Sociedad y Comunidad
La sociología tiende a diferenciar a la sociedad de la comunidad. Se puede decir que la comunidad es el grupo humano que no se ha constituido reflexivamente, sino que se basa en una unidad previa, de sangre, de cultura, etc. Sus miembros se sienten insertos en la comunidad sin haber tomado previamente una decisión; diríamos que la comunidad les precede con carácter originario.
En cambio, son sociedades las agrupaciones fundadas por decisión libre y voluntaria de los hombres, casi siempre contractualmente, en base a preferencias, deseos, fines particulares, etc.
En el ámbito del derecho, podríamos decir que “derecho social” es el que corresponde a las formas de sociabilidad comunitarias y el “derecho individual” a las que no lo son. Esas formas de sociabilidad comunitaria se llaman por interpretación, y las otras, por independencia. Se trata de maneras de unión o de vínculos sociales.
En la interpretación hallamos tres formas de sociabilidad:
- Masa
- Comunidad
- Comunión (se produce una fusión entre las conciencias)
En la masa la fusión de las conciencias en el nosotros es débil, por ejemplo, la masa de los débiles económicos, de lectores de un mismo diario, de obreros desocupados.
En la comunidad la penetración de las conciencias y conductas es más profunda. Es la forma social más extendida y general.
La comunión marca el grado más alto de intensidad y profundidad dentro de la sociabilidad espontánea por interpretación, se da en las iglesias y en episodios de naufragios, accidentes, etc.
En la interdependencia, hay una relación entre las conciencias, pero no fusión.
- Las de acercamiento, como el caso de la amistad y la simpatía.
- Las de alejamiento, como luchas de clases.
- Mixtas, como el contrato.
Todas ellas pueden ser activas o pasivas, según haya o no una obra común a realizar; hay sociabilidad pasiva entre los que hablan la misma lengua, activa entre los miembros de un sindicato. Las relaciones de acercamiento son perfectamente pasivas, y las de alejamiento activas.
Teorías sobre la Naturaleza de la Sociedad
Individualistas
Parten por lo general de la base de que el hombre es un ser sustancial, quien ha vivido una vida presocial y que entra a vivir en sociedad por un acto racional contractual.
- Hobbes planteaba que la especie humana estaba bajo pena de destruirse y desaparecer y es así que aparece la necesidad de un contrato concluido entre todos los hombres. Se trata de un contrato condicional, esto es, que la lesión de derechos y libertades que hacen los hombres frente a ese Leviatán, está condicionada a que cada uno realice la misma renuncia. La novedad en Hobbes no es el contrato social, sino que los derechos naturales absolutos que los hombres tenían en el estado de naturaleza son traspasados íntegramente y abandonados a favor del estado, su doctrina se configura como una doctrina absolutista.
- Locke, al contrario de Hobbes, dice que ese estado de naturaleza, es un estado de libertad e igualdad perfecta, es un estado de felicidad. Lejos de ser un infierno como el de Hobbes, es un estado paradisíaco donde los hombres estaban bien, y si pasaron al estado de sociedad, es para estar mejor. Distingue un doble contrato: el contrato social, por el cual se constituye la sociedad y el pacto de sujeción por el cual se constituye el cuerpo político. Así, Locke evita el absolutismo de Hobbes y trata de salvaguardar libertades. En el primer contrato intervienen todos los hombres y todos ellos son partes contratantes. En el segundo contrato estamos en presencia de un pacto bilateral en el que son contratantes el gobernante y los gobernados.
- Rousseau, fue quien popularizó la doctrina contractualista. También en él ese estado de naturaleza aparece como un estado de bondad y felicidad. El hombre nació libre, el hombre es bueno y se encuentra hoy encadenado. Es la sociedad quien lo pervierte. Y ese pacto social es complementado con la voluntad general que no es en modo alguno la suma de las voluntades particulares, ni la voluntad de todos, ni siquiera tampoco la del mayor número. La voluntad general es un ente moral, un ente místico, un valor. La voluntad general es la que tiende al bien público, es la que elimina el amor a sí mismo en provecho del amor del grupo.
Colectivistas
A la inversa de las anteriores, las colectivistas ponen el acento en el aspecto social del hombre, en su sola dimensión social. El hombre aparece como un ente social y se llega a la sociedad o estado, que aparece como un todo en el que las personas son solamente partes. Desaparece así la autonomía personal, la dignidad de la persona humana y los llamados derechos necesarios o naturales del hombre.
- Podemos encontrar así el colectivismo de Comte que disuelve al hombre en la sociedad. El estado aparece como una gran máquina y el hombre como un engranaje de ese gran mecanismo.
- También, en el fascismo encontramos al estatismo exagerado, avalado por el amor, también exagerado, a la nación. Es la idolatría de lo nacional. Mussolini pudo resumirlo en tres afirmaciones: “nada contra el estado, nada fuera del estado, todo para el estado”.
- En el nazismo, estamos en presencia de otro colectivismo, pero teñido por la comunidad racial.
Son doctrinas antipersonalistas, que llevan necesariamente a un absolutismo de estado.
Teoría Natural de la Sociedad
Aristóteles, Santo Tomás, la escolástica, teólogos españoles y el pensamiento cristiano ha defendido siempre la doctrina personalista del hombre: la persona es una realidad sustancial, pero es social por naturaleza. El liberalismo puso su acento en lo individual. El colectivismo, en lo social. El primero creyó que la sociedad era una creación contractual, el otro no vio otra realidad que la social. Ambas, tienen algo de verdad.
El hombre es un ser personal, tiene su ser íntimo, tiene su parte espiritual que hace a su dignidad y que obliga al respeto de esa dignidad y consecuencia de ello son los llamados derechos naturales de la persona humana. Pero es también social, es un animal político y social.
Robinson Crusoe es la demostración de la naturaleza social del hombre. Aislado por accidente en una isla deshabitada, sin embargo, subsiste por todo aquello que recogió en la sociedad.
Dentro de la concepción católica la teología viene a dar nuevas razones que corroboran lo que la razón descubre. El hombre ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios. Y Dios no es solo uno sino trino: es el Dios padre y es el Dios hijo y el amor entre ellos es la tercera persona, el Espíritu Santo. Dios es social y el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios.