La teoría del conocimiento kantiana se halla en su obra central, Crítica de la razón pura. En ella, Kant aborda el problema del conocimiento, dividiendo su análisis en varias partes. A continuación, se expondrán tres de ellas, fundamentales para comprender su epistemología.
Planteamiento del Problema del Conocimiento
En los Prólogos y la Introducción, Kant expresa su insatisfacción con la metafísica como fundamento del conocimiento auténtico, representado por la física de Newton. Rechaza tanto el racionalismo, por su incapacidad para alcanzar la realidad, como el empirismo, por su negación de la causalidad. Según Kant, la ciencia requiere ampliar el conocimiento a partir de lo sensible, de forma universal y necesaria, lo cual se logra mediante los juicios sintéticos a priori. La tarea de Kant será, entonces, investigar cómo son posibles estos juicios.
La Estética Trascendental
Para responder a esta cuestión, Kant comienza por la sensibilidad, nuestra capacidad de ser afectados por los objetos del mundo. Argumenta que solo conocemos lo que se nos presenta, lo que implica que:
- Los objetos en sí (noúmenos) son incognoscibles.
- Solo conocemos nuestra experiencia.
- Aunque no podamos conocer los objetos en sí, podemos pensarlos, lo que sugiere su existencia.
Por lo tanto, conocemos la realidad según nuestra receptividad. Kant afirma que las formas del conocimiento sensible son el espacio y el tiempo, el primero correspondiente a la sensibilidad externa y el segundo a la interna. Todos los fenómenos se nos presentan en el espacio y el tiempo, por lo que esta universalidad no puede provenir del exterior, de donde solo recibimos impresiones singulares. Estas formas a priori solo pueden proceder del sujeto, que recibe las intuiciones sensibles y las organiza espacial y temporalmente.
En resumen, recibimos sensaciones de una fuente externa, el noúmeno, que no podemos conocer pero sí pensar (noúmeno = lo pensado). Estas sensaciones son organizadas por las formas a priori de la sensibilidad, el espacio y el tiempo. Esta nueva realidad estructurada es lo que se denomina fenómeno, es decir, el conocimiento sensible, base de la experiencia. Así, el objeto conocido (no la cosa en sí) es elaborado por el sujeto. Esta doctrina se conoce como Idealismo trascendental.
La Analítica Trascendental
Para que haya conocimiento completo, además de conocer los fenómenos, debemos explicarlos, lo que requiere la intervención del entendimiento. La sensibilidad es pasiva, mientras que el entendimiento es activo, ya que aporta la estructura, la forma. Sin embargo, el entendimiento por sí solo tampoco produce conocimiento, pues un pensamiento sin referencia a la experiencia es vacío. Hay que distinguir entre conocer y pensar: conocemos los objetos gracias a la unión de conceptos e intuiciones, mientras que pensamos las condiciones del conocimiento, como el noúmeno. En consecuencia, las realidades que no se nos presentan en la sensibilidad no pueden ser conocidas.
En la Analítica de los conceptos, Kant deduce los conceptos puros del entendimiento, a los que denomina categorías. Estas son las formas a priori de nuestro entendimiento, mediante las cuales este ordena los fenómenos de la experiencia. Kant las llama “acciones del puro pensar”, ya que el entendimiento las utiliza para entender, para dar forma a los fenómenos. Según Kant, existen 12 categorías, resultado de 11 años de investigación. Las dedujo a partir de la clasificación de los juicios según su forma (por ejemplo, las categorías de la cantidad se derivan de la cuantificación de los juicios: universales, particulares y singulares).
Así, la universalidad y necesidad del conocimiento no pueden explicarse asumiendo que los datos de la experiencia, que son singulares, conforman nuestro entendimiento. Solo si suponemos lo contrario, que no es la realidad, sino nosotros quienes ordenamos los datos mediante las formas a priori del entendimiento o categorías, esa universalidad y necesidad pueden ser explicadas.
Conclusión
Podemos concluir que, gracias a las categorías a priori del entendimiento, construimos los juicios sintéticos a priori de las matemáticas y la física. La estética trascendental fundamenta la geometría y la aritmética, ya que estas construyen sus objetos sobre las formas a priori de la sensibilidad, el espacio y el tiempo. La física queda justificada con la analítica trascendental, donde se unen categorías y fenómenos. Finalmente, en la Analítica de los principios, Kant establece los primeros principios del entendimiento, que determinan las categorías y las relaciones que regulan su uso. Con estos principios, Kant cierra su sistema relativo al conocimiento empírico del entendimiento, a la unión de conceptos e intuiciones. Deja para otra sección, la Dialéctica trascendental, el estudio del uso no empírico de las categorías y los límites del conocimiento.