T3. Novecentismo o Generación del 14 a un conjunto de escritores que suceden a los de la Generación del 98, que los diferencian de los noventayochistas: preferencia por la cultura urbana; apuesta por el europeísmo (frente al casticismo); predominio de la actitud intelectual y objetiva; defensa de un arte puro, el equilibrio, la armónía, la serenidad y la claridad racional. El ensayo fue el género preferido por los autores de la G14, ya que encuentran en él el cauce idóneo para reflexionar sobre el problema de España.
José Ortega y Gasset, más influyente del SXX. En Meditaciones del Quijote, España invertebrada o La deshumanización del arte, denuncia el aislamiento de España y expone la necesidad de modernizar el país de la mano de las élites intelectuales y desde una perspectiva europeísta. Eugenio D’Ors fue quien acuñó el término «novecentismo» e impulsó dicho movimiento en Cataluña. En su producción destaca su Glosario (1915-1917), conjunto de artículos breves e ingeniosos publicados en la prensa sobre la actualidad española y europea. Sus ensayos versan sobre la regeneración española, el nuevo arte puro y sobre crítica literaria.
La narrativa. Se caracteriza por el lirismo e intelectualismo, se aleja del Realismo y del tono de angustia de la Generación del 98. Los dos autores más importantes de la Generación del 14 fueron: Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró. El estilo de Ramón Pérez de Ayala evoluciona hacia un tipo de novela más intelectual (frente al Realismo inicial), más lírica y de crítica social. Destaca su obra
Belarmino y Apolonio (1921), donde aborda temas universales como el sentido de la existencia, la soledad, el amor y la confrontación entre el hombre vitalista y el pensador. En la narrativa del alicantino Gabriel Miró predomina la minuciosa descripción de sensaciones, ambientes y paisajes con una prosa sensual, lenta y repleta de metáforas y rica adjetivación. Sus dos novelas más famosas, Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), continuación de la anterior, están ubicadas en Oleza, trasunto literario de Orihuela. Uan Ramón Jiménez pertenece, cronológicamente, a la G14, y como sus contemporáneos, estuvo comprometido con la regeneración del país. Sin embargo, presenta una trayectoria poética singular. Preocupado como los anteriores por el arte puro, la depuración del lenguaje y el rigor estético («la obra bien hecha»), su ideario como poeta fue siempre la búsqueda constante de la poesía desnuda, esencial. Figura capital de la lírica española y Premio Nobel de Literatura en 1956, En su trayectoria poética se observa una evolución desde un Modernismo inicial hasta nuevas formas cada vez más personales. La huella de Bécquer y Darío está presente en las primeras obras: Arias tristes (1903), Jardines lejanos, Elegías… Los temas comunes de esta etapa inicial, que él mismo llamó «sensitiva», son la búsqueda de la eternidad, el anhelo de lo infinito, la obsesión por la muerte, la tristeza y la melancolía. La segunda etapa comienza con la publicación en 1916 de Diario de un poeta recién casado, libro
con el que Juan Ramón abandona «los ropajes modernistas» en busca de una poesía pura, desnuda de artificio, que exprese la realidad esencial de las cosas a través de la palabra exacta. Rompe, para ello, con la lírica tradicional, introduce el verso libre y elimina lo anecdótico para concentrarse en lo emotivo. El autor encuentra en el mar el símbolo perfecto del eterno presente y la belleza absoluta que siempre anheló. La sed de conocimiento preside esta segunda época, que él llamó «intelectual».La publicación en 1922 de su Segunda antología poética (reelabora su poesía anterior) tendrá gran influencia en los poetas del 27. Desarrolla en el exilio la tercera etapa, llamada «suficiente» o «verdadera» ras la Primera Guerra Mundial se extienden por Europa movimientos de vanguardia de carácter revolucionario y rebelde: Futurismo (es el único que nace antes del conflicto bélico), Dadaísmo, Expresionismo, Cubismo, Creacionismo, Ultraísmo, Surrealismo… Tienen en común el antitradicionalismo, es decir, la ruptura con el arte que se había realizado hasta entonces, y el afán de experimentación con nuevas formas de expresión e incluso nuevos temas (el mundo moderno, la máquina, la ciudad). Se ha dicho también que este nuevo arte es puro y deshumanizado,sta corriente literaria y pictórica se alejó de la lógica habitual proclamando la libertad absoluta del creador: escritura automática, aparición de lo onírico y el mundo del subconsciente, uso del verso libre, creación de imágenes visionarias.Los tres movimientos vanguardistas más importantes en España son el Ultraísmo, el Surrealismo, que influyó en varios poetas de la Generación del 27, y el Creacionismo, inventado e introducido en nuestro país por Vicente Huidobro, poeta chileno que proclama que la obra literaria es totalmente autónoma del mundo. Ramón Gómez de la Serna, un periodista y escritor español cuyo gran interés por los movimientos vanguardistas lo llevaron a ser su principal difusor en España, tanto en artículos que publicaba en diferentes revistas literarias, como en las tertulias literarias. En cuanto a su producción literaria, aunque cuenta con una obra extensa y heterogénea, pues practicó muchos géneros diferentes (teatro, novelas, cuentos, biografías, etc.), se pueden mencionar algunas carácterísticas generales que vertebran su estilo: el tono humorístico, que le permite distanciarse Sin embargo, su aportación más original a la literatura lo constituyen las greguerías, género breve inventado por este autor que él definía como una combinación de humorismo y metáfora. Estos textos abarcan todo tipo de temas y se construyen mediante recursos literarios variados, aunque destacan la hipérbole, la metáfora, la paronomasia, la personificación y el símil. Estas composiciones destacan por ofrecer una perspectiva de la realidad que presentan un mundo absurdo que solo puede captarse de forma incoherente y humorística. Como conclusión, tanto el Novecentismo como las Vanguardias se caracterizan por el afán de ruptura con la tradición estética anterior, en su búsqueda del arte puro y la belleza formal, desnuda de todo sentimentalismo.