Regencia de María Cristina (1833-1840)
Contexto Histórico
Ante el estallido de la Primera Guerra Carlista, María Cristina se vio obligada a buscar aliados para defender los intereses de su hija, Isabel II. Por ello, los primeros gobiernos de su regencia estuvieron protagonizados por monárquicos reformistas y liberales moderados.
Reformas Administrativas y Políticas
Dentro del primer grupo se llevaron a cabo pequeñas reformas administrativas, como la nueva división provincial. Sin embargo, la presión del ejército y de los políticos más influyentes provocó un cambio de gobierno y se llevó a cabo una reforma política que redactó el Estatuto Real. Este documento proclamaba la colaboración entre el poder ejecutivo y el legislativo, estableciendo una división bicameral. No obstante, las reformas no contentaron a todos los liberales.
Levantamientos Populares y Desamortización Eclesiástica
En el verano de 1835 se produjeron una serie de levantamientos populares en diferentes ciudades, que dieron lugar a la formación de numerosas juntas revolucionarias. Esto obligó a la reina a llamar al progresista Mendizábal, quien impulsó la desamortización eclesiástica de 1836. Mediante este proceso, el Estado incautó los bienes inmuebles de las órdenes religiosas para ponerlos en venta mediante subasta pública y así sanear la Hacienda Pública. A pesar de ello, la deuda del Estado continuó. Mendizábal también intentó reformar la ley electoral, pero la oposición de los liberales moderados, junto con la mala marcha de la Guerra Carlista, motivó su dimisión forzada.
Motín de la Granja y Constitución de 1837
Su sucesor fue Istúriz, pero los progresistas recurrieron de nuevo a las revueltas ciudadanas. El Motín de la Granja (1836) forzó la ruptura definitiva con el absolutismo y obligó a la regente a jurar la Constitución de 1812. Con la formación del nuevo gobierno progresista de Calatrava, se optó por elaborar una nueva constitución (1837). Entre los cambios más destacados se encuentran el reforzamiento del poder de la Corona, la división de las Cortes en dos cámaras (Congreso y Senado) y la inclusión de derechos individuales como la libertad de prensa, la libertad de comercio e industria y la abolición de los señoríos. También se crearon diputaciones provinciales y se otorgó una mayor democratización a los ayuntamientos.
Elecciones y Ascenso de Espartero
Con la promulgación de la Constitución se celebraron unas elecciones que ganaron los moderados. Estos defendían un Estado más centralizado y querían que los alcaldes fueran elegidos por los gobernadores provinciales, preparando una nueva Ley de Ayuntamientos. Ante esta situación, los progresistas, liderados por el general Espartero, recurrieron de nuevo al levantamiento ciudadano y presionaron a la regente, quien renunció. Espartero asumió entonces la regencia.
El Problema Carlista (1833-1840)
Bandos Enfrentados
La Guerra Carlista enfrentó a los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón (carlistas) y los de Isabel II (isabelinos). Los carlistas defendían el absolutismo del Antiguo Régimen y contaban con el apoyo de la nobleza, la Iglesia, campesinos no propietarios y parte del artesanado. Los isabelinos, por otro lado, defendían el liberalismo y contaron con el apoyo de las clases medias urbanas, la alta burguesía y parte de la nobleza.
Desarrollo de la Guerra
La guerra se desarrolló en tres fases:
- Fase de organización (1833-1835): En los primeros días se marcó una estrategia de guerra de guerrillas con escasa organización, hasta que entró en acción el coronel Tomás de Zumalacárregui, quien coordinó las distintas partidas carlistas y obtuvo primeras victorias.
- Fase de nacionalización del conflicto (1835-1837): El conflicto sale de los límites iniciales. Durante esta etapa, los liberales intentaron contener a los carlistas en las provincias del norte, pero fracasaron en su intento. Los carlistas realizaron una serie de expediciones, la más importante fue la Expedición Real (1837).
- Fase final (1837-1840): El general Cabrera obtuvo varias victorias. Finalmente, se decidió llegar a un acuerdo mediante el Convenio de Vergara (1839) entre el general Espartero y el general Maroto. Los carlistas fueron derrotados.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Conflictos y Aislamiento Político
La regencia de Espartero se caracterizó por diversos conflictos que acabaron aislándolo políticamente. Se enfrentó a los moderados, un sector progresista y el liberalismo radical.
- Moderados: Intentaron diversos pronunciamientos militares, duramente reprimidos, como el asalto al Palacio Real en 1841.
- Progresistas: Muchas de las acciones militares de carácter dictatorial de Espartero no fueron bien recibidas, motivando su descontento.
- Radicales: Su acción política acabó defraudándolos y protagonizaron diversos movimientos ciudadanos, destacando la insurrección popular de Barcelona en 1842.
Exilio de Espartero
La confluencia de todos estos factores dio lugar a un nuevo levantamiento en 1843, de la mano del general Narváez, que obligó finalmente a Espartero a exiliarse.