Revoluciones Liberales (1820, 1830, 1848)
El intento de la Restauración de dividir los logros de la Revolución Francesa se vio contestado con una serie de oleadas revolucionarias, motivadas por doctrinas liberales y nacionalistas.
Situación en Europa tras el Congreso de Viena
- Imperio Austríaco: Mantiene el régimen absolutista, persigue la ideología liberal y tiene problemas de nacionalismo.
- Francia: El sistema de «Carta Otorgada» con Luis XVIII representa una solución de compromiso entre el Antiguo Régimen y los logros revolucionarios. El rey mantiene sus poderes, pero voluntariamente otorga una carta a modo de constitución.
Revoluciones de 1820
Se caracterizan por:
- Nuevas formas de lucha: la clandestinidad, sociedades secretas dedicadas a la conspiración y formadas por nobles, intelectuales, burgueses y oficiales del ejército.
- Actuación principalmente militar.
Estas revoluciones están causadas fundamentalmente por ideas liberales o nacionalistas.
- España: Tiene lugar el pronunciamiento de Riego y el Trienio Liberal (1820-1823).
- Portugal: Se establece una Asamblea Provisional con Juan VI.
- Estados Pontificios: Hay una agitación liberal.
- Nápoles: Se desarrollan las sociedades secretas (carbonarios).
- Piamonte: Los antiabsolutistas se rebelan.
Consecuencias:
- Fracaso generalizado por la intervención de las fuerzas de la Restauración, a excepción de las colonias americanas por su situación extraeuropea, el interés británico y el caso griego por el apoyo de los románticos.
Revoluciones de 1830
Son revoluciones burguesas, donde se lucha por implantar regímenes liberales y por cuestiones nacionalistas. Se produce un efecto dominó y, tras el estallido en Francia, se van extendiendo según llegan las noticias del triunfo inicial.
- Francia: Tras la muerte de Luis XVIII, el nuevo rey Carlos X suprime el sistema de la Carta Otorgada. Esto, unido a la crisis agraria que había desde 1825, hace estallar la revuelta en París en julio. Carlos X es obligado a exiliarse y se coloca en el trono a Luis Felipe de Orleans («Orleanismo»), que instaura una monarquía parlamentaria, acorde con los intereses de la alta burguesía.
- Bélgica: El Congreso de Viena en 1814 había creado el Reino de los Países Bajos, uniendo Holanda y Bélgica. Aunque el sistema de monarquía parlamentaria establecido es de tipo liberal, no puede acabar con los sentimientos nacionalistas en el sur (Bélgica), por lo que estalla una revuelta de tipo independentista en agosto de 1830. La revolución triunfa por coincidir con problemas internos dentro de Austria, Prusia y Rusia.
- Polonia: Tras el Congreso de Viena, quedó bajo dominio ruso, aunque con un estatus especial con una carta otorgada. El fuerte sentimiento nacionalista hace estallar la revolución, que fracasa por la rápida intervención rusa y la falta de apoyo internacional.
- Focos menores: Se dieron en áreas alemanas, en las que hubo levantamientos en estados pequeños (Hassel-Casel, Hanover y Sajonia). También se dieron en áreas italianas (Módena, Parma y Estados Pontificios), sofocados por el ejército austriaco.
Revoluciones de 1848
Están relacionadas con las de 1830, pero sus causas son diferentes.
- Francia: Una crisis financiera en 1847 hace surgir corrientes republicanas, que avivan la revolución en febrero de 1848. Se obliga a abdicar a Luis Felipe de Orleans. Se convocan elecciones con sufragio universal masculino, en el que el censo pasa de 200.000 a 9 millones. Se tomaron medidas como la reducción de la jornada laboral a 10 horas y la creación de los talleres nacionales.
- Reformismo electoral en Gran Bretaña: En Gran Bretaña, el sistema parlamentario era liberal. La Cámara de los Lores era elegida por la reina, y la Cámara de los Comunes, por sufragio censitario. Durante el siglo XIX, las reformas van encaminadas a ir aumentando el censo, es decir, que el derecho a voto se extiende a más población. En 1867, se amplió el derecho a todos los padres de familia que estuvieran empadronados en una vivienda, incluyéndose así habitantes en la ciudad y obreros cualificados. En 1884-1885, se amplió el derecho a voto a los campesinos.
- La cuestión irlandesa: Dentro de los movimientos nacionalistas, a Gran Bretaña le toca intentar resolver la cuestión irlandesa. Irlanda era parte del Reino Unido. Desde el siglo XVII, durante la Revolución Industrial, quedó excluida de la bonanza económica y sufrió un retraso económico. Se caracterizaba por tener una población campesina y católica. Las malas condiciones y la crisis de subsistencia hicieron emigrar a más de la mitad de la población a los Estados Unidos. Surgen movimientos políticos nacionalistas que piden la presencia de irlandeses en el Parlamento, su autonomía e incluso la independencia. El más importante fue la «Sociedad Femenina», que realizó importantes actos de lucha y sabotaje a los intereses británicos, financiados por los emigrantes de Estados Unidos.
Unificaciones de Italia y Alemania
Es un proceso histórico que va en paralelo y que está relacionado con el auge del nacionalismo, propio del siglo XIX, y de las ideas liberales. Van en paralelo por tener países en común.
Situación previa
Italia y Alemania son dos territorios fragmentados en pequeños estados independientes desde la Edad Media. Tienen en común la lengua, la cultura y cierta conciencia de pertenecer a una misma entidad nacional.
El caso italiano
La unificación se hace partiendo del estado de Piamonte, que tenía una monarquía constitucional desde 1848. El personaje más importante será Cavour, primer ministro del gobierno piamontés.
Fases
- Alianza franco-piamontesa (1859): Piamonte y Francia pactan una intervención contra Austria. Por esta alianza, Piamonte cede a Francia, Niza y Saboya, y consigue la Lombardía.
- Plebiscitos (1860): Los estados dominados antes por Austria se anexionan a Piamonte; se unen Parma, Módena y Toscana. También el Reino de Nápoles y las Dos Sicilias.
- Guerra Austro-Prusiana (1866): Italia espera los acontecimientos internacionales para culminar su unificación. Italia obtiene el Véneto.
- Guerra Franco-Prusiana (1870): Napoleón III se ha comprometido a la defensa del papa y sus territorios. Se anexionan los Estados Pontificios.
Alemania
Fases
- Coalición austro-prusiana (1864): Contra Dinamarca, para ocupar militarmente los ducados de Schlewig y Holstein, que eran daneses, pero con alta población alemana. Los ducados pasan a ser administrados conjuntamente por Austria y Prusia.
- Guerra Austro-Prusiana (1866): Prusia quiere seguir la unificación, pero excluyendo de ella a Austria (teoría de la «Pequeña Alemania»), por lo que el enfrentamiento es inevitable. Con ayuda de Italia, se enfrentan con el pretexto de la política austriaca en los ducados daneses. Derrota austriaca en Sadowa. Se anexionan a Prusia los ducados de Holstein y Schewig, Hanover y territorios que separaban a Prusia.
- Guerra Franco-Prusiana (1870): Napoleón III recela del proceso de unificación, ya que había territorios franceses que eran germanoparlantes (Alsacia y Lorena). Bismarck fuerza la guerra con Francia y derrota al ejército francés en Sedán. Tras esta victoria, se consuma la unificación y el rey de Prusia, Guillermo I, es proclamado káiser (emperador) del II Reich.
Consecuencias de las unificaciones
- Con la creación de los nuevos estados, cambia el mapa político de Europa y deja cuestiones abiertas para el futuro.
- Se confirma el carácter militar y autoritario del nuevo Imperio alemán, y el resentimiento contra Francia.
- Italia no da por concluida su unificación al quedar varias tierras irredentas.
- Conduce a las relaciones internacionales tensas antes de la Primera Guerra Mundial.