Texto comentado sobre Guerra Civil española


9.3. La dictadura de Primo de Rivera. El final del reinado de Alfonso XIII. EL GOLPE MILITAR Y LA DICTADURA DE Miguel Primo de Rivera En 1923 la sociedad española y la vida política se encontraban en una situación de grave crisis, que se arrastraba desde 1917, caracterizada por:  La sucesión de gobiernos ineficaces y desprestigiados como consecuencia del continuo fraude electoral y de la corrupción política.  Las divisiones internas de los partidos dinásticos y los mejores resultados electorales de republicanos y socialistas, lo que provocó la alarma de la oligarquía.  La fuerza y radicalización del movimiento obrero, muy influido por la revolución bolchevique, que hacía temer a las clases acomodadas el triunfo de una revolución social.  Las consecuencias del Desastre de Annual que había afectado al Ejército: en el Expediente Picasso se exigían responsabilidades a los militares por la derrota, y estas llegaban hasta Alfonso XIII. El Ejército se quejaba también de la falta de medios para vengar la humillación de Marruecos.  El auge de los nacionalismos, visto con recelo por conservadores y militares. En Septiembre de 1923, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera dio un Golpe de Estado en Barcelona: declaró el estado de guerra y exigíó que el poder pasara a manos de los militares. Primo de Rivera justificó su actuación por el estado de caos en el que estaba sumido el país y la incapacidad de los políticos. En su manifiesto hablaba de establecer una dictadura temporal para resolver los graves problemas que tenía España. Su objetivo era limpiar el país de caciques, acabar con la rebelión social y con la amenaza a la unidad nacional. Recibíó el apoyo del rey, el Ejército, la Iglesia y la burguésía. No hubo una importante oposición popular; el dictador se presentaba como el “cirujano de hierro” que reclamaba Joaquín Costa para regenerar la vida nacional. El gobierno dimitíó y Alfonso XIII encargó formar gobierno a Primo de Rivera, ligando así su destino al de la dictadura. España dejó de ser una monarquía parlamentaria y se convirtió en un régimen autoritario que duró siete años, en los que se sucedieron dos etapas: el Directorio Militar (1923- 1925) y el Directorio Civil (1925-1930). El primero se presentaba como un régimen transitorio, “un paréntesis de curación” para restaurar el orden; el segundo pretendíó la institucionalización del régimen y mostró un mayor interés por cuestiones económicas y sociales. 


EL DIRECTORIO MILITAR (1923-1925) Formado exclusivamente por militares, estaba presidido por Primo de Rivera, que reunía todas las facultades, iniciativas y responsabilidades de gobierno, contando con el apoyo del rey en todas sus resoluciones. Las medidas más destacadas fueron: 1) Suspensión del régimen constitucional y la disolución de las Cortes, acompañado de una rígida censura de prensa. 2) Sustitución de los gobernadores civiles por militares y la reorganización de los ayuntamientos. Los concejales serían elegidos por sorteo entre los mayores contribuyentes y los alcaldes serían nombrados por el Gobierno. 3) Fuerte centralismo: se suprimíó la Mancomunidad catalana, ser prohibíó la bandera catalana y el uso público del catalán. 4) Adopción de severas medidas de orden público: se prohibieron las manifestaciones y las huelgas, así como la actividad de partidos políticos y sindicatos, lo que redujo rápidamente el número de atentados y conflictos laborales. 5) Creación de la Uníón Patriótica (1924), partido oficial de la dictadura en el que Primo de Rivera intentaba agrupar a todos aquellos políticos que apoyaban al nuevo régimen, para devolver progresivamente el poder a los civiles. El logro de los primeros años de la dictadura fue acabar con la guerra de Marruecos. Primo de Rivera era partidario de retirar las tropas del Protectorado por los enormes gastos que acarreaba y por la oposición popular. Se dio orden de comenzar la retirada, pese a las protestas de los militares africanistas. Pero en 1925, ante un ataque de Abd-el-Krim en la zona del protectorado francés, se decidíó la colaboración de España y Francia en una acción conjunta. Los españoles desembarcaron en la bahía de Alhucemas al mismo tiempo que los franceses atacaban desde Fez. El líder magrebí quedó acorralado y se entregó a los franceses, despejando así el camino a la finalización de la guerra dos años después. Estas operaciones consolidaron la fuerza e influencia de los cuerpos militares establecidos en el Rif (legión, Regulares…) y de sus generales (Franco, Sanjurjo…). El gran éxito popular que le acarreó esta victoria, animó a Primo de Rivera a institucionalizar el régimen.


EL DIRECTORIO CIVIL (1925-1930) En 1925, Primo de Rivera nombró un gobierno formado por civiles y militares. En 1927 convocó una Asamblea Nacional Consultiva, en sustitución del Parlamento, compuesto por miembros de la Uníón Patriótica, elegidos por sufragio indirecto, funcionarios de la Administración y representantes sociales nombrados por el gobierno, para redactar una ley fundamental que hiciera el papel de Constitución de la dictadura y legitimarla, pero no llegó a entrar en vigor. En política social se pretendía eliminar los conflictos laborales mediante la intervención del Estado, integrando a los sectores moderados del movimiento obrero y reprimiendo a los más radicales. Para ello se creó la Organización Corporativa Nacional, con representación de obreros y empresarios bajo control estatal, para fijar el salario mínimo, las condiciones de trabajo, etc. La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional, “los felices años 20”, y puso en marcha un programa de desarrollo de la economía española en el terreno industrial y de infraestructuras, aunque apenas se ocupó del problema agrario. Se inició una política económica caracterizada por el fuerte intervencionismo estatal:  Se crearon monopolios estatales como CAMPSA y Telefónica.  Se aplicaron medidas proteccionistas como el aumento de los aranceles a las importaciones y la regulación de mercado, limitando artificialmente la competencia, fijando los precios y limitando la instalación de nuevas fábricas.  Se realizó un ambicioso plan de obras públicas para favorecer el desarrollo industrial, construyendo carreteras, pantanos, regadíos, centrales hidroeléctricas y ferrocarriles.  Se concedieron ayudas estatales a las empresas en sectores industriales donde era necesaria una fuerte inversión, no asumible por la clase empresarial española. Aunque a corto plazo esta política favorecíó el desarrollo industrial, eliminó el paro y ayudó a la paz social, a la larga generó una enorme deuda pública. La llegada de la Gran Depresión (1929) con la caída del comercio exterior, la inflación y el aumento del paro, demostraron que los éxitos de la política económica de la dictadura habían sido coyunturales y comenzó la desconfianza de los sectores que habían apoyado al régimen. Pese a que la dictadura, como solución provisional, fue aceptada por gran parte de los españoles, se ganó la oposición de muchos cuando fue evidente su intención de perpetuarse. La oposición al régimen fue aumentando, abarcando un abanico político cada vez mayor: 1) Los conservadores y liberales, que exigieron elecciones y la vuelta a la Constitución de 1876. 


2) Los republicanos fundaron la Alianza Republicana e iniciaron una campaña en el exterior contra la dictadura. 3) Los nacionalistas catalanes se movilizaron contra el centralismo. 4) Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset, Azorín, etc., manifestaron públicamente su oposición a la dictadura. La oposición universitaria fue tan grande que la Universidad de Madrid se cerró en 1929. 5) La UGT abandonó su apoyo al régimen. 6) La CNT, siempre contraria al régimen, fue perseguida y los anarquistas partidarios de las posturas más radicales crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en 1927. EL HUNDIMIENTO DE LA MONARQUÍA (1930-1931) Ante la falta de apoyo de todos los sectores de la sociedad, incluso del ejército (molesto por las frecuentes arbitrariedades en los ascensos), Primo de Rivera presentó su dimisión En Enero de 1930. Alfonso XIII nombró Jefe de Gobierno al general Berenguer, que anunció una vuelta al régimen constitucional del 1876 y la convocatoria a elecciones generales. Se inició así la llamada “Dictablanda”. No obstante, el Gobierno y la Monarquía carecían ya de credibilidad y el republicanismo avanzó entre los nacionalistas, el movimiento obrero, los intelectuales e incluso entre los políticos tradicionalmente monárquicos (Maura fundó el Partido Republicano Conservador y Niceto Alcalá Zamora el Partido Republicano Progresista) y gran parte del Ejército. Republicanos, catalanistas y socialistas firmaron el Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a proporcionar una alternativa a la monarquía, constituyendo un Comité Revolucionario presidido por Alcalá Zamora para preparar la proclamación de la República. También se sucedieron sublevaciones militares republicanas (Jaca y Cuatro Vientos), que fracasaron por falta de coordinación. Los miembros del Comité Revolucionario fueron detenidos y encarcelados, pero una ola de protestas sacudíó todo el país. Berenguer, incapaz de encauzar la situación, presentó la dimisión y fue sustituido por el almirante Aznar, que convocó elecciones, empezando por las municipales. Alfonso XIII se había comprometido excesivamente con la dictadura y la ocasión se presentaba como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. La caída de la monarquía de Alfonso XIII se produjo por la victoria de republicanos y socialistas en las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931. Aunque salieron elegidos más concejales monárquicos que republicanos, éstos ganaron en 45 de 50 capitales de provincia, así como en las zonas mineras e industriales. Muchos ayuntamientos al conocer los resultados proclamaron la República; como reconocíó el propio Aznar (Jefe de Gobierno), “el país se había acostado monárquico y se levantó republicano”. Alfonso XIII anunció su marcha de España. La II República fue proclamada el 14 de Abril. 

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