Caballo Pura Raza Español
Procede del caballo ibero, aunque hasta nuestros días ha sufrido diversas vicisitudes.
Durante siglos fue un caballo alabado por su belleza y aptitudes, actuando como mejorante en otras poblaciones caballares.
La cabeza es mediana, más bien estrecha y alargada, en forma de uso. La cabeza es de poca profundidad y la mandíbula es oblicua y no muy marcada.
El cuello, de longitud media y buen desarrollo muscular con tablas redondeadas, es arqueado por el borde de la crinera, que es abundante. Lateralmente su unión con la espalda es suave, sin depresiones.
El tronco, en general, es estrecho y profundo, no en “tonel”. La cola es de nacimiento medio, ni en arco ni humillada.
El pecho, medianamente ancho, es profundo. Muslo y nalga poco musculados y de perfil suavemente arqueado.
Las extremidades son largas y finas, con articulaciones destacadas y cascos de buen tamaño. Los cascos son, en ocasiones, defectuosos en la forma (encañutados, altos de talones, cerrados de talones) y por volumen (pequeños).
Los aplomos son, en un porcentaje apreciable de animales, incorrectos: estevados, juntos de corvejones, quebrados de piernas, entre otros.
Las capas más frecuentes son la torda (66-69%) y la castaña (29-32%). Como variantes el tordo pizarra y vinoso. Siguen en importancia la capa overa, baya, negra y alazana. No se admite la capa pía.
Temperamentalmente es equilibrado, vigoroso, sobrio y de excelente capacidad de respuesta. Por su temperamento y bondad es un animal excelente para diversas faenas ganaderas, así como “guía” para jinetes poco experimentados. Es un excelente caballo de paseo, en enganches y en distintas modalidades de doma.
Aspecto también importante del caballo español es su influencia en la mejora y creación de otras razas caballares.
Árabe
La denominación de árabe procede del pueblo, que por motivos religiosos, lo expandió, y no a la región geográfica de tal nombre, ya que la península arábiga, inhóspita y en gran medida desértica, nunca fue tierra productora de caballos.
El árabe ha sido alabado por la perfección de sus formas, su nervio (sangre), su inteligencia e incluso por esa inigualable capacidad de entendimiento con el hombre. Su alzada a la cruz se sitúa entre 1’45-1’50 m.
Su cabeza es corta y triangular, de proporciones medias. Mandíbula fuerte, ancha y marcada. En algunos tipos es de ciervo o invertido.
El tronco es redondeado, tipo cilíndrico, entre paralelas, musculoso y acortado. La grupa, de gran longitud, es cuadrada, de escasa inclinación, y la cola es de nacimiento alto.
El pecho es ancho y profundo. La espalda inclinada y musculada, el costillar redondeado, muslo musculado y nalga descendida y redondeada.
Las extremidades son fuertes y proporcionadas, de excelentes aplomos, aunque finas de hueso y de radios largos. Las articulaciones son muy manifiestas y los cascos son pequeños, redondos y duros.
No hay acuerdo sobre las características morfológicas del caballo árabe al señalarse al menos 3 tipos diferentes y definidos, que para algunos autores forman 3 razas independientes.
Las capas más frecuentes son la torda y la alazana, seguida por la castaña y negra, además de la ruana, isabela, baya y overa.
Especialidad=resistencia Los caballos ganadores de raid, que no son de pura raza árabe, tienen un tanto por ciento muy elevado.
A partir de los 4 años, las distancias varían entre 1400 a 3000 m, con 57 kg en las hembras y 59 kg en los machos (60 kg las hembras y 62 kg los machos a partir de los 5 años).
Pura Sangre Inglés
Seleccionado por sus aptitudes para la velocidad, el Pura Sangre Inglés domina las carreras desde su creación, sustituyendo al caballo andaluz (considerado desde la época romana como el más rápido) y al berberisco.
No se puede hablar propiamente de un estándar en el P.s.I., ya que se atiende especialmente a la pureza y calidad de sus orígenes, así como a sus rendimientos en carrera. Cuando está inscrito en el Stud Book del P.s.I.
Sin embargo, la homogeneidad en el conjunto de la raza proviene de algunos caracteres: cuerpo longilíneo, cabeza fina y elegante con frente recta, cuello largo, espalda musculada y oblicua, pecho amplio y profundo que permite una gran capacidad respiratoria, miembros delgados, secos, poderosos y tendones bien marcados.
De perfil recto, frente ancha y recta, orejas medianas a largas y separadas, nasales rectos, ollares abiertos y hocico cuadrado, mandíbula marcada. Cuello largo, recto, piramidal, estrecho y de inserción poco profunda en cabeza y tronco, con el que forma un ángulo de unos 45º. Cruz muy destacada, larga y estrecha, línea dorsolumbar larga y ligeramente elevada hacia las palomillas. Pecho profundo, costillar poco arqueado y muy profundo, vientre recogido. Extremidades largas y de ángulos abiertos. Espalda larga e inclinada (unos 60º), brazo oblicuo, antebrazo largo, caña corta, cuartillas largas, cascos pequeños y generalmente de mala constitución. Ángulo coxo-femoral muy abierto (87-88º), fémur tendente a la verticalidad, pierna larga y ángulo del corvejón abierto.
Tras un amplio estudio, no parece ser la consanguinidad la causa de la baja fertilidad de la raza, pudiéndose atribuir a la época de cubrición ya que en la yegua la mayor tasa de fertilidad se produce entre Mayo y Septiembre, siendo mínima en Enero a Marzo
También se utilizan en cruzamientos con otras razas y en cuanto al deporte hoy compite tanto en polo, en hípica
Hispano-Árabe
Producto del cruzamiento entre la raza árabe y el español, se configura como un caballo ortoide, eumétrico y mesomorfo. En general es un caballo armónico, de una alzada de 1’55-1’65 m y entre 350-450 kg. Lo ideal es que con la alzada del español tenga las cualidades del árabe.
Se definen como hispano-árabe los animales procedentes del cruce de caballos árabes con yeguas españolas o al contrario, o bien procedentes de progenitores hispano-árabes siempre que tengan un mínimo del 25% de sangre árabe.
Es un caballo sobrio y bien adaptado a nuestro clima, de carácter vivo y activo, presenta movimientos fáciles y extensos.
Prototipo racial.
El prototipo racial de la raza Hispano-Árabe queda determinado por las siguientes características:
A) Características generales: Se trata de animales ortoides, eumétricos y mesomorfos, de silueta esbelta, conjunto armónico y movimientos airosos. Armonía general y corpulencia que proporcione una figura esbelta, de silueta grácil y proporciones armónicas.
B) Caracteres morfológicos: Cabeza relativamente pequeña y piramidal que termina ensanchándose discretamente.
De perfil tronco-nasal recto o ligeramente ondulado en S prolongada. Ojos redondeados, un tanto grandes, a flor de cara y expresivos, con arcadas orbitarias marcadas.
Cara recta o muy discretamente subconvexa. En la unión de la región craneal con la facial puede presentar cierta depresión, que condiciona el perfil en S prolongada. Mandíbula extensa con borde angulado.
Cuello ligero, alargado y ligeramente arqueado en el borde superior. Bien unido a la cabeza y posteriormente.
Tronco fuerte y profundo. Dorso ligeramente curvado. Grupa rectangular, fuerte, horizontal o ligeramente inclinada. Pecho profundo, tórax elíptico, de costillares suavemente arqueados, ijares dilatados y vientre recogido.
Extremidades y aplomos de longitud media o ligeramente altas y correctamente aplomadas. En las posteriores: muslo desarrollado, nalga y piernas largas, corvejones amplios y fuertes.
Resultan caballos de fácil manejo y
pronta compenetración con jinetes y cuidadores. Asimismo es caballo con temperamento muy adecuado para el Trec (Técnicas de Recorrido Ecuestre de Competición), las marchas ecuestres y los deportes en grupo.
PERCHERÓN
Procedente del Eq. Sequanius, según Sansón, es un caballo pesado y elegante, y la raza equina francesa de tiro más famosa. Igualmente recibió sangre española por importación de sementales desde Castilla.
Se obtuvieron caballos pesados, que más tarde, en los siglos XVII y XVIII, derivaron hacia caballos de tiro utilizados en las diligencias de viajeros. Con la creación de la Sociedad Hípica Percherona, en 1850, comienza la época de oro de la raza.
Las líneas más influyentes aparecen dominadas por cruces con sangre árabe, que volvieron a utilizarse desde 1760.
La cabeza es fina, elegante y expresiva, larga y armónica y pequeña. Cara recta y plana, ollares anchos y abiertos. Hocico cuadrado y mandíbula destacada.
El cuello es mediano a corto, y ancho, arqueado por su borde superior y con crines abundantes.
El pecho es ancho, el tórax es amplio y profundo, la espalda inclinada y musculosa, la cruz no destaca, el dorso es recto y los riñones cortos y anchos. El esternón es prominente, la cinchera muy descendida y el costillar redondeado.
Las extremidades de medianas a cortas, robustas. Antebrazo muy desarrollado, rodillas cuadradas, articulaciones anchas, cañas y cuartillas cortas y cascos resistentes. Buenos aplomos.
Hipermétrico, ortoide y mediolineo