Recorrido histórico por la filosofía: de Platón a Nietzsche


1. Platón (s. V-IV a.C.)

1.1 Ontología

Platón, discípulo de Sócrates, fundó la Academia en una Atenas en decadencia. Su filosofía, comprometida con la justicia y la verdad, buscaba combatir el relativismo de los sofistas. Para ello, Platón concibió una realidad dualista:

  • Mundo inteligible (Ideas): Influenciado por Parménides, Platón creía en un mundo de Ideas infinitas, únicas, inteligibles, perfectas, inmutables y eternas.
  • Mundo sensible (materia): Influenciado por Heráclito y Parménides, este mundo se caracteriza por su finitud, multiplicidad, imperfección, mutabilidad y carácter perecedero. Los entes materiales son copias imperfectas de las Ideas.

Platón jerarquizó las Ideas en una pirámide conceptual, con las Ideas de entes materiales en la base, las Ideas abstractas en niveles superiores y el Bien, la Idea absoluta, en la cúspide.

Aunque consideraba el Mundo Material como una realidad imperfecta, Platón no la descartaba. En su visión tríadica de la naturaleza, identificó tres elementos:

  • Materia: Eterna, imperfecta, limitada y cambiante.
  • Formas o Ideas: Modelos de los cuales emana la materia.
  • Demiurgo: Inteligencia suprema que organiza la materia a partir de las Ideas.

1.2 Gnoseología

Platón distinguió dos tipos de conocimiento:

  • Inteligible (episteme): Conocimiento verdadero y razón fundada, derivado del pensamiento de las Ideas.
  • Sensible (doxa): Conocimiento no verdadero, basado en las percepciones sensibles.

Para Platón, el conocimiento verdadero (episteme) se alcanza a través de un proceso de revelación llamado aletheia, que consta de las siguientes fases:

  1. Eikasía: Basada en las apariencias.
  2. Pistis: Recta opinión o creencia.
  3. Dianoia: Pensamiento deductivo.
  4. Noesis: Saber fundado.
  5. El Bien: Conocimiento absoluto y fin de la aletheia.

Este proceso se desencadena cuando el alma, al unirse al cuerpo, olvida el conocimiento divino. A través de la dialéctica, un método basado en el diálogo y el discurso oral, el alma puede purificarse y recordar el conocimiento verdadero.

1.3 Antropología

Para Platón, el ser humano se compone de:

  • Cuerpo: Dimensión material.
  • Alma (psykhé): Esencia inmaterial, principio vital y motor del movimiento.

La unión entre cuerpo y alma es forzada, ya que ambos tienden a su naturaleza opuesta. El alma busca liberarse del cuerpo y retornar al mundo de las Ideas. Si no lo logra, reencarnará en un ciclo llamado transmigración de las almas.

El alma, según Platón, se compone de tres partes:

  • Concupiscible: Deseos físicos y materiales.
  • Irascible: Ira, voluntad y lucha.
  • Racional: Pensamiento, razón y lógica.

Un alma buena se caracteriza por el equilibrio entre estas tres partes, con la razón guiando al deseo y la voluntad. Platón ilustra este equilibrio en el mito del carro alado.

2. Aristóteles (Macedonia, s. IV a.C.)

2.1 Política

Aristóteles, discípulo de Platón, vivió la decadencia de la democracia ateniense. Su filosofía se centra en las ideas de naturaleza y teleología. Para Aristóteles, el ser humano es un»animal socia» (Zoon Politikon) cuya naturaleza y finalidad están ligadas a la vida en sociedad. La ciudad (polis) es esencial para el desarrollo humano.

Aristóteles identifica la polis como la forma de vida en sociedad más completa, ya que es autosuficiente y proporciona el entorno adecuado para el desarrollo humano. El lenguaje, el sentido de la justicia y la ley son herramientas innatas que posibilitan la vida social.

Aristóteles clasifica las formas de gobierno en:

  • Puras: Buscan el bien común.
    • Monarquía (gobierno de uno)
    • Aristocracia (gobierno de los mejores)
    • República (gobierno de todos)
  • Corruptas: Buscan el bien particular.
    • Tiranía
    • Oligarquía
    • Democracia

2.2 Ética

La ética aristotélica busca un saber práctico orientado a la vida en la polis. El fin último del ser humano es la felicidad (eudaimonía), que se alcanza al vivir virtuosamente y cumplir con la propia naturaleza racional.

Aristóteles distingue dos tipos de virtudes:

  • Dianoéticas: Virtudes intelectuales que se enseñan.
  • Éticas: Virtudes morales que se adquieren mediante el hábito, como la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

La felicidad, para Aristóteles, implica encontrar el justo medio entre los excesos y las deficiencias, lo que requiere actuar virtuosamente en todas las circunstancias.

3. San Agustín de Hipona (s. IV-V)

3.1 Gnoseología

San Agustín vivió en un periodo de agitación política y religiosa. Su gnoseología busca una síntesis entre la filosofía clásica y la religión cristiana. Para San Agustín, el ser humano es dual, dividido entre lo temporal y lo eterno. La felicidad se alcanza a través de Dios, el Bien Supremo.

San Agustín defiende la primacía de la fe sobre la razón. La fe guía a la razón hacia la Verdad, que es Dios. Para discernir el conocimiento verdadero, San Agustín propone la Teoría de los Dos Amores:

  • Cupiditas (libido): Amor desviado hacia lo terrenal.
  • Caritas (caridad): Amor correcto hacia lo espiritual, que conduce a la felicidad.

El conocimiento, para San Agustín, implica un proceso de interiorización y autotrascendencia. Distingue dos tipos de conocimiento:

  • Sensible: Proviene de los sentidos.
  • Inteligible: Se divide en razón inferior (conocimiento científico) y razón superior (intuiciones que guían hacia Dios).

3.2 Ontología

San Agustín propone tres pruebas de la existencia de Dios:

  1. Prueba de las Verdades Eternas: La existencia de ideas eternas e inmutables en nosotros implica la existencia de Dios.
  2. Prueba del Orden del Universo: El orden del universo requiere de un ordenador supremo, Dios.
  3. Prueba del Consenso Universal: La creencia universal en Dios es una prueba de su existencia.

San Agustín defiende el creacionismo, según el cual Dios crea el mundo a partir de sus ideas. El mal, para San Agustín, es una privación del bien, originada en la voluntad de las criaturas que se apartan de Dios.

4. Santo Tomás de Aquino (s. XIII)

4.1 El Problema de Dios

Santo Tomás vivió en una época de introducción de las ideas aristotélicas en el mundo cristiano. Su filosofía, enmarcada en la Escolástica, busca conciliar la razón con la fe. Santo Tomás argumenta que la existencia de Dios puede ser conocida por la razón, aunque su esencia sea incomprensible.

Santo Tomás distingue dos tipos de demostraciones de la existencia de Dios:

  • Propter Quid: Parten del conocimiento de Dios para llegar al de la creación.
  • Quia: Parten de los efectos observables en la creación para llegar a la causa, Dios.

Santo Tomás rechaza el argumento ontológico de San Anselmo y propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios (Quia): el movimiento, la causa eficiente, la contingencia, los grados de perfección y el orden del mundo.

4.2 Política

Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás considera al ser humano como un ser social que busca la felicidad. Esta se alcanza a través de la contemplación de Dios, el Sumo Bien. La ética de Santo Tomás es eudemonista y teleológica.

Santo Tomás defiende la existencia de una Ley Natural, evidente, universal y constante, que refleja la voluntad divina. La Ley Positiva debe estar en consonancia con la Ley Natural. Ambas forman parte de la Ley Eterna, que regula el comportamiento humano.

4.3 Ética

La ética de Santo Tomás se centra en las acciones humanas racionales (actus humani), que son aquellas que se orientan hacia un fin. El fin último del ser humano es la felicidad (beatitudo), que se alcanza al contemplar a Dios.

Santo Tomás distingue cuatro tipos de leyes:

  • Ley Eterna: Razón divina que gobierna el universo.
  • Ley Natural: Participación de la Ley Eterna en las criaturas racionales.
  • Ley Divina Positiva: Revelada por Dios a través de la Biblia.
  • Ley Humana Positiva: Establecida por las autoridades humanas.

La Ley Natural es la base de la Ley Positiva. Cuando la Ley Positiva contradice la Ley Natural, los cristianos deben obedecer a Dios antes que a los hombres.

5. René Descartes (s. XVI-XVII)

5.1 El Problema de Dios

Descartes, filósofo racionalista, buscaba un fundamento sólido para el conocimiento. Su punto de partida es la duda metódica, que le lleva a la certeza de su propia existencia: “Pienso, luego existo”.

Descartes distingue tres tipos de ideas:

  • Innatas: Verdades eternas e inmutables.
  • Adventicias: Proceden de los objetos externos.
  • Facticias: Creadas por la imaginación.

Para Descartes, la idea de Dios es innata. Propone tres pruebas de su existencia:

  1. Cosmológica: La imperfección de la duda implica la existencia de un ser perfecto, Dios.
  2. Jerarquía de perfecciones: La existencia de seres imperfectos implica la existencia de un ser perfecto, causa de sí mismo.
  3. Ontológica: La idea de Dios como ser perfecto implica su existencia.

La existencia de Dios, para Descartes, garantiza la veracidad del conocimiento y la existencia del mundo externo.

6. David Hume (Edimburgo, s. XVIII)

6.1 Gnoseología

Hume, filósofo empirista, defiende que el conocimiento proviene de la experiencia. Distingue dos tipos de percepciones:

  • Impresiones: Percepciones inmediatas, más vivas y fuertes.
  • Ideas: Copias debilitadas de las impresiones.

Las ideas se asocian por semejanza, contigüidad y causalidad. Hume critica la idea de causalidad necesaria, argumentando que solo percibimos la conjunción constante de fenómenos. La causalidad es una creencia basada en el hábito.

Hume distingue dos tipos de juicios:

  • Relaciones de ideas: Verdades analíticas, necesarias pero no informativas.
  • Cuestiones de hecho: Verdades sintéticas, contingentes e informativas, pero no podemos tener certeza absoluta de ellas.

6.2 Ontología

Hume critica la idea de sustancia, argumentando que no tenemos ninguna impresión de ella. Solo percibimos cualidades, no una sustancia subyacente. La sustancia es una construcción de la imaginación.

Hume adopta un escepticismo moderado. Aunque no podamos tener certeza absoluta del mundo exterior, las creencias naturales basadas en el hábito y la costumbre son suficientes para la vida práctica.

6.3 Antropología

Hume aplica su crítica de la sustancia a la idea del yo. Argumenta que no tenemos una impresión de un yo permanente e inmutable. El yo es una colección de percepciones cambiantes, un»haz de percepcione».

7. Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, s. XVIII)

7.1 Política

Rousseau, crítico de la Ilustración, defiende la bondad natural del ser humano. En el estado de naturaleza, el hombre es libre e igualitario. La propiedad privada es el origen de la desigualdad y la infelicidad.

Rousseau propone el Contrato Social como solución a la desigualdad. A través del contrato, los individuos ceden sus derechos a la voluntad general, que es la expresión de la voluntad del pueblo. La voluntad general es soberana e indivisible.

8. Immanuel Kant (Königsberg, s. XVIII)

8.1 Ética

Kant busca una ética formal y universal, basada en la razón. La moralidad no se basa en la experiencia ni en las consecuencias de las acciones, sino en el deber.

El deber se expresa en el imperativo categórico, que tiene dos formulaciones principales:

  • Obra solo según aquella máxima que puedas querer que se convierta en ley universal.
  • Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solo como un medio.

La libertad, para Kant, es la capacidad de actuar por deber, siguiendo la ley moral que nos damos a nosotros mismos.

9. Friedrich Nietzsche (Lützen, s. XIX)

9.1 El Problema de Dios

Nietzsche critica la filosofía occidental por su dogmatismo y su moral basada en la razón. Anuncia la»muerte de Dio», que representa el fin de los valores tradicionales y la necesidad de crear nuevos valores.

Nietzsche critica el cristianismo por su moral de esclavos, que niega la vida y ensalza la debilidad. Propone una transmutación de los valores, una inversión de la moral tradicional.

9.2 Ética

Nietzsche defiende una ética basada en la voluntad de poder, que es la fuerza vital que impulsa a la superación y la creación. La moral debe estar al servicio de la vida, no de la negación de la vida.

Nietzsche distingue dos tipos de moral:

  • Moral de señores: Afirma la vida, la fuerza y la nobleza.
  • Moral de esclavos: Niega la vida, la fuerza y la nobleza. Ensalza la debilidad, la humildad y la compasión.

Nietzsche llama a la creación de nuevos valores que afirmen la vida y la voluntad de poder.

10. Karl Marx (Tréveris, s. XIX)

10.1 Ontología

Marx desarrolla una teoría materialista de la historia, según la cual las condiciones materiales de producción determinan la estructura social y la conciencia humana. La historia es una lucha de clases entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores.

El capitalismo, para Marx, es un sistema económico basado en la explotación del trabajo. Los trabajadores producen plusvalía, que es apropiada por los capitalistas. La alienación es una consecuencia del trabajo enajenado bajo el capitalismo.

Marx propone la superación del capitalismo a través de la revolución proletaria, que dará lugar a una sociedad comunista sin clases ni explotación.

11. Hannah Arendt (Hannover, s. XX)

11.1 Antropología

Arendt analiza la condición humana a partir de la distinción entre vita activa y vita contemplativa. La vita activa se compone de:

  • Labor: Actividades necesarias para la supervivencia.
  • Trabajo: Producción de objetos artificiales.
  • Acción: Interacción libre entre individuos en la esfera pública.

La acción es la actividad más elevada para Arendt, ya que permite la creación de la esfera pública y la realización de la libertad.

11.2 Política

Arendt analiza el totalitarismo como una forma de gobierno que destruye la esfera pública y la libertad individual. El totalitarismo se caracteriza por la eliminación de la distinción entre lo público y lo privado, el uso del terror y la propaganda, y la creación de un enemigo común.

Arendt defiende la importancia de la esfera pública y la acción política para la libertad y la democracia.

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