Teoría de las Relaciones Internacionales: Tradiciones, Paradigmas y Debates


CONCEPTO RELACIONES INTERNACIONALES

Stanley HOFFMANN, de distinguir entre el pensamiento clásico, que ofrece un sustrato filosófiéo-

normativo para la nueva disciplina, y la moderna teoría de las relaciones

internacionales, entendida como «estudio sistemático de fenómenos observables,

que intenta descubrir las variables principales, explicar el comportamiento y revelar

los tipos carácterísticos de relaciones entre unidades nacionales»l.

El nacimiento pleno de esta teoría sistemática de las relaciones internacionales

se produce a partir de la segunda Guerra Mundial. Si bien el período de entreguerras

constituye un «laboratorio de ideas» de muchas de las teorías que van a alcanzar

su pleno desarrollo en el mundo bipolar. La aproximación realista de Edward

Hallet Carr en The Twenty Years’ Crisis 1919-1939, publicado en 1939, o el funcionalismo

de David Mitrany en A Working Peace System, publicado en 1943, constituyen

sendos precedentes de dos autores muy celebrados durante los años cincuenta,

Hans 1. Morgenthau y Ernst Haas. El primero se distinguíó por poner las

bases del pensamiento realista entre los teóricos americanos de relaciones internacionales,

además de aplicar dicho pensamiento al análisis de la política exterior de

los Estados Unidos2 , y el segundo es el máximo exponente de los estudiosos de la

integración europea a partir del neofuncionalismo

GRANDES TRADICIONES DE PENSAMIENTO

Siguiendo a BULL, las tres tradiciones se basan en una premisa de partida sobre
la naturaleza de las relaciones internacionales y, a partir de la misma, en un conjunto’de
normas de comportamiento internacional17 Vamos a exponer sucesivamente
la tradición hobbesiana, la kantiana y la grociana.
Latradición hobbesiana describe las relaciones internacionales como un estado
de guerra de todos contra todoSI8
Nos encontramos así frente a una situación pura
de conflicto entre estados o, en términos de teoría de juegos, un juego de suma cero.
De tal manera que los intereses de un estado son excluyentes respecto de los de
cualquier otro estado. En esta tradición, la actividad internacional más carácterística
es la guerra. La paz, por su parte, no es más que un período de recuperación
entre; guerras.
En términos prescriptivos, la tradición hobbesiana ve el comportamiento internacional
del estado libre de toda restricción legal o moral, dictado exclusivamente
por sus propios objetivos. Las ideas de moralidad o de legalidad son ajenas al ámbito
internacional, a diferencia de la sociedad interna, a no ser que se trate de la
propia moral del estado. Tanto la idea de vacío moral (Maquiavelo) como la de moral
de estado (Hegel) tienen cabida en esta tradición. El único principio que rige en
la conducta internacional del mundo hobbesiano es la prudencia, el cálculo a la hora
de emprender las acciones. Así, los acuerdos se respetan tan sólo si ello forma parte
del propio interés en un momento dado.
La tradición kantiana se sitúa en el extremo opuesto de la anteriorl9 Según ‘¡os
kantianos las relaciones internacionales se definen a partir de los lazos sociales
transnacionales que unen a los individuos de nacionalidades diferentes. En esta tradición
el estado pierde relevancia en favor dél individuo, cuyas relaciones en el
marco de una potencial comunidad humana han de borrar el sistema de estados. Se
parte de la idea de que en la comunidad humana los intereses de todos los hombres
son idénticos. De ahí que las relaciones internacionales sean de carácter cooperativo
puro. Los conflictos de intereses surgen entre los grupos gobernantes de los estados,
pero no a nivel de los pueblos (proletariado en la versión marxista). La actividad
internacional que mejor tipifica el mundo kantiano es el conflicto ideológico

que pasa a través de las fronteras y divide la sociedad humana en campos (bloques)
cuasi religiosos: los creyentes y los heréticos, los liberadores y los opresores.
A diferencia del hobbesiano, el kantiano cree que la conducta internacional está
dictada por imperativos morales. Ahora bien, dichos imperativos no persiguen la
cooperación entre los estados sino la desaparición del sistema de estados y su sustitución
por una sociedad cosmopolita. Así, las reglas de coexistencia entre los estados
quedan relegadas ante los objetivos morales del kantiano, que dividen el
mundo entre elegidos y condenados, entre oprimidos y opresores. Por tanto, cuestiones
tales como la soberanía o la independencia no se plantean.
La tradición grociana se sitúa entre las dos anteriores, al describir las relaciones
internacionales como una sociedad de estados o sociedad internacionapo. En
esta tradición, el conflicto entre estados es de carácter limitado en base a la existencia
de reglas y de instituciones. Aquí eljuego entre estados es de tipo distributivo
y parcialmente productivo, ya que se descarta tanto la idea del conflicto permanente
como la identidad completa de intereses. La actividad internacional que
mejor tipifica el mundo grociano es el comercio o, de modo más general, las relaciones
económicas y sociales entre los estados.
En términos prescriptivos, el grociano cree que la conducta del estado está limitada
por las reglas y las instituciones de su sociedad (sociedad de estados). Prudencia,
moralidad y derecho conformarían la lógica del comportamiento estatal,
dispuesto a defender la existencia de dicha sociedad. Así, el grociano niega tanto la
anarquía del hobbesiano como la voluntad de emancipación del kantian(), buscando
el punto medio: el mundo del orden. En efecto, anarquía, emancipación y orden
podrían constituir las palabras clave para definir cada una de las tradiciones:
hobbesiana, kantiana y grociana. ¡
Cada una de las tradiciones reúne una gran variedad de doctrinas sobre relaciones
internacionales21. Así WIGHT22 sitúa en el marco de los maquiavelianos el pensamiento
de Hobbes, Hegel, Federico el Grande, Clemenceau y, ya en la moderna
disciplina de las relaciones internacionales, los trabajos de Carr y de Morgenthau.
En el terreno de los kantianos, el profesor británico sitúa tres grandes corrientes
doctrinarias ligadas a la reforma protestante, a la Revolución francesa y aja Revolución
comunista (Calvino, Rousseau y Marx, como ejemplos prominentes), así
como sus contrapartidas (Contrarreforma, anticomunismo, etc.). Los groeianos, finalmente,
están dominados por los iusinternacionalistas, por pensadores ingleses
como Locke y Burke y por 4n elenco de políticos (Gladstone, Castlereagh, Roosevelt,
Churchill, etc.).


DEBATE IDEALISMO Y Realismo

El sustrato filosófico-normativo, desarrollado por autores como Wight, Bull o
Donelan, constituye en realidad el punto de partida en términos de debate en la moderna
disciplina de las relaciones internacionales. Nos estamos refiriendo al debate
entre idealismo y Realismo.
Se puede apuntar que el mismo se desencadenó en el
período de entreguerras y la obra de Edward Hallet Carr The Twenty Years’ Crisis
1919-1939 establecíó los términos del debate (en su caso calificado de utopismo
versus Realismo)25. El debate entre idealismo y Realismo ha merecido estudios puntuales26
y está presente en todo trabajo relativo al desarrollo de nuestra disciplina.
Se trata, en realidad, d~ un debate asentado en las diversas tradiciones del pensamiento
internacional. La escuela del Realismo político arremete contra la concepción
wilsoniana y su deriva jurídico-normativa sobre la base de su concepción de
Realpolitik, que presenta el orden internacional en términos de equilibrio del
poder.

En Estados Unidos, este debate trasciende habitualmente los círculos académicos
para instalarse en los medios políticos y convertirse en materia de opinión pública
No en vano, el debate idealismo-Realismo constituye un sustrato intelectual
permanente en el proceso de elaboración de la política exterior estadounidense.
Así pues, las tradiciones de pensamiento quedan recogidas en la moderna teoría
de las relaciones internacionales, de manera significativa, a través del debate
idealismo-Realismo. Una vez establecidos los términos de este debate, propio de la
dimensión filosófico-normativa aportada por las tradiciones de pensamiento, se entra
en las consideraciones científicas sobre la moderna disciplina que, como veremos,
han sido a su vez motivo de división y de debate entre los teóricos de las relaciones
internacionales.

TRADICIONES Teóricas Y DEBATES

 

Nos encontramos así con dos grandes tradiciones teóricas en las relaciones internacionales: los filósofos, clásicos o tradicionalistas, y los empiristas, modernos o ciencistas. En la primera tradición, la teoría, generalmente normativa, está determinada por la realización de un ideal; juzga la realidad sobre la base de valores o de juicios apriorísticos sobre la na~r~leza de los hombres o de las instituciones. Las pregunt
s que se hace est~ teona Intentan responder a cuestiones esenciales; por ejemplo,
SI el mundo va haCIa la paz y el orden o bien si el estado de guerra es permanente42.
La respuesta se elabora por medio de la reflexión filosófica, consistente en un conocimiento
racional supraempírico o en un conocimiento intuitivo.
En términos de método, BULL califica de clásica «la aproximación a la teoría
que deriv~ de la filosofía, la historia y el derecho, y que se caracteriza por encima
de cualqUIer otra cosa por su confianza explícita en el ejercicio del propio juicio y
por la idea de que si nos limitamos a la utilización de estándares estrictos de verificación
y de prueba se podrá decir bien poco que sea relevante respecto de las relaciones
internacionales»43. Punto este último que apunta en dirección crítica. En
efecto, los tradicionalistas acusan a los ciencistas de perderse en puros formalismos
(fascinación por los modelos matemáticos) y de no llevar a cabo estudios relevantes
en relación con los problemas fundamentales de las relaciones internacionales.
En la segunda tradición, la teoría empírica está orientada al estudio de fenómenos
c.Oncretos dentro de las relaciones internacionales y no al planteamiento de
cuestIOnes esenciales. La teoría, siguiendo la lógica popperiana, ha de estar organizad~
~n forma .De definicio~es rigurosas (incluso formulaciones matemáticas), propOSICIOnes
lÓgIcas y coneXIOnes causales empíricamente observables y en consecuencia,
verificables. Esta ~pr?Ximaci?N, ~i~ncista se aleja del derecho, la historia y la filosofía para
de análisis generadas por politólogos, sociólogos, psicólogos y antropologos,
entre otros, con el argumento de que dichas técnicas –estudios de comportamiento,
análisis de contenido, simulación, teoría de juegos, correlaciones
estadísticas- permiten observar las regularidades en el comportamiento internacional,
conceptualizarlas de modo riguroso, darles forma mediante la construcción
de modelos e incluso cuantificarlas. Como en el caso anterior, las críticas de los
ciencistas a los tradicionalistas están centradas en las carácterísticas de su método
de conocimiento (descriptivo, inductivo y subjetivo, basándose en la intuición, en
el buen juicio y en la reflexión) más próximo del «sentido común» que de un análisis
científicocríticas mutuas entre ciencistas y tradicionalistas, en los términos aquí recogIdos,
dan lugar al habitualmente conocido como segundo debate en relaciones
internacionales (tras el primer debate que enfrenta, como ya se ha visto, a idealistas
y realistas)45. Así, el segundo debate entre tradicionalistas y ciencistas es un debate en tomo a cuestiones metodológicas, provocado por el impacto de la revolución
behaviorista en las relaciones internacionales.

Susan STRANGE en relación con los productos teóricos de nuestra
disciplina. Se trata, de entrada, de cuatro a prioris negativos: a) la mayor parte del
trabajo teórico se limita a la simple descripción; b) buena parte de la llamada teoría
consiste en una simple reorganización de hechos, ya conocidos, mediante nuevas
taxonomías; e) algunos teóricos se han dedicado a adoptar, simplificándolos,
conceptos prestados de otras ciencias (caso de la teoría de juegos), con poca viabilidad
en cuanto a su aplicación a la política internacional, y á) la teoría no ha conocido
ningún avance a partir del desarrollo de las técnicas cuantitativas, tan ‘alabadas
por algunos sectores académicos.
A las críticas apunta$ias la autora británica suma una serie de consideraciones
sobre el buen hacer en materia teórica: a) la teoría debe pretender explicar alguno~
aspectos del sistema internacional que no son fácilmente explicables mediante el
sentido común (identificar las conexiones causales); b) la teoría no aspira necesariamente
a predecir. (aspecto en el que se diferencia la ciencia social de la ciencia
natural) o a prescribir (opción que queda en manos del teórico), y e) los teóricos
deberían asumir una actitud científica, en el sentido de respetar las virtudes científicas
de la racionalidad y de la imparcialidad y de aspirar a la formulación sistemática
de proposiciones explicativas.

PARADIGMAS O MAPAS MENTALES

KaL HOLSTI, la función del paradigma consiste en «imponer orden y coherencia en un universo infinito de hechos y datos que, en sí mismos, no tienen significado alguno » De ese modo, el paradigma viene ajugar las veces de mapa mental del teórico, que le ofrece una imagen del mundo y que constituye una guía para la investigaclOn.

En esta obra se adoptan las siguientes denominaciones: paradigma
realista, paradigma transnacionalista
58 y paradigma estructuralista59

PARADIGMA REALISTA

Hans J. Morgenthau.

A grandes rasgos, el paradigma realista se caracteriza por (véase cuadro 3):

a) La únidad de análisis para los realistas es el estado, entendido como actor
racional y unitario. La racionalidad se debe a su actuación (maximización del poder)
y el carácter unitario lo acerca a la visión hegeliana del estado.

b) La problemática de estudio está centrada en la seguridad nacional. La supervivencia
del estado en un medio hostil, en el que la amenaza es constante y militar
(ambiente· de guerra fría), constituye el problema por definición. Términos
como guerra/pa:z;, estrategia/diplomacia, conflicto, alianza militar y armamento, entre
otros, son una constante en el vocabulario realista.
e) La imagen del mundo que sustenta el paradigma realista ha sido gráficamente
definida como la imagen de las «bolas de billar», en referencia a los estados
unitarios (impenetrables)72 y en conflicto (choque) constante73. Esta imagen rechaza
toda idea de comunidad (las sociedades internas no entran en contacto) y, en cambio,
sugiere la de anarquía en una mesa en la que el espacio está abierto y en el que
las bolas no se ajustan en sus movimientos a normas establecidas. Definición que
nos remite a otros tantos términos equivalentes: estado de naturaleza, dilema de seguridad
o «tercera imagen»74.

TRANSNACIONALISMO

Robert Keohane y Joseph Nye, «padres fundadores»
a) El transnacionalismo cuestiona el sistema de estados como estructura del
sistema internacional. Su análisis, más allá del estado, va a incorporar una plurali-

dad de actores: organizaciones internacionales,· empresas multinacionales, organizaciones
no gubernamentales, unidades políticas sub~estatales e individuos, entre
otros. Así el estado (gobierno central) pierde su carácter de· actor exclusivo, para
entrar en comp.Etencia con otros actores87,y su carácter impenetrable, convirtiéndose
en un actor fragmentad088 , con lo que deja de existir una racionalidad de
estado.

b) La problemática de estudio de los transnacionalistas va a suponer la introducción
de una nueva agenda de investigación. Los temas político-militares reservados
a diplomáticos y estrategas son sustituidos por una serie de cuestiones extremadamente
activas en los foros internacionales durante los años setenta, cuestiones
todas ellas vinculadas a la actividad humana en un mundo altamente desarrollado:
relaciones comerciales y financieras, desarrollo tecnológico, rp.Undo de las comunicaciones,
grandes negociaciones de baja política (derecho del mar), cuestiones energéticas,
temas culturales, problemas ecológicos, etc.

Se introduce, de esta manera, un tipo de interacción en el que la negociación (el regateo)
es la máxima de comportamiento, en el bien entendido de que entre los actores
existe una red compleja de interacciones (económicas, tecnológicas) que los empele
al diálogo, dado el elevado nivel de interdependencia entre los mismos (estados, mul-

tinacionales, etc.). Así, la noción de interdependencia compleja, introducida por
Keohane y Nye, comporta la existencia de un juego cooperativo entre los actores internacionales
y, caso de producirse un conflicto, este último no se traslada al terreno
político-militar ya que los instrumentos de actuación propios del «estado armado»
son inútiles en el mundo de la interdependencia compleja. .
c) La imagen del mundo de los transnacionalistas está unida a los conceptos
de sociedad mundial o de globalismo, en tanto que los flujos económicos o tecnológicos
rompen con la lógica del sistema de estados para crear una lógica de red o
de telaraña90 en la que existen múltiples conexiones y en la que todas las piezas están
vinculadas. Frente a la anarquía de los realistas, tenemos aquí un mundo grociano
en el que los intereses mutuos generan un cierto orden internacional. De ahí
que las múltiples teorías encuadrables en el marco del segundo paradigma se basen
en premisas de cooperación y no de conflicto. Es el caso de las teorías de la integración91
, en su dimensión de integración técnico-económica, también·Uamada «integración
informal» para distinguirla de la integración política institucionalmente
formalizada, o de la teoría de los regíMenes internacionales93

ESTRUCTURALISMO

mismo contexto histórico que el transnacionalismo, aunque su enfoque es totalmente
diferente. En páginas anteriores hemos avanzado las diferencias de enfoque:
mientras el segundo paradigma desea explicar acontecimientos mundiales que inciden
en la trama económico-tecnológica altamente desarrollada, el tercer paradigma
pretende conocer los orígenes, el carácter y las consecuencias del sistema capitá-
_. I lista mundial (con un interés especial por los temas del subdesarrollo).
I El despegue económico de Europa Occidental y de Japón, primero, y el impacto
de la crisis económica, después, evidencian cada vez más el estado de subdesarrollo
en que está sumida una parte de la humanidad. Por consiguiente, el estructuralimo
centra su análisis de las relaciones internacionales en las desigualdades, en términos
de desarrollo económico, observables en el sistema capitalista mundial. A diferencia de los transnacionalistas, el estructuralismo no ve en el capitalismo un
factor tendente a la integración y a la cooperación sino la causa de los problemas
de subdesarrollo existentes en el planeta. Pensamiento vinculado a los teóricos del
imperialismo, en su mayoría marxistas: Hobson, Hilferding, Bujarin, Rosa Luxemburg
y Lenin. A diferencia de los dos paradigmas anteriores, el tercero no ocupa un lugar destacado
en el núcleo duro de la teoría de las relaciones internacionales.

a) La unidad del análisis para los estructuralistas es el sistema capitalista mundial
y sus partes (clases sociales, estados, empresas multinacionales, etc.). Así, el
tercer paradigma fija su atención en un sistema global en el que los actores están
sometidos a la lógica de dominio existente en el capitalismo. De ahí que las relaciones
entre actores sean ip.Terpretadas bajo un prisma histórico (desarrollo del sistema
capitalista) y bajo un prisma económico (relaciones centro-periferia).
b) La problemática de estudio sigue los dos prismas apuntados. Por una parte,
el conocimiento de los orígenes, del funcionamiento y de la naturaleza del sistema
capitalista mundial y, por otra parte, las relaciones económicas actuales y sus~e~
canismos de perpetuación, esencialmente en lo que se refiere a la dependencia )»af
subdesarrollo. El estructuralista, por tanto, pretende explicar las situaciones’d~!IUg~l
ginalidad en que viven algunos pueblos y de ahí que tome como objetode ate9ci2P(
los mecanismos que perpetúan la situación y que afianzan la lógica de dependencia


(mecanismos de inversión, programas de ayuda, fijación de precios, políticas de
desarrollo, dominio político-militar, etc.).
e) La imagen del mundo, en el caso del estructuralismo, es una imagen conflictiva,
expresad.A en términos marxistas de explotación. Lo que, en términos gráficos,
algunos autores traducen en un pulpo de varias cabezas (centros), que se alimentan
del trabajo de múltiples tentáculos (periferias)97. El sistema es tal que el
tentáculo está condenado a trabajar para el centro en un juego de sumacero, en el
que siempre hay un ganador (centro) y un perdedor (periferia). 0, lo que es lo
mismo, el sistema no genera en ningún caso intereses comunes, como ocurría en el
segundo paradigma.

SOCIEDAD INTERNACIONAL Y COMUNIDAD

1. La comunidad es una unidad natural y espontánea, mientras que la sociedad
es una unidad en cierta manera artificial. En la comunidad, la vida del individuo
coincide con la vida conjunta y no se puede pensar en una vivencia plena del

iNdividuo, al.Margen de la convivencia grupal. En la sociedad, aunque hay exigenCIas.
pragmáticas, no se da la exigencia lógica de vivir conjunto y, en ese sentido,
el VIVIr mdIvIdual precede lógicamente al convivir.
. 2. La comunid.Ad es una manera de «ser» para el individuo en ella incorporado,
mientras que la SOCIedad es una manera de «estar». Mientras se pertenece a la comurudad,
como parte del ser, se participa (reflexiva y conscientemente) en lasociedad.
En este sentido, siempre es posible separar una de las partes del todo social.
3. ,La comunidad es integraci?N, mientras que la sociedad es suma de las parte~.
Así, la forma constltutlva de la pnmera es una ley jerárquica de distribución
rrnentras que la segunda es una convencíón conmutativa.
. 4. E? ‘la comunida? Priman los valores convergentes, mientras que en la soCIedad
pnman valores dIvergentes. Si bien en la sociedad los valores, pueden converger
por necessitas, mientras que en la comunidad se instrumentan por la virtus.
De ahí que en la comunidad prime lo ético (valores comunes), mientras en la sociedad
prima lo jurídico (legislación).

ARENAL apunta que «ante la cuestión de si estamos ante una «sociedad» o una «comunidad»

internacional, pensamos que la posiciónmásádecuada alaSrealidades del presente
es laque afirma que estamos ante una sociedad internacionaIimnersa en un proceso
de evolución hacia una comunidad internacional, esdeéir,que estimos ante
una sociedad ‘intern¡icionalque ‘presenta ya rasgos característicos deuna comunidad,
aunque ésta no se ha configurado todavía -plenamente como tal»

















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