Teoría del Conocimiento de Platón
Opinión o Doxa
En su teoría del conocimiento, Platón distingue entre un conocimiento real (el que se conoce a través de la razón, que es el conocimiento científico) y un conocimiento superficial o aparente que tiene como fuente los sentidos: la opinión. El objetivo de la opinión son las apariencias, las cosas materiales y cambiantes del mundo sensible.
Platón distingue dos niveles de opinión:
- La imaginación, que se ocupa de las imágenes del mundo (la literatura, la historia y las bellas artes). Lo que todos deben aprender.
- La creencia, que es el estudio de las cosas naturales (la física).
Platón considera la opinión como algo intermedio entre la ignorancia absoluta y el conocimiento. En el mito de la caverna, la opinión está representada por la visión de las cosas del interior de la caverna.
Reminiscencia
Para Platón, hay dos formas para entrar en el conocimiento de las ideas: la primera a través de la dialéctica, y la segunda a través de la reminiscencia. Para Platón, conocer es recordar, recuerdos de la vida pasada, la preexistencia que el alma ha tenido en el mundo de las ideas que le han permitido contemplar toda la realidad antes de reencarnarse en otro cuerpo. Cuando entra en contacto con el mundo sensible, esta percepción le permitirá recordar. No aprendemos algo nuevo, sino que nuestra alma recuerda la verdad a la que tuvo acceso. Esta visión es criticada por Aristóteles y Hume, y heredada por Descartes.
Rey-Filósofo
Figura política indispensable para la realización de la sociedad justa. En la ciudad ideal diseñada en La República, es el que debe gobernar el Estado. El Estado se divide en grupos y cada uno de ellos debe satisfacer necesidades básicas:
- Los artesanos crean bienes.
- Los guerreros se encargan de la seguridad del estado.
- Los gobernantes promulgan las leyes.
Son preparados a través de la enseñanza. Disciplinas que van desde la gimnasia y la música, hasta la matemática y la dialéctica. Platón cree que no se puede hacer el bien si no se conoce lo que es el bien. Pero no todos están capacitados para alcanzar dicho saber, sólo los más cualificados moral e intelectualmente. Pueden ser tanto mujeres como hombres, no tienen posiciones privadas ni familias. No permite los emparejamientos de individuos de clases diferentes. La principal función es la correcta educación de los otros grupos. Todos los niños reciben la misma educación. Los grandes filósofos dedican su vida al bien común y no al enriquecimiento personal.
Contexto y influencias en el pensamiento de Platón
Introducción biográfica y contexto de «La República»
Platón nació en el año 428 a. C. y murió en el año 348 a. C. Descendía de una familia aristocrática de Atenas y algunos de sus familiares participaban en el gobierno. Era discípulo de Sócrates y tras su muerte se marcha de Atenas. Le preocupan muy pronto los problemas políticos porque consideraba injusta la condena de Sócrates y le interesaba reconstruir el anterior orden social y jurídico. En el año 387 a. C. funda una academia y será maestro de Aristóteles. Este texto forma parte de La República, obra en forma de diálogo, en la que desarrolla sus teorías. El objetivo de La República es conseguir una sociedad justa.
Influencias filosóficas en Platón
Platón era muy influenciado por las ideas de su maestro Sócrates, de las que hace un eje directriz de su pensamiento filosófico, pero también recoge ideas de Heráclito, Parménides y Anaxágoras. El pensamiento de Platón está influenciado por Cratilo, discípulo de Heráclito, que enseñaba que el mundo está en continuo movimiento, porque no puede haber conocimiento estable en este mundo. Platón admite también que no hay ciencia en el mundo sensible debido a su carácter cambiante. Entró en contacto con las ideas de Parménides, en las que el ser es uno, perfecto, único, eterno e inmutable. Esto llevó a Platón a suponer que si la verdad y el cambio son propias del mundo sensible, la perfección y la eternidad pueden ser características de otro mundo suprasensible, que sólo sería conocido por la inteligencia.
También influye en Platón la filosofía y la ciencia de los pitagóricos; recibe la doctrina de la preexistencia, inmortalidad y transmigración del alma. Hereda también los avances de las matemáticas, y sobre todo de la geometría. Platón entra en diálogo con los sofistas, con los que coincide en su interés social y político, y en el importante papel de la educación. Lo que no comparte es que ellos cobran por enseñar. Coincide también en que existe un conocimiento de la realidad sensible que genera opinión. Sin embargo, no cree que la opinión sea la única forma de conocimiento asequible al hombre: él piensa que puede superarse por un conocimiento racional, cuyo objeto son las ideas. No está de acuerdo con su relativismo ético ni su escepticismo. Platón entiende que, si el ser humano es la medida de todas las cosas, como decía Protágoras, entonces palabras como bien y justicia significarían lo que cada uno quiera que signifique. Y si lo justo es el derecho de los más fuertes, entonces no habrá límite para la ambición de los poderosos. La justicia, según Platón, se sustrae de las opiniones, pero descubrir esa idea no es fácil y sólo será conocida por los filósofos.
La mayor influencia la recibe del pensamiento de Sócrates, con su máxima preocupación: el hombre. Se interesa ante todo por la búsqueda del conocimiento universal, sobre la moral y la dialéctica como método de investigación filosófica. Tanto las matemáticas como la dialéctica formulan hipótesis como elementos en los que se funda la ciencia. La conjunción entre la ética y la matemática ya estaba presente en Sócrates, cuando utilizó el mismo método que la matemática para solucionar problemas éticos, para poder llegar a la idea del bien. Platón, al igual que Sócrates, establece una íntima relación entre virtud y sabiduría: quien conoce el bien actúa bien, quien no lo conoce es un ignorante. Defiende también el intelectualismo moral. La sabiduría es una virtud, que purifica el alma de las pasiones. Le dan a la ética carácter de ciencia.