El Realismo en la segunda mitad del siglo XIX
La novela se consolidó como el género predilecto del realismo en el siglo XIX por su capacidad para representar la realidad objetivamente, en contraste con la subjetividad inherente a la poesía. El ascenso de la burguesía como clase dominante y la organización de los trabajadores para exigir mejoras laborales y sociales impulsaron una literatura más apegada a la vida cotidiana, con una visión objetiva de la realidad. Los burgueses, quienes a menudo se veían reflejados en las obras, constituían el público principal de estas novelas realistas.
Influenciados por el empirismo y el positivismo, corrientes filosóficas que defendían el conocimiento a través de la observación, los autores realistas retrataban la compleja situación social de la época. El surgimiento del marxismo, impulsado por Karl Marx, buscaba abordar las desigualdades sociales. Las teorías de Darwin, las leyes de la herencia de Mendel y los avances en medicina influyeron en la evolución del Realismo hacia el Naturalismo en las últimas décadas del siglo XIX. Los escritores naturalistas se propusieron analizar científicamente los aspectos más oscuros de la sociedad.
Los cambios sociales y económicos del siglo XIX dieron origen al Realismo en Europa. En España, la segunda mitad del siglo XIX comenzó con el reinado de Isabel II y la Restauración, un período que intentó, sin éxito, solucionar los problemas socioeconómicos del país.
Características del Realismo
El Realismo se distanció del Romanticismo al sustituir la exaltación sentimental y la imaginación por la observación y la representación fidedigna del entorno. En lugar de evadir la realidad o formular ideales inalcanzables, su objetivo fue retratar la sociedad de su tiempo con verosimilitud y una intención crítica, buscando transformarla y mejorarla a través de la literatura. La novela, por su capacidad para representar la realidad objetivamente, se convirtió en el género predilecto.
Benito Pérez Galdós
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, Galdós es conocido por sus Episodios Nacionales, un conjunto de cuarenta y seis novelas que reconstruyen la historia de España del siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar hasta el inicio de la Restauración. Sus primeras novelas, como La Fontana de Oro (1870), plantean el conflicto entre ideas progresistas y actitudes conservadoras. En la década de 1880, sus Novelas Españolas Contemporáneas recrean con detalle la sociedad de la época y presentan personajes psicológicamente complejos, como en Tormento. Finalmente, en la década de 1890, sus Novelas Idealistas, como Nazarín, abordan temas morales y espirituales.
Clarín
Leopoldo Alas, conocido como «Clarín», nació en Zamora en 1852. Autor de dos novelas principales, La Regenta y Su único hijo, así como de numerosos cuentos y relatos breves. La Regenta, ambientada en Vetusta (Zamora), narra la degeneración moral de su protagonista, casada con un hombre mayor y pretendida por el seductor oficial de Vetusta y su confesor.
Características de la Novela Realista
- Interés por la realidad y lo cotidiano
- Tratamiento de temas actuales
- Búsqueda de la objetividad
- Presencia crítica del autor
- Empleo del narrador omnisciente
- Estilo sobrio y sencillo
- Recreación del habla de los personajes
El Realismo en Europa
Las literaturas francesa y rusa destacan en el panorama del Realismo europeo.
- Francia: Honoré de Balzac (La comedia humana), Gustave Flaubert (Madame Bovary), Émile Zola (Naná)
- Rusia: Fiódor M. Dostoievski (Crimen y castigo), León N. Tolstói (Guerra y paz)
El Prerrealismo
El Prerrealismo surgió en 1849 con la publicación de La Gaviota de Fernán Caballero. Sus novelas presentan un tono costumbrista y un propósito moralizador, sin profundizar en el análisis psicológico ni en la crítica social. Prefieren el detalle pintoresco y la defensa de los principios conservadores. Su principal representante es Pedro Antonio de Alarcón.
El Realismo en España
La etapa realista en España comienza en 1870 con La Fontana de Oro de Galdós. Junto a él, destacan Juan Valera (Pepita Jiménez) y José María de Pereda (Sotileza).
El Naturalismo en España
Influenciado por las novelas de Zola, el Naturalismo español surge en 1881. Recrea los aspectos más sórdidos de la realidad, presentando personajes víctimas de la herencia genética y del medio, que determinan su destino e impiden su libertad. Clarín, Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez son sus principales representantes.