Teatro Español en la Primera Mitad del Siglo XX: Innovación y Comercio


El Teatro Español en la Primera Mitad del Siglo XX

El carácter de espectáculo del teatro lo somete a condicionamientos comerciales en mayor medida que a otros géneros literarios. Durante el primer tercio del siglo XX, los únicos locales para teatro eran privados, y los empresarios atendían a los gustos del público, casi exclusivamente aristocrático y burgués. Esto marcó una producción dramática de carácter conservador y escasamente crítico en cuanto a los temas y, en el aspecto técnico, mucho más resistente a las innovaciones que durante esos años se dieron en la narrativa y, muy especialmente, en la poesía.

Por estas razones, al estudiar el teatro de este período, tenemos que hacer una distinción entre el teatro comercial, que triunfaba en los escenarios, y el teatro innovador, más interesante, pero que con frecuencia quedaba sin estrenar y apenas era conocido más que por una minoría.

Teatro Comercial

Dentro del teatro de éxito, hay que distinguir varias tendencias:

  • a) Teatro en verso: Continuación del estilo del siglo XIX, de ideología marcadamente tradicionalista, que exalta los ideales medievales o las gestas del Imperio en un verso sonoro y colorista. Significa la aparición en el teatro de los aspectos más externos del Modernismo. Cultivan esta línea Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.
  • b) Comedia burguesa: Tendrá una larga continuación incluso después de la guerra. Su creador, Jacinto Benavente, fue saludado en sus comienzos como gran renovador por los jóvenes modernistas, que alabaron su pulcritud y elegancia —frente a la retórica hinchada de Echegaray— y su carga crítica. Pero esto último no agradó al público, por lo que Benavente se fue adaptando a un criterio comercial, que le consiguió el primer puesto en la escena durante muchos años. Su teatro presenta conflictos morales en ambientes cotidianos burgueses, con una suave carga crítica y un final siempre en defensa de los valores morales más tradicionales. Como mayores méritos, hay que señalar su ingenio y habilidad en el manejo de los recursos dramáticos y la calidad literaria y fluidez de los diálogos. De sus obras, destaca Los intereses creados, farsa que utiliza los personajes de la Comedia del Arte para realizar una crítica social llena de ironía, que la hace más universal que el resto de su producción. También intentó el drama rural con poca fortuna.
  • c) Teatro cómico: Representado sobre todo por la comedia costumbrista y el sainete. Destacan en estos géneros los hermanos Álvarez Quintero, autores de comedias en las que presentan una Andalucía llena de tópicos alegres; su mayor mérito es haber refinado el humor de este teatro. Carlos Arniches, por su parte, se hizo muy popular con sus sainetes de ambiente madrileño, aunque hoy nos interesa más un subgénero iniciado por él, la “tragedia grotesca”, que funde lo risible y lo conmovedor en unos personajes ridículos, pero que son víctimas del destino o de una sociedad cruel. Su comicidad sigue basada en el chiste verbal, pero estas obras trascienden el costumbrismo y tienen un alcance más universal, al tiempo que presentan mayor profundidad en la observación de costumbres y la actitud crítica. Destaca entre ellas La señorita de Trévelez.

Tentativas Innovadoras

Entre las tentativas innovadoras, cabe citar los intentos de Unamuno y Azorín, interesantes pero poco logrados por su exceso de carga ideológica y desconocimiento de los recursos dramáticos. También algunos autores del 27 hicieron alguna experiencia teatral, como Alberti o Miguel Hernández y, sobre todo, Federico García Lorca.

Federico García Lorca

Lo mismo que su poesía, la producción dramática de Lorca gira en torno al tema del deseo imposible. Todos sus personajes, tanto en las tragedias como en las farsas, encarnan un conflicto entre deseo y realidad, un impulso vital frustrado que puede ser el amor, la maternidad o la libertad. Lo que frustra a los personajes se sitúa a veces en un plano metafísico (Tiempo, Muerte), otras en un plano social: los prejuicios. Formalmente, Lorca parte de un teatro con ciertas afinidades modernistas para ir evolucionando hacia una expresión dramática cada vez más propia y original. (El estudio más pormenorizado de la obra de este autor pertenece a otro tema).

Ramón del Valle-Inclán

Quizás la renovación más radical del teatro en nuestro siglo sea la aportada por Valle-Inclán. Su trayectoria ideológica, del carlismo tradicionalista a posiciones revolucionarias, tiene un paralelo en su evolución estética, que va del Modernismo exquisito y nostálgico a una literatura crítica en los contenidos y de gran novedad formal.

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