Relatos Cortos: La Última Cerveza, Salud y el Cuco


La Última Cerveza, Salud y el Cuco: Relatos Cortos

UNIT 19
LA ÚLTIMA CERVEZA
Timothy Weather vivía solo en su casita de campo en la Irlanda rural de hace un siglo. Todas las tardes, cuando terminaba las faenas de la granja, solía irse a la taberna del pueblo con su asno y su carro. Allí se bebía pinta tras pinta de Guinness y, a la hora de cerrar, el camarero solía ayudar a Timothy, ya borracho, a subirse al carro. Pronto se quedaba profundamente dormido, pero el asno, que estaba acostumbrado a esta rutina, hacía su recorrido por las carreteras comarcales, se paraba a la puerta de la casa de Timothy y esperaba pacientemente a que su amo se despertara.

Una noche, cuatro jóvenes vecinos siguieron al asno hasta la casa y decidieron gastarle una broma a Timothy. Al llegar, desengancharon el burro del carro, le quitaron las ruedas, y luego metieron el asno y cada una de las partes del carro por separado dentro de la casa, y colocaron todo de la misma manera en la sala de estar con Timothy en el carro, todavía dormido profundamente y roncando muy fuerte.

Cuando los primeros rayos del sol de la mañana entraron por la ventana, Timothy se despertó sobresaltado. Le llevó algún tiempo darse cuenta de que no estaba soñando. «¿Fue el demonio o los ángeles?», exclamó. Corrió de un lado a otro de la pequeña habitación y examinó la puerta de la casa. Todo estaba como debía estar. «¡Un milagro! ¡Esto es una señal para mí!», gritó Timothy mientras hacía la solemne promesa de que nunca volvería a tomar ni una pinta en toda su vida.

El domingo siguiente en misa, la gente del pueblo se sorprendió al ver a un Timothy bien afeitado y se asombraron más aún al verle pasar de largo por delante de la taberna del pueblo e irse directamente a casa. Una semana más tarde, la casa de Timothy estaba flamantemente pintada. ¿Qué creéis que pasó después? Sí, estabais en lo cierto; Timothy pronto se casó con una bonita muchacha y desde entonces vivieron felices.


UNIT 20
LA SALUD
Una persona de mediana edad que no se encontraba muy bien decidió consultar a su médico. El doctor le examinó con todo el instrumental más sofisticado disponible, pero no encontró nada malo. No obstante, le pareció que debía darle algún consejo:

«Debería dejar de fumar.»
«Pero si yo no fumo», se atrevió a decirle el paciente.
«Entonces debería dejar de beber», añadió el doctor.
«Pero, doctor», el señor se atrevió a pronunciar estas palabras: «tampoco bebo».
«Pues entonces», dijo el doctor, «debería hacer más ejercicio».

Pensando en su estilo de vida sedentaria y oyendo constantemente que las personas de mediana edad deberían hacer más ejercicio, esta vez el paciente estuvo de acuerdo con el médico quien, a su vez, se alegró mucho de haber dado con un diagnóstico convincente.

Es fácil convencer a la gente del mundo desarrollado que deberían cuidar más su salud. La gente generalmente hace muy poco ejercicio físico a lo largo de su rutina diaria. Por otra parte, la abundancia de comida de elevado contenido calórico y los hábitos de la comida rápida de hoy en día son la causa del exceso de peso en muchas personas. Esto no es bueno ni para la salud en general, ni tampoco para estar a la moda de nuestro tiempo que exalta las figuras esbeltas.

No es de extrañar, pues, que los médicos y los dietéticos estén constantemente advirtiéndonos acerca de los peligros de nuestros estilos de vida y recordándonos que deberíamos perder peso, reducir las comidas muy grasas, comer más fruta y verduras, y, por supuesto, hacer más ejercicio. Por otra parte, muchos centros de adelgazamiento no pierden la oportunidad de fomentar su negocio, alentando a la gente a perder esos centímetros sobrantes para estar más en sintonía con la moda.

UNIT 21
EL CUCO
Un visitante de temporada que nunca deja de hacer su aparición anual en Gran Bretaña, es el cuco. Las aves migratorias tienen un atractivo especial para la mayoría de la gente, tal vez por la admiración de la proeza que realizan estas aves viajando distancias tan largas, o quizás porque estos pájaros suponen una ruptura con la rutina diaria, una novedad para los niños o tal vez porque llegan y se van cada año con la regularidad de una maquinaria de relojería. En efecto, la regularidad del cuco es tal que la mayoría de la gente sabe recitar una conocida rima sobre los meses de su permanencia:

                                              «El Cuco
                                         por abril vendrá,
                               todo el día en mayo cantará,
                                en junio su canto cambiará,
                               en julio prepárase para volar,
                                  y
en agosto de irse habrá.»

En otras palabras, el cuco se queda casi toda la primavera y el verano. Es fácil oír al cuco, pero no siempre es fácil verlo. Cuando los niños lo oyen por vez primera en abril, dejan lo que quiera que estén haciendo y salen corriendo para intentar verlo. A veces tienen suerte, pero a menudo lo oyen unas cuantas veces antes de que por fin lo vean. Es también un pájaro muy curioso en otros aspectos. A diferencia de los otros, no construye su propio nido ni da de comer a sus polluelos. En vez de eso, pone los huevos en el nido de otros pájaros y cuando los huevos eclosionan, la madre adoptiva alimenta y cuida del pequeño cuco como si fuera el suyo propio. Pero éste no es un problema baladí, ya que el joven cuco pronto se hace bastante más grande que su madre adoptiva, la cual tiene que realizar enormes esfuerzos para encontrar suficiente comida para el voraz polluelo.

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