Restauración Borbónica: Partidos Políticos y Dinastías en España


Restauración Borbónica: Partidos Políticos y Dinastías

Unión Liberal (1854)

La Unión Liberal surge en 1854, encabezada por Leopoldo O’Donnell, quien tenía como secretario a un joven político del ala más liberal del moderantismo, Antonio Cánovas del Castillo. Otros miembros importantes fueron José Posada Herrera, Antonio de los Ríos Rosas, Salustiano de Olózaga y Evaristo Fernández de San Miguel y Valledor. O’Donnell volverá al poder en 1858 hasta 1863, durante su “gobierno largo”. Su política conciliadora tiene cierto éxito, ya que su posición era más moderada. Las intervenciones en el extranjero dieron prestigio.

El Sexenio Democrático (1868-1874): Campaña Electoral

El espectro político se componía de:

  • Carlistas: En la extrema derecha.
  • Antiguos Moderados
  • Unionistas
  • Progresistas
  • Demócratas cimbrios
  • Republicanos

Los partidos existentes se vieron remodelados. La primera ruptura surge entre los demócratas, donde la base era republicana y la dirección era monárquica. Un sector, demócratas del ala derecha, conocidos como cimbrios, firman un manifiesto electoral a favor de una monarquía constitucional. Por otro lado, los republicanos, en su mayoría federales, siendo los principales dirigentes Orense, Castelar, Figueras, Pi y Margall, Blas Pierrad, Sorní, Roque Barcia, etc. Tuvieron apoyo en el sur de España y Levante (Lérida, Sevilla, Cádiz, Huesca, Barcelona, Girona, Zaragoza y Málaga). De ellos surgió el primer trabajador asalariado diputado a Cortes.

El Parlamento resultante de esas elecciones está compuesto por más de 400 diputados, de los cuales una clara mayoría (236 diputados) pertenecían a la coalición gobernante (unionistas, progresistas y demócratas cimbrios). Dentro de esa mayoría, el partido más fuerte es el progresista con 156 diputados; 87 eran republicanos; luego hay unos 20 carlistas; y otros difíciles de establecer en su afiliación precisa.

Tras la Revolución del 68, los carlistas estuvieron presentes en el parlamento.

  • Moderados → Alfonsinos → Partido Conservador
  • Moderados → Partido Constitucional (Sagasta) → Partido Radical (Zorrilla)

Partido Alfonsino

Cánovas mantenía que la Monarquía era consustancial a la esencia española, idea que trasladó al Partido Alfonsino y fue punto fundamental de la Constitución de 1876. Planteaba que el régimen tenía que ser monárquico, católico, constitucional y representativo, cuyo objetivo era la estabilidad y nunca la democracia, desplazando los pronunciamientos militares a través del constante cambio de gobiernos protagonizados por dos grandes partidos que se turnaron en el poder.

Programa Político

El programa político se situaba entre el moderantismo histórico compaginado con elementos del Sexenio Democrático. Empezaron a preparar al Príncipe Alfonso de Borbón con la idea de asentarlo sin intervención del ejército, por acuerdo civil. Cánovas quería que el ejército encarnase la integridad nacional y les mantuvo en Cuba, mientras él se encargaba de los asuntos de España evitando los pronunciamientos.

En diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos se pronunció en Sagunto en nombre de Alfonso XII. Esto sentó muy mal a Cánovas, que se presentó en España como delegado del nuevo Rey y el 31 de diciembre de 1874 creó el ministerio de Regencia que él mismo ocupó. El 9 de enero de 1875, el nuevo Rey recorrió toda España emulando un paseo triunfal cuya finalidad era presentarle como un monarca soldado, católico y constitucional.

Cánovas puso a los miembros de confianza del Partido Alfonsino en las principales instituciones del Estado: cúpula del ejército, altos cargos de la administración y gobiernos civiles. La estructura se completó con un acuerdo interno con la Iglesia católica. Buscó colaboradores en la oposición, pero estos debían tener ciertos requisitos, tales que fuesen monárquicos, católicos y constitucionales, hallando a Sagasta y los más moderados del Sexenio.

Fuerzas Políticas

Introducción

Partidos Políticos

Partidos Dinásticos

Dos partidos monárquicos que aceptan la dinastía Borbón: el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta. En un primer momento, el sistema de la Restauración admitió exclusivamente a estos partidos monárquicos y católicos. Les queda por la derecha un partido católico desgajado del carlismo.

Partidos Republicanos

Situados a la izquierda y fuera del sistema. Había varias facciones, pues se fragmentaron mucho después de la I República. Están fuera del sistema hasta 1886.

Los partidos dinásticos basan su política y estrategia en un acuerdo constitucional. Lo pactan todo antes y al margen de cualquier expresión electoral. El acuerdo está en que todo se va a pactar antes de cualquier indicación electoral. Al principio, esto necesita un engranaje que hay que crear.

Características de los Partidos

  • Partidos de notables, no de masas: Las adhesiones fuesen a un líder que llegaba al Congreso se movían por intereses particulares cada cual (tanto individuos como comunidades).
  • Eran partidos pequeños y no tenían interés alguno por expandirse.
  • Se manifestaban exclusivamente en vida parlamentaria en prensa de partido y en acción electoral: Había distritos en los que las elecciones no llegan a celebrarse. El cacique controlaba todo, “incluso votan los muertos”.
  • Mantenimiento una clientela local y/o nacional: En las localidades, solían tener casinos y algunos círculos o sociedades. Es muy interesante el papel de la prensa de partido, a través de la cual el cacique se relaciona con su partido.
  • Se representaban y mantenían a sí mismos: Desde la década de 1890 el electorado exige rentabilizar la relación caciquil. El cacique nacional tenía sus peones, optimizando cada vez más los resultados. El voto se daba a cambio de algo, a veces es el interés particular de un pueblo. Ni siquiera los sectores oligárquicos, burguesía y mundo de los negocios, estaban bien representados. Es un sistema de particularismos. El proletariado está completamente excluido. En cambio, el campesinado no, porque el medio rural sí es útil.
  • Eran como órganos del Estado que se financiaban con el presupuesto parlamentario. Carecían de ideología por lo que apenas había diferencia ideológica entre los dos partidos dinásticos.

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