El apoyo de la escuela en el desarrollo del lenguaje en el niño
Una de las preocupaciones actuales de los docentes y de la sociedad en general es el llamado aumento del fracaso escolar. Si bien es cierto que las causas son numerosas y que la solución supera con mucho los objetivos de esta obra, queremos resaltar dos cosas aparentemente simples: la primera es que el fracaso escolar se da estadísticamente más en las clases sociales menos favorecidas, que habitan principalmente en los cinturones industriales de las grandes ciudades y, la segunda, que la recuperación más eficaz es prevenir que no se produzca.A lo largo de su escolarización el niño comunica su nivel a través de su lenguaje y hay múltiples causas que impiden una comunicación eficaz entre docente y alumno. El lenguaje es necesario para la abstracción, la consolidación y la diferenciación del concepto de sí mismo, para ciertos aspectos complejos del funcionamiento del yo, para la autocrítica, la participación del yo, el establecimiento de niveles de aspiración, la asimilación de valores y la identificación con diversos grupos de referencia. El lenguaje escolar, que casi siempre es sinónimo del lenguaje escrito, puede abarcar también el lenguaje que utiliza el maestro cuando imparte contenidos, produciendo el efecto de distanciamiento entre la persona que habla y la que escucha. De forma que las funciones interpersonales o retóricas pasan a segundo plano y son primadas las funciones ideacionales para lograr la capacidad de deducción de inferencias lógicas. Esto favorece el desarrollo cognoscitivo de los niños,¿qué ocurre con los niños menos motivados individual o socialmente, cuando las diferencias entre los valores y cultura de su clase social no coincide con los valores y cultura que la escuela les transmite? Aprendizaje y motivación van estrechamente unidos: la motivación estimula el aprendizaje y éste condiciona a su vez la motivación para otros aprendizajes. La motivación por sí sola no es suficiente, pero sin motivación no existe un verdadero aprendizaje. Como docentes tenemos que saber que el aprendizaje no se concibe como un hecho puramente intelectual.Aprender es modificar positivamente y desarrollar toda la personalidad del individuo. El desarrollo del lenguaje no se realiza con el mismo ritmo en todos los individuos y lo que en algunos casos puede ser considerado como un simple retraso, en otros es el signo precursor de perturbaciones mucho más graves. Una perturbación del lenguaje no suele darse aisladamente, suele ser síntoma de perturbaciones psíquicas u orgánicas complejas.Todo lo que concierne al desarrollo del lenguaje es importante y los maestros deben saber que siempre hay razones para prestarle una atención particular. Potenciando la adquisición por parte del alumno de un código elaborado que le ayude a asimilar su propio mundo, su entorno y la evolución y cultura humana.Como docentes interesados en el desarrollo del lenguaje y su didáctica, y conscientes de su importancia, es necesario analizar cómo el niño comprende, es decir, descodifica la información verbal;
Aunque éste sea uno de los aspectos más difíciles y menos elaborados por la Psicología.Luria (1984) nos dice que este proceso comienza con la percepción del lenguaje externo desplegado, pasa luego a la comprensión del significado general de la enunciación y luego a la comprensión del subtexto de esta alocución. Para la comprensión del sentido de la comunicación verbal no es suficiente contar con un léxico estable y amplio, es decir, comprender el significado de cada palabra, su referencia objetal, su función generalizadora y dominar suficientemente las reglas gramaticales por las cuales estas palabras se unen unas a otras. Esto es imprescindible, pero no suficiente. El proceso fundamental que caracteriza el acto de la comprensión es el intento por descifrar el significado de toda la comunicación, aquello que constituye su sentido interno y que da a la comunicación profundidad. Se sabe que cada palabra presenta un grado de homonimias, es decir, que tiene pluralidad de significados y de sentidos. Para comprender cada alocución es indispensable el acto de elección del significado necesario, adecuado, de la palabra, lo cual se puede hacer gracias al contexto. La primera condición que influye en dicha elección es la frecuencia con que aparece ese significado en la lengua y la segunda condición, y quizá la más determinante, es el contexto verbal.El niño, sólo con el paso de la edad y de su evolución personal, pasará de tener un lenguaje impulsivo a un lenguaje rico y lleno de significados. El docente que quiera comunicarse con el niño tendrá que tener muy presente el nivel de desarrollo y de comprensión verbal del grupo de alumnos a los que se dirige.