Modernismo:
movimiento que hace hacia el 1880 como afirmación de las propias raíces americanas frente al colonialismo y el imperialismo, gracias a la obra de poetas como José Martí o Manuel Gutiérrez Nájera, pero será Rubén Darío quien conformará definitivamente las bases de este movimiento literario basado en el esteticismo y el inconformismo. Se da hasta el 1915. A España llega a principios del Siglo XX y rompe con la tradición más inmediata, la literatura realista, prosaica y positivista. Hallan cosas nuevas en los movimientos literarios franceses Parnasianismo y Simbolismo. Los autores modernistas, se enfrentan a la estética dominante y realizan una profunda renovación literaria que afecta tanto a la forma como al contenido. LITERATURA DE LOS SENTIDOS: pondrán sus ojos en la exterioridad sensible, buscando la perfección formal, la belleza. LA LITERATURA DE LA INTIMIDAD: apuntan hacia la expresión de la intimidad, de los sentimientos del autor.
Pueden ser vitalistas y optimistas, angustiados y melancólicos. Temas recurrentes. LA CRISIS ESPIRITUAL: sensación de soledad, desarraigo de una sociedad que no puede ni quiere comprender al artista. La expresión de estos sentimientos angustiados la realizarán por medio de símbolos como la tarde, el otoño, los parques… Que aluden a la desazón de la existencia. LA EVASIÓN: encontramos tres maneras, el mundo de los sueños que es una evasión temporal hacia mundos pasados más bellos. Evasión espacial, hacia mundos exóticos. COSMOPOLITISMO: se busca la diferencia en los comportamientos aristocráticos alejados de la mediocridad burguesa dominante. París se convertirá en el modelo de ese cosmopolitismo necesario como una gran ciudad de arte y de la bohemia. SENTIMIENTO AMOROSO: vuelve a ser una de las claves de los poetas también en este periodo (la idealización del amor y de la mujer entendido como amor imposible e inalcanzable. Concepción vitalista del amor marcada por la búsqueda del sexo y del placer). BÚSQUEDA DE LAS RAÍCES: se ocuparán de recuperar el pasado precolombino y sus mitos con el fin de autoafirmarse frente a la tradición española. Se expresa un sentimiento de nostalgia por un pasado legendario y se utilizan mitos guerreros como Caupolicán.
Consiguen el goce de los sentidos los poetas utilizan una gama de colores, la sonoridad de las palabras, vocabulario insólito, símbolos y recurren a mitos clásicos como fuente de inspiración. Utilizarán versos antiguos (alejandrino, eneasílabo, dodecasílabo y endecasílabo y octosílabo), importante variación de rima y longitud, abundante uso de esdrújulas, rima consonante y asonante y alternancia de sílabas tónicas y átonas.
Generación del 98. A finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX se producen muchas convulsiones y cambios que hacen que la sociedad española entre en crisis. Pero se trata de una crisis asumida solo por la intelectualidad. A pesar de la actitud común entre los intelectuales y literatos de la época, ha existido siempre la tendencia a separa de modo tajante los movimientos literarios que conviven en el tiempo: Generación del 98 y Modernismo. Es cierto que ambos movimientos presentan diferencias. El problema radia en que dicha diferenciación se llevó a cabo inicialmente con el fin de ensalzar a uno de los movimientos, la Generación del 98, y desprestigiar al otro, el Modernismo. Los noventayochistas ser servían, a la hora de elaborar sus obras, de un estilo sencillo adecuado a cualquier público. Los modernistas utilizaban un estilo Barroco y no era adecuado para todo tipo de públicos, únicamente para una minoría. Carácterísticas comunes: regeneración no sólo ética, sino también estética, se preocupan por temas existenciales de la crisis. El concepto de Generación del 98 es muy controvertido. Fue propuesto por Azorín en 1913 para referirse a un grupo de escritores (José Martínez Ruíz Azorín, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Ramón Valle-Inclán, Miguel de Unamuno y Antonio Machado) con un común espíritu de protesta y un profundo amor al arte. Carácterísticas importantes: tienen una ideología progresiva, al menos en la juventud, se preocupan por los problemas de España, se proponen a renovar el lenguaje literario. Plantean en sus obras soluciones prácticas, activas para ayudar a España a salir de la crisis. Cuando se dan cuenta del atraso del país se dedican a plantear en las obras reflexiones meramente teóricas sobre los males de España mezclando preocupaciones humanas en general y problemas personales que afectan a cada autor. Temas literarios se plantean en forma de dualidades: ABULIA/ACCIÓN: las obras de estos autores están protagonizadas por personajes ficticios, pero conforme los autores se van desengañando sobre la posibilidad de encontrar soluciones prácticas a la crisis, sus personajes protagonistas se vuelven abúlicos. SUEÑO/REALIDAD: presentan conflictos existenciales basados en la apariencia frente a la realidad, es decir, que plantean la cuestión de que si lo que vivimos es verdaderamente real o es un mero sueño (la creencia frente al ateísmo). EL TEMA DE ESPAÑA: amor por la patria, pero acompañado de un inmenso dolor. El afán de conocer y exaltar lo castellano y español. ESTILÍSTICAMENTE: crearán obras más intelectuales en las que muchas veces la ficción sustituye al Realismo, llevadas a cabo con un estilo sencillo y una sintaxis poco compleja. Estilo anti-retórico caracterizado por la sobriedad y la huida de los excesos, aunque con numerosos matices. En poesía emplearían versos cortos y estrofas cerradas.