PERSONAJES:
Andrés Hurtado:
Este es el personaje principal de la obra, Pío Baroja nos cuenta su vida desde que estudia hasta que muere. La personalidad y forma de pensar evoluciona en hurtado según van teniendo experiencias, llegando a ser una persona que odia por completo la sociedad, las personas y la forma de vivir y de pensar, al final el Hurtado se suicida.
La familia de Andrés Hurtado:
El padre don Pedro Hurtado, era un señor alto, flaco, elegante, hombre guapo y calavera en su juventud. De un egoísmo frenético, se consideraba el metacentro del mundo. Dirigía la casa despóticamente, con una mezcla de chinchorrería y de abandono, de despotismo y de arbitrariedad, que a Andrés le sacaba de quicio.
De los hijos, el mayor y el pequeño, Alejandro y Luis, eran los favoritos dé padre Alejandro era un retrato degradado de don Pedro. Más inútil y egoísta aún, nunca quiso hacer nada, ni estudiar ni trabajar, y le habían colocado en una oficina del Estado, adonde iba solamente a cobrar el sueldo. Alejandro daba espectáculos bochornosos en casa; volvía a las altas horas de las tabernas, se emborrachaba y vomitaba y molestaba a todo el mundo.
Pedro venía tras ella en edad y representaba la indiferencia filosófica y la buena pasta. Estudiaba para abogado, y salía bien por recomendaciones; pero no se cuidaba de la carrera para nada.
El hermano pequeño, Luisito, de cuatro o cinco años, tenía poca salud. La disposición espiritual de la familia era un tanto original. Don Pedro prefería a Alejandro y a Luis; consideraba a Margarita como si fuera una persona mayor; le era indiferente su hijo Pedro, y casi odiaba a Andrés, porque no se sometía a su voluntad. Hubiera habido que profundizar mucho para encontrar en él algún afecto paternal.
Montaner era un estudiante que abandono la carrera, terminándola años después para no conseguir hacer nada con ella, de esta persona se aprovecha su amigo Aracil.
Aracil es un ser mezquino, sórdido, egoísta e incapaz de hacer nada por nadie, se aprovecha de sus amigos y con aires de superioridad.
Lulú era una muchacha graciosa, pero no bonita: tenía los ojos verdes, oscuros, sombreados por ojeras negruzcas; unos ojos que a Andrés le parecieron muy humanos; la distancia de la nariz a la boca y de la boca a la barba era en ella demasiado grande, lo que le daba cierto aspecto simio; la frente pequeña, la boca, de labios finos, con una sonrisa entre irónica y amarga; los dientes blancos, puntiagudos; la nariz un poco respingona, y la cara pálida, de mal color. Lulú demostró a Hurtado que tenía gracia, picardía e ingenio de sobra.
El tío de Andrés, Iturrioz:
Al principio de conocerle – Andrés no le trató a su tío hasta los catorce o quince años-
Iturrioz
1e pareció un hombre seco y egoísta, que lo tomaba todo con indiferencia; luego, sin saber a punto fijo hasta dónde llegaba su egoísmo y su sequedad, encontró que era una de las pocas personas con quien se podía conversar acerca de puntos trascendentales.
Con él y a lo largo de varios capítulos discute de temas referentes a la vida y a la existencia.
EL doctor don Sánchez:
Es el doctor compañero de Andrés el Alcolea del Campo El doctor Sánchez vivía cerca, en una casa de aspecto pobre. Era un hombre grueso, rabio, de ojos azules inexpresivo, con una cara de carnero, de aire poco inteligente. Es un hombre que se preocupa mucho del dinero y ve a sus pacientes como meras formas de ganar dinero Este hombre simpatiza mucho con el pueblo y lo pone en contra de Andrés al ver que este es un duro competidor.
TERCERA PARTE: Tristezas y dolores
Día de Navidad
Vida infantil
La casa antigua
Aburrimiento
Desde lejos
El día de Navidad tuvo Andrés que marchar a Valencia para ver el piso de unos tíos para que Luisito viviera allí porque escupía sangre y tenía síntomas de tuberculosis y el médico de la sala y Andrés creyeron que sería lo más conveniente. Viajó en tren en tercera clase con un manchego. Negoció con un tartanero para que le llevase al pueblo. Pidió la llave a la vecina y entró en la casa, decorada con dos estatuas: Flora y Pomona. Ésta tenía un huerto, y parecía muy tranquila. Devolvió la llave pensando que era el lugar ideal. Al llegar a Valencia escribió un telegrama a su familia y volvió a Madrid.
Don Pedro, Margarita y Luisito se marcharon a Valencia; los otros tres hermanos, se quedaron en Madrid. Andrés sacó el curso y se fue a Valencia, esta vez en primera. Luisito, seguía igual. Luisito y Andrés plantaron muchas cosas en el huerto, aunque sólo salieron ajos. Los dos cuidaban el precioso jardín. Luis se duchaba por las mañanas con agua fría porque así se lo habían recomendado.. Luisito inventaba cuentos; decía que un gato que le perseguía era un brujo y caricaturizaba a los que iban a la casa. Luisito conocía a Roch, el hijo del saludador y dos medoreadores:
Choriset y Chitano.
A veces, Andrés iba al café y allí se enteraba de los conflictos entre el casino carlista y el republicano.
Don Pedro advierte a Margarita que no pueden sostener las dos casas. Viene doña Julia, prima de Don Pedro y les invita a que Andrés, Luis y Margarita vayan a Valencia Capital. Fueron a visitar a los primos. Les recibió don Juan, uno de ellos. En la casa vivía él, Don Vicente, enfermo de gota y doña Isabel, los tres solteros. La casa era oscura con un naranjo muy grande en medio y a los pocos días los tres hermanos se trasladaron. Margarita y Luisito estaban bien, pero Andrés escribía para ser médico rural. Luisito se iba poniendo más exigente y no quería tomar el sol. Una criada tomó por loco a Andrés al decirle éste, que abriese las ventanas para que muriesen los gérmenes, y definió éstos como moscas que existen pero que no se ven.
Andrés se impacientaba porque no le daban plaza para médico rural y se puso a estudiar las asignaturas del doctorado. No salía de casa. Subía a una azotea a observar el pueblo. Pensaba, bajo las estrellas cosas perturbadoras como las fuerzas de la naturaleza, y se angustiaba.
Volvió a Madrid a examinarse del Doctorado. Leyó una oferta de médico rural en Burgos y se marchó allí. Sustituiría allí a un médico rico, viudo, aficionado a la numismática. Hizo amistad con él y se quedó a vivir en su casa, con una criada vieja.
Recibió una carta de su padre diciendo que Luisito había muerto en Valencia, con muchas ganas de saber de él. Pero la muerte no le creó ninguna desesperación, no sentía dolor. Recordó el caso de un chico de 6 ó 7 años. Recibió carta de Margarita, donde le explicaba que Luisito había muerto de meningitis tuberculosa. Pero no le recordaba enfermo, sino sonriendo.
-Hemos afirmado que Andrés Hurtado es el álter ego de Pío Baroja;
Explica el significado de esta expresión latina y justifica que se la apliquemos a Andrés Hurtado al comparar su biografía con la de Pío Baroja. Podríamos decir que Andrés Hurtado es el álter ego de Pío Baroja porque es su “otro yo”, pero no porque se desdoble o porque tenga en él mucha confianza, si no porque lo utiliza para representarse a si mismo.