Restauración Borbónica en España: Sistema Canovista y Evolución Política (1875-1902)


El Origen de la Restauración

Antonio Cánovas del Castillo, figura clave en la preparación del retorno de los Borbones a España, redactó en diciembre de 1874 el Manifiesto de Sandhurst. En este documento, Alfonso (hijo de Isabel II) manifestaba su disposición a aceptar el trono español. A pesar de la voluntad de Cánovas, el general Martínez Campos, mediante un pronunciamiento en Sagunto el 29 de diciembre, proclamó rey a Alfonso XII, restaurando así la monarquía borbónica mediante un golpe militar.

El Sistema Político de la Restauración

Las Bases del Sistema Canovista

Cánovas buscaba establecer un sistema político estable que superara la inestabilidad característica del siglo XIX. Su proyecto se basaba en tres pilares fundamentales:

  1. El Rey y las Cortes como depositarios de una soberanía conjunta: Cánovas defendía la existencia de una «constitución interna», superior a las constituciones escritas, basada en la monarquía, la libertad, la propiedad y, principalmente, en el gobierno conjunto del rey y las Cortes.
  2. El bipartidismo como sistema idóneo de alternancia en el poder: Cánovas promovió un sistema en el que dos partidos principales (Conservador y Liberal) se alternaran en el gobierno. Estos partidos, aunque representaban a minorías y se basaban en la ley electoral de 1878 (sufragio censitario), coincidían en la defensa de la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y el Estado centralista.
  • Partido Conservador: Liderado por Cánovas hasta su asesinato en 1897 y luego por Silvela. Representaba la derecha moderada, defensora del orden y la influencia de la Iglesia.
  • Partido Liberal: Liderado por Sagasta. Representaba la izquierda liberal, buscando integrar a los elementos menos radicales de la revolución de 1868.
La Constitución moderada de 1876 como marco jurídico del sistema: Esta constitución, inspirada en la de 1845, incorporaba algunos aspectos de la de 1869 (derechos y libertades, aunque limitados). Su principal característica era la elasticidad, permitiendo a gobiernos de distinto signo político modificar leyes ordinarias sin alterar la Constitución.

Principios fundamentales de la Constitución de 1876:

  • Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. El Rey ostentaba el poder ejecutivo y compartía el legislativo con unas Cortes bicamerales (Senado de designación real y Congreso electivo).
  • Declaración de derechos similar a la de 1869, pero limitada por leyes ordinarias, permitiendo al gobierno restringir derechos sin modificar la Constitución.
  • Confesionalidad católica del Estado, prohibiendo manifestaciones públicas de otras religiones, aunque se reconocía la libertad de culto individual.
  • Centralismo, con ayuntamientos y diputaciones bajo control gubernamental.

La Constitución de 1876 fue la más duradera de la historia española (hasta 1931), proporcionando estabilidad política.

El Funcionamiento del Sistema

El Turno de Partidos

El sistema canovista se basaba en la alternancia pacífica de los dos partidos principales en el poder. Cuando se consideraba necesario un cambio de gobierno, se pactaba con el Rey, quien disolvía las Cortes y convocaba elecciones.

Funcionamiento Real: Caciquismo y Fraude Electoral

La alternancia pactada requería del fraude electoral. No eran los resultados electorales los que determinaban el gobierno, sino que, tras acordar el cambio, se manipulaban las elecciones para favorecer al partido designado. Esta práctica, conocida como caciquismo, se estructuraba en una red organizada por cada partido:

  • Oligarquía en Madrid: Minoría política dirigente que transmitía instrucciones a los gobernadores provinciales.
  • Gobernadores civiles: Elaboraban la lista de candidatos que debían ganar en cada localidad («el encasillado») y la comunicaban a los caciques locales.
  • Caciques locales: Personas influyentes en comarcas y pueblos que manipulaban los resultados electorales mediante el paternalismo, el «pucherazo» (fraude en el recuento de votos) y las amenazas.

En resumen, el sistema de la Restauración era una fachada que ocultaba el control del poder por una reducida oligarquía.

La Evolución Política de la Restauración

La pacificación social fue el objetivo principal de la Restauración. Cánovas buscó la conciliación con el ejército y la Iglesia:

  • Ejército: Alfonso XII asumió la jefatura, convirtiéndose en un rey soldado, y el ejército abandonó la práctica del pronunciamiento.
  • Iglesia: Se restableció la confesionalidad del Estado, recuperando la Iglesia su prestigio e influencia, especialmente en la enseñanza.

El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Esta fase se caracteriza por la construcción y consolidación del sistema canovista.

Gobierno del Partido Conservador (1875-1881)

  • Promulgación de la Constitución de 1876.
  • Control estatal sobre los derechos constitucionales (Ley de Imprenta con censura previa, Ley Electoral con sufragio censitario).
  • Centralización, anulando el régimen foral del País Vasco.
  • Fin de la III Guerra Carlista (1876) y de la Guerra de los Diez Años de Cuba (1868-1878) con la Paz de Zanjón. El incumplimiento de las promesas en Cuba provocó la «guerra chiquita» (1879), preludio de la guerra de independencia.

Gobierno del Partido Liberal (1881-1884)

  • Ley de Prensa, restableciendo la libertad de expresión.
  • Restablecimiento de los derechos de asociación y reunión.
  • Creación de una Comisión de Reformas Sociales, iniciando la preocupación gubernamental por aspectos sociales.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, Cánovas y Sagasta acordaron el Pacto del Pardo, comprometiéndose a apoyar a la Regente (María Cristina, embarazada del futuro Alfonso XIII), facilitar el turno de partidos y no eliminar la legislación aprobada por el otro partido. El 25 de noviembre, moría Alfonso XII, dando inicio a la regencia.

Gobierno del Partido Liberal (1885-1890)

  • Incorporación de principios de la revolución de 1868, como la Ley de Asociaciones obreras.
  • Nueva Ley Electoral (1890), estableciendo el sufragio universal masculino (mayores de 25 años), aunque con escaso impacto debido al caciquismo.

Gobierno del Partido Conservador (1890-1902)

Esta fase se caracterizó por el proceso de independencia de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) frente al imperialismo estadounidense. La pérdida de estos territorios en 1898 supuso un duro golpe para España, dando lugar a la crisis de 1898 y al Regeneracionismo.

La Oposición al Sistema

El Carlismo

La derrota militar de 1876 no supuso la desaparición del carlismo, pero sí una crisis. A partir de 1888, los neocatólicos, partidarios de adaptarse a la nueva situación y participar en la vida política, lideraron el movimiento, apoyados por la jerarquía católica. Su expresión organizativa fue el partido Unión Católica.

El Republicanismo

Tras el fracaso de la Primera República, el republicanismo tardó en resurgir como alternativa política. Sin embargo, el ideario republicano (anticlericalismo, fe en el progreso y defensa de políticas sociales) se mantuvo vivo en la prensa y en sectores intelectuales y universitarios. La fragmentación republicana se debía a cuestiones ideológicas y personales. Cada líder del Sexenio (Pi y Margall, Ruiz Zorrilla, Castelar y Salmerón) lideró su propio partido. Las divergencias se centraban en la organización del Estado (centralista o federal) y en la estrategia para alcanzar el poder (insurrección o elecciones). La Unión Republicana (1903) unificó el movimiento.

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