Teatro Español Posterior a 1936: Del Exilio a la Experimentación


Teatro Español Posterior a 1936

1. El Teatro del Exilio

El final de la Guerra Civil lleva al exilio a gran parte de la intelectualidad española. Como características generales de este teatro pueden indicarse:

  • Evocación de la España perdida
  • Recuerdo de la Guerra Civil
  • Deseo de recuperar el pasado
  • Nostalgia y secuelas de dolor, angustia, soledad…

Max Aub

Destacan obras como San Juan, El rato de Europa o Cara y cruz. Sus temas principales son la Guerra Civil, los campos de concentración, el nazismo y sus secuelas, el exilio y la guerra fría. Entre sus rasgos destacan su carácter documental, la estética realista y cierto tono épico.

Alejandro Casona

Destaca con obras como La dama del alba o La barca sin pescador. Sus rasgos característicos son el lirismo, el simbolismo, el lenguaje poético, la propensión al melodrama, el conflicto entre realidad y fantasía y el didactismo.

José Ricardo Morales

Destacan sus obras Hay una nube en su futuro y Teatro de libertad. Son características la búsqueda de nuevos cauces expresivos y su interés por los problemas del hombre moderno.

2. Teatro en la España de Posguerra

Teatro de los años 40

El modelo teatral dominante es la comedia burguesa benaventina. Se caracteriza por la cuidada construcción, la dosificación de la intriga y la alternancia de escenas sentimentales y humorísticas. Los temas insisten en asuntos matrimoniales, problemas de celos, infidelidades… Destacan dramaturgos como José López Rubio, Calvo Sotelo, Víctor Ruíz Iriarte…

También son frecuentes las obras humorísticas. Destacan los autores Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela. Éste escribe Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones somos gente honrada que tienen rasgos como la imaginación, el ingenio, la verosimilitud y lo absurdo.

Teatro de los años 50

Se denomina realismo social debido a la intención social y estética realista. Se estrenan piezas de talante crítico en las que los dramaturgos muestran su disconformidad política que se divide en dos corrientes:

  • Aquellos que muestran su crítica mediante alusiones, símbolos, alegorías o guiños al espectador (posibilismo).
  • Aquellos otros que se expresan con libertad a riesgo de toparse con la censura (imposibilismo).
Antonio Buero Vallejo

En su teatro reitera temas como la libertad, la justicia, la verdad… Se distinguen varias etapas en su producción:

  • Una época de teatro existencial.
  • Una época de crítica social más decidida.
  • Un teatro último en el que la preocupación existencial y social se conjuga con el deseo de innovación formal.

En Historia de una escalera muestra la situación de pobreza y falta de salidas de una colectividad atrapada en un mundo miserable y sin futuro.

Las siguientes obras intentan unir el realismo y poesía para mostrar la vida de unos personajes que tienen esperanza para escapar de la triste realidad. Abundan en estas obras los símbolos, elementos míticos, fantasía y misterio.

Un soñador para un pueblo abre otra etapa, en ella la ambientación histórica es un recurso para sortear la censura.

En sus obras de los años 60 como El tragaluz aparece crítica social e innovaciones técnicas. En sus obras posteriores a los 70 como La Fundación, insiste en temas y procedimientos de su teatro anterior donde hay un mayor propósito experimental.

Alfonso Sastre

[Información sobre Alfonso Sastre]

Miguel Mihura

En Melocotón en almíbar resultan frecuentes las concesiones melodramáticas y la suavización de toda crítica.

Son características las situaciones insólitas, el inadecuado uso de los objetos, los coros extraños de personajes, los múltiples efectos sonoros, la ruptura de la lógica, las respuestas absurdas y las hipérboles desesperadas…

Teatro de los años 60

Dentro del teatro comercial, dominan las comedias melodramáticas, de intriga o de humor. Entre los dramaturgos de este tipo destaca Antonio Gala con obras como Los buenos días perdidos o Anillos para una dama. Estas obras se caracterizan por su tono poético, fácil simbología y presentación escénica convencional.

En el teatro realista destacan Sastre, Martín Recuerda o Lauro Olmo. Tiene muchas dificultades debido principalmente a la censura.

El teatro experimental se define por su oposición estética al realista, y conecta con la tradición vanguardista teatral que desde Antonin Artaud consideraba el teatro como un espectáculo en donde el texto literario no es el elemento central de la representación. Adquieren importancia los efectos especiales, el sonido, la luz, el vestuario… Temáticamente hace una denuncia social y política al régimen franquista y a la falta de libertad, la opresión, injusticia… Destacan dramaturgos como Francisco Nieva, José María Bellido o Luis Riaza.

El teatro de Fernando Arrabal es peculiar y sus características son la imaginación, antirrealismo, elementos surrealistas, lenguaje infantil… Destacan sus obras El laberinto y El triciclo. Sus creaciones posteriores se encuadran dentro del teatro pánico, que recoge ingredientes del teatro del absurdo y de las vanguardias históricas.

En los últimos años del franquismo tiene importancia el teatro independiente, al margen del teatro comercial establecido, procuraban romper con su rigidez y llevar el teatro a los más diversos rincones del país.

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