Relacion que establece echeverria entre el matadero y los federales



Biografía de Esteban Echeverría




* Esteban Echeverría nació el 2 de septiembre del año 1850 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Nació en un barrio llamada “del alto” (Solari, 11). Echeverría habla de este mismo barrio en su obra El Matadero, entre otras. Vivió en esta ciudad con sus padres por un tiempo muy corto porque su madre murió murió cuando él era niño. Asistió al Colegio de Ciencias Morales por algunos años en su ciudad natal, pero antes de graduarse, dejó de estudiar allí en el año 1823. 

* La mayor parte de su juventud fue difícil y por eso quiso empezar una vida nueva y mejor. Después de la pérdida de su madre y una educación no provechosa, decidió ir a Europa para estudiar, en vez de quedarse en Argentina (el “viaje a Europa” es un momento fundamental en el “comino of age” de los intelectuales argentinos y latinoamericanos, dada la superioridad que se asignaba a la cultura europea vis-à-vis la latinoamericana). Salió de Buenos Aires y viajó a París para estudiar en el año 1825. Estudió muchas disciplinas en Europa incluyendo literatura en francés e inglés (el conocimiento del francés era la marca distintiva de la persona culta en esa época). Durante su estadía en Francia, Echeverría desarrolló una obsesión por el estilo y la forma de la escritura europea. Echeverría pasó cinco años en Europa y después regresó a la ciudad donde nació, Buenos Aires. 

* Cuando regresó en el año 1830 estaba muy emocionado por aplicar los nuevos métodos de escritura que había aprendido, así como difundir las nuevas doctrinas literarias y filosóficas con las que se había familiarizado en Europa (entre ellas, el romanticismo, del cual fue el introductor en Argentina). Usó inmediatamente el estilo y las habilidades que había adquirido en Europa cuando regresó para escribir algunas obras y poemas sobre política. Un mes antes de su regreso, el dictador Juan Manuel de Rosas, había tomado el poder. Durante su tiempo como gobernador de Argentina, Rosas atacó las actividades políticas y los trabajos literarios de Echeverría y sus compañeros del grupo inscripto en la corriente romántica (Lewis, 741). Formaron un grupo llamado “Joven Argentina” pero eventualmente se nombraron “La asociación de Mayo” por la rebelión contra España que ocurrió en Mayo de 1810 (Lewis, 743). 

“La asociación de Mayo” fue formada por Echeverría y otros jóvenes de su tiempo que no quisieron seguir los ideales de la generación previa. Echeverría creía durante este período que los federales y los unitarios eran facciones, no partidos, porque solamente querían mejorar sus intereses personales. Los federales, bajo Rosas, intentaban “reconquistar” Argentina por reinstalar la jerarquía eclesiástica que existía antes y también renunciar a los ideales de la Revolución de Mayo. Aunque la mayoría de los románticos argentinos estaban bajo la influencia de los ideales de los unitarios (y compartían su educación, su extracción social y su europeísmo), no necesariamente estaban de acuerdo con este partido tampoco. Los unitarios basaron sus ideales en documentos o doctrinas de otras culturas y lugares. Aunque los ideales eran buenos, como libertad y educación, no se podían aplicar a la situación de Argentina (Mercado, 73-74). Por eso, “La asociación de Mayo” creó su propia doctrina, basada en su propia concepción de la Argentina, incluyendo los conceptos de libertad, honor y lo más importante, “renunciar las simpatías que nos pueden atar a las dos facciones que habían disputado entre si por el poder durante la revolución.” (Mercado, 71) 

* Muy pronto después de que Echeverría regresó a Argentina comenzó a escribir para algunos periódicos pero según Solari “su colaboración en los periódicos es casi nula y el 24 de mayo de 1831 publica en el Diario de la tarde su Profecía de plata, que siguió Regreso y Celebración de Mayo… ” Porque él estaba viviendo bajo el reinado de Rosas no podía hablar o escribir abiertamente y por eso viajó por seis meses por Uruguay. En el año 1832 editó Elvira o la novia del plata que es considerada la primera obra romántica escrita en español (Solari, 15). 

* Durante la mayor parte de su carrera, Echeverría no vivió en Argentina a causa de la represión de la dictadura de Rosas. Echeverría escribió, en muchas ocasiones contra las creencias de Rosas y la “facción” rosista y por eso, Rosas no quería que Echeverría viviera en Argentina. Solari lo dice mejor: “Vivió (Echeverría) y murió en el destierro, pobre, sin quietud.” 

* Publicó su obra más conocida en verso, La cautiva en su libro Rimas, en el año 1837 pero su obra maestra, El matadero, fue escrita tres años después, y no fue publicada hasta 1871, muchos después de que Echeverría murió (es, por ende, una obra póstuma). Cuando escribió esta obra famosa vivía en Montevideo, Uruguay. Fue uno de los autores más influyentes no solo en Argentina, sino en toda la región. Vivió en Montevideo hasta su muerte en el año 1851. Los últimos años que pasó en Uruguay, dedicó su vida a escribir. También publicó otra obra famosa, El Dogma Socialista. Creo que Alberdi captura el espíritu de Echeverría cuando dice: “En la temprana muerte de Echeverría, se han malogrado un hombre y un talento. Su corazón era tan puro y elevado como brillantes las facultades de su inteligencia…” (Solari, 9). 



Esteban Echeverría: Contexto histórico del autor





* La revolución de independencia argentina empezó en mayo de 1810 cuando llegó a Buenos Aires la noticia que el rey de España estaba prisionero de los franceses. El día 22 de mayo, se juntaron los criollos en la capital para formular una nueva forma de gobierno para sustituir al virrey ya que no lo manejaba el rey que los americanos consideraban legítimo (Fernando VII). Formaron el cabildo abierto, en que se juntaron los políticos y decidieron que desde entonces el gobierno debe de ser criollo y no español. Así tomó forma el primer gobierno patrio de Argentina llamada la Primera Junta. Bajo una ideología de progreso, igualdad, y soberanía popular (Chasteen, 119), las varias poblaciones americanas se juntaron y decidieron (ante la intransigencia de la administración colonial, que no aceptó la formación de juntas) luchar juntos contra el reino Español. En 1816, Argentina, conocida en esta época como las Provincias Unidas de Río de la Plata, declaró la independencia. Los años después de la independencia se caracterizan como un tiempo de guerras civiles, mientras el país intentaba organizarse, formar una identidad nacional, un modelo económico y definir su forma de organización política. Se formaron dos grandes partidos políticos en Argentina que durante mucho tiempo competían para el poder: el partido liberal o unitario y el partido conservador o federal.


Los unitarios, consistiendo por mayor parte de la burguesía intelectual de la ciudad de Buenos Aires, proponían un modelo económico capitalista modelado según el concepto europeo. Apoyado por los franceses e ingleses, estos porteños presentaron dos objetivos principales para el desarrollo del país: ampliar el mercado de importación de productos, e intensificar la producción de materiales exportables para poder participar en el mercado internacional (Astesano, 16). El partido unitario representaba los ideales europeos de civilización, progreso, y educación. Se preocupaban por el establecimiento de las instituciones financieras, intelectuales y jurídicas del país, y por la separación de iglesia y estado (Mercado, 74). Pero la doctrina unitaria era demasiado abstracta por el estado social del país. Sus primeros intentos fallaron por la falta de recursos e infraestructura con que establecer el sistema. La burguesía blanca era una minoría, y la mayoría de la población (rural, agraria, indígena, criolla, negra, y mestiza), no se identificaba con ellos. Mientras gritaban los unitarios por igualdad y representación justo de “la gente”, favorecían a la clase alta y blanca que manifestaba sus ideales, y prolongaron la jerarquía social colonial (Chasteen, 112). 

El primer presidente de las Provincias Unidas de Río de la Plata, que llegó al poder luego de más de una década de ensayos con diversas formas de gobierno, Bernardino Rivadavia, era unitario. Rivadavia jugó un papel importante en promocionar la independencia, y sirvió de 1814 a 1820 como diplomático a Europa y luego ministro durante la administración de Martín Rodríguez, en los años 1820s (encyclopedia.com). Rivadavia sirvió como presidente solo por un año de 1826 a 1827, tiempo durante el cual introdujo varias reformas liberales como seguridad individual, equilibrio de poderes políticos, educación pública, e intentó establecer un gobierno nacional centralizado (Sarmiento, 114). En 1826 propuso una constitución unitaria que fue rechazada por Juan Facundo Quiroga y otros federales. Esto causó una gran rebelión y Rivadavia huyó al exilio (Chasteen, 126). 

El partido federal, por el otro lado, aunque proclamaba abiertamente sus prejuicios contra las clases bajas, les trataba con un paternalismo fuerte que le protegía también. Decían que la gente común debía de conocer su lugar y dejar que gobernasen “los mejores” (Chasteen, 121). La forma opresiva de gobernar de los federales se parecía mucho al colonialismo, pero aun así, sus valores tradicionales atrajeron a una gran cantidad de gente, en su mayor parte en las zonas rurales del país y en los suburbios de Buenos Aires. Como muchos de los líderes federales vinieron de las clases medias o bajas y de éstas mismas zonas, la gente se identificaba con ellos por tener las mismas raíces. Mientras los unitarios buscaban la unidad nacional, los federales apoyaron el concepto de autonomía regional. La economía federal enfocaba en reestablecer el monopolio de ganado y en los distintos productores regionales de bienes como cueros, carnes, herramientas, instrumentos de guerra, etc. (Astesano, 117). Surgió el Caudillo como grande figura del liderazgo federal. El cuadillo era típicamente un héroe de guerra que adquiría una gran estancia como recompensa por sus contribuciones a la guerra. Su coraje, lealtad, generosidad, y carisma que les facilitaron comunicar y manipular a sus segadores para mantener pequeñas oligarquías autónomas. Sus alianzas políticas eran corruptas y dependían mucho de las relaciones personales. Los caudillos intercambiaron favores presentes y futuros, y usaron violencia con sus subordinados para mantener las relaciones de poder (Chasteen, 125). El gran caudillo de la historia argentina, Juan Manuel de Rosas, llegó ser gobernador de Buenos Aires con poderes dictatoriales sobre todo el país en 1829. El estado rosista es conocido como el antítesis del estado de Rivadavia (Mercado, 73). 

Juan Manuel de Rosas nació en 1793 y pasó la juventud en el campo trabajando el ganado para la venta gracias a lo cual amasó una gran fortuna. Empezó su carera política en 1820 como líder de una rama del partido federal. En marzo de 1813 se casó con Encarnación Ezcurra, quien sería su compañera de vida y en la política. Cuando ejecutaron a Manuel Dorrego, el líder previo del partido en 1828, Rosas asomó al poder del partido federal. En 1929, con la ayuda de Estanislao López y Juan Facundo Quiroga, Rosas, “el restaurador de las Leyes”, paró el movimiento unitario y asomó el poder como gobernador de la capital (encyclopedia.com). Al principio de su tiempo como gobernador, Rosas era visto como que pudiera renovar de verdad el país por luchar en favor de las necesidades populares para crear una Argentina propia de la gente americana. Pero más adelante, Rosas cambio su metodología. Aunque Rosas se identificó como federal, sus prácticas políticas eran bastante antifederalistas. Aplicó un régimen de terror, echando indígenas de las tierras con los propósitos de juntar estancias más grandes para formar alianzas con jefes provinciales y mantener un poder absoluto centralizado. Ordenó que todos llevaran una cinta roja para mostrar su lealtad a la república federal. Implementó un control fortísimo de la prensa y una dura represión de la ideológica y política de la oposición. Estableció la Sociedad Popular Restauradora, conocida como la «mazorca» (un tipo de “escuadrón de la muerte”), encargada con la intimidación y la eliminación de quienes expresaban creencias en contra. Durante el largo período rosista, la mazorca mató a miles de víctimas. “Rosas…había podido ahogar en la sangre de sus víctimas,” escribió Domingo F. Sarmiento (116). 

En 1835 Rosas formuló la Ley de Aduana para proteger los productos de fabricación del interior frente la entrada de la industria extranjera por las aduanas del país, y también ajustó aún más el control que tenía sobre del país (Astesano, 50). Rosas entró en un conflicto con Inglaterra sobre las islas Malvinas (Falklands). Cuando intentó reducir Uruguay y Paraguay a meros estados argentinos, Francia e Inglaterra respondieron estableciendo dos bloqueos (1838-40, 1845-50) que perjudicaron mucho al comercio de Argentina. Con el apoyo de los franceses, en 1840, Juan Lavalle, político y militar líder de los oponentes de Rosas, levantó una rebelión contra Rosas que empezó una guerra civil. La provincia de Corrientes publicó un anunció de guerra contra la dictadura tiránica. Durante varios años muchos huyeron del país, entre ellos Esteban Echeverría, mientras Rosas aplicó una política cada vez más oprimente para controlar la oposición. Cuando Francia pactó con Rosas y levanto el bloqueo en 1850, la oposición perdió su alianza. Pero en 1852 con la ayuda de Brasil y Uruguay, Justo José de Urquiza acabó con la dictadura militar rosista en la batalla de Monte Caseros, y Rosas huyó a Inglaterra donde vivía hasta el final de su vida (Larousse, 1653). 

Hubo revueltas continuas contra el régimen tiránico rosista durante toda la dictadura y varias organizaciones se formaron oponiéndose su política, de las cuales la más importante fue la Asociación de Mayo, fundada por Esteban Echeverría y la joven generación argentina de 1837. No estaban de acuerdo ni con los unitarios ni con los federales al principio, porque creyeron que ambos lados eran corruptos y sin una doctrina tal fuerte en que establecer la patria del país. Pero mientras Rosas aplicaba un régimen más tiránica, se alianzaron más con los unitarios para combatirlo. De alguna manera, para haber exiliado a varios de los escritores y mentes más brillantes de aquella época—entre ellos Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre, Juan Bautista Alberdi, y Esteban Echeverría—Rosas contribuyó mucho a la literatura en exilio y al análisis crítico de la sociedad argentina. 




Resumen y interpretación de El Matadero





El matadero encarna el ambiente político de Argentina durante la época de la dictadura de Juan Manuel de Rosas. Echeverría usa la escena del matadero en Buenos Aires para simbolizar el clima polarizado de la política del país entre 1829 y 1852. La dictadura de Rosas explotaba esta polarización para ejercer una hegemonía política, económica, y social sobre la gente de Buenos Aires. Su régimen aterrorizaba mucha de la población del país durante 23 anos de tortura y asesinatos políticos. (Mercado, 79-83) 

* Echeverría creía que el gobierno rosista hacia mucho daño al progreso del país en que solía destruir nuevas ideas y teorías políticas nuevas, las cuales tenían el poder de adelantar el país en la forma de muchos jóvenes cultos que deseaban un nuevo camino político. Los jóvenes estaban completamente en contra de la hegemonía y violencia de Rosas y muchos de ellos apoyaban las ideales de la oposición: los unitarios. Los unitarios se habían basados en la política del romanticismo de mucha popularidad en Europa. (Mercado, 70-72) 

* Entre la locura del matadero de Buenos Aires Echeverría nos presenta con la perdida del individuo y la barbarie de la multitud federal que lo había reemplazado debajo el régimen cruel de Rosas. El cuento tiene la intención de mostrar al lector que aquel clima polarizado y violento no era bueno para el país y que Argentina tenía que encontrar una alternativa más semejante a la de los unitarios y jóvenes del país, la cual estaban dispuestos a ofrecer Echeverría y sus compañeros políticos. (Mercado, 70-72) 

* El cuento empieza durante una inundación que causa una crisis económica en Buenos Aires. La crisis se manifiesta en una falta de vacas para el consumo y Echeverría la usa para enfatizar las estructuras de control del régimen corrupto de Rosas y mostrar cómo impactaban la gente de Buenos Aires. La dictadura explotaba la iglesia para controlar la gente e inflamar el clima polarizado de la política del país. Todos los pastores denuncian “los unitarios impíos” como la causa de la inundación y suplican a “El Dios de La Federación” que salve a la población. De esta manera Echeverría hace obvio el sesgo de la iglesia a favor de las federales y contra sus rivales políticos: los unitarios. El poder de la iglesia sobre la gente asegura que los unitarios quedaran como enemigos detestados del estado mientras que los federales aparecen como líderes escogidos por la voluntad divina. En este clima es fácil para la dictadura federal presentarse como héroe de la gente que protestaría la población de la maldad de los unitarios. La intención de Echeverría es mostrar al lector que es así que la dictadura de Rosas controló a la población y discurso político de Buenos Aires. 

* Este control se manifiesta cuando al fin el gobierno “provee gentilmente” cincuenta novillos gordos para ayudar a aliviar la falta de res en la ciudad. Los novillos no son suficientes para alimentar toda la población de la ciudad y son los federales y sus intereses privados que disfrutan la mayoría de la carne mientras los pobres de la ciudad quedan para luchar entre si para los trozos de carne que los carniceros del matadero habían olvidado. La iglesia, de nuevo como herramienta de los federales, ayudó a prevenir una rebelión por mandar a la población abstenerse de la carne mientras Rosas y sus secuaces se engordaron. 

* Echeverría manifiesta su indignación hacia esta injusticia y control excesivo que aplasta el poder y voluntad del individuo cuando dice: 

Pero no es extraño, supuesto que el diablo con la carne suele meterse en el cuerpo y que la iglesia tiene el poder de conjurarlo: el caso es reducir al hombre a una maquina cuyo móvil principal no sea su voluntad divina sino la de la iglesia y el gobierno. Quizá llegue el día en que sea prohibido respirar aire libre, pasearse, y hasta conversarse con un amigo, sin permiso de autoridad competente. 

(El matadero, p. 96)






* Echeverría escogió cuidadosamente el matadero como locus del cuento para enfatizar la barbarie del régimen de Rosas. Echeverría crea un mundo en que la cosa mas deseaba por los federales es carne y así ellos se parecen más a caníbales que seres humanos. El autor nos presenta la multitud del matadero, que esta compuesta principalmente de los pobres de “los suburbios” en las afueras de la ciudad que representaban los bastiones de los federales y el poder de Juan Manuel de Rosas. La multitud aparece como un grupo cruel y tonto que vive por el cuchillo y disfruta en la tortura de los que no están de acuerdos con ellos y las creencias políticas del estado federal. 

* El lugar del matadero también tiene significado, dado que estaba en las afueras de la ciudad en la frontera que dividía la barbarie de la ciudad y la ambiente mas civilizada del campo donde la mayoría de los unitarios se habían escondidos por no ser matados. Aquí Echeverría crea un ambiente en que puede enfatizar la lucha entre civilización y barbarie, el individuo y la multitud y finalmente los unitarios y federales. (La Cautiva. El Matadero. 92-94) 

* La escena del matadero también expone el racismo que Echeverría y muchos de sus compañeros tenían hacia los negros, mestizos y mulatos del país (lo mismo corre para los indios, pero no aparecen indios en El Matadero. Para eso, ver el poema “La cautiva”, del mismo autor). El régimen de Rosas encontraba mucho apoya entre los pobres de Buenos Aires, la mayoría de los cuales eran negros. En las regimenes de los unitarios (usualmente ricos, cultos y blancos) muchos de los negros habían sido criados y empleados en las casas y empresas de los blancos. Cuando la régimen de Rosas consiguió poder, muchos de estos negros habían servidos como informantes a los federales. Así que existía una gran desconfianza entre los blancos (unitarios) y los negros (federales) del país durante la dictadura de Rosas. Por eso, Echeverría retrató a los negros del matadero como individuos deshonestos que decían mentiras y robaban entre si. Un ejemplo de este racismo aparece cuando Echeverría escribe de un grupo de negros entre la locura del matadero: 




-Ahí se mete el sebo en las tetas, la tía, gritaba uno




-Aquel lo escondió en el alzaron, replicaba la negra




-¡Che!, negra bruja, salí de aquí antes que te pegue un tajo, exclamaba el carnicero




– ¿Que le hago ño Juan? ¡No sea malo! Yo no quiero sino la panza y las tripas




-Son para esa bruja: a la m…



-¡A la bruja! ¡A la bruja! repitieron los muchachos, ¡se lleva la riñonada y el tongorí! Y cayeron sobre sus cabezas sendos cuajos de sangre y tremendas pelotas de barro. (El matadero, p. 101-102) 



* En las últimas escenas del cuento Echeverría usa los papeles de los rezagados del matadero para mostrar a los federales aún más como individuos brutales. A fines de la matanza de los novillos queda un solo toro joven que los federales deciden torturar y matar. El toro representa la juventud del país en que Echeverría creía que el progreso político del país existía. A primera vista los federales se fracasan y piensan que el toro sea hembra. Así Echeverría nos presenta con la estupidez de los federales y su tendencia de subestimar el poder y forma verdadera de su oposición. El toro escapa del matadero y corre por los calles de Buenos Aires con los soldados federales persiguiéndolo. Así Echeverría muestra al lector el espíritu desafiante y vigoroso de los unitarios y todos los que estaban en contra la brutalidad de Rosas. Eventualmente los soldados lo atrapan de nuevo, lo torturan, y lo matan. 

Ésta escena está repetida casi exactamente igual cuando al fin del cuento los federales y rezagados del matadero se fijan en un unitario joven que está paseando por las afueras de la ciudad. En la misma manera que trataron al toro, los soldados atrapan, torturan, y matan el joven unitario. Echeverría usa este simbolismo para hacer obvio al lector que el matadero representa Argentina mientras la mantaza dentro del matadero representa los frecuentes asesinatos de los miembros de la oposición durante la régimen brutal de Rosas. 

El joven unitario queda desafiante hasta el final y nunca muestra miedo entre las crueldades de los federales. Así es que Echeverría manifiesta su espíritu rebelde contra el régimen de Rosas. Las palabras del joven representan los sentamientos del autor cuando el juez federal de a escena le pregunta porque no se lleva la insignia del estado como manda Rosas: 




-¿Porque no traes divisa?




-Porque no quiero




-No sabes que lo manda el Restaurador




-La librera es para vosotros, esclavos, no para los hombres libres




-A los libres se les hace llevar a la fuerza



-Si, la fuerza y la violencia bestial. Esas son vuestras armas: infames. El lobo, el tigre, la pantera también son fuertes como vosotros. Deberías andar como ellos en cuatro patas. 


-¿No temes que el tigre te despedace?




-Lo prefiero a que, maniatado, me arranquen como el cuervo, una a una las entrañas



(El matadero, p.112)






* El Matadero es una de las obras mas conocidas de Esteban Echeverría. Fue un cuento cuyo muy polémico debajo el régimen de Rosas por lo cual Echeverría lo escribió en exilio y no fue publicado hasta muchos anos después de su muerte. El tono crudo, violento y graficó del cuento resume muy efectivamente el ambiente de barbarie y miedo que existía durante la dictadura de Rosas. Es una crítica fuerte de aquel régimen y una llamada a la gente de Argentina quedar en oposición de tal violencia. 

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