El Teatro de Federico García Lorca: Una Visión Universal
Federico García Lorca es uno de los dramaturgos más relevantes de la literatura española. Su teatro, de alcance universal, combina texto, interpretación, escenografía y música en un espectáculo total. Elementos como el amor frustrado, personajes femeninos marcados por la tragedia y un fuerte simbolismo son constantes en su obra. Influido por la tragedia griega, el teatro del Siglo de Oro, el modernismo y las vanguardias, Lorca destacó por integrar poesía y dramaturgia, evolucionando desde el modernismo hasta el vanguardismo y culminando en dramas rurales de gran intensidad.
Etapas del Teatro Lorquiano
Etapa Modernista
En sus primeras obras, Lorca sigue una línea modernista. En El maleficio de la mariposa aborda el amor imposible en una comunidad de insectos. Mariana Pineda relata la lucha de una mujer por la libertad, que desemboca en su ejecución. Ambas obras muestran un simbolismo característico y una temática lírica.
Farsas
Lorca escribió obras para marionetas, como Tragedia de don Cristóbal, que retrata el desequilibrio matrimonial.
Teatro Vanguardista
Bajo la influencia del surrealismo, Lorca crea piezas como El público. Estas obras abordan temas como el paso del tiempo y los sueños, utilizando un lenguaje simbólico y una estructura compleja.
Plenitud
En sus últimos años, Lorca escribe sus tragedias más emblemáticas. Bodas de sangre narra una historia de pasión y muerte, mientras que Yerma aborda el drama de una mujer estéril, atrapada en una sociedad opresiva. En La casa de Bernarda Alba, retrata un ambiente opresivo en el que Bernarda impone un luto estricto a sus hijas, desembocando en el suicidio de Adela, la menor. Lorca crea un teatro de gran fuerza dramática.
Modernismo y Generación del 98: Contexto y Características
A finales del siglo XIX, la industrialización y el abandono rural provocaron profundos conflictos sociales en España, agravados por la corrupción y el atraso. Surgieron movimientos como el regeneracionismo, que buscaba reformas para superar esta crisis, mientras la juventud, influenciada por Nietzsche, expresaba una fuerte rebeldía. Los avances tecnológicos también transformaron la vida cotidiana.
En el ámbito cultural, las ciudades se convirtieron en el centro de la vida literaria, caracterizada por una bohemia que desafiaba las normas y se alejaba de los valores burgueses. Surgieron dos corrientes literarias: el modernismo, que se enfocaba en la estética, y la Generación del 98, que abordaba la crítica social. Ambas respondieron a la misma realidad histórica, pero con enfoques distintos.
El Modernismo (1885-1915)
El modernismo buscó renovar la estética literaria, influyendo en el lenguaje poético con inspiración en el parnasianismo y simbolismo franceses, el arte impresionista y la tradición literaria española. Su temática incluía la melancolía, la evasión a mundos exóticos, el cosmopolitismo y un retorno a lo hispánico. Destacó también por su musicalidad métrica y el uso innovador de versos y estrofas. Este movimiento tuvo dos etapas: el modernismo exótico, centrado en la belleza, y el intimista, más subjetivo. Rubén Darío fue su principal representante, seguido en España por autores como Salvador Rueda y Antonio Machado en sus primeras obras.
La Generación del 98
La Generación del 98 nació como reacción a la crisis de 1898 y la pérdida de las últimas colonias españolas. Sus miembros reflexionaron sobre los problemas de España y las inquietudes existenciales, influenciados por regeneracionistas y filósofos como Nietzsche. Su estilo literario fue sobrio y directo, con un enfoque subjetivo en la descripción de paisajes, especialmente de Castilla.
El ensayo fue el género más destacado del grupo, con figuras como Unamuno, Azorín y Maeztu, quienes abordaron temas filosóficos y sociales. En la novela, se centraron en los conflictos internos de los personajes, con obras reflexivas de Unamuno, Baroja y Azorín. En poesía, aunque menos cultivada, destacaron Unamuno, con sus temas existenciales, y Antonio Machado, cuya obra evolucionó del modernismo a la reflexión noventayochista en libros como Campos de Castilla.
El Realismo y el Naturalismo en la Literatura Española
El realismo es una corriente literaria del siglo XIX, nacida en Francia alrededor de 1830, que se centra en la observación objetiva de la vida cotidiana, sin idealizarla, criticando a la sociedad burguesa. Su principal género es la novela, con autores destacados como Stendhal y Balzac.
En España, el realismo se desarrolla en el siglo XIX, en un contexto de inestabilidad política y social. A mediados de siglo, autoras como Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) se acercaron al realismo, que se consolidó en la década de 1870 con influencias como La Celestina.
Tipos de Realismo
- Realismo idealista: Destaca lo agradable.
- Realismo puro: Muestra la realidad tal como es.
- Naturalismo: Se enfoca en lo negativo de la vida.
La novela realista aborda temas sociales y matrimoniales, como La Regenta de Clarín y Fortunata y Jacinta de Galdós, mostrando la realidad psíquica, material y social de los personajes.
Técnicas Narrativas del Realismo
- Narrador omnisciente (a menudo, aunque el enunciado diga ‘ausente’).
- Descripciones detalladas.
- Estilo indirecto libre.
La publicación por entregas fue común en el siglo XIX.
El Naturalismo
El naturalismo, una corriente derivada del realismo fundada por Émile Zola, se enfoca en cómo el ambiente y la herencia determinan el comportamiento humano. En España, destacan autores como Galdós, Pardo Bazán y Clarín.
- Benito Pérez Galdós: Uno de los principales exponentes del realismo en España. Destacan sus Episodios Nacionales y Fortunata y Jacinta. Su estilo realista y la creación de Madrid como escenario urbano lo distinguen.
- Leopoldo Alas, «Clarín»: Autor de La Regenta, presenta personajes atrapados por la hipocresía social. Ana Ozores, la protagonista, es manipulada por dos hombres, lo que la lleva a la destrucción.
- Emilia Pardo Bazán: Vinculada al naturalismo, destaca con Los Pazos de Ulloa, que describe la violencia y miseria de la sociedad rural española.
En poesía y teatro, Ramón de Campoamor destacó con poemas moralizantes y José María de Echegaray, con su teatro, recibió el Premio Nobel en 1904.
Texto Periodístico y Texto Argumentativo: Características y Estructura
Texto Periodístico
El mensaje puede ser informativo o de opinión.
Géneros periodísticos de opinión:
- La editorial: No aparece firmado, tono serio, estilo formal.
- El artículo de opinión: Aparece firmado, estructura libre, modalidad textual expositivo-argumentativa.
El lenguaje periodístico se caracteriza por la claridad, concisión y corrección.
Texto Argumentativo
Estructura:
- Tesis
- Introducción
- Cuerpo argumentativo
- Conclusión
Elementos y recursos:
- Figuras retóricas.
- Conectores.
- Modalidad enunciativa.
- Uso de la primera persona (según el grado de subjetividad).
Objetividad
- Función representativa.
- Modalidad racional.
- Modalidad enunciativa.
- Tercera persona.
- Explicación del contexto.
- Figuras retóricas (con función explicativa).
Subjetividad
- Predominio de la función expresiva y apelativa.
- Modalidades oracionales exclamativas e interrogativas.
- Primera persona.
- Verbos de pensamiento y sentimiento.
- Figuras retóricas y metáforas.
- Diminutivos.
Cohesión
- Repetición.
- Sustitución.
- Elipsis.
- Conectores (además, por tanto, pero).
- Marcadores metadiscursivos (a todo esto, es decir, en todo caso).