LA TRANSICIÓN
POLÍTICA ESPAÑOLA (1975-2000)
La denominada Transición política española supuso el proceso de tránsito de una dictadura a una monarquía. Los primeros pasos de este proceso pasaban, tras la muerte del General Franco en noviembre de 1975, por desmantelar el sistema político franquista y abrir la sociedad española a las libertades políticas.
1.Principales acontecimientos que se desarrollaron durante la Transición democrática en el período 1975-1978
Gobierno Arias Navarro:
Dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón fue proclamado Rey de España y dispuso que continuara como Presidente de Gobierno Arias Navarro. Arias defendió ante las Cortes un programa de Gobierno continuista y restrictivo de las libertades y derechos como el de reunión y asociación. La decepción se extendió entre los antifranquistas crearon la platajunta, para reivindicar lo que llamaron una ruptura democrática, es decir, abrir un proceso constituyente Las movilizaciones sociales y los conflictos laborales del invierno de 1975-1976 que reclamaban la amnistía para los presos políticos y las libertades democráticas adquirieron una dimensión desconocida hasta entonces.
Gobierno Adolfo Suárez y Ley para la Reforma Política:
En esta encrucijada, el rey Juan Carlos y sus colaboradores más próximos forzaron en junio la dimisión de Arias Navarro, y propusieron como su sucesor a Adolfo Suárez, un joven reformista procedente de las filas del Movimiento. Tras acceder a la Presidencia, Suárez tenía por un lado que sortear la resistencia de los inmovilistas y, por otro, establecer contactos con la oposición democrática para convencerla de sus verdaderos propósitos liberalizadores. La piedra de toque de estos propósitos fue la Ley para la Reforma Política. La Ley para la Reforma establecía dos Cámaras legislativas: Congreso y Senado; por lo que un reto no menor para el Gobierno Suárez era aprobar por unas Cortes franquistas una Ley que desmantelaba la democracia orgánica franquista. En los meses siguientes se dieron los pasos necesarios para preparar unas elecciones generales: se restableció la libertad sindical, se legalizaron los partidos políticos, menos el PCE; y se concedió una amnistía para los delitos políticos cometidos durante el franquismo. A la legalización del PCE, que apoyaba un proceso democrático y tenía una fuerte presencia en la oposición social al régimen, se oponían los sectores inmovilistas y especialmente la cúpula militar. Suárez decidió en abril de 1977 legalizar al Partido Comunista.
Elecciones generales de 1977 y Constitución de 1978:
Estas elecciones se celebraron en junio de 1977 y dieron la victoria a la UCD. Así se constituía el primer Gobierno democrático desde la guerra civil (1936-1939) y se daban los primeros pasos para elaborar una Constitución. La Constitución de 1978, define a España como un Estado social y democrático de Derecho, aconfesional y regido por una Monarquía parlamentaria moderada y arbitral, a la que corresponde ejercer funciones de carácter representativo y simbólicas. Establece un sistema bicameral en el que el Congreso es elegido por un sistema electoral proporcional. Esta diferenciación, pretendía poner de manifiesto los distintos status de las futuras autonomías. Cada una de ellas se regiría por su Estatuto de Autonomía, se dotaría de una cámara legislativa y contaría con un poder ejecutivo. se estipulaban dos procedimientos distintos, uno más rápido y completo (art. 151) al que podía acogerse “territorios que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente proyectos de Estatutos de autonomía”.
2.Los Gobiernos democráticos, 1978-2000. Los Gobiernos de la UCD (1978-1992):
Una vez aprobada la Constitución, se convocaron elecciones generales en 1979 que volvieron a dar el triunfo a la Unión de Centro Democrático de Suárez en segundo lugar se situó de nuevo el PSOE y como tercera fuerza política, el PCE. El nuevo gobierno fijó su prioridad en la agenda política. Suárez empezaría a ser cuestionado. Además, en las elecciones autonómicas de 1980, la UCD perdería la mitad de los votos conseguidos en 1979. A ello se unía el desgaste producido por la labor del PSOE en la oposición, que sometió al Gobierno a una moción de censura, que ganaría Suárez por escaso margen; junto al fraccionamiento en tendencias de la propia UCD que no respaldaban el liderazgo de su jefe de filas, sin olvidar las debatidas presiones de sectores empresariales y sobre todo, militares, contra el Presidente. Todo ello podría explicar la dimisión de Suárez como Presidente del Gobierno y del Partido en enero de 1981. En esta coyuntura política, más en concreto el 23 de febrero de 1981, cuando se votaba la investidura de Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en el Congreso, se producía el fallido intento de golpe militar del Teniente Coronel de la Guardia Civil, Tejero. La actuación del Rey esa misma noche apoyando el régimen constitucional fue decisiva para abortar el golpe y consolidar el incipiente sistema democrático. El Gobierno Calvo Sotelo llevó a cabo algunas iniciativas trascendentales como fue la aprobación de la Ley del Divorcio (1981), el ingreso de España en la OTAN, hecho efectivo en 1982 y la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico de 1982), consensuada con el PSOE para impedir que fueran desbordados los límites de las competencias concedidas a las Comunidades Autónomas. No obstante, esta tarea legislativa no debe ocultar la progresiva desintegración de la UCD, visible cuando el propio Suárez abandona sus filas para crear en julio de 1982 un nuevo partido: el Centro Democrático y Social (CDS). En agosto, Calvo Sotelo disolvía el Parlamento y convocaba elecciones para octubre de 1982, que ganaría el PSOE.
Los Gobiernos del PSOE (1982-1996):
Las elecciones de 1982 dieron la mayoría absoluta al PSOE de Felipe González, partido que revalidó esta mayoría en los comicios de 1986 y 1989, mientras que en las elecciones de 1993 necesitó de apoyos parlamentarios para poder gobernar. Los Gobiernos socialistas se centraron en un amplio abanico de reformas que pretendía sacar al país de la crisis económica, racionalizar la Administración y avanzar hacia el Estado del bienestar. Entre las iniciativas de carácter económico, destaca la reconversión industrial.
La plena integración económica en la CEE comportó un proceso de adaptación a la normativa comunitaria que culminó con la firma del Tratado de adhesión a la CEE en 1985. Entre las reformas sociales, subrayamos la reforma educativa ejemplificada en la Ley de Reforma Universitaria (1983), que reconocía la autonomía de las Universidades. Entre los problemas que desgastaron a los Gobiernos de Felipe González se encuentran el terrorismo, sobre todo de ETA; la huelga general de 1988, la corrupción dentro del propio.
Los Gobiernos del Partido Popular (1996-2000):
Las elecciones de marzo de 1996 dieron el triunfo, al P. Popular de Aznar. La acción de Gobierno de los populares tuvo una inclinación centrista que presentó como objetivos estabilizar las grandes macromagnitudes económicas y lograr las condiciones que exigía la Unión Europea para el ingreso de España. Otras iniciativas importantes fueron la supresión del servicio militar obligatorio, la creación de un ejército profesional y la política de acercamiento al PNV. Las elecciones legislativas del año 2000 adjudicaron al P. Popular la mayoría absoluta en el Parlamento y en este segundo mandato, Aznar pudo gobernar sin las cortapisas de la legislación anterior: aprobación de la Ley de Extranjería, Ley Orgánica de Universidades, Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), o Ley de Partidos que ilegalizaba a los que no condenasen la violencia…
El fin de la guerra (febrero-abril de 1939)
En febrero de 1939 a la República no le quedaba más territorio que la llamada zona centro. Negrín, Presidente del Gobierno republicano, hizo un último esfuerzo por resistir, pero en marzo se sublevó el Coronel Casado, responsable de la defensa de la capital. Este era partidario de capitular ante las tropas de Franco. Con el apoyo de algunos socialistas y parte de la UGT intentó negociar de forma infructuosa una “paz honrosa”. Franco, en cambio, sólo aceptaría una rendición sin condiciones. En marzo, entraba en Madrid sin resistencia. En días posteriores se ocupó Albacete, Alicante y Valencia. El 1 de abril, en Burgos, Franco dio por acabada la guerra civil.
Principales sectores y movimientos que se opusieron al franquismo a partir de 1960
Desde la década de los años sesenta, el régimen franquista tuvo que hacer frente a sectores sociales que manifestaban públicamente su cuestionamiento de los fundamentos del franquismo. El primer frente de preocupación para el franquismo, aparecido ya en 1956 y 1957. Fracasaron las tentativas de crear cauces para la participación de los universitarios dentro del organigrama del régimen, por ejemplo, la sustitución del sindicato promovido desde el Movimiento. Tampoco tuvieron éxito las políticas de reforma universitaria en los años setenta. En estos últimos años del franquismo, el régimen parecía aceptar la pérdida de la Universidad y concentraba sus esfuerzos en mantener el orden público dentro de los recintos universitarios. La conflictividad obrera, reivindicaba mejoras laborales, pero transgredía la legalidad al estar prohibidos los derechos de asociación, manifestación y huelga de los trabajadores. Entre 1960 y 1975 los conflictos laborales aumentaron considerablemente y se localizaron sobre todo en Asturias, País Vasco, Barcelona y Madrid. El Gobierno reaccionaba, identificando los conflictos obreros como un problema de orden público. Sin embargo, también intentó encauzar esta oposición, pero ni las regulaciones de los “conflictos colectivos” de trabajo de 1962 y 1970; ni el Decreto-Ley que legalizó el derecho de huelga en mayo de 1975, consiguieron “normalizar” los conflictos obreros. la tentativa del régimen de “integrar” a una parte del activismo obrero en el sindicato vertical (OSE) se saldó con la progresiva ocupación de cargos electivos por militantes antifranquistas, en especial, de Comisiones Obreras. Las reivindicaciones obreras fueron apoyadas por organizaciones católicas de base como las HOAC y las JOC, las cuales fundaron la unión sindical obrera. La represión fue la opción más recurrida para frenar la oposición antifranquista. El marxismo, ETA a partir de, fueron para el franquismo los verdaderos enemigos del régimen. La creación del Tribunal de Orden Público en 1963 disminuyó por vez primera, desde la guerra civil, el papel de la jurisdicción militar en la represión política. La declaración del estado de excepción sería otro recurso para la defensa de la dictadura junto a las ejecuciones, como las de 1975, pero ninguna logró detener la acción opositora. Junto a la oposición de los jóvenes universitarios y del movimiento obrero, se situó el disentimiento eclesiástico. Hasta la segunda mitad de la década de los años sesenta, las discrepancias entre el régimen y la Iglesia, que eran pocas y centradas en Cataluña y País Vasco, nunca afectaron al apoyo básico de la jerarquía católica al régimen, ni a su función legitimadora. A partir de estos años sesenta, el Concilio Vaticano II reclamaban la libertad religiosa y la separación de la Iglesia de los asuntos temporales del Estado; la política vaticana, favorable a las actitudes que cuestionaba la dictadura, puso al régimen en una situación difícil. Desde la Conferencia Episcopal, Tarancón, con el apoyo de Pablo VI, pedía a Franco que renunciase al privilegio de presentación de Obispos, pero éste se negaba si antes no se firmaba un nuevo Concordato, que sustituyese al de 1953, y en el que la Iglesia renunciase a sus muchos privilegios. Esta negociación se saldó también con un rotundo fracaso. La jerarquía española no quería un nuevo Concordato y sólo admitía retoques parciales del Concordato en vigor. El franquismo perdía una de sus fuentes de legitimación de origen: la Cruzada. A estos tres frentes de oposición se puede añadir aquel procedente de los partidos políticos. El PCE (liderado por Carrillo) fue el partido, con una organización mejor implantada Entre la oposición política moderada citamos la Democracia Cristiana de Ruiz Jiménez. Además habría que añadir la oposición política nacionalista que iba desde los partidos históricos como ERC y PNV; hasta los recién creados como Convergencia Democrática de Cataluña.