Sexenio Democrático: Auge y Caída del Estado Democrático en España


Introducción

Introducción: El período denominado del Sexenio Democrático Revolucionario representa en la Historia española del siglo XIX el intento fracasado de construcción de un estado democrático, tras el período isabelino en el que quedaron afirmadas las estructuras del liberalismo político y económico. Todo ello en un contexto internacional marcado por la culminación de las unificaciones de Italia y Alemania, la consolidación del movimiento obrero y el reforzamiento del colonialismo propiciado por el desarrollo de la 2º fase de la revolución industrial.

Es un período complejo en el que se suceden los cambios políticos con una rapidez extraordinaria: una revolución, un destronamiento, un régimen provisional, una regencia, una monarquía democrática, un nuevo destronamiento, una república, otro régimen provisional, la restauración de la monarquía destronada en un principio… y, junto a ello, dos guerras civiles y una insurrección en Ultramar. Es, por tanto, un período muy inestable lo que impidió la consolidación del sistema democrático, tal y como pretendían los proyectos políticos que lo intentaron.

La Revolución de 1868: La Gloriosa

0. La revolución de 1868: Tiene su punto de partida en la Revolución de 1868, que comienza en Cádiz protagonizada por el almirante Topete y los generales Prim y Serrano entre otros que, tras extenderse por otras ciudades de Andalucía y del litoral mediterráneo y de derrotar al ejército gubernamental en la batalla del puente de Alcolea, se hicieron con el poder y obligaron a Isabel II a exiliarse a Francia tras renunciar al ejercicio del poder real.

Además de con apoyos políticos, el movimiento contó con el apoyo popular y en todos sitios surgieron Juntas Provinciales Revolucionarias para organizar la situación. La más importante fue la de Madrid que se constituyó en gobierno provisional, disolviendo las juntas revolucionarias y reconduciendo la revolución hacia aspiraciones exclusivamente políticas y no sociales y económicas como pretendía el pueblo que había apoyado la revolución.

Causas de la Revolución

Causas de la revolución:

A. Políticas

A. Políticas: La crisis del sistema político moderado que había mantenido el monopolio del poder en todo el período isabelino y que es tachado de corrupto, viciado, despótico e inmoral por los revolucionarios de negar los derechos políticos a la mayoría de los ciudadanos.

A partir de 1866, los últimos gobiernos de signo moderado desarrollaron una política muy autoritaria y represiva, casi dictatorial, gobernando al margen de la constitución, lo que fue dejando a la Corona sin apoyos sociales.

En agosto de ese año de 1866, la oposición al sistema estableció una plataforma política que unificó sus acciones frente al moderantismo. Se trata del Pacto de Ostende, firmado en dicha ciudad por progresistas y demócratas exiliados, en el que se establecían las mínimas bases revolucionarias. En noviembre de 1868 se adhirieron al pacto los miembros de la Unión Liberal, liderados, tras la muerte de O´Donell, por el general Serrano.

A esto habría que sumar el descrédito personal de la reina Isabel, tachada durante toda su vida de llevar una vida licenciosa y que al final se rodeó en la corte de una camarilla de personajes pintorescos como el padre Claret o Sor Patrocinio.

B. Económicas y Sociales

B: Económicos-sociales: Fue una profunda crisis:

  • Financiera: quiebra de numerosos bancos y empresas, como consecuencia de la ruina de las empresas ferroviarias
  • Industrial: de los textiles catalanes por la subida de precio del algodón
  • Agraria: provocada por la sequía que trajo carestía y hambrunas.

Ante la crisis, el gobierno no supo sino aumentar la presión fiscal sobre el pueblo. La tensión social se hizo muy fuerte, aumentó el paro, el nivel de vida de la clase trabajadora descendió más de lo que ya estaba, y se produjeron algunos hechos violentos.

La revolución de 1868 tuvo para sus contemporáneos unos rasgos tan especiales que fue denominada por los elementos progresistas y democráticos como *La Gloriosa*.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869

1. El gobierno provisional. El gobierno provisional, puso en marcha un programa legislativo claramente democrático y anticlerical que tuvo sus principales logros en materia económica de la mano de Laureano Figuerola. Por otra parte, convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino que redactaron y aprobaron la Constitución de 1869.

La Constitución de 1869

La Constitución de 1869. Se trata de la 1º constitución española que podemos definir como democrática. Prevalecieron las ideas de la mayoría parlamentaria liberal-progresista, quedando marginadas las pretensiones de los que pretendían un cambio social. Sus bases:

  • Proclamación de la soberanía nacional sin paliativos y, por tanto, establecimiento del sufragio universal.
  • Limitación total de las atribuciones del rey tanto en el poder ejecutivo como en el legislativo, en el que no tiene ninguna participación.
  • El poder legislativo queda depositado en las Cortes que se organizan en un sistema bicameral sin limitaciones de elección de sus miembros. El senado será de representación territorial y el Congreso de los Diputados proporcional.
  • El poder judicial está depositado en los tribunales, que además se declaran inviolables y regulan el indulto. Para garantizar la independencia del poder judicial se establecían oposiciones a jueces, lo que acababa con el nombramiento de estos por el gobierno. Se establecía también el juicio por jurados.
  • Larga y pormenorizada declaración de derechos y libertades, entre los que aparecen algunos con cierto carácter social y, los derechos de reunión y asociación, que eran novedades constitucionales. Libertad e inviolabilidad del domicilio y la correspondencia, de circulación, de enseñanza, de industria, de expresión del pensamiento, de reunión, de asociación, etc.
  • Elección por sufragio de los ayuntamientos.
  • Libertad de cultos religiosos, pero con el compromiso del estado de correr con los gastos del culto y clero.

Una vez aprobada la Constitución, Serrano fue nombrado regente y Prim jefe de gobierno y se realizaron elecciones a Cortes, en las que tuvo la mayoría el partido progresista.

El panorama político del nuevo parlamento era: a la derecha se situaban los carlistas y los moderados; en el centro se hallaba la conjunción monárquico-democrática; a la izquierda se situaba el partido republicano federal que contaba con personalidades como Pi I Margal, Figueras y Castelar y eran partidarios de profundas reformas sociales y políticas.

Su primera misión fue la de encontrar un rey para España, una vez descartada la posibilidad de que el trono fuese ocupado por Alfonso, el hijo mayor de Isabel II, pues la dinastía borbónica había sido descalificada en el movimiento revolucionario del 68 y se identificaba con la corrupción y la tendencia al despotismo y de los moderados. Se barajaron hasta 14 candidatos, todos ellos de distintas ciudades europeas, y se fueron descartando progresivamente por diversos factores. Finalmente, se optó por el duque de Aosta, hijo del rey Victor Manuel II de Italia, Amadeo I de Saboya, y que había sido desde el principio el candidato de Prim y de los progresistas. La elección de nuevo rey se produjo por 191 votos a su favor de los 311 diputados, lo que nos indica la debilidad política con que se iniciaba. Además, el inmediato asesinato de Prim, su principal valedor, le privaba de su apoyo más firme.

Mientras tanto los problemas del gobierno provisional se acumulan apareciendo sublevaciones campesinas, revueltas obreras e insurrecciones en Cuba y Puerto Rico, donde se inicia el proceso de emancipación.

El Reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

3. El reinado de Amadeo I de Saboya (enero de 1871-febrero 1873). Viene a significar el fracaso del primer intento de monarquía democrática en España. Apenas duró dos años y se caracterizó por una fuente conflictividad social, por una continua inestabilidad política, como consecuencia de las disensiones cada vez más acusadas en el seno de la coalición de partidos que había participado en la revolución del 68 y por la gravedad de algunos problemas como el inicio de los movimientos independentistas en Cuba, levantamientos internos de carácter federalista y contenido fuertemente social y una nueva sublevación carlista. Jamás logró ser popular y en su contra tuvo cada vez más organizada una oposición. En dos años se sucedieron 6 gobiernos y se convocaron elecciones tres veces. Finalmente renunció al trono y regresó a Italia. Las Cortes, ante esa situación, reunidas en sesión conjuntas, el 11 de febrero de 1873, proclamaron la primera República española por una amplia mayoría de 258 votos a favor y 32 en contra.

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