LA TEORÍA DE LAS IDEAS
El objetivo final de la filosofía de Platón es demostrar que es posible crear un estado justo. Mientras persigue este objetivo, Platón elabora la teoría de las ideas, teoría central del pensamiento platónico, la cual ha tenido mucha influencia a lo largo de los siglos.
El mundo de las ideas
La teoría de las ideas es una teoría sobre la realidad y el conocimiento que influye en todos los campos de pensamiento de Platón, que se explica en diversos diálogos y que el mismo Platón critica en sus últimos años de vida.
Esta teoría pretende explicar qué tipo de cosas existen verdaderamente, porque son como son y cómo podemos conocerlas. Por ejemplo, ¿por qué es justa la acción de un individuo? Platón dice: por qué participa en la idea de justicia. ¿Por qué es circular una moneda? Por qué participa en la idea de circularidad. Por tanto, una cosa es X por qué participa en la idea de X. Las ideas son entidades universales, inmutables y eternas más reales que las cosas particulares. Solo se pueden conocer a través de la razón, no de los sentidos.
El dualismo platónico
Platón es dualista, cree en la existencia de dos mundos.
– El mundo sensible, mundo de la apariencia, formado por cuerpos materiales y sometido a continuos cambios.
– El mundo inteligible5, mundo de las ideas y formas puras. El mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible.
Este dualismo está presente en muchos aspectos de su pensamiento, como en la teoría del conocimiento, la concepción dualista del ser humano (cuerpo y alma)
Y en su teoría de la physis.
Participación e imitación
Las cosas sensibles tienen una relación de participación en las formas correspondientes. Desde el punto de vista de las ideas, estas se manifiestan o están presentes en una gran diversidad de cosas. Las ideas se manifiestan en las cosas de la misma manera que el modelo (persona) se manifiesta en la copia (retrato). La idea de belleza se realiza en muchos objetos: una estatua, un templo, una canción, etc. Además del concepto de participación, Platón utiliza el de imitación. La forma es un modelo ideal que las cosas sensibles imitan o reproducen, a pesar de que nunca pueden igualar su perfección.
¿Cómo es posible que las ideas se manifiesten en las cosas sensibles o que participen en su realidad? Según Platón, las ideas son la razón de ser de las cosas materiales. Es decir, las ideas son las causas finales de las acciones humanas y de los sucesos del mundo natural.
La idea del Bien
En el mundo inteligible está la idea del Bien, la causa final del Universo y fuente de todos los conocimientos. En la República, Platón compara la idea del Bien con el sol. El sol y el mundo visibles son análogos a la idea del Bien y el mundo inteligible: el sol no es simplemente la causa de la visión de las cosas , también es la causa de su existencia (sin el sol no habría vida). Así mismo, la idea del Bien no solo es la causa del conocimiento de las ideas, también es la causa de su ser.
La idea del Bien, llamada también Belleza, es la idea que ilumina el mundo sensible y el mundo de las ideas y representa la razón de ser todo lo que existe. La idea del Bien es la que permite entender porqué las cosas son como son, ya que siempre son de la mejor manera posible. La realidad es buena porque aspira a ser como la idea del Bien.
La idea del Bien no ha creado el Universo, como se le asocia al Dios de las religiones monoteístas. El Bien simplemente le da sentido y una finalidad última. Esto explica por qué influyó en muchos pensadores cristianos.
CONOCIMIENTO Y REMINISCENCIA
El conocimiento verdadero es el conocimiento de las ideas, pero estas no “están” en el mundo sensible, por tanto se plantea el problema de cómo es posible conocerlas. Platón ha tratado esta cuestión en distintos diálogos. En el Menón ilustra, de manera práctica, su teoría epistemológica con el ejemplo de la geometría y el esclavo.
Sócrates consiguió que un esclavo que no sabía nada de geometría resolviese un problema geométrico utilizando el teorema de Pitágoras. Como el esclavo es “ignorante” en matemáticas, ¿Cómo ha podido saber la respuesta?. La explicación de Platón es que, en realidad el esclavo poseía este conocimiento pero de forma inconsciente, las preguntas que Sócrates le hace solo desvelan este conocimiento olvidado.
Por tanto, el alma ha completado sus formas en una existencia anterior a la vida terrenal. Cuando se encarna en un cuerpo mortal las olvida, pero cuando ve los objetos materiales se despierta el recuerdo de aquellas formas ya conocidas. El conocimiento, según Platón, es un recuerdo (reminiscencia6). En este punto, es evidente la influencia de la mística órfico pitagórica. La doctrina de la preexistencia y de la inmortalidad del alma la aprendíó en las comunidades pitagóricas cuando realizó su primer viaje al sur de Italia.
Tipo de conocimiento
La concepción epistemológica de Platón es compleja. Distingue entre dos clases de conocimiento y dos tipos de objetos conocidos.
– El saber o ciencia, que como objeto tiene el mundo inteligible de las ideas. – La creencia o opinión, que como objeto tiene el mundo sensible de los objetos físicos.
El punto principal de esta teoría es que el grado de verdad de un conocimiento es proporcional a la realidad del ser conocido. Así, el ser más perfecto es el ser conocido. Lógicamente, el no ser, no se conoce en absoluto. Pero, Platón considera que entre el ser y el no ser hay otra realidad, el devenir, aquello que es pero nunca es idéntico a sí mismo porque cambia constantemente. Esta otra realidad no es susceptible de verdadero conocimiento, pero si de creencia y de opinión.
La metáfora de la línea
En República, Platón presenta la metáfora de la línea, una comparación que permite “visualizar” su teoría del conocimiento. Los diferentes grados del conocimiento corresponden a los diferentes grados del ser. Cuanto más real es un objeto más exacto y verdadero es el conocimiento que se puede obtener. Una línea imaginaria se divide en dos segmentos desiguales:
– el primero: (más largo) representa el verdadero conocimiento del mundo inteligible. – el segundo (más corto) la opinión sobre el mundo sensible.
Cada segmento se divide en otras dos partes (subsegmentos): – primer sub segmento: hace referencia a las ideas puras. – segundo subsegmento: simboliza los objetos matemáticos.
En el mundo sensible la primera sección representa los cuerpos materiales, y la segunda las sombras o imágenes de estos cuerpos, sus reflejos. La relación que hay entre los originales y sus copias en el mundo sensible es la misma relación que hay entre el mundo inteligible y el mundo sensible, que es una copia de este. Y como las cosas del mundo inteligible son eternas y constantes, las cosas del mundo sensible son sólo objetos de creencia. Cada una de estas partes en que se divide el ser es conocida como una facultad diferente del alma.
Así pues, hay cuatro niveles de conocimiento. – En los niveles inferiores está la conjetura (sombras) y la creencia (objetos físicos). – En el nivel del conocimiento racional está el conocimiento discursivo (objetos matemáticos) y finalmente, la inteligencia (ideas). Este último tipo de conocimiento contempla las ideas y analiza todo el contenido conceptual que contienen, para acabar justificando las hipótesis que se han utilizado como punto de partida.
Para Platón la dialéctica es la ciencia suprema que sólo los filósofos muy entrenados pueden practicar. El conocimiento discursivo o matemático parte de hipótesis, y a partir de ellas extrae las conclusiones posibles. Por otro lado, las matemáticas no se han desprendido completamente del mundo sensible, ya que siguen utilizando símbolos, figuras, etc.
EL MUNDO SENSIBLE
En la obra Timeo, un diálogo del último periodo, platón presenta su concepción del universo. La teoría de las ideas aparece con fuerza, de manera que podemos decir que al final de su trayectoria filosófica, Platón sigue manteniendo plenamente esta doctrina. La auténtica realidad es el mundo inteligible de las formas: el mundo sensible. Este es objeto solamente de los sentidos, por tanto, según Platón, sólo se puede esperar de la cosmología un discurso probable. Como ahora el objeto es variable, su conocimiento también será aproximado “de manera que sobre esto conviene que aceptemos el relato probable y no busquemos más allá”.
Partiendo de estas premisas, Platón se dispone a narrar la historia de la creación del mundo. El universo es el resultado de tres elementos: el artífice, el modelo y la materia eterna. El artífice, llamado demiurgo (artesano) y también Dios, construye el mundo a partir de la materia caótica, de tal manera que intenta plasmar sobre esta el modelo de las ideas perfectas. Este no es exactamente el Dios de las religiones monoteístas, el artífice tiene que amoldarse a las condiciones que impone la materia preexistente. Por eso, el mundo sensible (copia del mundo inteligible) resulta relativamente imperfecto. Según Platón, el artesano más que crear el universo ordena la materia caótica siguiendo el modelo perfecto de las ideas. De aquí viene que solo pueda haber un único mundo , ya que la copia imperfecta, es la mejor posible.
La cosmología platónica, no es tanto el estudio desinteresado del universo. Lo que realmente busca es el perfeccionamiento de las almas humanas, las cuales, cuando estudian el cosmo, se vuelven más ordenadas y más buenas. El enfoque platónico de la cosmología es teológico y finalista. La comprensión de una cosa implica la comprensión de su finalidad, esto es, el objetivo que persigue el artífice divino al crearla. Sin la percepción de esta finalidad, no se puede hablar verdaderamente de conocimiento.
LA CONCEPCIÓN DEL ALMA
La concepción de Platón del alma está íntimamente conectada con su teoría de las ideas. Si tenemos conocimiento de las ideas es porque el alma existíó en una vida preterrenal en las que las pudimos contemplar. El alma es el origen divino, pero por culpa de alguna falta o pecado fue condenada a vivir en un cuerpo mortal, convirtiéndose así en su sepulcro. Con la muerte del cuerpo llega la liberación del alma, siempre que se encuentre lo suficientemente purificada para una vida digna, si no es así, se verá obligada a transmigrar a otro cuerpo, animal o humano.
La inmortalidad del alma
En el diálogo Fedón Platón presenta los últimos momentos de la vida de Sócrates en la prisión acompañado de sus amigos. Su maestro aparece tranquilo y sereno, sin miedo a la muerte. Cuando sus amigos le piden la razón, Sócrates dice que la vida de un filósofo es una permanente preparación para la muerte. Platón afirma que el alma es inmortal, de aquí viene la tranquilidad de Sócrates que muestra en Fedón. En esta obra se exponen algunas “pruebas” de esta inmortalidad.
La partes del alma
Una de las carácterísticas de la psicología platónica es la división de la psyché en tres partes o funciones: la razón, la voluntad y los deseos corporales. La partición del alma en tres partes es el resultado del reconocimiento de conflictos entre fuerzas contrarias que operan en el interior de los individuos. Por ejemplo, ¿qué sucede cuando un individuo que desea beber agua, pero cree que puede encontrarse en mal estado y hacerlo enfermar, y por eso, para su primer impulso? Una fuerza le empuja en un sentido y otra en sentido contrario. Para Platón no es posible que una misma realidad experimente cosas contrarias al mismo tiempo. Así que el alma humana no es simple, sino compleja.
Por tanto, el alma está dividida en tres partes:
– La parte racional: Su función es conocer.
– La parte irascible: Representa la fuerza de voluntad.
– La parte concupiscible: Causa de los deseos corporales.
LA ÉTICA Y LA POLÍTICA DE PLATÓN
Platón no abandonó nunca su vocación política, a pesar de que después de la muerte de Sócrates tomase una dirección diferente, de carácter teórico y académico: formar filósofos justos que pudiesen convertirse en gobernantes justos. Uno de los objetivos fundamentales de la filosofía de Platón fue implantar la justicia tanto en la vida pública como en la vida privada.
Para Platón, la ética y la política son inseparables. No se puede concebir el bien o la felicidad de los individuos, al margen del bien o de la justíCía de la ciudad o de sus leyes.
En la concepción política platónica se puede ver la permanente influencia de la teoría de las ideas. Solo quien haya podido conocer el mundo inteligible de las formas y haya podido contemplar la idea del Bien, y solo quien tenga el saber, podrá aplicarlo al orden político y gobernar con justicia. La ciudad ideal de Platón lo es en un doble sentido: como organización política supuestamente perfecta y como estado, la estructura política del cual deriva de la contemplación de las ideas.
La convicción platónica que no puede existir el bien de un individuo independientemente del bien de la colectividad se pone en manifiesto en República cuando, discutiendo sobre qué es la justíCía, Sócrates dice que es preferible “leerla” allí donde está escrita con trazos grandes, es decir, es más fácil estudiarla en la ciudad que en el individuo.
Las clases sociales
La estructura de la polis es parecida al alma humana. Recordamos que esta está dividida en tres partes o funciones: la racional, la irascible y la concupiscible. Según cual sea la parte que domina en cada individuo este tendrá un talante u otro. Por
Cuando Platón diseña el estado perfecto tiene en cuenta tres tipos de humanos y, por tanto, lo divide en tres clases sociales:
– Los gobernantes o filósofos-reyes: dirigen los asuntos de la ciudad. – Los guardianes: su misión es defender el estado.
– Los artesanos: tienen que producir todo aquello que necesita la polis para su supervivencia.
Cada uno realiza una función para la cual está más preparado y esto da como resultado lo que es más beneficioso para todos los habitantes del estado.
Las virtudes del individuo y de la sociedad
Cada estamento social tiene una función propia dentro del estado de Platón. – La virtud de la justicia aparece cuando cada estamento hace su función. – La sabiduría es la virtud de los gobernantes.
– La carácterística principal de los guardianes tiene que ser el valor. – Finalmente la moderación es la virtud propia los artesanos.
La ciudad sabia es aquella en que los filósofos dirigentes gobiernan sabiamente, buscando lo mejor, no para ellos, sinó para todo el mundo. Si el ejército de sus guardianes se comporta con valor y sin miedo a la muerte en la guerra, la ciudad será valiente. Cuando los gobernados se someten a las decisiones de los gobernadores, la ciudad tiene la virtud de la moderación.
La harmonía entre las clases sociales culmina en la virtud de la justicia social. Un estado es justo cuando los tres estamentos hacen su función. Paralelamente: – La sabiduría es la virtud de la parte racional del alma.
– El valor es la virtud de la parte irascible del alma.
– La moderación es la virtud de la parte concupiscible del alma. La justicia es la virtud que aparece cuando cada parte del alma realiza armónicamente su trabajo.
Las tres funciones básicas de la polis (gobierno, defensa y producción) son realizables para aquellos que pueden realizarlas más bien, aquellos que poseen la mejor preparación y las mejores condiciones innatas para ocuparse. El gobierno no puede recaer en manos de aquellos que no tienen los conocimientos necesarios
para gobernar justamente, que es lo que sucede, según Platón, en los regíMenes democráticos. En cambio, en la polis, fundada por Platón, los más sabios son los que están destinados a gobernar, ya que están en posesión de aquel <conocimiento apropiado para la vigilancia, y que está presente en aquellos gobernantes a los cuales hemos llamado “guardianes perfectos”>
A pesar de que el programa político de Platón puede calificarse de “antidemocrático”, no se tiene que olvidar que su objetivo final no es la felicidad de un grupo reducido de personas, sino la felicidad de todos los ciudadanos del estado. El contenido político de sus libros de República o de los doce libros que forman su última obra, Leyes, es muy rico. La variedad de temas que trata es muy grande, pero destaca particularmente el tema de la educación, sobre todo la de los guardianes y los filósofos-reyes, ya que sobre ellos recae el trabajo de dirigir y defender el estado. Destaca también la idéntica función que, según Platón, hombres y mujeres pueden asumir en el estado a partir de la educación recibida. Platón elabora un plan coherente que incluye medidas de todo tipo, como la utilización de la fuerza o de la censura y el engaño, entre otras. Este programa está al servicio de un único objetivo, la construcción de un estado ideal donde todos pueden ser felices.