Santo Tomás de Aquino: Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios en la Filosofía Escolástica


Contexto Histórico de Santo Tomás de Aquino

Tomás de Aquino (1225-1274) es el principal filósofo de la Escolástica durante el surgimiento de las primeras universidades del mundo. Nació en el Castillo de Roccasecca (cerca de Nápoles), hijo del Conde de Aquino. Ingresó en la Orden de Santo Domingo (una orden mendicante que surgió en el siglo XIII, en mitad de los conflictos entre la Iglesia y el Estado, y las expediciones de las Cruzadas hacia Tierra Santa). Estudió en Nápoles, París y Colonia, donde su maestro, San Alberto Magno, le introduciría en el aristotelismo. Consiguió ser «Maestro de Teología» en París y enseñó también en la Corte Pontificia. Dirigiéndose al Concilio de Lyon, murió en el Monasterio de Fossanova. Por su vida dedicada a sus obras, será el mayor impulsor de la filosofía cristiana.

Obras más importantes: Suma contra los Gentiles y la Suma Teológica.

La Filosofía Cristiana y su Desarrollo

La filosofía cristiana surge de la integración de la fe con la razón, influenciada por Filón de Alejandría, quien interpretó las Escrituras desde el platonismo. Su enfoque inspiró a los Padres de la Iglesia, como San Agustín, quien destacó que la fe guía a la razón en la búsqueda de verdades divinas. Con la oficialización del cristianismo en el Imperio Romano, esta filosofía se consolidó, adoptando elementos griegos como el acto y la potencia aristotélicos en Santo Tomás. Así, se estableció un sistema filosófico que une revelación y pensamiento racional.

Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios

Santo Tomás de Aquino propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios, todas basadas en observaciones empíricas y el principio de causalidad:

  1. Movimiento: Todo lo que se mueve es movido por otro, lo que lleva a un primer motor inmóvil (Dios).
  2. Causas eficientes: Existe una cadena de causas que requiere una causa primera incausada (Dios).
  3. Contingencia: Los seres contingentes (que pueden existir o no) implican la existencia de un ser necesario por sí mismo (Dios).
  4. Grados de perfección: La existencia de perfecciones relativas en el mundo (bondad, verdad, nobleza) apunta a un ser absolutamente perfecto que es la causa de toda perfección (Dios).
  5. Finalidad (o Gobierno del Mundo): El orden y la finalidad observados en la naturaleza, incluso en seres sin conocimiento, sugieren una inteligencia ordenadora que dirige todas las cosas a su fin (Dios).

En la Suma Teológica, Aquino responde a objeciones argumentando que la existencia de Dios es demostrable por la razón natural como preámbulo a la fe. Aunque no podemos conocer plenamente a Dios en su esencia, sus efectos en el mundo permiten inferir racionalmente su existencia.

Precedentes y Tipos de Demostración

Precedentes en la Demostración de la Existencia de Dios

  • Platón y Aristóteles: Platón propuso la “Forma del Bien” y Aristóteles el “Motor Inmóvil”, conceptos que influyeron significativamente en las cinco vías de Santo Tomás.
  • San Anselmo: En su famoso argumento ontológico, definió a Dios como “aquello más grande que lo cual nada puede pensarse”, concluyendo que tal ser debe existir necesariamente en la realidad, ya que la existencia real es superior a la mera existencia mental.
  • Santo Tomás: A diferencia del argumento a priori de San Anselmo, Santo Tomás desarrolló sus cinco vías a posteriori, basadas en la observación de los efectos (movimiento, causalidad, contingencia, perfección, finalidad) para llegar a Dios como causa, adaptando ideas aristotélicas.

Tipos de Demostraciones según Tomás de Aquino

Tomás de Aquino distingue dos tipos principales de demostraciones al abordar la existencia de Dios:

  1. Demostración a priori (propter quid): Parte de la causa y desciende al efecto. Es típica de ciencias teóricas como la metafísica cuando se conocen las esencias. Sin embargo, Aquino considera que este método no es adecuado para demostrar la existencia de Dios partiendo de su esencia, ya que esta no nos es conocida directamente.
  2. Demostración a posteriori (quia): Parte del efecto y asciende a la causa. Este enfoque, basado en la observación del mundo sensible, es el único válido según Aquino para probar racionalmente la existencia de Dios. Sus “cinco vías” son ejemplos de este tipo de demostración, ya que parten de fenómenos observables (efectos) como el movimiento o la causalidad para concluir la existencia de Dios (causa).

La Suma Teológica: Razón y Doctrina Cristiana

La Suma Teológica comprende la presentación racional de la totalidad de la doctrina cristiana. Trata sobre la definición y las propiedades de Dios, sobre las virtudes y la moral, la mediación de Cristo y otros preceptos cristianos. En ella, Santo Tomás busca resolver las principales cuestiones teológicas y filosóficas que se discutieron en el contexto del surgimiento de la Escolástica y el renacer del aristotelismo (influido, entre otros, por las traducciones y comentarios del filósofo andalusí Averroes).

Análisis de Argumentos Específicos en la Suma Teológica

Análisis A: Objeciones sobre la Existencia de Dios (Suma Teológica, I, q. 2, art. 2)

Este artículo de la segunda cuestión de la Suma Teológica presenta distintas objeciones y respuestas sobre si la existencia de Dios es evidente. En la primera objeción, se plantea una aparente contradicción: si Dios es el Bien infinito, no debería existir el mal. Sin embargo, el mal existe; por lo tanto, Dios no existiría. Para la respuesta a esta objeción, Santo Tomás recurre a citar una obra de Agustín de Hipona, el Enchiridion. San Agustín es considerado uno de los Padres de la Iglesia Católica; mediante elementos platónicos dio forma a muchas de las justificaciones de los preceptos del cristianismo e inspiró a muchos autores de la Escolástica del siglo XIII. El Enchiridion, concretamente, trata sobre fe, esperanza y caridad, y contiene argumentos en defensa del cristianismo. Santo Tomás cita a Agustín para argumentar que Dios, en su omnipotencia y suma bondad, permite el mal solo para obtener un bien mayor de él.

Por otro lado, la segunda objeción se resume en que todo fenómeno puede explicarse por causas naturales (principios intrínsecos) o por la voluntad humana (razón), sin necesidad de recurrir a Dios. La respuesta a esta objeción se apoya en las cinco vías (aunque aquí se enfoca en la necesidad de una causa superior): las causas naturales y las intenciones humanas, al ser contingentes y ordenadas, deben ser en última instancia causadas y dirigidas por una causa primera y necesaria, que es Dios. Santo Tomás subraya que la naturaleza actúa con un fin, lo cual requiere una inteligencia ordenadora superior, y que la razón humana también es creada y dependiente. Dentro de la filosofía cristiana se busca una conciliación entre la fe y la razón; por ello, los escritos bíblicos (como el libro del Éxodo, citado en el artículo 3) se consideran fuentes de verdad compatibles con la indagación racional.

Análisis B: Las Dos Primeras Vías (Suma Teológica, I, q. 2, art. 3)

En este fragmento, correspondiente al tercer artículo de la segunda cuestión («¿Existe o no existe Dios?»), se nos presentan las dos primeras de las cinco vías. La primera vía es el argumento del motor inmóvil, un famoso argumento tomado del Libro XII de la Metafísica de Aristóteles (a quien Santo Tomás menciona frecuentemente como “el Filósofo”). El argumento consiste en que, empíricamente, observamos que todo lo que se mueve es movido por otro. Esta cadena no puede proceder al infinito, por lo que debe haber un primer motor que sea causa de todo el movimiento y, a su vez, no sea movido por nada. Para este argumento, se utiliza el sistema de acto y potencia de Aristóteles. La diferencia reside en que el acto consiste en lo que se es actualmente y la potencia en lo que se puede llegar a ser. Santo Tomás pone el ejemplo del calor y la leña: “El fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto”. Añade que “lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío”. Es por esto que el motor inmóvil se describe como «acto puro», sin mezcla de potencia.

Por otra parte, la segunda vía se basa en la causa eficiente. Observamos en el mundo sensible un orden de causas eficientes. Nada puede ser causa eficiente de sí mismo, pues tendría que ser anterior a sí mismo, lo cual es imposible. Tampoco es posible proceder al infinito en la serie de causas eficientes. Si no hubiera una primera causa eficiente, no habría causas intermedias ni efecto último. Por lo tanto, es necesario admitir una primera causa eficiente, a la que todos llaman Dios. Es posible que Santo Tomás esté implicando una causa primera también debido a la estructura cronológica de las Escrituras (Génesis y Apocalipsis), donde se muestra un inicio y un fin, reflejando la armonía entre razón y fe característica de la Escolástica.

Análisis C: La Tercera Vía (Suma Teológica, I, q. 2, art. 3)

El artículo 3 de la segunda cuestión de la Suma Teológica se escribe bajo el precepto de armonizar la razón y la fe cristiana, propio de la filosofía escolástica. Con el fin de obtener un conocimiento más completo, se buscan argumentos racionales para la existencia de Dios, como las cinco vías. Este fragmento se centra en la tercera vía, la de la contingencia y necesidad. Antes, cabe recordar que estas vías, especialmente la primera, se inspiran en el argumento del Motor Inmóvil de Aristóteles (Metafísica, Libro XII). El argumento del motor inmóvil (primera vía) postula que, dado que todo lo que se mueve es movido por otro, debe existir un primer motor inmóvil, identificado por Aristóteles con la divinidad.

Si analizamos la tercera vía, vemos una estructura argumentativa similar. Observamos en la naturaleza seres contingentes: pueden existir o no existir (nacen y perecen). Si todo fuera contingente, habría habido un tiempo en que nada existió, y por tanto, nada podría haber empezado a existir, lo cual es evidentemente falso. Por lo tanto, no todo es contingente; debe existir algún ser necesario. Ahora bien, todo ser necesario tiene la causa de su necesidad ya sea en otro ser o en sí mismo. No es posible proceder al infinito en una serie de seres necesarios que reciben su necesidad de otro (similar al argumento de la segunda vía sobre las causas eficientes). Por lo tanto, debe existir un ser que sea necesario por sí mismo, no teniendo causa de su necesidad fuera de sí, sino que es causa de la necesidad de los demás. A este ser necesario por sí mismo lo llamamos Dios.

Análisis D: La Cuarta y Quinta Vías (Suma Teológica, I, q. 2, art. 3)

El artículo 3 de la segunda cuestión también presenta la cuarta y quinta vías, buscando siempre la concordancia entre razón y fe. En este fragmento se exponen estas dos últimas vías. Es notable la influencia de Aristóteles en Santo Tomás, ya que en ambas vías hay referencias a la perfección y la finalidad (teleología). Para Aristóteles, todos los seres tienden a un fin, que es su propia perfección o el Bien; para Santo Tomás, este fin último y fuente de toda perfección es Dios.

La cuarta vía se basa en los grados de perfección. Encontramos en las cosas grados de ser, de bondad, de verdad, de nobleza, etc. Hay cosas que son más o menos buenas, verdaderas o nobles. Pero “más” y “menos” se dicen de diversas cosas según se aproximan en diversa medida a algo que es lo máximo en ese género (por ejemplo, lo máximamente caliente es causa de todo lo caliente). Por tanto, debe haber algo que sea la causa de todas las perfecciones que se encuentran en los seres: algo que sea máximamente verdadero, máximamente bueno, máximamente noble y, por consiguiente, máximamente ser. A esto lo llamamos Dios. Cabe destacar que Santo Tomás se apoya en argumentos presentes en la Metafísica de Aristóteles (por ejemplo, Libro II, cap. 1), donde se discute la existencia de principios supremos.

La quinta vía parte de la finalidad o el gobierno del mundo. Vemos que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se demuestra por el hecho de que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que es mejor. Esto indica que no obran por casualidad, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no es dirigido por alguien que conozca y entienda, a la manera como la flecha es dirigida por el arquero. Luego existe un ser inteligente por el cual todas las cosas naturales se ordenan a su fin. A este ser lo llamamos Dios.

Preguntas Frecuentes sobre los Argumentos de Santo Tomás

¿Por qué menciona Santo Tomás el libro del Éxodo?

Santo Tomás lo menciona (específicamente Éxodo 3:14, «Yo soy el que soy») en el contexto de la tercera vía (Ser Necesario) como una confirmación revelada de la naturaleza de Dios como el ser subsistente por sí mismo, integrando así la revelación bíblica con la razón filosófica escolástica.

¿A qué se refiere Santo Tomás cuando dice que la potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto?

En la primera vía (Movimiento), explica que algo que está en potencia (capacidad de cambiar o ser algo) solo puede actualizarse (pasar al acto) por la acción de algo que ya está en acto (que ya posee la cualidad o estado hacia el que se dirige el cambio). Todo cambio requiere un agente en acto que lo inicie. La cadena de motores no puede ser infinita, por lo que debe haber un primer motor que es puro acto: Dios.

¿Qué está señalando Santo Tomás cuando dice que no encontramos que algo sea causa eficiente de sí mismo?

En la segunda vía (Causa Eficiente), afirma que es imposible que algo se cause a sí mismo, porque para ser causa tendría que existir antes de ser causado, lo cual es una contradicción. Por lo tanto, toda causa eficiente requiere una causa anterior. Esta cadena causal no puede ser infinita, así que debe existir una causa primera incausada fuera de la cadena natural: Dios.

¿A qué se refiere Tomás de Aquino al decir que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe?

Esto se relaciona con la tercera vía (Contingencia y Necesidad). Todo ser contingente (que puede no existir) necesita una causa para empezar a existir. La existencia no surge de la nada. En última instancia, la existencia de los seres contingentes requiere un ser que exista por sí mismo, cuya existencia no dependa de otro: un ser necesario, que es Dios.

¿Por qué dice Santo Tomás que no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente?

En la tercera vía, distingue entre seres necesarios que tienen la causa de su necesidad en otro y un ser necesario por sí mismo. Argumenta que no puede haber una cadena infinita de seres necesarios dependientes, de la misma manera que no puede haber una cadena infinita de causas eficientes. Debe existir un primer ser necesario cuya necesidad no provenga de otro, sino de su propia naturaleza: Dios.

¿Por qué menciona Santo Tomás el libro de la Metafísica?

Santo Tomás menciona frecuentemente la Metafísica de Aristóteles porque adopta y adapta muchos conceptos clave del filósofo griego para construir sus argumentos filosóficos y teológicos. Conceptos como acto y potencia, sustancia, causalidad (material, formal, eficiente, final) y la noción del Motor Inmóvil son fundamentales para las Cinco Vías y su sistema filosófico en general.

¿A qué se refiere Santo Tomás al hablar de un fin en las cosas sin conocimiento?

En la quinta vía (Finalidad), argumenta que el orden y la regularidad observados en la naturaleza (por ejemplo, las plantas creciendo hacia la luz, los cuerpos siguiendo leyes físicas) indican que incluso los seres que carecen de inteligencia actúan orientados hacia un fin o propósito. Este orden no puede ser fruto del azar, sino que implica la existencia de un agente inteligente (Dios) que dirige todas las cosas hacia sus respectivos fines.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *