El poema que va a ser objeto de análisis pertenece a la obra de Campos de Castilla (Mayo de 1912). Su autor fue el genuino Antonio Machado, poeta destacado de la Generación del 98. Nacíó en 1875 en Sevilla, aunque pasaría gran parte de su juventud en Madrid, donde estudiaría en la Institución Libre de Enseñanza, factor que le otorgaría cierto carácterliberal. Vivíó en París con su hermano Manuel,otro extraordinario poeta, y a su regreso a España, ganó la cátedra de Francés del Instituto de Soria, Allí descubríó y se identificó con el paísaje castellano. Otro de los pilares fundamentales de su vida fue su esposa Leonor, quien murió poco después de que Machado compusiera esta obra (Agosto de 1912).Trasla Guerra Civil, y debidoa la derrota del bando republicano, se ve forzado a marcharse a Francia, donde moriríaun 22 de Febrero de 1939,en la localidad de Colliure.
A caballo entre el Siglo XIX y XX, Machado pertenecíó a un movimiento denominado la Generación del 98, un fenómeno liderado por una serie de ilustres personajes (poetas, pintores, músicos…). Este movimiento surge,porque acontecía una crisis de identidad colectiva tras las pérdidas de las colonias de Cuba y Filipinas.
Machado estuvo vinculado al movimiento modernista, diferenciándose dos etapas en su persona. Por un lado, nos encontramos ante un Modernismo ornamental, repleto de colorismo y sonoridad; y por otro lado, un Modernismo personalista, cargado de intimismo y desengaño. A lo largo de su producción
literaria, se pueden distinguir varias etapas:
•Intimismo simbolista (1899-1907)
•Castellanismo regeneracionista (1907-1917)
•Poesía filosófica y folclórica (1917-1926)
•Prosa filosófica (1926-1939)
•Poesía bélica (1936-1939)
La obra de Campos de Castilla resalta un encuentro con Castilla y sus paisajes, donde demostraría su estado de ánimo y expondría la realidad de España en esa época. Todo ello se funde con recuerdos nostálgicos y reflexiones sobre la existencia humana. Además, se debe destacar los elogios hacia otros escritores contemporáneos como Rubén Darío, Unamuno, Azorín, etc.
El poema muestra como a un olmo seco y deteriorado le han brotado hojas verdes en primavera. Una vez contemplado ese árbol, y antes de que lo talento de que la naturaleza se cobre su vida, el poeta decide dedicarle unos versos, mientras mantiene el ferviente deseo de la recuperación de su mujer. Es preciso señalar que Machado compuso estos versos el 4 de Mayo de 1912, momento próximo a la muerte de Leonor.
Es significativo que el árbol descrito sea un olmo, una especie que abunda en el territorio español, el cual se hallaba en la ribera del río Duero. Asimismo, y desde otra perspectiva literaria, la imagen de ese maltrecho y agonizante árbol puede trasladar a una imagen del país, que sufría un periodo de crisis aguda; pero, como en se reconoce en el lenguaje popular, “la esperanza es lo último que se pierde”, interpretándose mediante las hojas verdes del olmo, traídas por la primavera. Por ello, podríamos entender que se albergaba no solo la esperanza de la recuperación de la amada, sino también de España.
En cuanto a la métrica, cabe advertir que este poema está formado por treinta versos de arte mayor y menor, ya que son de once y siete sílabas (endecasílabos y heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11 que riman a gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo estrófico clásico que admite incluso la posibilidad de que algún verso quede suelto, como ocurre en este poema. La rima es consonante, menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso suelto no rima.
Este poema se divide en tres partes: la primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando también la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y también lo compara con otra especie: los álamos. Una segunda parte, que ocupa prácticamente el resto del repertorio salvo los últimos tresversos; y por último, una tercera parte, donde ya no es el árbol el protagonista, sino el anhelo de que su cónyuge se salvase (la esperanza).
El estilo de Antonio Machado no puede ser interpretado, a menos que se reconozcan algunos factores que marcaron su producción poética. Entre sus preocupaciones existenciales, podemos encontrar las meditaciones, los paseos, las tertulias, etc. Todo ello forjó un incuestionable arte literario en el autor.
El maestro posee una expresividad sobria, debido a que a pesar de que esté influenciado por el Modernismo ornamental, podemos desentrañar que realmente abunda un estilo más intimista, aderezado incluso con pinceladas del Romanticismo. La simbología se hace notar en los sentimientos que relataba Machado un olmo envejecido, lleno de esperanza por el florecimiento esmeralda de sus hojas). En el poema, el árbol simboliza la enfermedad frente a la vitalidad del álamo; sus hojas en cambio, la deseada esperanza. Su lenguaje es altamente connotativo en referencia a la vejez, la destrucción y el paso del tiempo:
rayo, hacha, torbellino…
Además de su lenguaje y simbología, también es ciertamente destacable el carácter literario de los versos. El lenguaje figurativo resalta y da fuerza expresiva al fragmento. Es indudable el carácter del yo poético del autor, describiendo su auténtica intención, la cual era ser bendecido por la esperanza. Entre los recursos literarios, que podríamos mencionar, observamos una metáfora: lame el Duero, refiriéndose a que ese río tiene su cauce en ese mismo lugar; una aliteración: …Hendido por el rayo y en su mitad podrido, en donde se repiten los fonemas /o/, /i/, /e/ y /d/, cargando de una sensación de catástrofe y desolación a dichos versos; un hipérbaton:
A un olmo seco, hendido por el rayo…, pues en los cuatro primeros versos se antepone el CI,dando ritmo y expresividad al conjunto; una sinestesia: …álamos cantores, probablemente debido al sonido que producían sus hojas al mecerse. Otros recursos que podrían ser mencionados son las repeticiones: olmo o los paralelismos: Antes que te derribe, …Antes que te descuaje un torbellino.
El final poético se verá representado en los últimos tres versos, momento para la esperanza y el sentimentalismo. Para ello, emplea la metonimia primavera, utilizando la denominación del periodo estacional para acoger todopensamiento alentador acerca de Leonor.
A modo de cierre, podemos argumentar que nos hallamos frente a un poema intimista, pleno de un simbolismo con el que muestra sus desgracias y anhelos. Todo ello se produce a través de un lenguaje sobrio y sencillo con el fin demostrar la humanidad innata del poeta y que está plasmada en su obra. Y es que para el autor sevillano, “la poesía es el diálogo de un hombre con su tiempo, de un hombre con su paisaje”.