1. Sociedad y economía en el paleolítico peninsular
El Paleolítico es el periodo más antiguo de la prehistoria, donde se inició el proceso de hominización y se divide en tres etapas: inferior, medio y superior.
- En el Paleolítico inferior encontramos restos de Homo Erectus y Homo Antecessor, cuyos hábitats fueron zonas abiertas, cerca de lagunas o ríos, donde carroñeaban y cazaban. Su tecnología era simple, ya que elaboraban utensilios como hachas de mano y lascas cortantes. Destacan el yacimiento de Atapuerca, Guadix Baza y Ambrona.
- El Paleolítico medio se caracteriza por la presencia de Homo Neanderthalensis (300.000 – 40.000 años). Vivían en hábitats variados (cuevas, abrigos, al aire libre), dominaban el fuego y cazaban grandes animales. Sus herramientas eran complejas y eficaces, con lascas cortantes y puntas de lanza. No se sabe si tenían un mundo simbólico (p. rupestres, ritos, adornos).
- En el Paleolítico superior (40.000 – 10.000 años) encontramos el Homo Sapiens. Aparecen los primeros cambios culturales en la Europa suroccidental. Utilizaban herramientas perfeccionadas, cazaban todo tipo de animales y recolectaban vegetales, aún eran nómadas. Tenían cuevas con arte rupestre y objetos de piedra, hueso o marfil. Destacan cuevas como El Castillo y Altamira, Tito Bustillo y Fuente del trucho.
2. Neolítico en la península ibérica
En el 5000 a. C., en la península ibérica, surgieron las primeras comunidades neolíticas. El neolítico implica un modo de vida que cambia la caza, la pesca y la recolección, por la producción, la domesticación de animales y cultivo agrícola. También elaboran cestas y tejidos y fabrican herramientas con piedra pulimentada y usan la cerámica para almacenar productos y transportarlos, ya que surgirán los primeros intercambios. Hacia el 4000 a. C. surgieron los asentamientos agrícolas. Aparecieron las primeras aldeas agrícolas en la península en torno al 5500 a. C., con la llegada de los colonos a la costa mediterránea. En la península encontramos yacimientos de aldeas como La Draga, Los Cascajos, Cuevas de L’or y la cueva de Chaves. Aparece el arte parietal o rupestre levantino, con escenas cazando o danzando. Además, apareció el arte esquemático, donde simplifican las figuras. Y finalmente surgió el arte macro esquemático. Inventaron también la cerámica cardial, decorada con la concha de un berberecho. En esta época empieza el megalitismo, que eran grandes construcciones de piedra, relacionadas con ritos funerarios o delimitaciones territoriales, esto hecho con menhires, dólmenes y Crómlech. En el neolítico hubo una importante evolución social de ideas e intercambios. El final de este periodo vendrá marcado por la aparición de la metalurgia en cobre.
3. Pueblos Prerromanos
La presencia de fenicios y griegos supuso un cambio radical en la evolución de los pueblos que ocupaban en la península ibérica. La colonización fenicia fue la primera, intensa y tuvo un impacto más profundo y duradero. Se basaban en la búsqueda de materias primas, en especial, metales. Los mercaderes fenicios empezaron en la zona del estrecho de Gibraltar, fundando la colonia de Gadir (Cádiz), también fundaron Malaca (Málaga) con el objetivo de comerciar con otros pueblos. Los fenicios obtenían, plata, estaño, plomo y oro, a cambio de joyas, telas, cerámicas. Impulsaron el cultivo del olivo y la vid, pesca y salazón del pescado. Influyeron mucho en la cultura tartésico, ya que impulsó la minería, técnicas de alfarería y la metalurgia en la Plata. Las colonias fenicias duraron en el sur bajo la influencia del Carthago. La colonización griega fue mucho menos intensa. Fundaron la primera ciudad griega en la península que fue Emporium en el 575 a. C.. Ellos se limitaron a pequeños locales comerciales. La influencia griega fue decisiva en la cultura ibérica, ya que los iberos, con los que intercambiaban y comerciaban. Las ciudades de Rosa y Ampurias acuñaron moneda y exportaron el alfabeto.
4. La Romanización
Apareció en la península en el siglo III a. C., y se divide en tres fases: conquista, antigüedad, romanización.
- La conquista comenzó a finales del siglo III a. C., con la guerra púnica, conquistaron la zona Rivera, después el centro y el oeste, y por último, la lucha contra los cántabros en el 18 a. C.
- La antigüedad tardía del siglo III a. C. hasta la desintegración del imperio a finales del siglo IV d. C. La llegada de Roma supuso la transformación de la economía, el uso de la moneda, el desarrollo de la minería, agroalimentaria, artesanal y comercial. Hubo un proceso de transformación de los habitantes autóctonos, que fueron asumiendo costumbres, organización política, jurídica, religiosa y social, todo esto se llamó romanización. Implantó la organización social romana, con senadores y caballeros, negociantes, propietarios de Villa, trabajadores, libres, campesinos, artesanos y esclavos. Difundieron su religión (politeísta), su cultura y costumbres (guerra, ocio y espectáculos).
- La romanización revitalizó las colonias como Tarraco, Cesaraugusta, Hispalis. Éstas se convirtieron en centro administrativo, jurídico, político y económico. Construyeron teatros, foros, templos, acueductos y baños públicos. Una red de calzadas que comunicaban las ciudades entre sí. Los romanos dejaron importantes elementos como el latín y el derecho romano.
5. Características de la monarquía visigoda
A partir del siglo III, coincidiendo con la crisis del imperio romano, se producen invasiones de pueblos germanos. Los visigodos eran un pueblo de Asia central. Se quedaron en su poder la península tras la caída del imperio romano (476) y la derrota de los francos. La capital del reino visigodo será la ciudad de Toledo. El monarca tenía el poder casi absoluto, era electivo, no hereditario, lo que generaba muchas peleas. El rey gobernaba con ayuda de Officium Paltinum que tenía dos órganos de gestión: Aula regia: funcionarios, aristócratas y clérigos que asesoraban al rey en administración, militares, judiciales. Concilios de Toledo: asambleas de obispos, Rey, nobles, que trataban las leyes y asuntos de gobierno Los monarcas Leovigildo y su hijo Recaredo dominaron, expulsaron y conquistaron. La unión de cultura-religión se consiguió a través de la conversión al catolicismo en el reinado de Recaredo. La iglesia alcanzó gran poder religioso y político. El rey visigodo será jefe de la Iglesia que designa a los obispos y convoca concilios. El rey Recesvinto promovió una ley para ambos pueblos, el fuero juzgo. Las disputas entre nobles acabaron con el reino visigodo muerto el rey Witiza, quisieron pasarle el reinado a su hijo, pero no le dejaron. Los Witizanos pidieron ayuda a los musulmanes. En el 711 un ejército del Norte de África derrota a las tropas de Rodrigo en Guadalete (invasión musulmana de la península).
6. Causas invasión musulmana y su ocupación
Durante el califato del omeya Alwalid se produjo la ola de la expansión territorial del islam, que ya se habían asentado en el norte de África. Al otro lado del Mediterráneo, los visigodos en Hispania iban en decadencia. Había crisis política y debilidad en la monarquía, corrupción, lucha por el trono, malestar social, regresión económica. Esta situación de fragilidad del poder, sumado al descontento de algunos hispanos. Fue aprovechado por el estado islámico, que estaba en plena expansión y se acababa de instalar en África. En el año 711 el ejército berebere musulmán cruzó el estrecho de Gibraltar y se apoderó de Algeciras. Vencieron al rey Rodrigo en el río Barbate, y Tariq siguió avanzando hasta que le entregaron la capital visigoda, Toledo. En el año 712, musa entró con un ejército de árabes por otro frente hasta que se juntaron los dos. Desde Toledo, los dos juntos fueron a por el valle del Ebro. En el 714 cayó Zaragoza y se expandieron hasta el norte. Abdelaziz, hijo de musa, fue nombrado gobernador de Al-Ándalus. En cinco años, los musulmanes conquistaron casi toda la península. Le resultó muy rápido y fácil, sin resistencia, ya que los musulmanes respetaban a los visigodos, les dejaban su religión, y sus bienes a cambio de obedecerles. Ayudaron mucho al desarrollo político, social, económico, cultural. Hispania quedó dentro del imperio islámico llamándose Al-Ándalus y era independiente de Damasco. Solo Cantabria y el Pirineo no pertenecían a los musulmanes.