T-4 LOS ORÍGENES DEL MOVIMIENTO OBRERO (1800- 1914)
1) LAS ALTERNATIVAS SOCIALISTA Y ANARQUISTA
1.1. Los precursores: el socialismo utópico
> La primera generación de socialistas, denominados utópicos, era un grupo de pensadores herederos de la tradición ilustrada y de la corriente radical jacobina de la Revolución francesa. Presentaban teorías y propuestas diversas, pero casi todos coincidían en criticar la propiedad privada de los medios de producción, la explotación de los trabajadores y la concentración de la propiedad y la riqueza.
> Los utópicos se preocuparon por buscar un nuevo modelo social.
Propónían sustituir la propiedad privada por la propiedad colectiva y garantizar la igualdad de derechos básicos y los sistemas políticos democráticos con sufragio universal y soberanía popular.
Algunos pensadores como Francois Babeuf y Louis Auguste Blanquí consideraban que la igualdad social solo podía alcanzarse por medio de una acción revolucionaria y violenta de una minoría. Sin embargo, la mayoría creía en una pacífica transformación social a través de la difusión de la educación, la asociación y la cooperación.
> Entre los más destacados socialistas utópicos se encuentra Charles Fourier, que defendíó la creación de falansterios, agrupaciones comunitarias donde la propiedad sería colectiva y todos sus miembros compartirán las tareas y los beneficios del trabajo.
> Asimismo, Étienne Cabet, en su obra Viaje a Icaria, imaginó un país donde se realizaría el sueño de una sociedad igualitaria. Por último, Robert Owen, un industrial inglés, defendíó la organización de los trabajadores en cooperativas y llevó a la práctica sus ideas, durante un tiempo, en su fábrica textil de New Lanark (Escocia).
1.2. El pensamiento marxista
> En 1848, dos pensadores, Karl Marx y Friedrich Engels publicaron el Manifiesto del Partido Comunista. Fue la primera formulación del marxismo, una corriente socialista que tendría un impacto profundo en el obrerismo y en la cultura mundial.
> El marxismo defendía la necesidad de destruir el orden liberal y el sistema económico capitalista para crear una nueva sociedad más igualitaria. Sin embargo, creía que el fin del capitalismo no se produciría espontánea y voluntariamente, como sosténían los utópicos, sino que tenía que ser el proletariado, organizado políticamente, quien debía establecer, mediante la revolución, un orden social sin clases.
> Marx fundamentó su crítica contra el capitalismo en una extensa obra teórica, y se implicó en las organizaciones y las luchas obreras de su tiempo.
> La teoría marxista se fundamentaba en tres grandes ejes, En primer lugar, en un análisis del pasado entendido como una lucha de clases, es decir, como un antagonismo entre los opresores y los oprimidos, que constituía el motor del desarrollo histórico. Según los marxistas, esta oposición o enfrentamiento caracterizaba cada una de las etapas de la historia: esclavismo, feudalismo y capitalismo.
> En segundo lugar, en la crítica del presente, del capitalismo.
Marx denunciaba la propiedad privada de los medios de producción y la explotación que caracteriza este sistema. Como ejemplo ponía la plusvalía, el valor que genera el trabajo asalariado y del que se apropia el capitalista, constituyendo su verdadera fuente de beneficios.
> En tercer lugar, propónía la necesidad de superar este sistema de explotación y planteaba un proyecto de futuro, la sociedad comunista.
Para ello era necesaria la toma del poder político por los trabajadores que establecerían un periodo transitorio, la dictadura del proletariado, para terminar con la propiedad privada y sustituirla por formas de propiedad socializada. Ello conduciría a la desaparición de las clases y a la constitución de una sociedad igualitaria.
1.3. Las corrientes anarquistas
> El anarquismo, o socialismo libertario, es la otra gran corriente de pensamiento que se enfrentó al liberalismo. No presentaba una doctrina tan homogénea como el marxismo, sino que el término anarquismo agrupó propuestas individuales de distintos ideólogos.
> En la primera mitad del Siglo XIX, el principal inspirador del anarquismo fue el francés Pierre Joseph Proudhon, quien afirmaba que la propiedad era un robo y defendía un sistema social basado en el mutualismo y el cooperativismo. Pretendía por medio de la libre asociación de los individuos, superar el sistema de producción capitalista al margen de las organizaciones políticas y autoridades.
>Posteriormente, el ruso Mijaíl Bakuntn planteó que la revolución y la destrucción del capitalismo estarían protagonizadas por todos los sectores oprimidos (campesinos, artesanos, proletarios) y serían el resultado de la lucha espontánea y libre de las masas contra la opresión. Su objetivo no era conquistar el Estado sino destruirlo.
>En general, todas las corrientes anarquistas critican la sociedad capitalista y propónían un modelo alternativo basado en la ausencia de autoridad. Además se implican en las organizaciones obreras y participaban en huelgas y manifestaciones.
> Los ejes principales de su pensamiento podrían resumirse en: crítica de la propiedad privada y defensa de la propiedad colectiva; oposición a la existencia del Estado, por considerarlo un instrumento de opresión, y su sustitución por formas comunales de libre asociación; apoliticismo y rechazo de los partidos políticos; y defensa de la espontaneidad de las masas, del individualismo y de la acción directa.
2) LAS PRIMERAS ORGANIZACIONES OBRERAS (1830-1875)
2.1. El nacimiento de los sindicatos
> A partir de 1820-1830, los trabajadores comprendieron que el nuevo sistema fabril había llegado para quedarse, y que no mejorarían sus condiciones de vida y de trabajo destruyendo las máquinas (ludismo).
Animados por las nuevas ideas socialistas, fueron creando organizaciones para defender sus derechos y plantear alternativas al capitalismo industrial.
> El primer tipo de organización obrera fueron las sociedades o asociaciones de Socorros Mutuos, en ocasiones clandestinas. Tenían su origen en antiguas formas de protección de los artesanos y ayudaban al trabajador o a su familia en caso de enfermedad, paro, defunción, etc. Organizaron las primeras huelgas gracias al cobro de cuotas a sus miembros, lo que les permitía crear cajas de resistencia.
> Posteriormente, en Gran Bretaña, cuando se derogaron las leyes anti asociativas (1825) empezó a configurarse el sindicalismo contemporáneo.
Los obreros se agruparon en organizaciones de oficios, las Trade Unions, entre las que destaca el Gran Sindicato General de Hiladores (1829), encabezado por John Doherty.
> En 1834, bajo la dirección de Robert Owen, se produjo la uníón de los diversos sindicatos de oficio, y se constituyó la Great Trade Unión, que llegó a tener más de medio millón de trabajadores afiliados.
> En la década de 1840 se expandíó el sindicalismo:
En Francia se creó la Uníón Obrera (1843) y en España el primer sindicato fue la Asociación de Tejedores de Barcelona (1840).
2.2. El cartismo, un proyecto político
> Durante el proceso de las revoluciones liberales, los obreros habían secundado las propuestas de las corrientes radicales, demócratas y republicanas.
Fue en Gran Bretaña donde, por primera vez, el movimiento obrero tomó la iniciativa de organizarse en un proyecto político propio: el cartismo
> Las enormes dificultades legales y la persecución a la que estaban sometidos los dirigentes sindicales de las Trade Unions, les convencíó de la necesidad de participar en política para poder cambiar las leyes y de este modo mejorar las relaciones laborales. En 1836, un grupo de obreros fundó la Working Men’s Association, que publicó la Carta del Pueblo.
En 1842 se transformó en la Asociación Nacional de la Carta, considerada el primer partido político de los trabajadores.
> Los cartistas reclamaban el sufragio universal masculino y secreto; la idéntica división de los distritos electorales (para acabar con el predominio de los distritos rurales)»; un sueldo para los diputados, con el fin de que los trabajadores, y no solo los ricos y rentistas, pudieran ejercer este cargo; e inmunidad parlamentaria para poder exponer sus ideas sin temor a represalias. Presentaron sus demandas a la Cámara de los Comunes y promovieron en su defensa huelgas y manifestaciones. Aunque no consiguieron sus objetivos, el cartismo permitíó la concienciación de amplias capas de trabajadores.
2.3. La Primera Internacional
> A partir de 1850, el número de trabajadores, organizaciones obreras y pensadores socialistas era ya muy importante. La conciencia de formar parte de una misma clase, más allá de los Estados y las fronteras, les llevaría a la constitución de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Fue creada en Londres en 1864 por delegados de asociaciones obreras inglesas y francesas y emigrantes polacos, italianos y alemanes. Posteriormente se incorporaron otros grupos (owenistas, cartistas, etc.) y personalidades involucradas en la lucha social.
> La AIT o Primera Internacional se organizó en secciones nacionales y tenía un Consejo General dirigido por Marx, que redactó los estatutos y el manifiesto inaugural en el que se establecen los principios básicos de la Internacional: la emancipación de los trabajadores debía ser obra de los mismos trabajadores, que conquistarían el poder político para acabar con la sociedad burguesa e implantar el socialismo.
> Los primeros congresos de la organización se celebraron en Ginebra (1866), Lausana (1867) y Bruselas (1868). En ellos se adoptaron acuerdos para impulsar las movilizaciones obreras y se definieron una serie de reivindicaciones:
Reducción de la jornada laboral, supresión del trabajo infantil, desaparición de los ejércitos permanentes, socialización de los medios de producción recurso a la huelga como el medio más eficaz para conseguir estos objetivos.
> A pesar de los acuerdos, existían discrepancias en el seno de la Internacional.
La más importante fue el enfrentamiento entre Marx y Bakunin, es decir, entre las ideas del socialismo marxista y las del anarquismo.
Bakunin acusaba a Marx de controlar la Internacional y de que gran parte de los acuerdos de la AIT reflejaban las posiciones marxistas. Bakunin se opónía a la conquista del Estado y del poder político, propugnaba su abolición y se mostraba hostil a cualquier autoridad política.
> Las delegaciones de los países más industrializados (Gran Bretaña, Alemania) apoyaban las tesis de Marx, y los países más atrasados (España, Italia), con un sector agrícola todavía muy importante, las de Bakunin.
Este enfrentamiento provocó la ruptura de la organización en 1872.