La renovación teatral en el fin de siglo: el teatro de Valle-Inclán entre el modernismo y la vanguardia
En las primeras décadas del siglo XX predominó el género cómico, con frecuencia acompañado de elementos líricos. Su finalidad fue el entretenimiento del público.
El teatro sufre un nuevo e importantísimo enfoque con Valle-Inclán, le otorga una nueva dimensión de originalidad, siempre tuvo una constante voluntad de renovación formal y temática del teatro y una pretensión de romper con el teatro de la época.
Valle evoluciona hacia la creación del esperpento, y algunos de los elementos del mismo se observan ya en sus primeras obras, donde aplicó el modernismo al drama, teatro poético. Se alejó del teatro simbolista con la incorporación de personajes con lenguaje y actitudes realistas, tratados de forma irónica y caricaturesca.
La producción dramática de Valle culminó con el esperpento, que fue la deformación grotesca de determinados aspectos de los personajes y de las situaciones, produciendo una visión caricaturizada, alternativamente cómica y macabra. Se destruye la realidad, transformándola.
Supone la máxima aportación de su obra dramática y hace una crítica incisiva a la sociedad y a la etapa histórica que está viviendo. Las principales obras son Luces de bohemia y la trilogía de Martes de carnaval. En la primera se relata el recorrido por la noche madrileña de Max, alejado totalmente de la soñada bohemia de París. La obra se divide en quince escenas y los personajes centrales son totalmente opuestos. Se caracteriza por la deformación de personajes, el uso de un lenguaje variado, excelente descripción y caracterización de diferentes ambientes.
El teatro de Valle es una muestra acabada de las distintas etapas de su evolución literaria, producto de la búsqueda y la experimentación que le lleva de la estética decadente del Modernismo al expresionismo radical e iconoclasta del esperpento.
El teatro de la Generación del 27: Lorca
La poesía es el género más cultivado por los autores de la llamada Generación del 27, se dedican también al teatro.
Lorca es el mejor representante de la tendencia teatral de esta Generación, además de uno de los principales autores teatrales de la historia de nuestra literatura. Sus obras se siguen representando hoy en día con el mismo éxito que en los años treinta y los estudios sobre las obras teatrales lorquianas proliferan por todo el mundo. En la frustración amorosa o el amor imposible.
Federico García Lorca funda la compañía teatral “La Barraca” en 1931, formada por estudiantes universitarios, se propone dar a conocer el teatro clásico español en ciudades y pueblos que, habitualmente, no tienen acceso a este tipo de espectáculo. El propio Lorca actúa en algunas de las obras que representan.
Creó el verdadero teatro poético. En él, además de la palabra, cobran importancia otros componentes, como la música, la danza y la escenografía, configurando así, un espectáculo total.
Los primeros dramas lorquianos están emparentados con el teatro modernista. El maleficio de la mariposa se ajusta a las convenciones y los defectos del teatro en verso y presenta el tema del ideal de perfección alejado de la cotidianidad.
Teatro imposible: anticipa la ruptura del espacio y el tiempo, desdoblamiento de la personalidad de varias interpretaciones. La puesta en escena ha tenido que esperar hasta fechas recientes para poder mostrar todo su valor y belleza.
Lorca pensó escribir una trilogía dramática de la tierra española, que se desarrollan en un ambiente rural en el que las fuerzas naturales imponen su destino trágico. El argumento tiene escasa importancia, hay pocos personajes principales e intervienen coros.
Estilo de Lorca
Lorca mantiene la línea estilística y temática de su poesía. La libertad, el amor, la muerte y las normas sociales morales son la base de su teatro. Su obra dramática está impregnada de un lenguaje lleno de metáforas e imágenes simbólicas.
Busca que el espectador se implique sentimentalmente en la tragedia vivida a través de los personajes. Suele combinar la prosa y el verso, y es frecuente la presencia de canciones populares que suelen introducir escenas trágicas. Los personajes femeninos destacan, pues sentía especial atracción por los grupos sociales desfavorecidos.
La renovación teatral de posguerra
En esta época se representaban obras renovadoras, en España se lleva a cabo un teatro convencional que entronca con el melodrama o el teatro popular anterior, que pretende divertir y entretener a un público conservador. La censura de la época impide estrenar obras que planteen una mínima disidencia frente a los valores morales y sociales establecidos.
En los años de la posguerra, la escena española estuvo dominada por un teatro nacional al servicio de la dictadura. Se abren paso dos líneas dramáticas: la comedia burguesa y el teatro del humor.
La comedia burguesa se caracteriza por la cuidada construcción, dosificación para mantener el interés en todo momento y la hábil alternancia de escenas humorísticas y sentimentales, que llevan de la risa al llanto.
A finales de los años cuarenta, en oposición al teatro de evasión dominante, se desarrolló un teatro realista, que denunciaba el contexto histórico de depresión social y económica. Estos autores transmiten primero el desasosiego del ser humano, pero pronto recrean la vida española y transmiten falta de libertad, la moral absurda, la injusticia social, la explotación del hombre, la violencia, la discriminación, los conflictos ideológicos bajo un simbolismo a veces irreconocible.
Miguel Mihura
No pretende reflejar la vida, sino idealizarla, por medio de la humanización de sus personajes y el triunfo de la bondad y la ternura, lo convierten en un antecedente del teatro del absurdo. Ofrece al espectador situaciones disparatadas y absurdas, pero lo realmente importante es el lenguaje cómico, basado en la ironía, en el juego de palabras y en las hipérboles disparatadas.
Su humor es producto de la asociación inverosímil de elementos, de la exageración y la distorsión de la casualidad lógica.
Alfonso Sastre
Su trayectoria teatral comenzó en el grupo Arte Nuevo, cuyo propósito era conseguir la renovación general del teatro. Se trata de obras de teatro con abundantes distorsiones espacio-temporales, en las que el dramaturgo recrea un mundo onírico.
En 1953 se dio a conocer con Escuadra hacia la muerte, pero la obra fue prohibida. Sus dramas empezaron a ser vetados por la censura y fueron representadas por aficionados y grupos independientes.
En las tragedias complejas incorpora un humor de situación, negro y profundo, que permite el distanciamiento de las historias contadas. Estas obras constituyen una forma de evolución del esperpento, en ellas se presentan unos héroes irrisorios, personajes humanos y contradictorios. Con este tipo de tragedia se busca una catarsis que implica una forma de conciencia del público.