Renacimiento
El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Se trata de un cambio de mentalidad, aunque realmente, es un renacer a lo clásico con el resurgimiento de valores sociales y estéticos que se manifiestan en nuevas formas artísticas y expresivas. Tiene su inicio en Italia a mediados del s.XIV aunque en España surgió en el s.XVI.
Características del Renacimiento
El Renacimiento es el fruto de una transformación social e ideológica que se sustenta sobre dos pilares: la imitación de los modelos clásicos y la aplicación del humanismo.
La transformación social
Se produce una nueva organización social:
- Nacen estados modernos, asciende la burguesía y los ciudadanos participan en las tareas de gobierno.
- Se producen cambios en el sistema de producción artesanal y aparecen indicios de precapitalismo.
- Se descubren y conquistan nuevos mundos.
- Surgen grandes inventos como la imprenta y los progresos técnicos son constantes.
El modelo renacentista es el cortesano, hombre diestro en armas y letras. Ese tipo de hombre está desarrollado en el libro del mismo título Baltasar Castiglione.
Las nuevas ideas filosóficas
- Escepticismo: fomenta la actitud crítica, frente al dogmatismo medieval. La actitud escéptica se encarna en un escritor francés llamado Montaigne.
- Epicureísmo: invita al goce de la vida y los placeres. La actitud epicúrea se desarrolla en el Renacimiento y Barroco en el tópico del carpe diem.
- Estoicismo: la actitud estoica supone mostrar una actitud de firmeza y serenidad ante las adversidades. EJ: Fray Luis de León.
- Neoplatonismo: defiende la belleza de los seres naturales como una idealización del sentimiento amoroso. Esta teoría está expuesta en el libro “Diálogos de Amor”, León Ebreo.
- Erasmismo: defensor de una religiosidad íntima. Se observa en el Lazarillo de Tormes.
La poesía del Renacimiento
Los cancioneros cortesanos resisten ante la llegada de la poesía italianizante contribuida por Boscán y Garcilaso.
Las dos tendencias conviven durante un tiempo en nuestras letras y, aunque las formas métricas de la poesía italianizante acaban imponiéndose, la poesía de cancionero prevalece en algunos rasgos de estilo: el gusto por los juegos conceptistas de que hacen gala muchos de nuestros escritores del s.XVI.
Así pues, la lírica culta del Renacimiento nace de la confluencia de estas dos corrientes, las cuales proceden de la lírica provenzal.
La poesía italianizante, transforma las ideas, modifica los modos de componer y genera cambios que afectan tanto a la forma como a los temas o la sensibilidad poética.
Nuevas formas métricas
El Renacimiento, emplea el verso endecasílabo combinado con el heptasílabo. Se trata de un metro que, por su flexibilidad rítmica, resulta apto para la expresión de ese nuevo lirismo más hondo y conmovedor.
Estrofas:
- Lira: estrofa formada por cinco versos heptasílabos y endecasílabos con rima consonante.
- Octava real: estrofa formada por ocho versos endecasílabos con rima consonante.
- Estancia: estrofa de versos heptasílabos y endecasílabos variable con rima consonante.
- Tercetos: estrofa formada por tres versos endecasílabos con rima consonante.
- Poemas estróficos:
- Canción renacentista: constituida por un número variable de estancias, pero el esquema métrico de la primera estrofa debía repetirse en las demás.
- Soneto: formado por catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante.
La influencia de la poesía petrarquista en la lírica española de la primera mitad del s.XVI
Con el petrarquismo, el amor cortés de los trovadores provenzales culmina el proceso de espiritualización. Petrarca, incorpora elementos innovadores: el análisis minucioso de las galerías del alma, la fusión lírica con la naturaleza y la sinceridad en la expresión del sentimiento. Finalmente, los seguidores italianos de Petrarca enriquecen esa tradición poética con componentes neoplatónicos.
Los temas son: amor, tópico de carpe diem, naturaleza y mitología.
El amor
El amor es anhelo de la belleza: Dios, que es la Belleza y la Bondad supremas, se proyecta sobre todas las criaturas. La amada es un reflejo de la divinidad: su belleza y su bondad son destellos de la belleza y la bondad divinas.
Esa divinización de la amada conduce a la consideración del amor como un acto de adoración en el que el poeta proclama las perfecciones físicas y espirituales de la dama, pero de un modo impreciso.
- Entre lamentos, le reprocha a su amada su condición esquiva.
- Rehúye de la compañía y se refugia en la naturaleza.
- Se recluye en sí mismo y analiza sus estados de ánimo.
- La plasmación de la belleza– tabla pag 206
La exaltación de la belleza femenina se plasma en un retrato poético de la amada circunscrito al busto (cabeza, cuello y hombros) y ajustado a unos cánones estéticos preestablecidos.
Por tanto:
- Se trata de un retrato físico.
- Se produce la sustitución metafórica de la cualidad aplicada al rasgo corporal por un elemento de la naturaleza.
- Se trata de metáforas estéticamente ascendentes.
El carpe diem
El carpe diem adapta al ámbito amoroso el precepto del disfrute del momento. El poeta se dirige a una joven, instándola a gozar de la juventud antes de que el tiempo marchite su belleza.
La naturaleza
La naturaleza renacentista es apacible, agradable, armoniosa y poéticamente idealizada que ve reflejada en ella la Belleza del Creador.
Los elementos que conforman ese paisaje estilizado (locus amoenus) son:
- Espesa arboleda poblada de sauces, pinos, robles y encinas por cuyos troncos trepa la hiedra y donde crecen las flores que impregnan con su aroma el paisaje.
- De una fuente brota un arroyo de agua que discurre por el prado produciendo un manso ruido.
- Esta verde selva, en la que pasta el ganado y una brisa fresca y perfumada acaricia las ramas de los árboles, donde se posan las aves que, con sus dulces trinos, inundan de armonía el paraje invitando al ser humano a sumirse en un sueño.
Esa paz y armonía, cuyos referentes literarios están en las Bucólicas y las Geórgicas del poeta Virgilio, se levanta en testigo del sufrimiento amoroso del poeta, disfrazado de pastor que, en su presencia, el enamorado se queja del rechazo y la indiferencia de la amada. La naturaleza se muestras unas veces impasible y distante y otras veces se conmueve y resulta la confidente ideal de su dolor.
La mitología
El mundo de la mitología clásica impresiona al hombre por su desbordante vitalismo, su sensualidad y su belleza, y así descubre en las Metamorfosis de Ovidio una fuente inagotable de motivos de inspiración. Los mitos clásicos cumplen una función estética, pero no solo eso: cuando acude a ellos para inspirarse, el poeta escoge episodios cuyo significado mantenga alguna relación con su conflicto sentimental (función simbólica). Ej: la historia de Dafne, transformada en laurel cuando el dios Apolo, enamorado de ella, la perseguía, simboliza el amor inalcanzable.
Poesía ascético-moral
Durante el Segundo Renacimiento (segunda mitad del s.XVI y reinado de Felipe II) se produce, la cristianización de las tendencias paganizantes que habían inspirado las creaciones literarias de la primera mitad del siglo. Como consecuencia, aparecen dos manifestaciones poéticas de carácter religioso: la mística y la poesía ascético-moral.
En la poesía ascético-moral, confluyen una serie de corrientes filosóficas cuyo tratamiento literario se centra en la huida del hombre de este mundo y en su deseo de trascender y de fundirse con la eternidad.
El hombre vive encarcelado en la prisión del mundo, donde imperan el caos, la discordia, los vicios, los bienes engañosos, la inquietud y el desasosiego. Para evadirse de la cárcel terrenal debe inicial un recorrido purificador a través de:
- La práctica de la virtud.
- La dedicación al estudio y al trabajo intelectual.
- El contacto directo con la naturaleza que constituye el refugio acogedor.
- La percepción del arte musical, que purifica el espíritu.
La expresión beatusille, con la que Horacio inicia esa obra (aurea mediocritas), y cuyo significado es feliz aquel, ha dado nombre a un motivo que cobró gran auge en España
Garcilaso, en su Égloga II, recrea el tópico y después Fray Luis de León en su Oda a la vida retirada.
Todas esas realidades participan de la divinidad; son destellos de las realidades supremas: el bien, la verdad, la belleza y la armonía universal. Por tanto, cuando el hombre se desentiende del mundo, ejercita la virtud y cultiva su atisba, vislumbra esas realidades que le hacen recordar su origen divino.
Todo este proceso de purificación ascética que conduce a un apacible estado de quietud, de sosiego y de concordia, se identifica con Dios.
Poesía mística
La poesía mística describe la experiencia de la unión del alma con Dios. Esa experiencia:
- Exige un proceso de purificación, a través del cual el alma, con la renuncia y la penitencia, se desentiende del mundo y busca la perfección moral.
- Es una gracia divina, solo unos cuantos están llamados a vivir la unión mística con Dios.
- Es extática: el alma, al fundirse con la divinidad, se sumerge en un estado de arrobamiento, en el que cesa la actividad de los sentidos y se desconecta del mundo circundante.
- Es inefable: el poeta es incapaz de expresar con palabras el cúmulo de sensaciones vividas. Para describirlo recurre al símbolo, la alegoría, la paradoja y la antítesis.
Las grandes figuras son: santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.
Poesía patriótica y épica culta
La lírica patriótica exalta el heroísmo nacional en un tono solemne y retórico. Los poetas más representativos fueron Fernando de Herrera (Canción a la batalla de Lepanto) y Hernando de Acuña (Soneto al Rey nuestro señor).
La lírica culta la forman extensos poemas narrativos: la Araucana, de Ercilla y la Austríada, de Juan Rufo; los cuales están inspirados en la Ilíada y la Odisea, de Homero y la Eneida, de Virgilio. La épica del Renacimiento no tiene relación con la épica medieval: aunque ambos géneros son de carácter narrativo, entre ellos hay una diferencia: la épica medieval es popular-tradicional y la renacentista es un género culto.