TEMA 8
LA HISTORIOGRAFÍA
Los pueblos tienden a inmortalizar y contar la historia a generaciones venideras. Roma fue un pueblo con historia y con historiadores muy distintos pero en conjunto componen un mosaico espectacular de los entresijos del pueblo romano. Hay múltiples enfoques del relato histórico. Desde la biografía a la recopilación exhaustiva, pasando por relatos históricos. La historia es “maestra de vida”. Destacamos dos grandes grupos:
Los primeros pasos de la historia de Roma se encuentran en el trabajo de los llamados analistas. Su trabajo consiste en levantar acta de los hechos políticos, religiosos y sociales más relevantes de año en año. Empezaron escribiendo en lengua griega aconteceres de la vida romana. Con Catón los analistas dan un salto y comienzan a escribir en lengua latina.
No es un historiador de acuerdo con los cánones, es un innovador. Personaje controvertido y figura fundamental en la historia de Roma por la época que le tocó vivir y su papel en ella. Su obra histórica lleva por título Commentarii rerum gestarum, que comprende De bello Gallico, en siete libros, y De bello Civili, en tres.
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De bello Gallico trata de la guerra de las Galias, es un diario de campaña. La documentación es seria y rigurosa, partiendo de su experiencia personal. Se quiere distanciar hablando de sí mismo en tercera persona. La sensación de inmediatez, vivacidad y frescura es inevitable. Procura explicar lo fundamental. La relación entre el marco físico y la maniobra táctica es básica para César.
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De bello Civili trata los avatares de la Guerra Civil entre él y su antiguo socio Pompeyo. Hace más hincapié en su faceta como estadista que como militar. Narra las sesiones del Senado, explica sus puntos de vista y explica sus maniobras militares y sus decisiones tácticas.
Guarda un manto de silencio sobre las decisiones y los aspectos políticos que pueden comprometerle, justifica ciertos hechos y se justifica a si mismo. La forma en que se expresa, la exactitud de sus fuentes y la vivacidad y el ser testigo de los hechos César no tiene parangón. Descripciones geográficas explicaciones de táctica militar, trabajos de fortificación se presentan con Realismo.
Inserta discursos en sus relatos lo que contribuye a romper con la monotonía que va unida casi siempre a su actividad militar.
Contemporáneo de César, amigo y colaborador. Sigue la línea de querer romper con la historia exhaustiva y recopiladora de datos sin fin. Prefiere centrarse en episodios concretos de los que o es testigo directo o se puede documentar con gran exactitud.
Son tres sus obras; solo dos de ellas bien conocidas: La Conjuración de Catilina y La Guerra de Yugurta. Las historias nos han llegado muy fragmentadas.
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La Conjuración de Catilina narra el intento fallido de revolución protagonizado por Catilina, quien fracasó en su intento de conseguir el consulado en el mismo año que lo obtuvo Cicerón. El ambiente corrupto de Roma con la república a punto de acabar está perfectamente descrito y comentado.
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La Guerra de Yugurta relata el enfrentamiento bélico entre Roma y Yugurta, el rey de los númidas. Este conflicto seduce e interesa a Salustio desde su estancia como procónsul en Numidia. Eso le permite tener acceso a las fuentes y conocer el marco geográfico de los acontecimientos.
Salustio a diferencia de César se interesa más por causas que por hechos concretos. No basta con narrar hay que analizar los factores que determinan su razón de ser. Al profundizar en estos, el historiador llega con frecuencia a motivaciones morales y filosóficas.
Salustio dice mucho con pocas palabras. Relata lo esencial. Los discursos están al servicio de una mejor comprensión de los acontecimientos. El llamado infinitivo histórico abunda en su obra como rasgo de estilo para llamar la atención del lector. Su obra es breve pero toda ella aprovechable.
Amigo personal de Ático y Cicerón, pertenecíó a la orden ecuestre, pero prefirió dedicarse a las letras antes que escalar a las cimas más altas de la carrera política.
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De viris illustribus es su obra histórica. Compuesta por dieciséis libros, solo se conserva uno. Contiene biografías de generales romanos y las de Catón viejo y Ático.
Nepote opta por la biografía. Le interesan no tanto los hechos como sus protagonistas. Su obra tiende a la loa sin reservas de los personajes biografiados.
Parece recordar la estructura de aquellas loas fúnebres en los que se repasaban los rasgos de la vida pública y se exaltaban las cualidades personales del difunto en su faceta más personal e íntima. El estilo es monótono, el léxico sencillo; las frases cortas, aptos para iniciar al profano en la lengua latina. Obra de lectura obligada en muchas escuelas a lo largo de siglos.
Contemporáneo del emperador Augusto, al margen de cargos y honores públicos, se dedica al estudio de las letras en el panorama cultural de finales de la república y comienzos del Imperio.
Vuelca toda su actividad en una tarea ingente, escribir la historia de Roma desde su fundación. Era una empresa gigantesca. Así frente a un César, un Salustio o un Nepote que exploran hechos puntuales, Tito Livio se propone contarlo todo.
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Ab urbe Condita, desde la fundación de Roma, abarcaba desde los orígenes hasta el siglo I de nuestra era. Constaba de 142 libros, que la posteridad dividíó en grupos de diez, a los que llamo décadas. Hasta nosotros han llegado la 1ª década: desde los orígenes hasta la guerra contra pirro. 3ª década: segunda guerra púnica. 4º y mitad de la 5ª: hasta el año 167 a.
Para llevar a cabo este trabajo encontró varios problemas y dificultades sobre todo: a falta de información, la imposibilidad de acceder a los archivos públicos y privados y por último Livio Carecía de formación política de tipo práctico.
Elabora su historia sobre materiales que en muchas ocasiones son de segunda mano; obras de autores que no conocemos. Ha compuesto de forma rápida una historia que no puede ser ni muy original ni muy crítica aunque si completa y hasta cierto punto imparcial.
De contenido didáctico, para él como para muchos autores la historia es magistra vitae (maestra de vida).
Traza la imagen del romano ideal. El fátum se utiliza para explicar determinados acontecimientos. Hace una narración detallada de los hechos, pero sus explicaciones son escasas.
La historia es nacionalista, el protagonista es el pueblo romano que acaba de poner en pie un Imperio. Resulta claro y directo, luego se hace árido y Barroco. Es ordenado y resuelta genial a la hora de elaborar retratos e intercalar discursos.
Su historia no es en absoluto fría: escrita en cierto modo con el corazón. En la línea del ideal, la mirada al pasado y el Renacimiento de los valores añejos son la clave para la regeneración que Roma necesita.
En los comienzos del Imperio la vida cultural se empobrece, pues los emperadores controlan a los intelectuales a los que no les queda otra que adaptarse a las directrices del poder.
Gran historiador, no se mueve en la línea aduladora y conformista de sus predecesores, de familia noble y político activo con gran formación y experiencia.
– Tras la publicación de un Diálogo de los oradores, que recoge las tesis de Cicerón y de Quintiliano, compone Agrícola y Germanía.
La primera es una sentida biografía de su suegro; se exalta al personaje, prestigioso militar y aprovecha para fustigar a Domiciano. Germanía es un documento par conocer las costumbres de un pueblo que acabaría siendo sometido por los romanos.
– Pero son Historiae y Annales las obras que le han dado fama imperecedera.
La historia debe tener una función moralizante, es una obra científica;
Los hechos tienen una explicación deben investigarse y expresarse. Puede ser un documento literario exponiéndose los hechos de forma estéticamente atractiva y bella.
Después de tácito asistimos a una mejoría de Roma en los aspectos políticos y culturales. En este ambiente se mueve Suetonio, que tuvo acceso directo a la correspondencia de los emperadores.
La obra que nos llega es breve y pintoresca, pero ha resistido al paso del tiempo. Se trata de la Vida de los césares, doce biografías, escritas en latín no muy elegante pero de comprensión relativamente fácil. Suetonio nos cuenta la visión del emperador como persona. Estilo que hoy llamaríamos periodístico, subrayando la anécdota, el rumor y cotilleo. Comienza con el relato físico del emperador y luego como hombre público.
El repaso a la historiografía latina quedaría incompleto sin mencionar a los primeros autores cristianos: S. Ambrosio, S. Jerónimo y S. Agustín.
LA HISTORIOGRAFÍA
Los pueblos tienden a inmortalizar y contar la historia a generaciones venideras. Roma fue un pueblo con historia y con historiadores muy distintos pero en conjunto componen un mosaico espectacular de los entresijos del pueblo romano. Hay múltiples enfoques del relato histórico. Desde la biografía a la recopilación exhaustiva, pasando por relatos históricos. La historia es “maestra de vida”. Destacamos dos grandes grupos:
Los Historiadores De La Época Republicana
Los analistas
Los primeros pasos de la historia de Roma se encuentran en el trabajo de los llamados analistas. Su trabajo consiste en levantar acta de los hechos políticos, religiosos y sociales más relevantes de año en año. Empezaron escribiendo en lengua griega aconteceres de la vida romana. Con Catón los analistas dan un salto y comienzan a escribir en lengua latina.
Julio César (100-44 a.C)
No es un historiador de acuerdo con los cánones, es un innovador. Personaje controvertido y figura fundamental en la historia de Roma por la época que le tocó vivir y su papel en ella. Su obra histórica lleva por título Commentarii rerum gestarum, que comprende De bello Gallico, en siete libros, y De bello Civili, en tres.
–
De bello Gallico trata de la guerra de las Galias, es un diario de campaña. La documentación es seria y rigurosa, partiendo de su experiencia personal. Se quiere distanciar hablando de sí mismo en tercera persona. La sensación de inmediatez, vivacidad y frescura es inevitable. Procura explicar lo fundamental. La relación entre el marco físico y la maniobra táctica es básica para César.
–
De bello Civili trata los avatares de la Guerra Civil entre él y su antiguo socio Pompeyo. Hace más hincapié en su faceta como estadista que como militar. Narra las sesiones del Senado, explica sus puntos de vista y explica sus maniobras militares y sus decisiones tácticas.
Guarda un manto de silencio sobre las decisiones y los aspectos políticos que pueden comprometerle, justifica ciertos hechos y se justifica a si mismo. La forma en que se expresa, la exactitud de sus fuentes y la vivacidad y el ser testigo de los hechos César no tiene parangón. Descripciones geográficas explicaciones de táctica militar, trabajos de fortificación se presentan con Realismo.
Inserta discursos en sus relatos lo que contribuye a romper con la monotonía que va unida casi siempre a su actividad militar.
Salustio (87-35 a.C)
Contemporáneo de César, amigo y colaborador. Sigue la línea de querer romper con la historia exhaustiva y recopiladora de datos sin fin. Prefiere centrarse en episodios concretos de los que o es testigo directo o se puede documentar con gran exactitud.
Son tres sus obras; solo dos de ellas bien conocidas: La Conjuración de Catilina y La Guerra de Yugurta. Las historias nos han llegado muy fragmentadas.
–
La Conjuración de Catilina narra el intento fallido de revolución protagonizado por Catilina, quien fracasó en su intento de conseguir el consulado en el mismo año que lo obtuvo Cicerón. El ambiente corrupto de Roma con la república a punto de acabar está perfectamente descrito y comentado.
–
La Guerra de Yugurta relata el enfrentamiento bélico entre Roma y Yugurta, el rey de los númidas. Este conflicto seduce e interesa a Salustio desde su estancia como procónsul en Numidia. Eso le permite tener acceso a las fuentes y conocer el marco geográfico de los acontecimientos.
Salustio a diferencia de César se interesa más por causas que por hechos concretos. No basta con narrar hay que analizar los factores que determinan su razón de ser. Al profundizar en estos, el historiador llega con frecuencia a motivaciones morales y filosóficas.
Salustio dice mucho con pocas palabras. Relata lo esencial. Los discursos están al servicio de una mejor comprensión de los acontecimientos. El llamado infinitivo histórico abunda en su obra como rasgo de estilo para llamar la atención del lector. Su obra es breve pero toda ella aprovechable.
Cornelio Nepote (100-25 a.C)
Amigo personal de Ático y Cicerón, pertenecíó a la orden ecuestre, pero prefirió dedicarse a las letras antes que escalar a las cimas más altas de la carrera política.
–
De viris illustribus es su obra histórica. Compuesta por dieciséis libros, solo se conserva uno. Contiene biografías de generales romanos y las de Catón viejo y Ático.
Nepote opta por la biografía. Le interesan no tanto los hechos como sus protagonistas. Su obra tiende a la loa sin reservas de los personajes biografiados.
Parece recordar la estructura de aquellas loas fúnebres en los que se repasaban los rasgos de la vida pública y se exaltaban las cualidades personales del difunto en su faceta más personal e íntima. El estilo es monótono, el léxico sencillo; las frases cortas, aptos para iniciar al profano en la lengua latina. Obra de lectura obligada en muchas escuelas a lo largo de siglos.
Tito Livio (59 a.C – 16 d.C)
Contemporáneo del emperador Augusto, al margen de cargos y honores públicos, se dedica al estudio de las letras en el panorama cultural de finales de la república y comienzos del Imperio.
Vuelca toda su actividad en una tarea ingente, escribir la historia de Roma desde su fundación. Era una empresa gigantesca. Así frente a un César, un Salustio o un Nepote que exploran hechos puntuales, Tito Livio se propone contarlo todo.
–
Ab urbe Condita, desde la fundación de Roma, abarcaba desde los orígenes hasta el siglo I de nuestra era. Constaba de 142 libros, que la posteridad dividíó en grupos de diez, a los que llamo décadas. Hasta nosotros han llegado la 1ª década: desde los orígenes hasta la guerra contra pirro. 3ª década: segunda guerra púnica. 4º y mitad de la 5ª: hasta el año 167 a.
Para llevar a cabo este trabajo encontró varios problemas y dificultades sobre todo: a falta de información, la imposibilidad de acceder a los archivos públicos y privados y por último Livio Carecía de formación política de tipo práctico.
Elabora su historia sobre materiales que en muchas ocasiones son de segunda mano; obras de autores que no conocemos. Ha compuesto de forma rápida una historia que no puede ser ni muy original ni muy crítica aunque si completa y hasta cierto punto imparcial.
De contenido didáctico, para él como para muchos autores la historia es magistra vitae (maestra de vida).
Traza la imagen del romano ideal. El fátum se utiliza para explicar determinados acontecimientos. Hace una narración detallada de los hechos, pero sus explicaciones son escasas.
La historia es nacionalista, el protagonista es el pueblo romano que acaba de poner en pie un Imperio. Resulta claro y directo, luego se hace árido y Barroco. Es ordenado y resuelta genial a la hora de elaborar retratos e intercalar discursos.
Su historia no es en absoluto fría: escrita en cierto modo con el corazón. En la línea del ideal, la mirada al pasado y el Renacimiento de los valores añejos son la clave para la regeneración que Roma necesita.
Los Historiadores Del Imperio
En los comienzos del Imperio la vida cultural se empobrece, pues los emperadores controlan a los intelectuales a los que no les queda otra que adaptarse a las directrices del poder.
P. Cornelio Tácito (55- 120 c.C)
Gran historiador, no se mueve en la línea aduladora y conformista de sus predecesores, de familia noble y político activo con gran formación y experiencia.
– Tras la publicación de un Diálogo de los oradores, que recoge las tesis de Cicerón y de Quintiliano, compone Agrícola y Germanía.
La primera es una sentida biografía de su suegro; se exalta al personaje, prestigioso militar y aprovecha para fustigar a Domiciano. Germanía es un documento par conocer las costumbres de un pueblo que acabaría siendo sometido por los romanos.
– Pero son Historiae y Annales las obras que le han dado fama imperecedera.
La historia debe tener una función moralizante, es una obra científica;
Los hechos tienen una explicación deben investigarse y expresarse. Puede ser un documento literario exponiéndose los hechos de forma estéticamente atractiva y bella.
Suetonio (75-160 d.C)
Después de tácito asistimos a una mejoría de Roma en los aspectos políticos y culturales. En este ambiente se mueve Suetonio, que tuvo acceso directo a la correspondencia de los emperadores.
La obra que nos llega es breve y pintoresca, pero ha resistido al paso del tiempo. Se trata de la Vida de los césares, doce biografías, escritas en latín no muy elegante pero de comprensión relativamente fácil. Suetonio nos cuenta la visión del emperador como persona. Estilo que hoy llamaríamos periodístico, subrayando la anécdota, el rumor y cotilleo. Comienza con el relato físico del emperador y luego como hombre público.
La Historiografía Cristiana
El repaso a la historiografía latina quedaría incompleto sin mencionar a los primeros autores cristianos: S. Ambrosio, S. Jerónimo y S. Agustín.