PLANO SIMBÓLICO
Los símbolos constituyen uno de los pilares creadores en la producción dramática de Lorca. Un símbolo es un elemento físico que alude a experiencias psíquicas internas como sentimientos o estados de ánimo.
La luna se relaciona con la muerte.
Podemos observar un significado simbólico en los nombres de los personajes
.
En el caso de Bernarda Alba, su nombre significa con fuerza de oso (Bernarda) y blanca (Alba), que se relaciona con su obsesión por las apariencias durante la obra. Así mismo, los nombres de las hijas ayudan al lector a reconocer sus rasgos carácterísticos:
Angustias, triste y que suscita odio;
Magdalena, con tendencia a llorar;
Martirio, fea y acomplejada; o Adela, de carácter noble.
Con todo esto, a Lorca no le interesa especialmente reflejar la vida de un pueblo, sino ahondar en los conflictos que viven unas mujeres encerradas en una casa durante 8 años. Así pues, La casa de Bernarda Alba es un drama que trata sobre la realidad humana.
Respecto a los objetos más relevantes:
el bastón de Bernarda representa su poder tiránico, ya que lo usa para imponer silencio, hasta que Adela lo rompe y proclama su victoria sobre la autoridad materna;
el abanico de flores y el vestido verde de Adela, frente al negro del luto, son signos de rebeldía; el retrato de Pepe el Romano que tiene Angustias refleja el deseo y la frustración de las hermanas; así como las flores en el pelo y la oveja de Mº Josefa indican su carácter rebelde.
El contraste entre el negro y blanco es muy revelador en los objetos de la obra. El blanco simboliza vida, alegría, amor y libertad; mientras que el negro acentúa odio, tristeza, represión y muerte. Además, la sencillez y sobriedad de los decorados fortalece la sensación de monotonía y enclaustramiento. Destaca la blancura de las paredes como expresión de la pureza, pero estas se van perdiendo a lo largo de la obra.
En cuanto al espacio visible, la casa reafirma la idea de obsesión con las apariencias, la lejanía del mundo exterior y la ausencia de calor en el hogar. Es la casa de la ley y la rebelión, en la que transcurren los tres actos empezando en reposo. La tensión va aumentando hasta terminar en catástrofe.
Simboliza también el espacio cerrado e inhóspito donde las hijas de Bernarda viven recluidas y encerradas. Así pues, en la obra se alude constantemente al espacio exterior ya que es el mundo deseado por las hijas.
Hay dos lugares donde se establece el contacto con el mundo exterior y con el hombre:
el corral, lugar de amor prohibido y de las relaciones eróticas; y la ventana, para el amor permitido.
PLANO POÉTICO
En La casa de Bernarda Alba se combinan la realidad y la poesía. Lorca sitúa la acción en un marco realista y crea la impresión de verosimilitud en los personajes y la situación dramática. Se produce una poetización de la realidad, apreciable en: la exageración en la descripción de los personajes, las metáforas en los diálogos, la estructura de la obra en un doble plano.
No obstante, a lo largo de la obra se va perdiendo este Realismo en beneficio del carácter poético, con dobles sentidos y símbolos. El clima de violencia progresiva es creado por el lenguaje que se va cargando de perturbaciones con frecuentes insultos, aunque también destaca alguna intervención explícitamente poética (letanías de María Josefa).
Cabe destacar la integración del lenguaje poético en el habla de los personajes, de manera que parezca espontáneo y natural, con figuras literarias como: comparaciones, metáforas, hipérboles y paralelismos.
En cuanto al lenguaje de las hijas, es generalmente monótono, excepto Adela que se caracteriza por la fuerza y violencia verbal. Así mismo, se pueden diferenciar las intervenciones secas y cortantes de Bernarda, a través de imperativos para hacer el silencio. En todo momento busca evitar el equívoco, por lo que predomina la función apelativa en sus órdenes y mandatos, así como la función representativa, ya que sus palabras son como citas de un texto. Por otro lado, el lenguaje de Poncia contiene expresiones populares y sentido del humor, al tiempo que está dotado de cierto encanto poético. María Josefa recurre a un lenguaje más infantil, junto a disparates y juegos lingüísticos absurdos.
En definitiva, la obra es un drama poético dedicado al odio y a la represión, en el que todos sus elementos proceden de la realidad.
PLANO SOCIAL
La Casa de Bernarda Alba no es una obra política, a pesar de que Lorca tiene gran conciencia social. El subtítulo de la obra, Drama de mujeres en los pueblos de España, ha originado problemas ya que no intenta representar a todas las mujeres, sino que es la representación poética de la vida anormal de una familia andaluza «al margen». Por ello, la crítica es hacia el abuso de poder y la hipocresía de Bernarda.
Por otra parte, en esta obra se desarrolla un conflicto universal, dentro de los límites de la sociedad del campo andaluz: la lucha entre la ley individual anárquica, manifestada en la sexualidad de Adela, y la ley social, con el autoritarismo y represión de Bernarda. Lorca estudia así el problema moral y humano, critica las dos fuerzas, pero lo que le interesa es el propio conflicto.
Lorca presenta también la marginación de la mujer en la sociedad de su época que, frente a la libertad de los hombres, éstas deben mostrar un comportamiento intachable.