Qué implicación tiene la aceptación del sur sufragio universal para la burguesía


Estuvo precedida por la recesión económica que caracterizó la crisis de 1866-1867 (crisis
industrial del textil catalán, malas cosechas, subida de precios y la quiebra de compañías
ferroviarias), además de las insurrecciones progresistas y demócratas frente al monopolio
político moderado (la protesta universitaria de la Noche de San Daniel por la condena de Emilio
Castelar, y la sublevación de los Sargentos del cuartel de San Gil en Junio de 1866 encabezada
por Juan Prim; ambas fracasaron).
Pacto de Ostende: Desde Bélgica, la oposición promovió un acuerdo para destronar a Isabel II
y convocar Cortes constituyentes por sufragio universal masculino. En 1866, progresistas
y demócratas firmaron el pacto, y en 1867 se les unieron los unionistas (con la muerte de
O’Donnell).
La Revolución llegaría en Septiembre de 1868, iniciada con el pronunciamiento militar de
Cádiz, por el almirante Topete (jefe de la Armada), y dirigido por el General Prim (líder
progresista) y el General Serrano (líder unionista). También se unieron Primo de Rivera y
Dulce, junto con burgueses. El manifiesto ¡Viva España con honra! Buscaba el apoyo de los
españoles, proponiendo un Gobierno provisional y el sufragio universal masculino, y criticando a
la reina.
Con el apoyo popular se formaron Juntas revolucionarias lideradas por demócratas que
reclamaban el sufragio universal, la libertad de imprenta y de culto, y la supresión de los
consumos y de las quintas. Finalmente, el 28 de Septiembre las tropas de la reina fueron
derrotadas en el puente de Alcolea, e Isabel II huyó a Francia.
<> Gobierno provisional y Regencia de Serrano:
Con el triunfo de la revolución se inició un Gobierno provisional presidido por Serrano y
formado por progresistas (Prim) y unionistas (Topete), excluyendo a los demócratas y
disolviendo las Juntas revolucionarias. Esto provocó la radicalización y división de los
demócratas: Cimbrios (dispuestos a cooperar con el Gobierno siempre que se respetase la
democracia) y Republicanos (pretendían implantar una República federal, como Pi y Margall).
Laureano Figuerola (Hacienda) impulsó la peseta y suprimió los consumos, introduciendo un
tributo personal proporcional a la renta del contribuyente.
El Gobierno convocó elecciones a Cortes Constituyentes, por sufragio universal masculino,
triunfando los candidatos monárquicos, con la victoria de progresistas seguidos de unionistas.
Así pues se promulgó la Constitución de 1869, la más democrática hasta entonces.
+ Soberanía Nacional que reside en el pueblo.
+ Estricta división de poderes (función legislativa en las Cortes bicamerales con Congreso y
Senado; poder ejecutivo en el monarca, aunque en realidad lo ejercía el Gobierno, pero debía
contar con el apoyo de las Cortes).
+ Cortes elegidas por sufragio universal masculino.
+ Monarquía democrática: El rey reinaba pero no gobernaba (sanción y publicación de leyes,
aunque podía disolver las Cortes).
+ Declaración de derechos para evitar recortes posteriores.
+ Libertad de culto, pero mantención por parte del Estado, del culto y clero católicos.
Aprobada la Constitución de 1869, el General Serrano fue nombrado regente, con Prim como
jefe de Gobierno, hasta encontrar un monarca.
– Problemas sociales y políticos:
+ Guerra de Cuba (iniciada con el Grito de Yara en 1868).
+ Aplicación del arancel librecambista (1869), que provocó rechazo en industriales catalanes.
+ Sublevaciones republicanas federales y movimientos obreros socialistas y anarquistas
(en el contexto de la AIT, introducido por Fanelli, para después formar la FRE en 1870).
+ Búsqueda de candidatos para monarca: Alfonso Borbón (hijo de Isabel II), Leopoldo
Hohenzollern (para provocar la guerra Franco-prusiana), y el finalmente elegido, propuesto por
Prim: Amadeo de Saboyá (hijo de Víctor Manuel II, de la unificación italiana).
<> Monarquía de Amadeo I de Saboyá (30 Diciembre 1870 – 11 Febrero 1873):
Amadeo I llegó a España justo el día en que falleció Prim por haber sido tiroteado, por lo que
perdía al que iba a ser su consejero. Esto le llevó a un gobierno inestable, pues se produjo un
gran aislamiento político del rey, ya que muchas élites no apoyaron su reinado e incluso, tras la
muerte de Prim, se fraccionaron los grupos que lo apoyaban. La coalición gubernamental
(Unionistas, progresistas y demócratas cimbrios) comenzó a disgregarse. El Partido
Progresista se dividió en el Partido Constitucionalista (con Sagasta, más cercano a los
unionistas) y el Partido Radical (Ruiz Zorrilla, cercano a los demócratas).
– La Guerra de Cuba se intensificó y además estalló la Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
en nombre de Carlos VII (nieto de Carlos María Isidro).
– Conflictividad social: Las sociedades obreras españolas se habían incorporado a la AIT y
estaban viviendo las diferencias entre Marx y Bakunin. En 1871 llegó el marxista Lafargue a
Madrid, obteniendo seguidores. En 1872, los marxistas expulsaron a los anarquistas de la
AIT, pero en España el movimiento obrero apoyó a los anarquistas, provocando que los
marxistas se retiraran de la FRE para fundar la Nueva Federación Madrileña (sería
reconocida por la AIT), que en el futuro conformaría el PSOE en 1879. La mayoría de las
federaciones defendieron la postura apolítica anarquista de no participar en la vida
parlamentaria, dando lugar a una gran inestabilidad política.
La Cuestión de Artillería: El rey se opuso a una ley propuesta por el gobierno (presidido por
Ruíz Zorrilla), que disolvía el cuerpo de oficiales de artillería que se oponían a la Capitanía
de las Vascongadas del general Hidalgo, para reafirmar su poder sobre el ejército.
Amadeo aprovechó el conflicto para abdicar el 11 de Febrero de 1873. Ese mismo día,
reunidos Congreso y Senado, proclamaron la República.
<> Primera República (11 Febrero 1873 – 3 Enero 1874): La proclamación de la República no
tuvo éxito, pues el apoyo dado por las Cortes no reflejaba un apoyo real a la nueva forma de
gobierno. De hecho, gran parte de la cámara era monárquica, y su voto a favor del sistema
republicano fue una estrategia para ganar tiempo para organizar una alternativa
monárquica. Además, la Guerra de Cuba seguía activa, junto con el conflicto carlista, que se
extendió hasta Teruel (saqueo de Cuenca 1874).
Fue un régimen inestable políticamente, en el que se sucedieron cuatro presidentes:
– Estanislao Figueras (Febrero-Mayo): Se mantuvo la Constitución del 69, eliminando los
artículos referentes a la monarquía e iniciando una tendencia federalista. Se suprimió el
sistema de quintas, aunque se mantuvieran las guerras. En las elecciones a Cortes
constituyentes, el partido Republicano federal obtuvo una amplia mayoría, aunque la
abstención también fue muy elevada. Figueras dimitió inesperadamente el 11 de Junio.
– Francesc Pi y Margall (Junio-Julio): Se diseñó un proyecto de Constitución de 1873, que
establecía una República federal formada por 17 estados federados incluyendo a Cuba y
Puerto Rico, y la separación radical entre Iglesia y Estado. Sin embargo, no llegó a aplicarse
pues se desencadenó la Revuelta Cantonal (movimiento promovido por republicanos
federalistas exaltados que deseaban implantar el Estado Federal a partir de los cantones,
municipios autónomos, y combinaban algunas medidas anarquistas), llegando incluso a
proclamarse cantones independientes del poder central como Cartagena, o en Valencia,
Almansa y Murcia. El 18 de Julio, Pi y Margall dimitió.
– Nicolás Salmerón (Julio-Agosto): La República dio un giro centralista, apoyándose en el
ejército (Martínez Campos y Pavía) para acabar con el movimiento cantonal. No obstante,
Salmerón dimitió a principios de Septiembre al negarse a firmar dos sentencias de pena de
muerte contra dos militares que se habían pasado al bando carlista.
– Emilio Castelar (Septiembre-Enero): Defendía una República centralista y gobernó de
forma autoritaria para poner fin a la conflictividad interior. Suspendió las Cortes hasta el 2
de Enero de 1874 cuando fue forzado a presentarse a una moción de confianza, en la que
acabó dimitiendo.
El 3 de Enero de 1874 se procedía a votar un nuevo gobierno, pero se produjo el Golpe de
Estado de Pavía, entrando en el Congreso y disolviendo las Cortes. Era el final de la Primera
República, abriéndose un período de transición entre la República y la Restauración borbónica,
conocido como República de Serrano o autoritaria.
<> República Autoritaria de Serrano (Enero-Diciembre 1874): Dictadura personal encubierta
bajo la forma republicana, sin Constitución, ni Cortes y un gran poder militar. Acabó con el
cantón de Cartagena y disolvió la Primera Internacional en España.
Los alfonsinos iban ganando apoyo y Cánovas intentaba promover el regreso pacífico de
los Borbones con Alfonso (hijo de Isabel II), el cual debía firmar el Manifiesto de Sandhurst,
donde se establecía el nuevo régimen monárquico, conservador y católico, pero garantizando
el sistema liberal. Sin embargo, fue el Pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto (29
Diciembre 1874) el que puso a Alfonso XII como nuevo rey de España con gran éxito.
Economía española en el Siglo XIX
Europa experimenta una transformación económica hacia el capitalismo industrial, a la cual
España presenta un crecimiento lento y atrasado respecto a otros países.
<> Agricultura: La economía española aún dependía de ésta. Se dieron transformaciones en la
estructura de la propiedad.
Con la revolución liberal se implantó la propiedad privada y se adoptaron medidas como las
desamortizaciones, la supresión de mayorazgos, la Mesta y el diezmo, y se abolieron los
señoríos (los territoriales dan lugar a propiedad privada y los jurisdiccionales se abolían). Las
desamortizaciones fueron las transformaciones que consolidaron el sistema de propiedad
privada plena, iniciadas con Godoy en 1798 y culminadas con los gobiernos progresistas.
– Desamortización de Mendizábal (1836): El Gobierno nacionalizó los bienes de las órdenes
religiosas y los vendió en subasta pública, admitiendo pago en efectivo o en títulos de
deuda pública.
– Desamortización de Madoz (1855): El Gobierno puso a la venta todas las tierras cultivables
del clero, órdenes militares y patrimonio municipal (bienes propios y de comunes) admitiendo
únicamente pago en metálico.
No se consideró una reforma agraria, pues era una vía de trasferencia de propiedad desde
la Iglesia y municipios al Estado Liberal y a las élites económicas, aunque los compradores
fueron aristócratas, comerciantes e industriales.
El aumento de la superficie cultivada con la expansión del maíz y la patata en el norte y zonas de
regadío interior, los frutales valencianos y la protección de los gobiernos moderados a favor de
los cereales (arancel 1891) proporcionaron cierto crecimiento, aunque la productividad era baja e
insuficiente frente al incremento de la población. Sin embargo, España llegó a convertirse en
primer productor mundial de vino y se configuraron zonas para el monocultivo de la vid (La
Rioja, el Penedés, Jerez de la Frontera, Utiel y Requena), pero con la extensión de la filoxera y la
caída de exportaciones a Francia, entró en crisis.
La agricultura no fue el motor del cambio industrial, más bien fue una causa del retraso
económico, por su falta de rentabilidad y atraso tecnológico. Los niveles de consumo y
productividad fueron muy bajos, contribuyendo a la conflictividad social rural y empeorando las
condiciones de vida de los campesinos, acostumbrados a completar sus rentas con los bienes
municipales. Su explotación por los terratenientes desarrollaría su apoyo anarquista.
<> Industria: La industrialización en España se asentó sobre la insuficiencia técnica, baja
productividad y la localización geográfica demasiado concentrada, constituyendo un fracaso.
Sólo la zona vasca y catalana (sobre todo Barcelona) podían competir con el resto de Europa
(en otras regiones sólo hubo fábricas de harina, aceites y vinos).
– Industria textil algodonera catalana: La actividad comercial de mediados del XVIII permitió
acumular capital, que junto con abundante mano de obra y la iniciativa burguesa, promovieron la
empresa. Imitaron la tecnología inglesa, reduciendo costes. Los tejidos de algodón (llegaba a
Barcelona importado) revolucionaron la industria, sustituyendo a la ropa bordada. La política
proteccionista aplicada por el Gobierno sustituyó los tejidos ingleses por tejidos catalanes en el
territorio español, y posteriormente se pusieron aranceles para los tejidos no fabricados en
España para Cuba, Puerto Rico y Filipinas. No obstante, esto no favorecía el desarrollo
tecnológico ni la expansión internacional.
– Industria siderúrgica: Ligada a la actividad minera del hierro y el carbón, que contaba con
yacimientos separados, por el que era necesario el transporte de uno de los componentes.
Existieron tres focos: Málaga desde los años 30 (la inviabilidad llegó por la escasez de hierro y la
falta de carbón mineral), Asturias 1860-1880 (gran cantidad de carbón mineral pero poco hierro) y
la zona vasca desde 1880, con gran cantidad y calidad del mineral de hierro, demandado por
Gran Bretaña, permitiendo ingresar grandes capitales y aprovechando el viaje de vuelta para
importar carbón. Los aranceles aplicados por el proteccionismo obligaban al mercado español a
consumir los productos de las industrias vascas, garantizando su desarrollo, así como el de
astilleros para el transporte y fábricas de maquinaria.
<> Transportes: La mejora de los transportes era necesaria para lograr la modernización
económica. En 1840 se comenzó la reforma del trazado de carreteras para mejorar la red viaria,
aunque no fue suficiente y se mantenían los caminos para carros. En la navegación marítima se
mejoraron y ampliaron los puertos, se perfeccionó la navegación a vela y se introdujo la
navegación a vapor.
– Desarrollo del ferrocarril: El primer proyecto ferroviario se apoyó en la legislación de finales de
1844 sin mucho éxito. Se establecía un ancho de vía superior al europeo (por el tipo de terreno).
La primera línea inaugurada fue la de Barcelona-Mataró (1848). La Ley General de Ferrocarriles
de 1855 dio el impulso definitivo, construyendo una red viaria básica en forma de red radial con
centro en Madrid. Facilitó la formación de sociedades anónimas y preveía el pago de
subvenciones estatales, además de permitir la entrada de capital extranjero y la libre
importación de materiales para su construcción. La crisis de 1866 frenó su construcción,
pero prosperó en los 70 y duplicó su longitud durante la Restauración borbónica.
Sociedad española en el Siglo XIX
Con la revolución liberal, la sociedad estamental del Antiguo Régimen fue sustituida por la
sociedad de clases, basada en la igualdad jurídica que convierte la riqueza económica en
el principio de diferenciación social, eliminando los privilegios de la Iglesia y nobleza.
Los eclesiásticos (con número y poder económico reducidos) y el ejército (continuamente
implicado en la política) daban apoyo y legitimación a esta nueva estructura social.
La clase dominante se componía de la nueva burguesía comercial, industrial y financiera,
unida a la vieja nobleza que se integró como burguesía propietaria, pues aunque había perdido
sus derechos señoriales, seguía siendo propietaria de medios de producción y grandes terrenos
gracias a la desamortización. La alta burguesía (industrial, financiera, cargos militares o de la
Administración) buscaba la equiparación social con la antigua aristocracia. Las clases medias
estaban constituidas por comerciantes, dueños de talleres, bajos militares, abogados que
ocuparon la cúspide social de las ciudades.
Las clases populares eran las más numerosas, compuestas por el campesinado y los obreros
industriales. Los campesinos (estrato social más bajo) eran jornaleros con duras condiciones de
vida que darían lugar a revueltas. También destaca el servicio doméstico en las propiedades de
las clases más altas. El número de obreros industriales creció desde 1840, propiciado por el
éxodo rural por parte de campesinos y artesanos que buscaban mejores condiciones de trabajo y
salarios más altos. No obstante, las duras condiciones laborales fueron la causa de muchas
protestas.
Esto dio lugar al movimiento obrero, que se inició durante el Sexenio Democrático. Las
sociedades obreras se estaban uniendo a la AIT (fundada en Londres 1864) de la mano del
anarquista Fanelli (colaborador de Bakunin), por lo que los líderes obreros españoles
estuvieron muy influenciados por el anarquismo, creando en 1870 la FRE como sección de la
AIT.
En 1871 llegó a Madrid el marxista Lafargue, reclutando seguidores. En 1872, los marxistas
de la AIT expulsaron a los anarquistas en Europa. No obstante, en España el movimiento
obrero estaba apoyado por anarquistas, por lo que se expulsaron a los marxistas de la
FRE, que fundarían la Nueva Federación Madrileña (reconocida por la AIT), que posteriormente
daría lugar al PSOE de 1879. El resto de federaciones eran anarquistas, por lo que se
defendía la postura apolítica. Durante la Primera República, los republicanos federalistas
exaltados tomaron ideas anarquistas y desencadenaron la Revuelta Cantonal.
En 1874 la República de Serrano acaba con el último Cantón (Cartagena) y disuelve las
asociaciones dependientes de la AIT, obligándolas a entrar en la clandestinidad y
derivando en lo que sería la Mano Negra, hasta que en 1881 Sagasta aprobó su legalidad.

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