En la evolución de la novela de este periodo distinguimos los siguientes momentos:
-En los primeros años del siglo XX la novela que se escribe mayoritariamente en España es continuación del Realismo
y del Naturalismo del siglo XIX. Es una novela que pretende reflejar la realidad de un modo objetivo, presentando un
único punto de vista o perspectiva sobre esa realidad. -Los escritores jóvenes del momento reaccionaron contra este
tipo de novela en dos direcciones:
A) La reacción del Modernismo más esteticista, representada por Rubén Darío con
sus Relatos,
Valle-Inclán con su libro Femeninas o Pío Baroja con Vidas sombrías, donde predominan los valores técnicos y formales.
b) La reacción postmodernista o del 98, marcada por la aparición de cuatro obras fundamentales que suponen un hito renovador en
la narrativa española. Sus títulos son:
Amor y pedagogía de Unamuno, La voluntad de Azorín, Camino de perfección de Baroja y
Sonata de Otoño de Valle-Inclán. Los dos rasgos más característicos que supone esta reacción son, de manera general, el subjetivismo
y el intento de renovar las técnicas narrativas.
-La línea innovadora se continuará con los novelistas de la Generación
del 14 o Novecentismo influidos por la intelectualización de las primeras vanguardias europeas. Todos ellos comparten
con la Generación del 98 la inquietud por el problema de España, aunque rechazan la visión dramática y subjetiva de sus
predecesores, adoptando una postura más equilibrada e intelectual.
Nombres representativos de esta tendencia serían
Ramón Pérez de Ayala con títulos como Troteras y danzaderas o Gabriel Miró, autor de Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.
-Los autores de la Generación del 27 se alejan de la concepción tradicional de “novela”. No pretenden tanto “contar una
historia”, sino proponer al lector un juego de carácter intelectual.
Se puede citar a autores como Francisco Ayala y Rosa Chacel.
-Paralelamente y sobre todo a partir de 1930 se desarrolla un tipo de novela que a veces se ha llamado “novela social de
preguerra”, más preocupada por plantear problemas sociales o políticos que por los problemas de carácter estético.
Entre los escritores de este grupo destaca Ramón J. Sénder con obras como Siete domingos rojos o Viaje a la aldea del crimen.
En lo que respecta a la llamada Generación del 98, Miguel de Unamuno y Pío Baroja son dos de sus autores más representativos.
Los novelistas de la Generación del 98 optan por una narrativa que ya no retrata la realidad, sino que se centra, básicamente
en la exposición de ideas y ambientes desde un punto de vista subjetivo, rechazando las estéticas realista y naturalista.
Entre los temas tratados por estos autores están: la preocupación por España (buscan narrar la historia de los pueblos y de sus gentes)
y el tema existencial (la preocupación por el sentido de la vida, el papel de la religión en la sociedad y en la vida individual, las
dudas sobre la existencia del más allá y los conflictos psicológicos y morales del ser humano).Se abandona el personaje colectivo
del Realismo y el relato pasa a centrarse en un personaje que focaliza toda la acción. Suelen ser antihéroes, marginados sociale
s que luchan por sobrevivir o personajes frustrados que caen en el más hondo pesimismo ante lo absurdo de la propia existencia.
miguel de unamuno nacio en Bilbao en 1864. Estudió Filosofía y Letras en Madrid. obtuvo la catedra de griego
en la Universidad de Salamanca, de la que fue también rector. Entre 1924 y 1930 fue desterrado a Fuerteventura y Francia por oponerse
a la dictadura de Primo de Rivera. Muere en Salamanca en 1936.Unamuno gustó siempre de la polémica. No cejó,
en defensa de sus ideas, de combatir vehementemente todo aquello que le parecía mal. Fue su vida, pues, una
permanente agonía (“lucha” en griego), y él, por lo tanto, un agonista, palabra con la que define a los protagonistas de
sus novelas. De carácter egocéntrico, buscó llamar la atención y pasar por la vida dejando huella. Desde luego lo consiguió, y fue
uno de los personajes más conocidos de la época. En cuanto a su obra,
Unamuno cultivó todos los géneros literarios con
dos temas básicos:
España y el sentido de la vida humana, temas próximos a la filosofía, que acercan sus novelas al género del ensayo.
Centrándonos en la novela, Unamuno, como no podía ser menos, también proyecta sus inquietudes en este género literario
. A la vez que dota a sus obras de una fuerte carga intelectual, busca la renovación de las técnicas narrativas.
Su
primera novela Paz en la guerra (1897) se desarrolla en la guerra carlista. Comienza aquí el ideal unamuniano de explorar
la intrahistoria. Después de Amor y pedagogía (1902) acuña para sus obras el término “nivola”. Bajo esta denominación publica
en 1914 su gran novela Niebla.
En ella, el protagonista, Augusto Pérez, es abandonado en el altar y decide suicidarse no sin antes pedir
opinión al propio autor de la novela, Unamuno, el cual agobiado por la idea de la vida y de la muerte, decide matar a su personaje.
Los diálogos entre Unamuno y Augusto Pérez nos llevarán a reflexionar sobre temas como el poder de Dios, la soledad…
Otras grandes novelas son San Manuel Bueno, mártir (1930), la historia de un sacerdote que no cree pero que hace creer a los
demás, Abel Sánchez (1917) y La Tía Tula (1921).
PÍO BAROJA
Nació en San Sebastián en 1872. Estudió Medicina y se doctoró con una tesis sobre el dolor. Ejerció muy poco como médico, ya
que se traslada a Madrid, donde regenta un negocio familiar y allí frecuenta los ambientes literarios. Pronto lo deja todo por la literatura.
Fue miembro de la Real Academia Española. Muere en Madrid en 1956.Es un inconformista radical, hostil a la sociedad, individualista,
contra toda convención y filiación de cualquier tipo. No cree en Dios, ni en la vida (ingrata y cruel), ni en el amor. Tiene un concepto
muy negativo del hombre (es dañino y cruel) y siente ternura por los más desvalidos En ocasiones presenta un humor ácido como
mecanismo de defensa frente a todo aquello que le desagradaba. Estas ideas explican el hastío vital y desazón existencial de muchos
de sus personajes. En cuanto a su obra, su producción es esencialmente novelística y toda ella está impregnada de ese
pesimismo existencial que le acompañó toda su vida. La temática de sus obras proviene directamente de sus experiencias
personales:
Soledad, amargura, pesimismo o escepticismo religioso y político
Los temas más recurrentes son el reflejo de las
clases más bajas de ciudades como Madrid, la recreación de ambientes y situaciones cotidianas, como si fuera un testigo
presencial o la descripción de paisajes en los que sumerge al protagonista de la novela. En esta vasta producción pueden señalarse
dos etapas, según distingue él mismo en sus memorias. A estas dos épocas, habría que añadir una tercera, la correspondiente a los
últimos lustros de vida del autor.-
Primera etapa
Es la más importante literariamente. Aparecen en ella obras muy significativas:
Camino de perfección(1902), La lucha por la vida (trilogía compuesta por La busca, Mala hierba y Aurora roja, tres obras cuya
acción se sitúa en los suburbios de Madrid) o El árbol de la ciencia (1911). Los protagonistas de estas novelas, que, en muchos rasgos,
son trasuntos biográficos del escritor, se caracterizan por su inadaptación y su enfrentamiento con el mundo.
En esta época escrib
e también algunas novelas de acción y aventuras que preludian sus novelas posteriores, como Zalacaín el aventurero (1907).-
Segunda etapa
publica numerosas novelas que insisten en los modos y técnicas narrativas anteriores. A estos años pertenecen La sensualidad pervertida
(1920) o El cura de Monleón(1936). Pero lo más ambicioso de este período es el intento de Baroja de escribir novela histórica:
Un poco
en la estela de los Episodios nacionales de Galdós, se interesa por la historia española del siglo XIX, a la que dedicó las veintidós novelas que
integran las Memorias de un hombre de acción (1913-1935).-Después de la Guerra Civil, la capacidad creativa de Baroja decae, aunque
ésta es la época en que escribe sus memorias, su obra más importante de este período. Baroja es uno de los novelistas más fecundos
de nuestra literatura y su huella en narradores posteriores ha sido considerable.Dentro de los novelistas de la Generación del 98, otro de los
autores más representativos fue José Martínez Ruiz “Azorín” (1873-1967). Este autor repartió su quehacer literario entre la novela y el ensayo
. Entre sus obras se puede citar La voluntad o Antonio Azorín.
Su estilo se caracteriza por una gran sencillez y claridad expositiva.