Introducción
El Discurso del método, obra de René Descartes, junto con las Meditaciones metafísicas, inaugura la filosofía moderna. Este período se caracterizó por la delimitación entre la Razón y la Fe. Pensadores como Guillermo de Ockham desafiaron la tradición escolástica al reclamar la autonomía de la razón frente a la fe. En este contexto, Descartes representa un pensamiento racional independiente de los dogmas religiosos, conectando con la crítica a la escolástica medieval.
Descartes y el Renacimiento
Descartes encarna el triunfo de las ideas renacentistas, alcanzando la plena madurez intelectual y filosófica de esa época. El Renacimiento se caracterizó por una crisis que implicó una ruptura con el realismo aristotélico y una búsqueda de nuevos fundamentos para la emergente cultura. La filosofía cartesiana refleja esta ruptura al enfrentarse al realismo aristotélico, inaugurando una nueva actitud filosófica conocida como idealismo.
Realismo Aristotélico vs. Idealismo
El realismo aristotélico considera que nuestras ideas reflejan fielmente la realidad exterior, mientras que el idealismo sostiene que el objeto principal del conocimiento son nuestras ideas mentales, las cuales pueden o no corresponderse con la realidad externa y deben ser probadas.
La Duda Metódica
La crisis de la escolástica y el realismo aristotélico en la Edad Media llevó a Descartes a adoptar una postura de desconfianza y cautela (duda metódica) hacia nuestras ideas, sin asumir automáticamente su correspondencia con la realidad. Esta coyuntura histórica impulsó a Descartes a sentar las bases del idealismo filosófico, una perspectiva inusual y desafiante que influirá significativamente en el pensamiento filosófico posterior.
Influencias en la Filosofía Cartesiana
La filosofía cartesiana, a pesar de representar una ruptura e innovación con el pasado, muestra importantes coincidencias con tradiciones filosóficas anteriores:
- Racionalismo platónico: Descartes continúa la actitud racionalista iniciada por Parménides y Platón, valorando la razón como fuente principal del conocimiento. Al igual que Platón, Descartes enfatiza la importancia de las ideas innatas y la claridad matemática como modelo de conocimiento.
- Influencia escolástica aristotélica: Descartes incorpora elementos de la tradición escolástica y aristotélica, especialmente en su concepción de la sustancia como algo que existe independientemente. La metafísica racionalista de Descartes se centra en la sustancia, sus atributos y modos, siguiendo esta tradición.
- Tradición agustiniana: Descartes comparte con la tradición agustiniana la crítica al escepticismo y la aplicación del argumento ontológico para demostrar la existencia de Dios. Al igual que San Agustín, Descartes enfrenta el escepticismo de su época y utiliza la duda como un método para llegar a una certeza absoluta y segura sobre la existencia del yo pensante.
Estas influencias y coincidencias muestran cómo Descartes se inscribe dentro de un contexto filosófico más amplio, reinterpretando y desarrollando ideas de tradiciones anteriores en su filosofía innovadora.
San Anselmo de Canterbury y el Argumento Ontológico
Descartes adopta el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury sobre la existencia de Dios en sus Meditaciones Metafísicas y El Discurso del Método, destacando su certeza y rigor comparable al razonamiento geométrico.
La Ciencia Moderna y el Mecanicismo
El contexto del siglo XVII, marcado por la ciencia moderna de Kepler, Galileo y Newton, promovió una visión mecanicista y matematizada del universo. Descartes adopta este enfoque mecanicista en su física y el método matemático en su filosofía, desafiando el escepticismo renacentista.
Racionalismo vs. Empirismo
Dos grandes corrientes epistemológicas de la modernidad son el racionalismo y el empirismo. El racionalismo, iniciado por Descartes, confía en la razón como única fuente válida de conocimiento, con ideas innatas y métodos deductivos inspirados en las matemáticas. Por otro lado, el empirismo, liderado por Locke, sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia, negando las ideas innatas y la metafísica, enfocándose en aplicaciones prácticas como la psicología, política y moral.
El Siglo XVII: Un Contexto de Crisis y Transformación
Descartes vivió en el siglo XVII, durante el Siglo de Oro francés. Esta época fue de crisis y convulsiones que reflejó los cambios del Renacimiento y anticipó la Ilustración. Hubo transformaciones de las esperanzas renacentistas en desequilibrios y angustias barrocas, con Europa experimentando hambrunas y agudización de antagonismos sociales entre nobles, burgueses, señores y campesinos. Además, surgieron conflictos religiosos debido a la Reforma protestante y la Contrarreforma católica, añadiendo inestabilidad al panorama europeo.
Cambios Políticos y el Auge de las Monarquías Absolutas
Desde el punto de vista político, destacamos el ascenso de Francia, Inglaterra y Holanda como potencias emergentes en Europa, mientras que Italia y España comenzaron a perder influencia. Fue una era de inestabilidad y guerras frecuentes entre los Estados europeos por el expansionismo colonial. Políticamente, Francia se organizó como una Monarquía Absoluta, alcanzando su apogeo con Luis XIV, quien personificó la identificación entre el monarca y el estado.
La Guerra de los Treinta Años
La Guerra de los Treinta Años fue un conflicto predominantemente político en el que Descartes participó. Esta guerra fue impulsada por obstáculos feudales que frenaron el desarrollo capitalista burgués, llevando a la nobleza a usurpar tierras y reinstaurar la servidumbre. La lucha enfrentó dos civilizaciones: la feudal y católica (apoyada por los Habsburgo), y la burguesa y protestante (representada por los Países Bajos y algunos Principados protestantes).
Desarrollo Socioeconómico y el Auge de la Burguesía
En el siglo XVII, se observó un significativo desarrollo de la burguesía ligada al capitalismo mercantilista, impulsado por la expansión del comercio marítimo y colonial. Sin embargo, hubo frecuentes hambrunas y epidemias, mientras las monarquías absolutas sostenían cortes lujosas y realizaban grandes gastos en actividades militares. Estas condiciones sentaron las bases para la futura Revolución francesa.
Conflictos Religiosos y la Contrarreforma
Los problemas religiosos se entrelazaron con el surgimiento de los Estados absolutos. En los países protestantes, se buscaba estabilidad para la Reforma mediante la centralización del poder en el soberano, quien dominaría sobre las nuevas iglesias. Por otro lado, la Contrarreforma católica respondió a la Reforma protestante con medidas como la Inquisición, que reprimió el libre pensamiento y afectó a Descartes, quien publicó algunas obras de forma anónima debido a estas tensiones.
El Pensamiento Social y la Búsqueda de Certeza
Estos conflictos políticos y religiosos se reflejaron en el pensamiento social de la época, con teorías como el absolutismo de Hobbes y Bossuet, y el parlamentarismo de Locke. La ruptura del sistema aristotélico-escolástico en el pensamiento filosófico medieval llevó a una búsqueda de certeza y conocimiento en la filosofía. En este contexto, Descartes desarrolló una nueva actitud filosófica llamada idealismo, que dominó el pensamiento moderno posteriormente.
El Legado de Descartes y el Barroco
El legado de Descartes marcó tres siglos de evolución en el pensamiento humano. El Barroco, un periodo cultural occidental desde 1600 hasta mediados del siglo XVIII, surgió en respuesta a las luchas religiosas entre la Reforma protestante y la Contrarreforma católica en Europa. Este movimiento impactó profundamente la mentalidad, el arte y la sociedad de la época, coincidiendo con el periodo histórico de Descartes en el siglo XVII.
El Impacto del Barroco en la Mentalidad y el Arte
El Barroco marcó un cambio hacia sentimientos exaltados y una visión más mística y pesimista de la vida, influenciada por las tensiones religiosas entre católicos y protestantes. La época se destacó por el desarrollo de la imprenta, que amplió el acceso a la cultura más allá de los círculos religiosos, permitiendo la publicación en lenguas nacionales. El arte barroco, aunque basado en formas clásicas, buscaba representar la realidad sin idealizarla, evocando emociones mediante el uso de líneas curvas, contrastes de luz y color, y una abundante decoración.
Literatura, Música y Ciencia en el Barroco
Durante el período del Barroco, la literatura y la música alcanzaron su máximo esplendor con figuras como Shakespeare, Milton, Molière, Racine, Calderón de la Barca (1600-1681) (La vida es sueño), Quevedo y Cervantes. La música vio el surgimiento de un nuevo estilo destacado por Monteverdi, Bach, Haendel y Vivaldi. En cuanto a las investigaciones científicas, hubo un gran impulso gracias a instituciones como la Royal Society en Inglaterra y la Academia de las Ciencias en Francia, promoviendo avances significativos en matemáticas, biología, astronomía y química.
La Consolidación de la Ciencia Experimental
La filosofía moderna, iniciada por Descartes y apoyada por Galileo, Kepler y Newton, consolidó la base de la ciencia experimental con descubrimientos como el heliocentrismo, las leyes planetarias y la ley de gravitación universal, transformando nuestra comprensión del universo.