Cervantes y la Novela Moderna
Lo novedoso de esta novela es que inaugura una narración reflexiva que vuelve continuamente sobre sí misma, sobre su propio poder como narración, sobre lo que implica el mero hecho de narrar. En primer lugar, sobre la influencia de la narración sobre los lectores o sobre la misma realidad (intenta que la realidad parezca un modelo imaginario que toma de los libros de caballería y que interpreta la realidad como si fuese un libro; el problema es quién y cómo lleva a cabo la interpretación: si los demás ven una posada, él ve un castillo; donde hay molinos, él verá gigantes) o sobre la relación de una narración con otras narraciones. El hecho de que estas narraciones se leyesen en voz alta ante un público la convertía en un hecho que podía convertirse en objeto de otra narración, pero lo más importante de esta segunda parte es advertir cómo en ella el modelo ya no será las novelas y los libros de caballerías. Hay alusiones en el texto al eco que había obtenido esa primera parte entre el público, de tal modo que Don Quijote salió acabado, convirtiéndose en una persona real a la vez que un personaje literario, y la segunda parte juega con esta circunstancia. Es como si Quijote pasase a ser un personaje imitándose a sí mismo. Pero esa capacidad reflexiva de la narración para volver sobre sí misma es lo más moderno que puede haber. Un punto de vista irónico acerca de lo que está narrando. Un indicio de esta ironía es que el libro se escriba en prosa moderna. Por eso el héroe será antihéroe y la aventura, desventura; ya no habrá lugar para los héroes y habrá que desplazar estas aventuras a la imaginación. ¿Qué ocurre cuando uno solo es un héroe en su imaginación? Que la locura andará cerca. ¿Qué vuelve loco al personaje? El tomarse en serio la épica.
Velázquez y Las Meninas
El tema aparente es la atención que una doncella presta a la infanta. Se trata de un tema que nadie hubiera pintado porque era indigno. Recoge la vida cotidiana. Si miramos hacia la izquierda, descubrimos que se encuentra el pintor que firma y se autorretrata; lo vemos pintando, pero no vemos lo que pinta. Él estaría en su taller. ¿Qué intenta pintar Velázquez? Nunca lo sabremos. El pintor parece mirar un punto exterior. Si desplazamos nuestra mirada hacia el centro geométrico del cuadro, lo que parece un espejo en el cual se reflejarían los reyes: estaría pintando un retrato real, tema clásico y noble. Pero esto no es todo, bastaría con lo que hay al fondo: es otro cuadro. ¿Entonces a quién mira Velázquez? Solo lo sabrán él y el aposentador, figura que abandona la habitación. Si nos ponemos delante del cuadro, vemos que nos mira; eso es así porque somos nosotros lo que estaba intentando pintar. El tema real sería la representación del arte moderno al tratar de representar el arte de la pintura reflexiva. Se trata de un cuadro que contiene dentro otro, esto permite introducir toda la realidad externa.
La Lectura Literal de los Textos
El cambio que trajo la imprenta fue la forma de leer los textos. Durante la Edad Media, el libro se comparaba con un libro que había que entenderlo; pero la lectura de este libro solo podían leerla los que conocieran la clave. En esta época se admitía una lectura literal como base, esa lectura tenía que atenerse en sentido llano, pero de lo que se trataba era de profundizar y encerrar el espíritu del texto para alcanzar su sentido profundo. A partir de Galileo, la clave fue la imprenta. La lectura literal será norma general que se convertirá en lectura normal. Además, la lectura pretenderá ser relegada a un campo específico y destacará su carácter problemático. Aparentemente, la lectura literal es lo más sencillo porque se trata de leer el texto letra por letra, pero la cosa no es sencilla. Una lectura íntegra es casi imposible porque no hay nada entre líneas. Lo que se pretenderá con una lectura literal es que un texto lo pueda leer cualquiera y que no haya nada que descifrar. Para empezar, un tipo de lectura semejante obliga a leer en silencio, imponiendo un aislamiento con los textos. Se trata de leer simulando que el texto hablase de sí mismo para poder leerlo letra por letra.
El Libro de la Naturaleza
¿Qué tipo de escritura podría dejar nada sin ocultar? Debía ser una lectura totalmente objetiva. Para empezar, debería utilizar lo menos posible la lengua natural. Las palabras de la lengua son ambiguas, esa ambigüedad se multiplica y surgen los errores. ¿Qué lengua utiliza siempre los mismos signos que sean claros? Una lengua universal que se entienda del mismo modo: la lengua matemática.
La Física Moderna
Galileo planteó que el Libro de la Naturaleza está escrito en caracteres matemáticos. Primero habría que entender los signos y luego atenerse a la letra; entonces descubrimos que los signos se combinan como estructura, pero de un modo diferente. Lo que intentarán Galileo, Descartes y Leibniz es construir un tipo de escritura con caracteres matemáticos; de este modo, todo el mundo podría leerlo sin errores. En lugar de asociar la cosa a la palabra, asociarla a unos signos matemáticos con lo que se reducirá a medidas. Pero si la cosa es pura e individual, ¿cómo podrá ser universal y necesaria? La respuesta es nada. A simple vista, son cosas que percibimos a través de los sentidos. Galileo dirá que eso no es real, por eso llamará a esas cualidades «secundarias» y que para el físico serán apariencias subjetivas. De este modo, jamás se podrá llevar a cabo una lectura literal del Libro de la Naturaleza. ¿Qué hará falta? Prescindir de aquello que hace que sea subjetiva, de percibir las cosas mediante la inteligencia. Lo que plantean es que se trata de aislar aquellas características de lo que nos rodea, tratará de quedarse con las características reducibles a una magnitud. Para ello, habrá que analizar las cosas lo más simple que se pueda para poder estudiarlas matemáticamente. Cuando han sido estudiadas, hay que recomponerlo en clave cualitativa. Este planteamiento indica a Descartes que el universo es una máquina de precisión y que los cuerpos serían pequeñas piezas. Lo importante sería determinar el lugar que ocupa cada pieza y saber reconstruirla.
El Punto de Vista Arquimédico
En la física matemática nos encontramos con algo parecido: aislar los elementos primarios para poder combinarlos entre sí. Ya no se trata de juntar letras, sino de construir fórmulas, con lo cual va a aparecer la física moderna, una literatura que poca gente sabrá leer. Se habría conseguido formar una lengua universal con la que se pudieran comunicar todos los humanos. Para obtener este resultado, la mente humana tiene y debe adoptar un punto de vista raro, extracorpóreo y extraterrestre. De ese mismo modo, habría que ver el mundo y todos sus componentes desde afuera, como lo vería Dios; consistía en salirse del mundo, pero lo que pasa es que nacemos dentro de él y es imposible percibirlo desde fuera.
Utensilios, Herramientas y Máquinas
Utensilio es aquello que el ser humano usa para satisfacer sus necesidades; esas necesidades surgirían por las carencias que posee, por estar indefinido de por vida. Entre esos utensilios, destacan las herramientas, que son utensilios para producir cosas útiles. Las herramientas tienen que cumplir dos condiciones:
- Toda herramienta tiene que saber ser usada, al que llamaremos maestro artesano.
- Toda herramienta necesita de una fuerza muscular y permite multiplicar esa fuerza muscular.
Quiere decirse que toda herramienta sería como una prolongación del ser humano con las que intentaría olvidar las carencias que posee. Los saberes que necesita aprender serían para domesticar el entorno en el que vive.
Máquinas Modernas y Autómatas
Las máquinas hacen dar la vuelta a todo lo anterior; tienen que cumplir tres condiciones:
- La máquina moderna no necesita de la fuerza del hombre, lo que necesita es energía. Esa energía necesitará acumularse dentro o fuera de la máquina; ésta la irá consumiendo, pero siempre dependerá de dicha energía que se la tendremos que suministrar.
- La máquina sería utilizada por cualquiera, no necesitaría apenas aprendizaje. Con ello, la unidad de saber y operar se rompe por completo.
- La consecuencia es que funcionará automáticamente.
Un autómata es un tipo de máquina que se autorregula con un sistema cibernético; con ello, se convertiría en una imitación mecánica de un ser vivo que se mueve solo, como si tuviera vida. A partir de este planteamiento, las relaciones cambian por completo. Pasará lo contrario que con las herramientas: ahora dependeremos nosotros de ellas, llegándonos a convertir en sus cuasi-esclavos. La máquina pondrá el ritmo; lo que era una prolongación será autónomo. Las máquinas lo ocuparán todo, pero la clave estará en el programa cibernético que lleven (ordenador). Ese programa sería una máquina lógica. Los utensilios servían para satisfacer necesidades, pero hacer que las máquinas se gobiernen a sí mismas las hacen independientes del ser humano.