra “La venganza de Don Mendo (1918).Al otro lado del telón, podemos encontrar un teatro innovador que no solía llegar a escena, puesto que explora nuevas formas de expresión dramática y no era llamativo. El teatro renovador es representado por Valle-Inclán y Lorca. Así, emergíó el teatro de las ideas, inspirado por corrientes de la generación del 98; Valle-Inclán evolucionaría para dar a luz al esperpento. Esta evolución se divide en tres ciclos: ell ciclo mítico en el que destacan las “Comedias bárbaras” (con “Ágüila de blasón Romance de lobos” y “Cara de plata”),“Divinas palabras” y “El embrujado”; el ciclo de las farsas, donde intenta desmitificar la sociedad tradicional con situaciones caricaturescas y extravagantes para afrontar la realidad de otra manera.Destaca sobre todo, “La marquesa Rosalinda (1912). Finalmente, el ciclo del esperpento fue una propuesta estética basada en la deformación grotesca de la realidad, iniciada con “Luces de Bohemia (1920)” Valle-Inclán expresa así, su visión dramática del mundo, teniendo una concepción ridícula de él y haciendo énfasis en la degradación política y cultural de España. Por otra parte, también destacan en este teatro, Miguel de Unamuno con Freda (1910),Jacinto Grau con El señor de Pigmalión, y Azorín con su trilogía de “Lo invisible” En paralelo, Ramón Gómez de la Serna cultivó un teatro vanguardista que fracasó en escena, en el que destaca su obra “Los medios seres” Asimisma, también surgíó el teatro de la Generación del 27 con tres grandes autores: Pedro Salinas, Rafael Alberti y Federico García Lorca. Salinas fue conocido por su teatro poética y humano con “Judit y el tirano”, mientras que Alberti, fomentó un teatro político”Noche de guerra en el Museo del Prado”. Lorca, por el contrario, desarrolló un teatro en prosa (como en verso), en el que resalta las nueva técnicas, la frustración y la figura femenina. Entre sus primeras obras, podemos señalar “El maleficio de la mariposa”, y “Mariana Pineda”; así como la “Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita”.Posteriormente, en su viaje a Nueva York, el autor comenzó escribió dos obras vanguardistas “Así que pasen cinco años” y “El público” y finalmente, entre el 1933 y el 1936, escribíó cuatro obras de teatro lorquiano. Estas son, “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de flores”,“Bodas de sangre”, “Yerma” (que muestra la frustración del deseo maternal) y “La casa de Bernarda Alba” (denuncia las tiranías). El campo dramático, finaliza con los dramaturgos contemporáneos al 27,correspondiente con Miguel Hernández con su obra “Quién te ha visto y quién te ce”, Alejandro Casona con “La dama de Alba” y Max Aub con “Morir por cerrar los ojos” En definitiva, el teatro anterior a 1939 puede clasificarse en dos grandes grupos: un teatro comercial que encontró el éxito de público sin indagar ni en la naturaleza del género ni en en las posibles renovaciones de sus técnicas, y un teatro innovador,que indagó en nuevas posibilidades de propuesta teatral y que, si bien no gozó en feneral del apoyo mayoritario de los espectadores, ha resistido mucho mejor el paso del tiempo y sigue interésándose en la actualidad.