Segunda Revolución Industrial y Gran Depresión del Siglo XIX


Segunda Revolución Industrial

En el siglo XIX se produjeron una serie de cambios en la distribución de la renta, en la forma de producir, comerciar e incluso un cambio en la mentalidad de la sociedad, lo que se denominó como Revolución. Estos cambios supusieron un crecimiento económico sobre todo gracias al aumento de recursos productivos para el sector industrial. Tal proceso comenzó en Gran Bretaña, cuando en 1870 ya había desarrollado una buena revolución industrial. Le siguieron algunos países de Europa como Francia, Alemania y Suiza, que imitaron las técnicas británicas para llevar a cabo su revolución en el siglo XIX.

La industrialización y el crecimiento económico provocaron a su vez un crecimiento demográfico puesto que se necesitaba más mano de obra en la producción y la mortalidad se había reducido de manera significativa debido a las mejoras de las condiciones sanitarias y al avance en la investigación biológica en estos lugares modernizados desde el siglo XVIII.

La aparición de empresas, la organización por tareas dentro de ellas y el dominio de un capital fijo dan lugar a una nueva época de comodidad a la que llamaremos “Segunda Revolución Industrial”.

La revolución, dada primeramente en Gran Bretaña y Bélgica, se intentó imitar en el resto de países que querían llegar a su misma situación, pero no llegaron a hacerlo del todo. Las revoluciones siguientes se dieron de forma distinta en el aspecto del crecimiento económico. Pero todas tuvieron algo en común:

  • Una mayor intervención del Estado en la economía y en la organización del país.
  • Desarrollo de la educación básica, científica y tecnológica.
  • Concentración de empresas (monopolios).

La comercialización internacional dio lugar a una ideología basada en el libre cambio. Denominado como el “patrón oro”, fue la libre convertibilidad de los billetes nacionales en oro o al revés.

Gran Depresión

Una serie de desequilibrios entre el crecimiento económico de muchas zonas y la salida a la producción, crearon una depresión que duró desde 1873 hasta 1896 y que marcó el final de una etapa de crecimiento tanto económico como tecnológico.

Una crisis de sobreproducción azotaba a los países industrializados. Además, en mayo de 1873, hay una caída de cotizaciones en bolsa, lo que se conoce como una crisis bursátil que afecta a los países desarrollados sobre todo, aunque los subdesarrollados también se ven afectados al no poder vender sus materias primas. Los precios cayeron de forma prolongada, lo que hizo que muchas mercancías no encontrasen su hueco en el mercado fácilmente. Esto tuvo unas consecuencias:

  • Se produce paro.
  • La comercialización se reduce y las empresas quiebran.
  • Disminuyen las rentas de la tierra.
  • Se detiene la fabricación de ferrocarriles y otros proyectos.

Tras esta sobreproducción, en 1880, los países buscaron respuestas a los desajustes en el sector primario y adaptaciones a las nuevas condiciones de la producción primaria, tales como:

  • Aceleración en el proceso de especialización de la economía en los sectores no agrícolas, para obtener productos primarios a menor coste.
  • Especialización en cultivos y actividades primarias alternativos con una alta elasticidad-renta en la demanda.
  • Establecimiento de tarifas arancelarias y medidas proteccionistas.
  • Limitaciones de la producción y acuerdos nacionales.

Consecuencias de las respuestas en cada país:

  • En Alemania, eran bastante fuertes con respecto a inversión en las técnicas agrícolas, pero esto dificultó sus capacidades en la industria, ya que con el libre cambio hubiese trabajado con salarios reales más bajos.
  • En Francia, la agricultura se hacía difícil pero hubo una estabilidad de crecimiento económico lento gracias al policultivo que aumentó la renta de los agricultores.
  • En España, Italia y Rusia, el proteccionismo les ayudó a mantenerse más firmes en la agricultura, pero aun así, su renta desigual y sus bajos rendimientos entorpecieron su crecimiento industrial.
  • En EEUU, la industria se beneficiaba de las desventajas en la agricultura ya que reservaba su mercado interior.

Aparte del sector primario, también hubo desajustes en la industria tales como los problemas que afectaban a los países pioneros en la industrialización debido a que eran anticuados en los métodos organizativos y tecnológicos, y por otra parte, hubo problemas ocasionados por el proteccionismo y por la comercialización internacional de productos industriales.

En resumen, podríamos considerar que en el siglo XX, el mundo permanecía con una traba en sus posibilidades de desarrollo tecnológico y dotación de factores.

La política económica y el pensamiento llevado a cabo en este siglo, era el liberalismo, compuesto de medidas como la libertad de intercambio de mercancías, es decir, librecambismo, libertad de contratación de bienes y servicios, utilización del “patrón oro” y participación del Estado en los procesos de la sociedad. Pero todas estas medidas no se ajustaban al siglo XX para resolver los problemas existentes en esa fecha.

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