La Segunda República Española: El Bienio Reformista (1931-1933)
Reformas y Desafíos
El Bienio Reformista, que abarca desde 1931 hasta 1933, constituye la primera etapa de la Segunda República Española. Se caracterizó por la implementación de una serie de reformas profundas impulsadas por el gobierno de coalición entre republicanos y socialistas. Niceto Alcalá Zamora presidía la República, mientras que Manuel Azaña lideraba el gobierno. El objetivo principal era modernizar el país y abordar los problemas estructurales que aquejaban a España.
Las Reformas Clave del Bienio
Reforma Religiosa: Buscaba establecer una clara separación entre la Iglesia y el Estado. Las medidas incluyeron:
- Supresión del presupuesto estatal para el clero y el culto.
- Disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes.
- Prohibición a las órdenes religiosas de dedicarse a la enseñanza.
- Legalización del matrimonio civil y el divorcio.
- Establecimiento de cementerios civiles.
Reforma Agraria: Pretendía una redistribución más justa de la tierra y mejorar las condiciones de vida de los jornaleros. Entre las medidas adoptadas se encontraban:
- Jornada laboral de 8 horas.
- Laboreo forzoso de las tierras.
- Contratación prioritaria de trabajadores locales.
- Establecimiento de jurados mixtos para resolver conflictos laborales.
- Promulgación de la Ley de Reforma Agraria el 9 de septiembre de 1932, aunque su aplicación fue lenta y generó descontento.
Reforma Militar: Se enfocó en modernizar el ejército y asegurar su lealtad a la República. Las acciones clave fueron:
- Reducción del número de oficiales.
- Disminución del presupuesto y la influencia del ejército en la vida civil.
- Creación de la Guardia de Asalto como fuerza de orden público, separando al ejército de funciones de represión interna.
Reforma Educativa: Aspiraba a crear una red de escuelas públicas, laicas, obligatorias y gratuitas. Se promovió una educación laica, aunque se permitía la enseñanza religiosa impartida por sacerdotes fuera del currículo escolar.
La Oposición a las Reformas
Las reformas del Bienio Reformista generaron una fuerte oposición, tanto de sectores que las consideraban insuficientes como de aquellos que las veían como radicales. Los principales grupos opositores fueron:
Anarquistas: Organizaciones como la CNT y la FAI criticaron la lentitud y la timidez de la reforma agraria. El descontento culminó en los trágicos sucesos de Casas Viejas en 1933, donde una revuelta anarquista fue reprimida violentamente por la Guardia Civil, provocando la dimisión de Azaña.
Ejército: Sectores del ejército, nostálgicos de la monarquía, protagonizaron varias conspiraciones. La más notable fue la «Sanjurjada», un fallido golpe de estado liderado por el general Sanjurjo en Sevilla en 1932.
Partidos de Derechas: La CEDA, liderada por José María Gil-Robles, representaba a una derecha católica y conservadora. Otros grupos antirrepublicanos incluían:
- El Partido Carlista, encabezado por Manuel Fal Conde, que abogaba por una monarquía tradicionalista.
- Renovación Española, liderada por José Calvo Sotelo, que defendía una monarquía autoritaria.
- La Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera, que propugnaba un estado totalitario nacionalista.
El Fin del Bienio Reformista y el Ascenso de la Derecha (1933)
La creciente oposición, junto con los sucesos de Casas Viejas, provocaron la dimisión de Manuel Azaña en 1933. Se convocaron nuevas elecciones que marcaron un cambio significativo en el panorama político. La izquierda se presentó dividida, los anarquistas llamaron a la abstención y la derecha se presentó unida. Esto condujo a la victoria de las fuerzas de centro y derecha, dando inicio al Bienio Radical-Cedista, también conocido como «Bienio Negro», con Alejandro Lerroux como jefe de gobierno y Alcalá Zamora continuando como presidente de la República.